lunes, 13 de diciembre de 2010

VARGAS LLOSA EN ESTOCOLMO

Mario Vargas Llosa fue a Estocolmo a recibir el Premio Nobel de Literatura y en la ceremonia, realizada el 7 de diciembre, pronunció el discurso que le indica el protocolo.

Tituló su pieza oratoria, “Elogio de la literatura y la ficción”- En verdad, el escritor peruano tiene muchos admiradores y el tema es, sin duda, cautivante, porque un llamado, desde esa alta tribuna, para cultivar la literatura (y las artes en general), en un mundo dominado unilateralmente por la tecnología, como fiuente del progreso material y moral, es bienvenido. Subrayo lo que dijo al respecto: “(La literatura) Es una necesidad imprescindible para que la civilización siga existiendo, renovándose y conservando en nosotros lo mejor de lo humano. Para que no retrocedamos a la barbarie de la incomunicación y la vida no se reduzca al pragmatismo de los especialistas que ven las cosas en profundidad pero ignoran lo que las rodea, precede y continúa. Para que no pasemos de servirnos de las máquinas que inventamos a ser sus sirvientes y esclavos. Y porque un mundo sin literatura sería un mundo sin deseos ni ideales ni desacatos, un mundo de autómatas privados de lo que hace que el ser humano sea de veras humano: la capacidad de salir de sí mismo y mudarse en otro, en otros, modelados con la arcilla de nuestros sueños”. “La literatura es una representación falaz de la vida que, sin embargo, nos ayuda a entenderla mejor, a orientarnos por el laberinto en el que nacimos, transcurrimos y morimos. Ella nos desagravia de los reveses y frustraciones que nos inflige la vida verdadera y gracias a ella desciframos, al menos parcialmente, el jeroglífico que suele ser la existencia para la gran mayoría de los seres humanos, principalmente aquellos que alentamos más dudas que certezas, y confesamos nuestra perplejidad ante temas como la trascendencia, el destino individual y colectivo, el alma, el sentido o el sinsentido de la historia, el más acá y el más allá del conocimiento racional”. “La ficción es más que un entretenimiento, más que un ejercicio intelectual que aguza la sensibilidad y despierta el espíritu crítico. Es una necesidad imprescindible para que la civilización siga existiendo, renovándose y conservando en nosotros lo mejor de lo humano”.


Pero el escritor hizo muchos otros elogios, y hasta se le quebró la voz (¿?) cuando emitió el dedicado a su esposa.

También se internó en la filosofía de la historia en la que, siguiendo a Croce, definió como la “hazaña de la libertad” y la historia contemporánea. En su concepción de la historia no existen las revoluciones sociales contra la opresión de clase y si las menciona es para condenarlas. En los acontecimientos contemporáneos, entró varias veces, con inocultable intención ideológica y deliberada de deformarlos, cayendo –para descrédito definitivo de su imagen- en las mentiras más pueriles que difunde a diario la propaganda imperialista.


Pretendió explicar, una vez más, su posición de testaferro imperialista con estas palabras: “En mi juventud, como muchos escritores de mi generación, fui marxista y creí que el socialismo sería el remedio para la explotación y las injusticias sociales que arreciaban en mi país, América Latina y el resto del Tercer Mundo. Mi decepción del estatismo y el colectivismo y mi tránsito hacia el demócrata y el liberal que soy –que trato de ser– fue largo, difícil, y se llevó a cabo despacio y a raíz de episodios como la conversión de la Revolución Cubana, que me había entusiasmado al principio, al modelo autoritario y vertical de la Unión Soviética, el testimonio de los disidentes que conseguía escurrirse entre las alambradas del Gulag, la invasión de Checoeslovaquia por los países del Pacto de Varsovia, y gracias a pensadores como Raymond Aron, Jean-François Revel, Isaiah Berlin y Karl Popper, a quienes debo mi revalorización de la cultura democrática y de las sociedades abiertas. Esos maestros fueron un ejemplo de lucidez y gallardía cuando la intelligentsia de Occidente parecía, por frivolidad u oportunismo, haber sucumbido al hechizo del socialismo soviético, o, peor todavía, al aquelarre sanguinario de la revolución cultural china”


Esta confesión de Vargas Llosa apartenteemente –y aunque discutible- parce sincera pero, en realidad es una cortina dehumo pues su cambio, como lo reconocerá en un pasaje del discurso es dar la espalda a la tragedia social del Perú, de América Latina, de África, de Asia y de la mayor parte de los pueblos del mundo, para refugiarse no sólo en la “ficción” creadora de sueños e ilusiones y al mismo tiempo, tras su eufemismo demócrata-liberal, avslar el papel histórico y contemporáneo de los imperialismos.


En su incursión en la historia responsabiliza de las guerras a las religiones y a los nacionalismos. Dijo:” Junto con la religión, el nacionalismo ha sido la causa de las peores carnicerías de la historia, como las de las dos guerras mundiales y la sangría actual del Medio Oriente. Nada ha contribuido tanto como el nacionalismo a que América Latina se haya balcanizado, ensangrentado en insensatas contiendas y litigios y derrochado astronómicos recursos en comprar armas en vez de construir escuelas, bibliotecas y hospitales”.


Hay algo de verdad en sus palabras pero una verdad a medias es una mentira. No todos los nacionalismos son iguales. Una cosa es el nacionalismo imperialista nazi-fascista, servidor de los grandes monopolios económicos alemanes y otro los nacionalismos antiimperialistas de los países dependientes latinoamericanos, asiáticos y africanos. Otro tanto puede decirse de las religiones. La “unidad espiritual” puede ser una herramienta para la opresión de otros pueblos (la conquista española de América Latina, la colonización inglesa de Irlanda del Norte) y una herramienta de defensa, como el budismo en Vietnam y el catolicismo en el Ulster). Lo importante es distinguir el poder o la intención que está detrás.


Asimismo en esta observación de la historia no hay una sola mención al imperialismo inglés y norteamericano. No pretenderá que está inspirado en el liberalismo de Locke o Thomas Psine.
Pero le faltaba a su discurso el escupitajo final.que revela su verdadera naturaleza y pensamiento íntimos: “América Latina ha ido progresando, aunque, como decía el verso de César Vallejo, todavía Hay, hermanos, muchísimo que hacer. Padecemos menos dictaduras que antaño, sólo Cuba y su candidata a secundarla, Venezuela, y algunas seudodemocracias populistas y payasas, como las de Bolivia y Nicaragua. Pero en el resto del continente, mal que mal, la democracia está funcionando, apoyada en amplios consensos populares, y, por primera vez en nuestra historia, tenemos una izquierda y una derecha que, como en Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Colombia, República Dominicana, México y casi todo Centroamérica, respetan la legalidad, la libertad de crítica, las elecciones y la renovación en el poder. Ése es el buen camino y, si persevera en él, combate la insidiosa corrupción y sigue integrándose al mundo, América Latina dejará por fin de ser el continente del futuro y pasará a serlo del presente.”.


Estos juicios son los mismos del Departamento de Estado, revelados por Wikileaks. Toda postura antiimperialista, en defensa de los recursos naturales y su puesta al servicio del progreso social de los pueblos oprimidos, es, para Vargas Llosa al igual que para el imperialismo norteamericano, una actitud subversiva.


Por fortuna la literatura de todos los tiempos, desde los Cantos Homéricos al Canto General de Pablo Neruda, ha estado unida a los anhelos de los pueblos y no encerrada en una torre de marfil para goces individuales y mezquinos. Toda la literatura hispana y latinoamericana, más, quizás, que ninguna”.


A propósito, siempre es bueno recordar poemas como el de Gabriel Celaya –La poesía es un arma cargada de futuro”, que ha difundido el juglar Paco Ibáñez.


“Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, /mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, /fieramente existiendo, ciegamente afirmado, /como un pulso que golpea las tinieblas, /cuando se miran de frente /los vertiginosos ojos claros de la muerte, /se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.


Se dicen los poemas /que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, /piden ser, piden ritmo, /piden ley para aquello que sienten excesivo.


Con la velocidad del instinto, /con el rayo del prodigio, /como mágica evidencia, lo real se nos convierte /en lo idéntico a sí mismo.


Poesía para el pobre, poesía necesaria /como el pan de cada día, /como el aire que exigimos trece veces por minuto, /para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.


Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan /decir que somos quien somos, /nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.


Estamos tocando el fondo.


Maldigo la poesía concebida como un lujo /cultural por los neutrales /que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. /Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.


Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren /y canto respirando.


Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas /personales, me ensancho.


Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, /y calculo por eso con técnica qué puedo.


Me siento un ingeniero del verso y un obrero /que trabaja con otros a España en sus aceros.


Tal es mi poesía: poesía-herramienta /a la vez que latido de lo unánime y ciego.


Tal es, arma cargada de futuro expansivo /con que te apunto al pecho.


No es una poesía gota a gota pensada.


No es un bello producto. No es un fruto perfecto

.
Es algo como el aire que todos respiramos /y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo


como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.


Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.


Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos”

sábado, 20 de noviembre de 2010

LA EUROZONA Y LA UNIÓN EUROPEA EN DIFICULTADES

PARADOJA HISTÓRICA

La realidad nos da sorpresas todos los días. ¿Quién podía pensar que después de la desaparición de la República Democrática Alemana y la unificación de todo el Estado alemán, como locomotora de arrastre no sólo de los países menos desarrollados de Europa Occidental, sino de los que abandonaron presurosos el socialismo, ia Zona Euro iba a entrar en una profunda crisis que amenaza su existencia?

Sin embargo, la historia de la post Segunda Guerra Mundial, nos puede ayudar a comprender lo que hoy ocurre.

El compromiso asumido por las tres potencias vencedoras de la Alemania nazi –Estados Unidos, la URSS y Gran Bretaña- en las Conferencias de Yalta (febrero de 1945) y Potsdam (julio-agosto de 1945) fue construir una Europa pacífica, basada en la cooperación y el beneficio mutuo. Faltaba definir el futuro de Alemania que había sido históricamente enemiga de Gran Bretaña y de la URSS. La mejor solución era su unificación y neutralización, en el marco de un Tratado de Seguridad Europea, firmado por todos los países. La base de esta solución era el equilibrio de fuerzas estratégicas entre la URSS y Estados Unidos, con dos sistemas sociales antagónicos.

Pero este equilibrio fue roto por el exitoso experimento de la bomba atómica en el desierto de Los Álamos, Nuevo México, el 16 de julio de 1945, y el posterior lanzamiento de sendas bombas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente. A partir de este acontecimiento trascendental, que le proporcionó a Estados Unidos una excepcional ventaja estratégica militar sobre la URSS, Washington , inició una política de “chantaje” para cambiar las políticas acordadas en las conferencias mencionadas. El objetivo era cercar militarmente a la Unión Soviética con bases militares y obligarla a una carrera armamentista de desgaste, cuando debía destinar sus recursos, volcados anteriormente al esfuerzo de guerra, a la reconstrucción de toda su zona europea prácticamente destruida. La idea de exagerar el “peligro del comunismo”, fue reconocida, después de la desaparición de la URSS, por Estados Unidos. Antes lo había hecho el Embajador y sovietólogo, George F. Kennan, asesor en 1946 del Departamento de Estado y uno de los autores de la nueva doctrina de “contención”.

Esta política de “contención del comunismo” tenía un gran inconveniente: no se podía confiar ni en Francia ni en Italia porque tenían dos poderosos partidos comunistas; la única barrera firme era Alemania recién derrotada. Alemania se encontraba dividida en cuatro zonas (tres occidentales ocupadas por las tropas de EE.UU., G. Bretaña y Francia, y la oriental ocupada por el Ejército Rojo) mientras las potencias ocupantes discutían su estatuto definitivo. Estados Unidos y G. Bretaña decidieron, unilateralmente, hacer de las tres zonas occidentales, unificadas, la “barrera de contención” que exigía su nueva estrategia de post guerra. Para ello, se necesitaban dos cosas: una recuperación acelerada de su economía y el rearme de su ejército, a cuyo frente estaría la oficialidad nazi. La primera medida, fue adoptar una nueva moneda –el Deutchmark-, en 1947, para las tres zonas occidentales (rompiendo, sin acordar con la parte soviética, el área monetaria de las cuatro zonas, regida por el Reichmark), luego le siguieron el Plan Marshall en 1948, la creación de la República Federal Alemana en 1949 y, el mismo año, el Tratado (militar) del Atlántico Norte (OTAN), bajo comando norteamericano. La URSS respondió creando la República Democrática Alemana, en 1949, y el Pacto (Militar) de Varsovia, en 1955.

Quedaba un punto: el histórico litigio entre Alemania y Francia por la región carbonífera del Ruhr y los estrategas de la doctrina de la “contención” encontraron la solución: el carbón y el acero debía ser explotado en forma conjunta por ambos países. Este acuerdo, firmado en 1951, al que se agregaron Italia y los países del Benelux, dando lugar a la CECA, fue la matriz de la Unión Europea y del bloque político-eonómico-militar atlántico. Entre 1946y 1851 –quedó completado el esquema “defensivo” contra la URSS y la “amenaza comunista”.

Este bloque euro-occidental tuvo dificultades en consolidarse porque Francia, principalmente, enfrentó el proceso de la descolonización, hasta la crisis de Argelia y la llegada del General De Gaulle al poder en 1958 (que evitó el golpe de Estado militar contra la IV República)–opuesto al fortalecimiento de Alemania-y la instauración de la V República que estableció un fuerte presidencialismo.

La desaparición de ka República Democrática Alemana en 1989, fue vista con malos ojos por Francia, así como el fracaso del golpe de agosto de 1991 contra Gorbachov. Francia siempre temió el poder de una Alemania unificada. Gran Bretaña también. Sin embargo, Alemania pudo llegar a realizar el viejo proyecto de Bismarck, después de su victoria sobre Francia en la Guerra de 1870, de hacer de su país el centro económico de Europa.

Sobre la base de una moneda fuerte –el Deutchmark- Alemania, luego de alcanzar un acuerdo con Francia- pudo lograr su máximo objetivo: el euro, la moneda única europea y un Banco Central Europeo bajo su control. Esta moneda aparecía como rival del dólar como moneda de reserva frente al ostensible debilitamiento de la divisa norteamericana.

No obstante, su fortaleza resultó solo aparente y, a nuestro entender, por tres razones, lo que explicaría la crisis actual:

1) – Existe una enorme masa de dólares circulando en el mundo, de mercado en mercado,que el Presidente de Francia, De Gaulle ya denunciaba en febrero de 1965-, en poder de los grandes especuladores donde los bancos son el núcleo principal. Estos capitales son creadores de grandes burbujas especulativas, especialmente inmobiliarias. Esta inversión eleva los precios de los inmuebles a niveles que escapan a toda racionalidad y llega un momento en que se satura la plaza, se paralizan las ventas y la construcción, comenzando una desocupación obrera en esta industria, que se traslada a otras ramas, cae la demanda, los bancos tienen dificultades en recuperar su dinero, aumenta el déficit fiscal por el estancamiento o la recesión de la economía, los bancos anuncian pérdidas y quiebras y esta espiral descendente se profundiza más y más. En esta situación, todo el sistema bancario es cómplice y beneficiario de la crisis, por el salvataje que le proporcionan siempre los gobiernos, para evitar la pérdida de los ahorristas. La crisis de México de 1994, de Argentina en 1995, de los “Tigres” asiáticos en 1997, de Rusia en 1998, de Brasil en 1999, de Argentina nuevamente en el 2001, y la de Estados Unidos, corazón del sistema, de 2008, que llega hasta nuestros días, tienen el mismo origen: la gran especulación financiera. Los capitales calientes (“Hot money”), antes de que estalle la burbuja abandonan el país por lugares más seguros, vaciando los bancos y las reservas monetarias de los bancos centrales, dejándolos en cesación de pagos. La desocupación,en la Eurozona es cercana a los 20 millones (en España, 5 millones) y en toda la Unión europea, 25 millones. El promedio es más del 10% de la fuerza laboral activa; en España es del 20% (encabeza el grupo) y le sigue Irlanda, con el 16%.

2) El euro, como moneda única de la eurozona, hace más rígida la política monetaria que dirige el BCE que ha quitado esa atribución a los B.Centrales nacionales; les impide a los gobiernos devaluar ajustando el valor de la moneda a la contracción económica y tienen que ir directamente a la rebaja de los salarios, lde las jubilaciones y todos los beneficios sociales. La devaluación tiene este mismo efecto pero al estimular las exportaciones dinamiza el comercio y evita el estancamiento.

3) La devaluación del dólar y la defensa que hacen Alemania y Francia del euro e Inglaterra de la libra esterlina, para no devaluar sus créditos y mantenerse como grandes plazas financieras acreedoras, afectan la competitividad comercial extra zona y dificulta la amortización de las deudas intra zona. Las consecuencias de estos factores combinados llevan a una paralización de la economía y a una crisis social en espiral en países como Irlanda, Portugal, España, Gracia e Italia, asfixiados por las cuentas en rojo, lo que produce una gran grieta en la eurozona y, eventualmente, en la Unión Europea, amenazando su existencia, si algunos de esos países, se resiste (o la protesta social los oblihga –eventualidad muy escasa- a endurecer más las medidas contra el pueblo, como exige el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, síndicos del capital financiero.

En 1991, la prosperidad de Alemania ejercía una atracción centrípeta sobre toda Europa, que veían en el país derrotado en 1945, el gran sol económico, rodeado de satélites también prósperos. Hoy, la situación se ha invertido: la opresión financiera ha llegado a tales extremos que están gatillando las fuerzas centrífugas de los satélites aplastados por las deudas y privados de soberanía económica, hipótesis que hasta hace pocos años era absolutamente insospechable.

Ruiz Pereyra Faget

lunes, 8 de noviembre de 2010

ESTADOS UNIDOS OPTÓ POR LA GUERRA COMERCIAL

La crisis estructural del capitalismo, originada en su centro neurálgico, en el 2008, ha entrado en una nueva fase. El pasado 3 de noviembre, el Banco de la Reserva Federal (Bamco Central), de Estados Unidos decidió lanzar a la circulación monetaria mundial, 600 mil millones de dólares, a razón de 75 mil millones por semana, emitidos por su máquina impresora, que no tiene límites de ninguna naturaleza, con el pretexto de¡ “ayudar” a la economía norteamericana a recuperarse.

El argumento de la FED, según los más calificados economistas, es un pretexto. La verdadera razón es intensificar la devaluación del dólar frente a otras divisas, para promover sus exportaciones, obligando a sus competidores a reducir las suyas por la abundante entrada en ellos de capitales especulativos.

La enorme mayoría de los analistas económicos están convencidos que esta gigantesca emisión sin respaldo, tendrá escasos resultados internos pues la crisis de Estados Unidos no es de liquidez –falta de dinero circulante ni de bajos intereses- sino de insolvencia de la población por el gran endeudamiento hipotecario y tarjetas de crédito, así como por una desocupación que asciende al 10% de su fuerza laboral activa.

La economía se encuentra en una “trampa de liquidez”, categoría exùesta por Keynes en 1936, donde los inversores, frente a la ausencia de demanda, prefieren poner su dinero en el banco de depósitos. Por ello, el gobierno y el Congreso, después de “salvar” a los bancos - las carteras de créditos incobrables- la tarea de la Casa Blanca, según Keynes y sus discípulos, es aumentar el gasto público, aunque ello signifique agrandar el déficit fiscal, para impulsar un gran plan de obras públicas que, por su efecto multiplicador, genere empleo en todo el sistema industrial y comercial y devuelva la confianza a los inversores privados. Sobre estas bases, Franklin Roosevelt puso en marcha su “nueva política económica” (New Deal”), en 1932 y por ello los economistas neokeynessianos en Estados Unidos la recuerdan a menudo, con escaso éxito, incluso dentro de las filas del Partido Demócrata. Obama - y su Partido-, habría perdido apoyo popular en las últimas elecciones Legislativas por haber sido incapaz de lanzar un plan, recurriendo al déficit, capaz de detener el continuo ascenso de la desocupación.

En consecuencia, el abundante dinero a 0,25% de interés que la Reserva Federal pone en manos de los bancos –a cambio de su cartera de bonos del Tesoro a 5 y 6 años- será volcado a la circulación mundial para disfrute de las grandes ganancias que le proporcionan, a los especuladores, los países con monedas sobrevaluadas, como en Brasil cuya tasa “Selic” es del 9%. Es el llamado sistema “Cash & Carry” (Carga dinero y llévalo) que utilizan los grandes bancos y sociedades financieras que especulan con divisas, aprovechando las puertas abiertas de los países a capitales de todo tipo que impuso el Consenso de Washington.

Estados Unidos le teme a China a la que considera su enemigo estratégico, destinado a eliminar –con su mercado de 1.400 millones de habitantes y una pujante industria, su sueño de poder hegemónico mundial cuya hora creyó que había llegado con el derrumbe de la Unión Soviética. También la decisión está dirigida a Brasil a quien Estados Unidos considera su adversario estratégico en Sudamérica, principal opositor al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el proyecto imperialista rechazado en la Cumbre de Mar del Plata, cuyo objetivo era mantener la dependencia histórica de Washington del continente sudamericano.

Sin embargo, las estructuras socio-económicas y las políticas económicas de China y Brasil, son diferentes. China, desde que lanzó su estrategia de “apertura”, en 1979, estableció un cambio fijo bajo con respecto al dólar y otras monedas, basándose en la diferencia del costo social de sus productos con sus similares del exterior. Esta política –junto con la prohibición el ingreso de capitales especulativos “golondrina”- le ha permitido acumular reservas monetarias que hoy superan los dos billones de dólares. Estados Unidos pretende que China sobrevalúe su moneda –el yuan-permitiendo así el ingreso de productos norteamericanos a su mercado que resultan muy caros a los chinos por la baja tasa cambiaria. Brasil, por el contrario, ha permitido el ingreso de esos capitales y unido a esto los importantes saldos comerciales favorables, han fortalecido su moneda, el real, cuya cotización está cercana a la paridad con el dólar. Pero un ingreso masivo de la nueva ola de capitales y dificultades en los mercados por la crisis europea, son un riesgo que no ha escapado a las autoridades brasileñas que han resuelto duplcar el impuesto a los capitales de esa naturaleza.

Otro de los efectos de la decisión de la Reserva Federal de acelerar la devaluación del dólar, es el aumento de los precios de los alimentos, el petróleo y los metales básicos, entre otros “commodities”. Esto significa que algunos países podrán amortiguar la sobrevaluación de sus monedas con el aumento del valor de sus exportaciones, pero esto tendrá un costo muy negativo: esos precios más elevados también gravitarán en el país exportador. Es, por ejemplo, lo que pasa en Uruguay con la carne y el petróleo. Esta inflación importada puede afectar el equilibrio de precios y salarios alterando los niveles previstos y agudizar los reclamos de los trabajadores en defensa de la capacidad adquisitiva de sus ingresos fijos.

Los días 11 y 12 próximos se reúne en Seúl, Corea del Sur, el G-20, integrado por los países capitalistas desarrollados, que formaban el G-7, al que se han incorporado hace dos años los llamados “países emergentes”, cuyo sector más poderoso lo constituyen China, India, Rusia y Brasil. El Presidente Obama se presenta en esta Cumbre con esta decisión de la Reserva Federal y con la autorización del Congreso de imponer aranceles compensatorios –por el margen que unilateralmente Estados Unidos considere- a los productos chinos. Es el viejo recurso imperialista del “chantaje” aunque esta maniobra puede convertirse en un “boomerang”, porque la paralización al comercio internacional, lamentablemente, sólo tiene una salida: la guerra. Y hay sectores del fascismo norteamericano, alentados por la reciente victoria electoral republicana están agitando esta alternativa.

No hay duda que Estados Unidos tiene un enorme poder militar, pero es asimismo cierto que nunca se ha atrevido a ir a una conflagración sin aliados poderosos y si observamos las contradicciones que ha generado la actual crisis económica –estoy pensando en Alemania y Japón- su pretensión de presentarse en la capital de Corea como “el líder mundial” al que todos deben seguir, puede resultar –por error de cálculo e ignorar en qué mundo se encuentra- un gran fiasco.

Ruiz Pereyra Faget

lunes, 1 de noviembre de 2010

LA UNIDAD SUDAMERICANA

El fallecimiento del ex presidente argentino y Secretario General de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), junto a las expresiones de dolor y de entusiasta apoyo a su política interior y a la de su esposa, Cristina Fernández, se sumaron los mismos sentimientos de los primeros mandatarios sudamericanos y, por lo menos nueve de ellos no fueron solamente protocolares.

Quizás la más expresiva manifestación, en este sentido, haya sido la del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez cuando dijo al desembarcar en Aeroparque: “Los países de Sudanérica del norte y del sur, alcanzaron su independencia hace 200 años y el anhelo común fue la unidad, la Patria Grande. Por el norte, marchó Simón Bolívar hacia el sur; por el sur lo hizo San Mart´hacia el norte y el abrazo de Guayaquil entre ambos Libertadores, selló el compromiso con ese anhelo”.

Chávez continuó: “Sin embargo, han pasado 180 años y Sudamérica ha permanecido dividida para beneficio del imperialismo. En 1998, cuando asumimos el gobierno de Venezuela, solo Fidel y Cuba sostenían la idea y nosotros la retomamos para impulsarla en Sudamérica. En el continente éramos solo nosotros. El primero de enero de 2003, asumió Lula la Presidencia de Brasil. Ya éramos dos. Y el 25 de mayo del mismo año le llegó el momento a Néstor Kirchner. No sabíamos lo que pensaba pero bastaron unas horas de conversación, después de la ceremonia, en la que estaban también presentes Fidel y Cristina, para comprobar que ahora éramos tres”.

Ceo que estas palabras de Chávez se ajustan a la verdad histórica pero debemos recordar que 1998 es el tercer intento si incluimos como segundo la década de los 60 hasta que el imperio contestó a ese anhelo con una cascada de golpes militares en la década siguiente. Los contenidos de ambas etapas no son los mismos por lo menos en su intensidad revolucionaria, pero subsiste el anhelo de independencia económica real del “diktat” imperialista y de una justicia social que ha sido bloqueada sistemáticamente por la alianza oligárquico-imperialista.

La unidad de los países sudamericanos es un proceso que tiene dos “velocidades” de acuerdo a las peculiaridades de las estructuras económicas y de las condiciones políticas de cada país, que son el ALBA y la UNASUR. La Alianza Bolivariana de las Américas es una iniciativa de Cuba y Venezuela “cuyo objetivo histórico fundamental es unir las capacidades y fortalezas de los países que la integran, en la perspectiva de producir las transformaciones estructurales y el sistema de relaciones necesarias para alcanzar el desarrollo integral requerido para la continuidad de nuestra existencia como naciones soberanas y justas”. De Sudamérica, la integran Venezuela, Bolivia y Ecuador (Además forman parte cuatro Estados caribeños incluyendo a Cuba).

La Ubión de Naciones Sudamericanas se plantea la integración continental en base a intereses económicos y comerciales comunes, dispuesta a defenderlos frente a otros bloques de países, incorporando al sistema los agrupamientos internos ya existentes como el Pacto Andino y el Mercosur y siguiendo un proceso de integración que procura repetir el de la Unión Europea. Asimismo, se propone defender a los gobiernos democráticos y pluralistas del continente así como el principio de autodeterminación vulnerados históricamente por el imperialismo y las oligarquías criollas cuando han visto sus privilegios amenazados.

Es en el aspecto político donde la UNASUR ha sido eficaz y donde el accionar de Néstor Kirchner fue brillante, quedando demostrada su capacidad negociadora en el diferendo entre Colombia y Venezuela y en el rápido accionar de la Organización para impedir el derrocamiento del Presidente ecuatoriano, Rafael Correa.

Las dos organizaciones –el ALBA y la UNASUR no se oponen sino que convergen, como, como lo señalé más arriba, a distintas velocidades. El ALBA es claramente antiimperialista y preconiza reformas internas antioligárquicas; la UNASUR no, pero al defender la autodeterminación está protegiendo el cumplimiento de la voluntad popular libremente expresada en las urnas. La profundización de esta tendencia dependerá del cumplimiento de los gobiernos con programas transformadores, con la voluntad ciudadana que los llevó a esa posición. En este camino se encuentran Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia y Ecuador. Otros, no tan definidos, como Uruguay y Paraguay, o por vacilaciones o por situaciones políticas complicadas, acompañan en aspectos puntuales, especialmente políticos pero no comprometen posición sobre reformas estructurales o modelos económicos.

viernes, 8 de octubre de 2010

EL DÓLAR ESTÁ EN UNA BATALLA QUE ESTA VEZ NO GANARÁ

Ruiz Pereyra Faget

Después de la Primera Guerra Mundial, y especialmente después de la Segunda, el dólar se impuso en el mundo. Como moneda, es la expresión más abstracta del poder económico de Estados Unidos de América y su unidad de medida.

Hasta ahora, de las crisis económicas y financieras, había salido airoso, mientras las demás economías del mundo y sus monedas, se sometían a su imperio. En 1929,, tuvo su primera prueba y en 1934 el Presidente Roosevelt lo devaluó para estimular las exportaciones y los demás países tuvieron que seguirlo para que sus producciones pudieran competir con la norteamericana. La Segunda Guerra Mundial, le devolvió y acrecentó su vitalidad.

Con este poder, Estados Unidos creyó que podía comprar todas las demás monedas del mundo haciendo realidad el “Sueño Americano” –que mereció en 1900 el burlón comentario de Rodó- de pretender convertirse en los “romanos” de nuestra época. Pese al gran poder logrado en los Acuerdos de Bretón Woods, en 1944, donde quebró definitivamente a la libra esterlina, el dólar no pudo alcanzar su objetivo porque, como el Aprendiz de Brujo, desató fuerzas contrarias que no pudo controlar. En poco más de diez años, Japón, Alemania y Francia, se convirtieron en serios competidores mientras el oro pasaba a raudales de Fort Knox a los Bancos Centrales de esos países. A ello se agregó el colosal aumento del gasto militar. Aparecieron los déficits “Gemelos” (fiscal y cuenta corriente) que Estados Unidos cubrió “graciosamente” con emisión de su propia moneda. Esta situación no podía durar y en agosto de 1971, Nixon abandonó unilateralmente la paridad fija de 35 dólares por onza troy a la que se había comprometido en Bretton Woods, dejando que el precio del oro lo fijara el mercado. Su precio, en diez años se fue a 800 dólares pero aun así, el Presidente Ronald Reagan utilizando el privilegio del Bamco de la Reserva Federal de manipular la tasa de interés, la aumentó al 20% provocando una gigantesca corrida de todos los depósitos de dólares del mundo hacia Estados Unidos, ocasionando en esta forma el hundimiento de las balanzas de pagos de los demás países y multiplicando las deudas externas, agujero que fue llenado con dólares del FMI y de la banca privada enriquecida con los petrodólares.

Desde hace 20 años se incorporó China como gran competidora en el mercado mundial. Para ello, abrió sus fronteras a las transnacionales y adoptó un tipo de cambio fijo que ha mantenido hasta hoy con leves modificaciones. La gran burbuja especulativa que estalló en Estados Unidos en el último trimestre del 2008, empobreció a la población hasta niveles que no se conocían desde 1929. Pese a los billones de dólares que el gobierno ha volcado para “estimular” la recuperación (la mayor parte fue a los bancos fundidos y no al consumo), el desempleo sigue creciendo, superando ya el 10% de la fuerza laboral activa.

Y aquí llega la sorpresa mayúscula que llena de estupor, aun a los desprevenidos: el imperio quiere que China lo salve sobrevaluando su moneda (mientras la Casa Blanca devalúa la suya!)–que unos estiman en un 25% y otros en un 40%- para que las mercancías norteamericanas puedan ingresar al mercado chino. El Fondo Monetario Internacional lo acompaña en el reclamo.

Fastidiados por la parsimonia china y la cercanía de las elecciones parlamentarias intermedias, los legisladores de la cámara baja sancionaron un proyecto denominado “Ley de reforma monetaria para el comercio justo” que autoriza al gobierno a aplicar aranceles compensatorios por la presunta diferencia cambiaria.

Hay que evitar una guerra de divisas, advierte el FMI, ignorando sus culpas como gran síndico del capitalismo norteamericano. Ello es cierto pero la solución ya la expusieron los países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) en su reunión de Ekaterimburgo, en junio del año pasado. Estados Unidos tiene que admitir que su moneda ya no puede ser reserva universal ni el FMI, con su actual integración, su síndico. Una nueva estructura monetaria y financiera internacional tiene que surgir que responda a la actual relación de fuerzas y que tega un control efectivo sobre el movimiento especulativo de divisas. Bretton Woods hace tiempo que murió y el sistema monetario que creó es hoy una ficción.

Estados Unidos se ha lanzado a una batalla comercial con China que, por primera vez en su historia, la tiene perdida antes de librarla. A pesar de ciertas declaraciones, no tendrá ningún apoyo real internacional. Hasta Japón lo ha abandonado y ello es explicable porque en una época en que se profundiza la crisis sistémica del capitalismo anglo-euro-norteamericano que ha ejercido la hegemonía durante más de cuatro siglos, sucesivamente, el potencial del gigantesco mercado chino, sea, por lo menos, una primaria tabla de salvación, si es que hay salvación.

domingo, 29 de agosto de 2010

ESTADOS UNIDOS: "ESTA NO ES UNA RECUPERACIÓN"

Por Paul Krugman*

¿Cuál será el contenido del gran discurso que pronunciará el presidente de la FED, Ben Bernanke, el viernes en Jackson Hole , Wyoming ? ¿Va a mencionar nuevas medidas para impulsar la economía? Manténgase en sintonía.

Pero ya podemos, seguramente, predecir lo que él y otros funcionarios van a decir en dónde estamos en este momento: que la economía sigue recuperándose, aunque más lentamente de lo que quisieran. Por desgracia, eso no es verdad : esta recuperación no es , en ningún sentido lo que importa. Y los responsables políticos deberían estar haciendo todo lo posible para cambiar ese hecho.

El pequeño fragmento de la verdad en es el hecho de que el PIB sigue en aumento: ya no estamos en una recesión clásica, en la que todo se cae. Pero ¿y qué?

La pregunta importante es si el crecimiento es lo suficientemente rápido para reducir el desempleo que está por las nubes. Necesitamos un 2,5 por ciento sólo para evitar que aumente el desempleo y un crecimiento mucho más rápido para ponerlo bajar significativamente. Sin embargo, el crecimiento que se registra en algún lugar es entre el 1 y el 2 por ciento, con una buena probabilidad de que se desacelerará aún más en los próximos meses. ¿Puede realmente mejorar la economía con un PIB disminuyendo?¿A quién le importa? Si aumenta el desempleo para el resto de este año, lo cual parece probable, no importa si los números del PIB son ligeramente positivos o ligeramente negativos..

Todo esto es obvio. Sin embargo, los responsables políticos lo niegan. .

Después de su última reunión de la Reserva Federal, que consideró la política monetaria , la FED emitió un comunicado declarando que "prevé un regreso gradual a niveles más altos de utilización de los recursos" – Ninguna mención sobre el desempleo . Nada de lo que aportan los datos apoya ese tipo de optimismo. Mientras tanto, Tim Geithner, el secretario del Tesoro, dice que " estamos en el camino de la recuperación . " No, no lo estamos.

¿Por qué las personas que conocen mejor la realidad económica la endulzan? La respuesta me da pena decirlo, es que eluden asumir toda responsabilidad sobre la situación

En el caso de la FED, admitiendo que la economía no se está recuperando pondría a la institución bajo presión para que haga más. Y hasta ahora, al menos, la FED parece que tiene más miedo a la posible pérdida de su perfil si se trata de ayudar a la economía y por el mayor consumo del pueblo norteamericano no hace nada, conformándose con una recuperación que no es tal.

En el caso de la administración Obama, los funcionarios parecen poco dispuestos a admitir que el estímulo original era demasiado pequeño. Es cierto que fue suficiente para limitar la profundidad de la depresión - un análisis reciente de la Oficina de Presupuesto del Congreso dice que el desempleo probablemente haría alcanzado los dos dígitos sin el estímulo - pero no era lo suficientemente grande para reducir el desempleo de manera significativa.

Ahora, es discutible que incluso a principios de 2009, cuando el presidente Obama estaba en la cima de su popularidad, no podía haber conseguido un plan más grande en el Senado. Lo que es seguro es que ahora no podía lograr aprobar un estímulo suplementario. No obstante, los funcionarios podrían, con considerable justificación, jugar un papel preponderante argumentando la falta de recuperación al obstruccionismo republicano. Pero ellos han elegido, en cambio, mostrar caras sonrientes en un panorama sombrío , no convenciendo a nadie. Y el resultado probable , es que en noviembre – la victoria de los obstruccionistas - paralizará la política en los años venideros .

Entonces, ¿qué deberían estar haciendo los funcionarios , además de decir la verdad sobre la economía?

La FED tiene una serie de opciones. Puede no solo comprar más a largo plazo deuda pública y deuda privada , sino que puede bajar las tasas de interés a largo plazo , anunciando su intención de mantener los tipos bajos a corto plazo; asimismo puede elevar su objetivo a medio plazo para contener la inflación, lo que hace menos atractivo para las empresas retener su dinero sin invertir. Nadie puede estar seguro del éxito de estas medidas, pero es mejor intentar hacer algo que podría no funcionar, que invocar excusas mientras los trabajadores sufren.

La administración tiene menos libertad de acción, ya que no puede conseguir una legislación con el bloqueo republicano . Pero todavía tiene opciones. Puede renovar enérgicamente su infructuosa tentativa para ayudar a los deudores hipotecarios con problemas . Se puede utilizar Fannie Mae y Freddie Mac, que son prestamistas patrocinados por el gobierno , para diseñar la refinanciación de las hipotecas que ponga dinero en las manos de las familias estadounidenses - sí , aunque griten los republicanosporque de todos modos lo están haciendo. Por último, se puede tomar serio frente a China por su manipulación de la moneda : ¿cuántas veces han repetido los chinos la promesa de cambiar sus políticas, para a continuación, renegar . ¿No ha llegado el momento de que la administración actúe?

¿Cuál de estas opciones deben seguir los responsables políticos ? Si fuera por mí , todas ellas.

Sé lo que algunos apostadores tanto en la Reserva Federal, como en la administración que van a advertir sobre los riesgos de hacer algo poco convencional. Pero ya hemos visto las consecuencias de apostar a lo seguro, y esperar que las cosas ocurran por sí mismo y hemos caido en lo que parece cada vez más un estado permanente de estancamiento y desempleo elevado. Es hora de admitir que lo que tenemos ahora no es la recuperación , y hacer todo lo posible para cambiar esa situación .

*Fuente: The New York Times

Viernes, 27 de agosto de 2010.

Trad. RPF.

sábado, 14 de agosto de 2010

LA PRÓXIMA GUERRA

Con este título, el diario “The Washington Post”, en su edición del 16 de setiembre de 2007, publicó un comentario del General ® Wesley Clark, ex comandante norteamericano de la OTAN durante la agresión a Yugoslavia, en el que analiza las declaraciones, realizadas 6 días antes, por el General David Petraeus, jefe de las tropas norteamericanas en Iraq, ante el Comité de Defensa de la Cámara de Representantes de su país, en las que advirtió que la guerra se ganaría solo si se atacaba a Irán. El militar se situaba en esta forma en la línea sostenida por los halcones de la Casa Blanca, encabezados por el Vicepresidente, Dick Cheney, y el ex Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.

El General Ckark discrepaba con su colega argumentando que Estados Unidos seguía cometiendo el mismo error que en Vietnam, Iraq y Afganistán: confiar en su superioridad tecnológica sin considerar la capacidad de resistencia y las represalias de sus “enemigos”.”La guerra no se ganará con la destrucción de una docena de emplazamientos nucleares. Se necesitarán, por lo menos, 21 días de intensos ataques aeronavales y la destrucción de los puestos de comando, emplazamiento de de misiles, radares, aeropuertos y puertos, y aún así sin considerar las represalias de los grupos musulmanes organizados en distintos puntos del Medio Oriente, Europa e incluso en los Estados Unidos. Por otra parte, ¿cómo se podría controlar un vertiginoso aumento de los precios del petróleo?”

“Estados Unidos debe aprender las lecciones de V ietnam, de Iraq y Afganistán”, continuaba el General Clark. La principal es la seguridad de nuestros soldados. La opinión pública de Estados Unidos le retira el respaldo a sus líderes cuando aumenta el derramamiento de sangre de sus combatientes. Clark recogía los resultados de las elecciones legislativas de noviembre de 2006 donde la guerra en Iraq fue el tema principal de la campaña y el Partido Demócrata logró una amplia victoria pasando a controlar cómodamente la Cámara de Representantes al comprometerse, aus candidatos, a poner fin a la guerra de Iraq, promesa que no ha cumplido aún.

La derrota del Partido Republicano por 10 millones de votos, provocó la renuncia del “Halcón Nº 2”, el Secretario de Defensa, Rumsfeld, y su sustitución por Robert Gates, un senador republicano, partidario de las negociaciones diplomáticas con Irán y Siria para reducir la tensión en el Medio Oriente. Gates era autor, junto con el ex Secretario de Estado de Bush (padre) James Baker, de un documento en el que se oponían a la extensión de la guerra en esa región.

A estas opiniones debe agregarse la de Zbegnew Brezinski, uno de los más influyentes estrategas del imperialismo norteamericano, lo que mostraba que la estructura de poder dominante en Estados Unidos aparecía dividida. La victoria de Obana en las presidenciales de 2008, confirmaban aparentemente la tendencia opuesta a la guerra de Iraq y menos su extensión a Irán.

Sionismo y capitalismo

El Sionismo es el movimiento iniciado en el trasmontar del siglo XIX y XX, por la comunidad judía de Occidente, para refundar el Estado de Israel que había existido dos mil quinientos años antes y cuya independencia y la emigración de su pueblo había sido impuesta por las distintas dominaciones que controlaron Palestina. Este objetivo fue alcanzado cincuenta años después del Congreso fundacional de Basilea, realizado en agosto de 1897, a poco de finalizar la Segunda Guerra Mundial.

Es un hecho inédito en la historia sólo explicable por la existencia de poderosos intereses económicos y geopolíticos. El propio pueblo judío es un hecho excepcional en la historia porque de ello se trata cuando se comprueba que fueron capaces de mantener la identidad nacional durante siglos de peregrinaje por distintas tierras. No hay duda que la religión ha jugado un papel determinante en la conservación de esa identidad a la que se fue agregando el comercio de bienes y de dinero siendo fundamental su papel en la formación del capitalismo moderno. Este poder, que era importante en la Baja Edad Media y que Shakespeare inmortalizó en”El Mercader de Venecia”, se fue agigantando con la formación de los imperios coloniales de Holanda e Inglaterra. En la segunda mitad del siglo XIX, el imperialismo inglés impone su hegemonía en el mundo y banqueros como Rothschild no solo conquistaron la plenitud de derechos civiles y políticos sino, incluso títulos nobiliarios. En el otro lado del Atlántico otra figura emblemática del capitalismo monopolista norteamericano, John Rockefeller, será el pionero de la industria petrolera.

En 1914, al comenzar la Primera Guerra Mundial, la influencia de la banca judía era decisiva en Inglaterra y Estados Unidos, y por otras razones, su papel era muy importante en los cuadros revolucionarios del Partido Comunista Bolchevique que, en noviembre de 1917, puso en marcha en Rusia, la construcción de un Estado Socialista. En consecuencia, no es de extrañar que en 1947, hayan coincidido Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética en la creación del Estado de Israel, un proyecto de dominio geopolítico del Medio Oriente, que fue elaborado por el Sionismo, que tuvo en el Barón Lionel Walter Rothschild y en el Primer Ministro inglés, David Lloyd George, sus adalides principales, pese a la advertencia de Gandhi que, en carta a Albert Einstein le expresó que los árabes palestinos no aceptarían nunca abandonar tierras que trabajaban durante siglos para proporcionarle espacio a un Estado artificial. Y, lamentablemente, el Mahatma Gandhi tenía razón.

Si bien Israel aceptó la partición de Palestina, resuelta por las Naciones Unidas, en 1967 a raíz de su victoria en la Guerra de los Seis Días, ocupó el territorio asignado por la ONU a los palestinos y se ha negado a entregarlo, poniendo condiciones inaceptables que aquellos y la organización internacional han rechazado con ka excepción de Estados Unidos.

El capitalismo sionista es la estructura superior y más poderosa del capitalismo occidental. Sus centros nerviosos están en Nueva York y Londres, su organización coordinadora es el “Grupo de los 7” y sus instrumentos ejecutores el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que fueron creados en Bretton Woods, en 1944, por dos exponentes del sionismo –Henry Morgenthau y Harry White-, Secretario y Subsecretario del Tesoro de Estadis Unidos, respectivamente. De este modo, Estados Unidos, Inglaterra e Israel integran una férrea alianza estratégica –económica, financiera y política que ha dominado la política mundial en toda la segunda mitad del siglo XX y lo que va del siglo actual.

Objetivo central: el control del Medio Oriente

Dos grandes estrategas de esta política han sido el sionista alemáu, Henry Kissinger, y el sionista polaco, ya mencionado, Zbegnew Brzezinski, ambos nacionalizados norteamericanos.

Este último escribió un libro, en el 2001, que ilustra esta estrategia y que significativamente tituló “El Gran Tablero Mundial”.El autor considera que Estados Unidos tiene una oportunidad histórica excepcional: su primacía en todo el mundo y, para mantenerla, dependerá de su capacidad para controlar el gigante euroasiático constituido por cuatro zonas: Europa Occidental, Medio Oriente, Asia Central y Europa Oriental-Rusia. Para mantener su hegemonía en los próximos 30 años, Estados Unidos y Europa Occidental deberán controlar los inmensos recursos energéticos del Medio Oriente y Asia Central, impidiendo el acceso a ellos de China, cuyo poder mundial decisivo, en el largo plazo, es inevitable.

Sin embargo, esta estrategia es muy anterior a Brzezinski. La elaboró el imperialismo inglés a comienzos del siglo XX cuando aparecieron los primeros pozos petrolíferos en la región y la puso en marcha al obtener, en 1920, el “Mandato” de la Sociedad de las Naciones para “administrar Palestina durante 25 años” al desintegrarse el imperio turco a raíz de su derrota en la Primera Guerra Mundial. El imperio británico se extendió desde Egipto hasta el Indostan y Hong Kong, comprendiendo Palestina, la actual Jordania, Irak, Kuwait y el régimen títere de Irán a cuyo monarca había colocado en el trono en 1941. Tenía, además, el control del Mar Rojo y del Golfo Pérsico y las vías marítimas del Mediterráneo (Estrechos de Gibraltar y Canal de Surez) y el sur de África.

El despertar del nacionalismo árabe

La victoria de la Unión soviética sobre el nazifascismo en 1945, cambió la relación de fuerzas en el mundo. Los imperios coloniales de Gran Bretaña, Francia y Holanda, quedaron debilitados y permanecieron en pie dos grandes superpotencias con sistemas sociales antagónicos: la URSS y Estados Unidos. Los imperialistas ingleses fueron perdiendo progresivamente sus colonias: Palestina, India y Paquistán. A partir de 1952, estallaron rebeliones nacionalistas que fueron derribando a los gobiernos títeres de Egipto, Iraq e Irán que les habían entregado a Inglaterra las riquezas del subsuelo. La orientación de los nuevos gobiernos nacionalistas fue el rescate para la nación de esos recursos para posibilitar el desarrollo económico independiente con los propios medios que la geografía y la naturaleza les había proporcionado. En esta política fueron apoyados por la Unión Soviética.

Con la desintegración de esta última, en 1991, esa relación de fuerzas de equilibrio mundial se rompió dejando como única superpotencia, en el escenario mundial, a Estados Unidos. Es en esta nueva situación geopolítica que nace la teoría de Brzezinski de recolonizar el Medio Oriente y Asia Central, con el apoyo de la OTAN y con el papel activo de su cabecera de puente en la región: el Estado de Israel. Este plan lo inició Estados Unidos, con la Primera Guerra del Golfo contra Iraq (1990-91) después de su fracaso de derrocar al régimen musulmán de Irán que había derribado al Shah Mohammed Reza Pahlevi,, en 1979, servidor de los intereses petroleros ingleses y comparador del más sofisticado armamento norteamericano.

Otro sionista, el Profesor Samuel Huntington, que trabaja para la CIA, edulcoró esta política imperialista, con el nombre de “Teoría del Choque de Civilizaciones”. Para Huntington, la civilización occidental es heredera de las “luces” que ha proporcionado a la humanidad principios éticos y derechos universales. Mientras que los países “emergentes” (ex colonias o ex títeres) se han refugiado en sus religiones y culturas antiguas con valores arcaicos que consideran superiores y que desprecian esa universalidad laica ética y jurídica de la civilización occidental. Por lo tanto, el choque entre ambas concepciones es inevitable. El fundamentalismo islámico, cuyo portaestandarte es la República Islámica de Irán es, actualmente, el enemigo principal de la civilización occidental. “El terrorismo es su arma de combate” y Occidente debe defenderse”, es la conclusión de Huntington..

En estos términos plantea el imperialismo los conflictos actuales aunque su fragilidad es notoria. Por ello s las grandes cadenas monopólicas satelitales de información, y sus filiales locales, crean diariamente centros de atención diversionistas para mutilar o frenar el avance liberador de las conciencias políticas de los pueblos que aun continúan sojuzgados.

Y este avance las conciencias políticas y la resistencia de los pueblos a la opresión es la lección de Vietnam y de Iraq, lección que según algunos norteamericanos, los grupos de poder, incluyendo a los militares, no han aprendido.

miércoles, 30 de junio de 2010

NI EL G-8 NI EL G-20 ENCUENTRAN SALIDAS A LA CRISIS

Los 7 países capitalistas desarrollados más Rusia y los llamados “emergentes”, que forman parte del Grupo de los 20, se reunieron este fin de semana en Toronto, Canadá, para tratar de encontrar una política común que le permita al capitalismo superar la profunda crisis sistémica que padece, no llegaron a un acuerdo pero sí coincidieron en no agitar demasiado sus diferencias.

Cuatro problemas tenían planteados: 1) la regulación del sistema financiero; 2) la política fiscal; 3) la presunta subvaluación de la moneda de China y 4) la reducción de la deuda pública.

Sobre el primer tema, la iniciativa le correspondió a Alemania pero su propuesta de establecer un impuesto a las transacciones bancarias o el aumento del capital o la creación de un fondo de previsión, fue objetada por Gran Bretaña, Francia y Canadá, entre otros.

Sobre la política fiscal aconsejable, las diferencias fueron notables. Los países de la Zona Euro y Estados Unidos son los que tienen enormes déficits que aumentaron en el 2009, con los “planes de estímulo” para evitar la recesión, cuando estalló la crisis en Wall Street. El comercio internacional se contrajo, las industrias de exportación sufrieron el prolongado impacto, aumentó la desocupación y los subsidios y cayó la recaudación, disparándose el déficit.

Alemania es la principal acreedora de sus socios europeos y la que controla el Banco Central Europeo. Para defender el euro, se negó a seguir concediendo créditos y exigió el reembolso regular del dinero prestado. Grecia fue la prueba de toque, adoptando un drástico plan de reducción de gastos sociales, al que le han seguido España, la propia Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia. La falta de confianza en el éxito de estos planes, por la masiva resistencia social, provocó la caída del euro un 30% en relación con el dólar.

Estados Unidos, apoyándose en el privilegio que tiene la Reserva Federal de emitir dólares sin respaldo, mantiene su política de expandir el déficit fiscal. No obstante, la debilidad estructural del dólar aparece enmascarada por el derrumbe del euro.

Los economistas neokeynesianos defienden esta política aunque saben que sus posibilidades están en una recuperación en el corto plazo pues si se prolonga la recesión ni la deuda ni los déficits gigantescos pueden sostenerse indefinidamente, pues sus bonos de deuda se desvalorizarían y la inflación se haría incontrolable. La deuda pública de Estados Unidos asciende al 90% del PIB y los especialistas estiman que para el 2012, llegará al 110%.

En consecuencia, no sorprende que Estados Unidos ponga el acelerador en su comercio exterior, aprovechando la devaluación de su moneda, para que actúe como motor del resto de la economía ya que la demanda interna está congelada por la deuda de las empresas y las familias que llega al 260% del PIB. Para sus estrategas económicos, el único mercado de consumo salvador, es el chino, pero para ello exigen a China que sobrevalúe su moneda –el yuan renminbi- un 25% (otros plantean el 40%) para que los productos norteamericanos sean competitivos en aquel mercado con los productos similares chinos. El gobierno chino ha expresado reiteradamente que su moneda no está subvaluada pero como gesto de “buena voluntad”, adoptó medidas para reducir un 1% su distancia con el dólar, medida que la Casa Blanca considera harto insuficiente.

En la Conferencia, el Presidente Hu Jintao reclamó una acción activa y coordinada de los países del G-20 para lo cual debe abandonar la actitud pasiva que ha tenido hasta ahora frente a una crisis financiera que es compleja y de larga duración. Tituló su intervención, según la agencia Xinua, “Trabajemos juntos para el futuro”.

El discurso de Hu, que fue aguardado por la Conferencia con gran expectativa, puso el énfasis en tres puntos: Primero, el G-20 debe elaborar una plataforma que sirva de guía para salir de la crisis. Segundo, el G-20 debe acelerar el establecimiento de un “nuevo orden financiero internacional que sea justo, equitativo, inclusivo y bien administrado". Tercero, el líder chino exhortó a promover la "construcción de un régimen comercial global abierto y libre".

El último punto del debate, estrechamente ligado al anterior, fue el del endeudamiento de los Estados, aspecto referido especialmente a la deuda pública de Estados Unidos y a la política que sigue su gobierno. Es un problema que preocupa a China, Japón y Alemania, que son sus principales acreedores., pues de continuar, como anuncian las estimaciones, será inevitable la pérdida de valor de sus bonos y las pérdidas de sus prestamistas resultaría catastrófica. Sin embargo, en esta cuestión, como en otras tres, no hubo acuerdo.

En resumen, la Conferencia fue un fracaso y el termómetro de las bolsas de valores así lo confirman. Las contradicciones intercapitalistas se agudizarán, a pesar del tono de la Declaración final, y el recurso a una guerra, quizás la extensión de la que libra Estados Unidos en el Medio Oriente, empiece a prevalecer en la cabeza de los estrategas imperialistas.

domingo, 13 de junio de 2010

LOS ORÍGENES DEL DESORDEN FINANCIERO MUNDIAL

Por Aldo Ferrer*

Los problemas actuales en la zona euro, las dificultades de España y Grecia, los ataques especulativos contra divisas y activos financieros, son reveladores de la existencia de desequilibrios profundos en la “macroeconomía” y en las finanzas del sistema global. Es oportuno recordar sus orígenes.
A partir de1945, y en el contexto de la Guerra Fría, los Estados Unidos cumplieron un papel decisivo en la reconstrucción de las naciones que participaron en la Segunda Guerra Mundial, principalmente, de las economías de Europa Occidental y Japón. Inicialmente, los déficits de pagos de esos países con los Estados Unidos fueron cubiertos con programas norteamericanos de ayuda (Plan Marshall) y medidas proteccionistas y de control de cambios de los países deficitarios. El Estado intervino intensamente en el proceso de reconstrucción y, de allí en más, para alcanzar objetivos estructurales deseables, uno de cuyos mayores ejemplos es la política agrícola común de la Unión Europea.
En aquel entonces, la “escasez de dólares” reflejó los desequilibrios de los pagos internacionales de la posguerra. Hacia finales de la década de 1950, la rápida recuperación de Europa y Japón permitió la progresiva liberalización del comercio y el abandono de las restricciones a los pagos internacionales. Debido al papel asumido por el dólar como principal medio de pago y de reservas internacionales, a partir de la década de 1960 los Estados Unidos financiaron en su propia moneda un nivel de gasto que excede el ingreso generado por la producción nacional de bie­nes y servicios más los ingresos por los capitales norteamericanos invertidos en el resto del mundo.
Desde entonces, se produjo una transformación radical en el comportamiento de los pagos internacionales de la potencia hegemónica y de la economía mundial. La economía norteamericana comenzó a generar crecientes déficits en su balance comercial y en la cuenta corriente del balance de pagos y a perder parte de sus reservas oficiales de oro. Las devaluaciones del dólar respecto de las otras monedas principales no establecieron el equilibrio. La baja propensión al ahorro de la población, las inversiones de filiales de empresas norteamericanas y el déficit fiscal acrecentado por los compromisos militares en el exterior, agravados en situaciones de guerra, como sucedió en Vietnam en 1966-1972 y actualmente en Irak y Afganistán, sostuvieron un enorme déficit a lo largo del tiempo. En definitiva, el país no se vio forzado a ajustar su gasto al ingreso debido a la posición hegemónica de su economía y su moneda en el mercado mundial.
En agosto de 1971, la decisión del presidente Nixon de suspender las ventas de las reservas oficiales de oro fue el final del régimen de tipos de cambios con paridades fijas, inaugurado con los Acuerdos de Bretton Woods. En diciembre del mismo año, los gobiernos de los países centrales establecieron, en el Acuerdo del Smithsonian, el nuevo régimen de paridades flotantes. De allí en más no prosperaron iniciativas para sustituir la creación de liquidez internacional en torno del patrón dólar por medios alternativos, como los derechos especiales de giro y, por lo tanto, de imponer finalmente un proceso de ajuste a la economía norteamericana. El sistema siguió así funcionando con el déficit continuo de los pagos norteamericanos y la acumulación de dólares en el resto del mundo. La consecuente expansión de la liquidez internacional fue ampliada con la acumulación de reservas en los países de la OPEP, después del primer aumento de posprecios del petróleo, a principios de la década de 1970.
La disposición de otros países de absorber papeles de deuda y dólares norteamericanos se explica porque el déficit de los Estados Unidos expande la demanda agregada e impulsa la producción y la acumulación de capital del resto del mundo. Las economías superavitarias, como las de China y Alemania, generan más ahorro del que pueden invertir en virtud de su demanda interna, el cual se expresa en el superávit de sus pagos internacionales. De este modo, la brecha ahorro-inversión en la economía mundial contemporánea contó, desde la década de 1960, con la “respuesta” dada por el déficit de los pagos internacionales de los Estados Unidos. El déficit norteamericano cumplió una función keynesiana de expansión de la demanda agregada, que estimuló el crecimiento de las economías superavitarias.
En definitiva, la población norteamericana sostuvo un nivel de gasto superior a su ingreso, y las economías superavitarias, tasas de acumulación y crecimiento mayores que las posibles en virtud de su demanda interna. En las economías emergentes superavitarias, China en primer lugar, el proceso tuvo lugar en el contexto de la expansión de las actividades de la frontera tecnológica y la profunda transformación de la estructura productiva. A su vez, el aumento de la oferta de manufacturas provenientes de países emergentes de bajos salarios alivió las presiones inflacionarias. América latina también se benefició porque el dinamismo de las economías emergentes de Asia confirió nuevo impulso a la economía mundial y, en los últimos años, contribuyó al aumento de la demanda de alimentos, energía y materias primas, que se reflejó en un sostenido aumento de precios de los commodities. Los desequilibrios macroeconómicos del sistema, el comportamiento de la economía norteamericana y la explosiva expansión de la liquidez y la deuda, provocaron otras consecuencias globales, las cuales desembocaron en la crisis actual. El “ingenio” de los operadores financieros para ocultar los riesgos multiplicó la liquidez más allá de las demandas de la economía real, convirtiendo el sistema monetario en un gigantesco casino.
El sistema global y la ideología dominante se articularon en torno de los intereses del mundo del dinero. La globalización financiera fue facilitada por la revolución informática pero, sobre todo, fue promovida por la desregulación de los mercados, impulsada por los gobiernos de los países centrales, bajo el liderazgo norteamericano. Consecuentemente, el mundo del dinero creció mucho más que la economía real y se convirtió en el espacio dominante del mercado mundial y principal organizador de las reglas de la globalización. La euforia financiera generó niveles insostenibles de deuda, los cuales se difundieron en el sistema global. Los intereses del campo financiero conformaron la ideología dominante en la economía mundial, el neoliberalismo.
El liberalismo clásico promovió la liberación de los mercados reales y monetarios en condiciones de equilibrio macroeconómico. En cambio, el neoliberalismo impulsó la liberalización, aun a costas de tales equilibrios, si el resultado era aumentar la demanda de crédito y las oportunidades de la especulación. De este modo, los países centrales promovieron en las economías en desarrollo rápidas y profundas reformas “estructurales” pro mercado, sin la adecuada evaluación de los costos y beneficios de tales reformas y su impacto sobre el desarrollo y los equilibrios del sistema. Las estrategias desarrollistas que, hasta la crisis de la deuda de los años ’80, habían permitido una respetable industrialización y transformación estructural en buena parte de América latina, fueron sustituidas por un salto al vacío. Los resultados fueron diversos en virtud de las distintas realidades nacionales.
En el conjunto de la región, el período de la hegemonía neoliberal provocó resultados económicos y sociales que comparan desfavorablemente con la etapa anterior. La visión neoliberal explica el apoyo de los mercados y el FMI a políticas de tipo de cambio sobrevaluado, aun cuando, en el mediano y largo plazo, provoque desequilibrios inmanejables y frene el desarrollo. Éste es un fenómeno particularmente observable en los países subdesarrollados especializados en las exportaciones de productos primarios. Las consecuencias de la apreciación del tipo de cambio fueron desestimadas porque aumentaba la demanda de fondos para financiar los crecientes desequilibrios macroeconómicos y las oportunidades de la especulación financiera. Las entradas de capital especulativo reforzaron la apreciación cambiaria. La experiencia argentina, bajo el programa económico del período 1976-1982 y durante la década del ’90, es el más claro ejemplo en esta materia.
En el pasado, el sistema global soportó varios momentos críticos provocados por crisis de deuda de países emergentes, derrumbe de cotizaciones de algunos activos o insolvencia de agentes financieros. Pero todos esos episodios afectaron segmentos parciales del mercado, no se generalizaron a todo el mundo del dinero ni contagiaron severamente a la economía real de los países y al comercio internacional. En cambio, la crisis inaugurada en el 2007, con el derrumbe de las hipotecas subprime norteamericanas, provocó una conmoción que abarcó a la totalidad de los mercados financieros y desencadenó una profunda contracción en la economía real.
En la actualidad, el sistema mundial confronta problemas no resueltos y, en primer lugar, las asimetrías en los niveles de bienestar derivados de la desigualdad en la distribución de los frutos del progreso técnico entre los países y dentro de cada uno de ellos. Los problemas “históricos” de la globalización se entrecruzan ahora con la gran crisis financiera y sus repercusiones en la economía real. En este escenario resaltan tres cuestiones principales. Primero, la inviabilidad de un sistema financiero planetario desregulado, centrado en la especulación. Segundo, la imposibilidad de seguir cerrando la brecha ahorro-inversión a través del déficit externo de los Estados Unidos. Tercero, la emergencia de las grandes naciones de Asia como nuevos protagonistas de las relaciones internacionales. En este desordenado sistema global, nuestro país debe trazar su política económica y fortalecer su libertad de maniobra, para no volver a quedar atrapados en la deuda y la subordinación a la irracionalidad de los mercados.
* Director editorial de Buenos Aires Económico

Fuente: http://www.elargentino.com/nota-94302-Los-origenes-del-desorden-financiero.html

domingo, 6 de junio de 2010

URUGUAY Y ARGENTINA ESTRECHAN SUS RELACONES POLÍTICAS Y ECONÓMICAS

Los presidentes de Uruguay y Argentina, José Mujica y Cristina Fernández, asesorados por varios de sus ministros, se reunieron el 2 de junio en la Estancia Presidencial de Anchorena, en territorio uruguayo, para abordar una amplia agenda destinada a relanzar las relaciones entre los dos países, deterioradas después de cuatro años y medio de agria controversia por la instalación de una planta de celulosa cuyos efluentes son arrojados a las aguas del Río Uruguay, limítrofe entre los dos Estados.

Antecedentes

A poco de iniciar su mandato, en el 2005, el Presidente Tabaré Vázquez autorizó el inicio de las obras de la fábrica de celulosa de la empresa finlandesa “Botnia”, en el Departamento de Fray Bentos, en las costas del Río Uruguay. Era la culminación de un proyecto del Partido Colorado –actualmente en la oposición-, apoyado por el Banco Mundial, cuyo primer eslabón fue la sanción de la Ley de Forestación en 1987 y que el Frente Amplio hizo suyo y dio puntillazo final al autorizar la construcción de la planta.

La producción de celulosa, y los presuntos efectos contaminantes de sus desechos, son discutidos por los especialistas y combatida por las organizaciones que defienden la preservación del medio ambiente, como Greenpace. A ello se agrega que Uruguay estaba obligado por el Tratado de 1975 del Río Uruguay, a informar a la Comisión Mixta creada por este documento y atenerse a su dictamen. Este trámite no se cumplió y el fallo del 20 de abril de este año, de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, acaba de confirmarlo.

La decisión del gobierno uruguayo de autorizar la construcción de la planta, provocó la violenta reacción de un sector social de la ciudad argentina de Gualeguaychú, en la Provincia de Entre Ríos, situada en el lado opuesto del río, el que decidió bloquear el puente “General San Martín”, que comunica a la ciudad entrerriana con la ciudad uruguaya de Fray Bentos. Esta reacción fue apoyada por el Gobernador de Entre Ríos e incluso por el entonces Presidente argentino, Néstor Kirchner, en el marco de una campaña electoral.

El gobierno uruguayo protestó por este bloqueo, que en algunos momentos se extendió a los otros dos puentes sobre el mismo río, argumentando que violaba el Tratado del MERCOSUR ya que obstruía el movimiento comercial y de personas entre dos países integrantes del área.

Hubo intentos de encontrar una solución al diferendo. El presidente Vázquez se reunió en Santiago de Chile. el 11 de marzo de 2006, con el Presidente Kirchner y Vázquez hizo un llamado a la empresa Botnia para que suspendiera las obras durante 90 días, para continuar la búsqueda de una salida al diferendo La empresa dijo que no iba a dar este paso y fue apoyada por los partidos de oposición –el Colorado y el Blanco. Vázquez no insistió y, en sus intervenciones públicas, posteriores elevó su tono crítico al bloqueo y a la pasividad del gobierno argentino, creando un clima de “chauvinismo” que tuvo rápido eco a nivel de los medios de prensa y de amplios sectores populares donde subyacen viejas rivalidades originadas en la historia política de ambos Estados y en la esfera deportiva.

El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos

A este problema puntual se agregaba otro de importancia estratégica mucho mayor: el camino para la inserción del Uruguay en el mundo.

Los partidos conservadores, Colorado y Blanco, a partir de la dictadura del Coronel Lorenzo Latorre, 1876-1879, el que fue colocado en el poder por los grandes ganaderos exportadores de lana y el gran comercio exportador e importador, alinearon sus relaciones económicas con Inglaterra que pudo concretar el papel de “Estado tapón”, asignado a Uruguay por la “Doctrina Canning” del imperialismo inglés cuyo objetivo era introducir una cuña entre Argentina y Brasil para no perder influencia en la región. Después de la Primera Guerra Mundial, Uruguay buscó ese apoyo externo en el imperialismo norteamericano.

La izquierda uruguaya, históricamente ha sido antiimperialista y en el siglo XX, como toda la izquierda latinoamericana, considera que el imperialismo norteamericano es el enemigo principal de estos pueblos.

No obstante, cuando el Presidente Tabaré Vázquez dio a conocer su gabinete, en febrero del 2005, apareció el nombre del señor Jorge Lepra para el Ministerio de Industrias. Lepra no tenía antecedentes políticos y menos en la izquierda. Se trataba de un ex gerente de la compañía petrolera norteamericana “Texaco”.

Pronto la incógnita quedó develada. Su tarea consistía en instrumentar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, tratado que Uruguay no podía firmar unilateralmente, al margen del MERCOSUR, pues las concesiones arancelarias violaban el Arancel Externo Común. El primer paso lo había dado el gobierno del señor Jorge Batlle (2000-2005), del Partido Ciolorado, que había preparado un Tratado de Inversiones, que envió al Poder Legislativo, en enero de 2005, para que lo pusiera en marcha el Frente Amplio que tenía mayoría absoluta en las cámaras. Es decir, que el conflicto sobre la planta de celulosa sirvió de “cortina de humo”, para una operación mucho mayor: una alianza estratégica con Estados Unidos a contrapelo de la integración continental antiimperialista.

El Presidente Mujica rectifica el rumbo de la política exterior

Durante la campaña electoral, el candidato del Frente Amplio a la Presidencia de la República, dio señales claras en sus viajes a la Argentina y los contactos extra oficiales que mantuvo con las autoridades argentinas, que su intención era recomponer las relaciones con el vecino país y dar un mayor impulso a la integración latinoamericana. Después de asumir, los tres países visitados donde expresó la voluntad política del nuevo gobierno, fueron Argentina, Brasil y Venezuela.

El encuentro presidencial de Anchorena, es el resultado de un trabajo de ambas cancillerías que prepararon una agenda de 27 temas, que expresa la voluntad de los dos gobiernos rioplatenses de seguir el rumbo marcado por la epopeya independentista hispanoamericana cuyo Bicentenario celebran los pueblos este año.

La Declaración de los presidentes Mujica y Fernández, y luego la conferencia de prensa, revelan la intención de abordar en común problemas energéticos, comerciales, militares, el dragado de los ríos fronterizos, y el monitoreo conjunto de la “salud” del Río Uruguay, entre otros. Este último en cumplimiento del fallo de la Corte de La Haya.

El bloqueo de los puentes queda librado a la “persuasión” política y social argentina. La Presidenta Cristina Fernández condenó el bloqueo pero señaló que su gobierno no utilizará la fuerza para reprimir siguiendo la política que ha trazado frente a todo los cortes. Señaló que la oposición de su país quiere empujar a su gobierno a la represión para luego escandalizar cuando aparecen las víctimas.

Los mandatarios se comprometieron a instrumentar en próximas reuniones los proyectos de la agenda concertada.

Ruiz Pereyra Faget

lunes, 24 de mayo de 2010

EL CAPITALISMO MÁGICO



Marx explicó su naturaleza y desarrollo en el Tomo III de “El Capital”. Le llamó “capital ficticio”- Cuarenta años después, Lenin subrayó su carácter dominante en toda una écoca, monopólico y parasitario- Samir Amin, coincidiendo con Lenin, ha definido la época de comienzos de este Milenio como de “Enfermedad Senil del Capitalismo”. La vida ha confirmado el análisis teórico de Carlos Marx Hoy, nada menos que el “Financial Times!” habla de una “mutación” del sistema, donde la actividad financiera sustituye “mágicamente” el proceso de producción basado en la obtención de plusvalía (D-M-D’ cede su lugar a D-D’, de acuerdo a la tesis marxista).

La solución teórica y práctica

Los economistas del sistema dominante –que es el de la clase dominante- sostienen que con mayores controles del Estado sobre las operaciones financieras, el problema está resuelto. También hay ilusos que defienden la idea de trabar con impuestos la actividad de los especuladores. Tendrían que releer a Marx para conocer la verdad.

La solución, como argumentaban Marx y Lenin, es otra: el derrocamioento de esa clase dominante por una revolución social, pero el camino, como ha demostrado la historia del siglo XX, es muy tortuoso. Entre tanto, marcharemos de crisis en crisis cada vez más profundas. y el antagonismo social y la lucha de las masas oprimidas, será cada vez mayor.

Los cerebros del sistema financiero

El corazón del sistema son los bancos. Cuentan con el respaldo de los bancos centrales. Los bancos nunca pierden: si están al borde de la quiebra saben que tienen al banco central como prestamista de última instancia y crédito muy barato “para que se recuperen”. Los banqueros y los políticos vinculados a las finanzas defienden la “independencia” de los bancos centrales. Es una gran mentira para engañar a incautos. Los presidentes de los bancos centrales en los países capitalistas desarrollados y también en países dependientes, son hombres que han hecho su carrera en la banca privada. Se proclaman “defensores de la estabilidad monetaria” pero, en realidad, fomentan la especulación de los bancos a los cuales están ligados.

Es tal el poder que tienen los bancos centrales –y a través de éstos los banqueros- que a su cargo está toda la política monetaria, incluyendo emisión, tasas de interés, crédito. Dejan al gobierno la política presupuestal que, para que no interfiera la política monetaria, debe asegurar, rigurosamente, el equilibrio entre ingresos y gastos.

En Estados Unidos y en la Unión Europea, se da más crédito a la opinión del presidente de la Reserva Federal y al presidente del Banco Central Europeo, que a los propios gobernantes. Alan Greenspan, presidió la Reserva Federal desde la década de los 80` hasta el 2005. Sus declaraciones ante el Congreso eran recibidas como se provinieran de un oráculo sagrado y las cadenas internacionales de televisión se encargaban de difundirla en todo el mundo para que todos los países ajustaran sus políticas a las previsiones y “consejos” del augur.

En la Unión Europea el asunto es aún más complicado porque, por un lado existe el BCE que dirige toda la política monetaria de los países que la integran y que carecen de soberanía en la materia. El francés J.C. Trichet, que representa a los banqueros alemanes y franceses, es el augur. Detrás de él aparece, en segunda plano, la Canciller de Alemania, Ángela Merkel,

Políticas monetarias y contradicciones

Frente a la crisis económica y financiera que afecta a Estados Unidos, la Unión Europea y el Japón, que aportan el 60% del Producto Bruto Mundial, los bancos centrales siguen políticas monetarias aparentemente distintas aunque, en verdad, están unidas por el mismo objetivo: salvar al capitalismo financiero.

Estados Unidos, que cuenta con el privilegio de una moneda de alcance universal que ha perdido, desde la década de los 70’, todo contacto con la economía real, la política monetaria expansiva y el déficit presupuestal están orientados a debilitar al dólar para hacer su comercio exterior más competitivo y poner límites al crecimiento, hasta ahora imparable, de su déficit de cuenta corriente que es insostenible a largo plazo, según los economistas.

La Unión Europea, por su parte, dirigida por el Banco Central Europeo, exige a los países con grandes deudas y déficits fiscales –que son la mayor parte- que pongan sus cuentas al día, imponiendo una contracción violenta de los ingresos y servicios sociales de los trabajadores. El cálculo de los financistas de que sólo en estas condiciones el BCE podría comprar parte de su deuda, ha fallado porque nadie cree que este plan de “shock” violento pueda resultar sin provocar un estallido social. Y esta desconfianza, en el éxito del “Plan de Estabilización y Crecimiento”, ha provocado la caída del euro, frente al dólar, de un 30% en pocos meses.

El Japón

En Japón, a su vez, padece el estancamiento económico, con altibajos, desde 1987 lo que, en las condiciones actuales del mundo, estaría marcando, también, su inexorable declinación como tercera gran potencia económica.

El imperialismo nipón fracasó en su intento de colonizar a China en el período 1936-1945 y al ser derrotado por el imperialismo norteamericano, en 1945, quedó sometido a las reglas que este le impuso. Su industria automovilística, de transportes y de bienes intermedios, a las que fue incorporando las tecnologías más avanzadas, tuvo como destino principal, el mercado de Estados Unidos. Pero la productividad en la agricultura y en la industria no manufacturera, a cargo de pequeñas y medianas empresas, cuya producción está dirigida al mercado interno, ha sido baja y subsisten por la elevada protección del Estado.

En la década de los 60 la economía japonesa creció a un ritmo febril del 10% anual. En la década siguiente las grandes corporaciones industriales y financieras eran importantes exportadores de capital directo y especulativo. Sus destinos fueron Estados Unidos y países asiáticos como Corea del Sur, Indonesia y Malasia. La rápida acumulación de dinero encontró, en la esfera interna, una vía de aplicación en la especulación inmobiliaria. Ésta se desplomó en 1987, iniciándose una inflexión en el proceso económico, creciendo los gastos del Estado en el salvataje de bancos, subsidios y previsión social.

La competencia de China y otros países asiáticos en las exportaciones al mercado norteamericano, intensificada a partir de los 80, es la causa principal de este estancamiento. No obstante, Japón acumula grandes reservas monetarias que provienen de sus exportaciones y de sus inversiones en el e4xtranjero. El envejecimiento de la población y la inseguridad en el futuro, motiva que los japoneses sean reacios al consumismo, siendo sus cuentas de ahorro muy abultadas. La necesidad de asegurar los servicios sociales básicos y los subsidios a la agricultura han llevado el endeudamiento del Estado al 200% del PIB y al consiguiente déficit fiscal. La política seguida por los gobiernos japoneses para mantener el equilibrio macroeconómico, es la inyección permanente del Banco Central de crédito a los bancos con tasas de interés próximas a cero. Con este dinero, los bancos compran los bonos de deuda del Estado, financiando el déficit presupuestal, modernizan sus plantas industriales exportadoras e invierten en el extranjero, alcanzando así amplios superávits en las balanzas comercial y financiera. La debilidad de su mercado interno y las restricciones del consumo norteamericano, están afectando sustancialmente el éxito de la política seguida en estos últimos veinte años. En el 2009, por primera vez en muchas décadas, la balanza comercial de Japón con Estados Unidos ha sido deficitaria.

Un cambio de época

La inestabilidad de las principales monedas –el dólar, el euro y la libra esterlina- y de las bolsas son jauja para los grandes especuladores financieros, pero también un indicador de la agonía del sistema.

El eje del capitalismo que tuvo como protagonistas principales a Inglaterra, en el siglo ZIX y a Estados Unidos en el siglo XX, al que se sumaron, después de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Europea y el Japón, entra en declinación progresiva y se desplaza hacia Oriente.

En este período se acentuarán las crisis económicas y aumentarán las tensiones políticas. El marco político mundial cuyo escenario principal es la Organización de las Naciones Unidas, será reestructurado, así como el sistema monetario. Pero estos cambios serán tenazmente resistidos por las potencias que hoy tienen la hegemonía

América Latina, por su menor desarrollo relativo y la precariedad de su proceso de integración, tratará de ser dividida por las políticas coordinadas de Estados Unidos y la Unión europea, acompañadas por las oligarquías nacionales que sólo buscan beneficios inmediatos. En consecuencia, no hay que alimentar ilusiones exageradas de sostener que mientras las economías de Estados Unidos, la Unión europea y Japón se hunden, vamos a escapar de la violencia de ese impacto. Brasil será el primero que lo recibirá y tras él le seguirán Argentina y el resto del continente.

Estas son algunas de las lecciones que nos ha ofrecido la convulsa historia contemporánea.

Ruiz Pereyra Faget

viernes, 7 de mayo de 2010

LA CRISIS GRIEGA PROYECTA UN EFECTO DOMINÓ SOBRE EL RESTO DE LA ZONA DEL EURO

Desde que la moneda europea empezó a circular, el 1º de enero de 2002 eliminando a las monedas nacionales, hasta los más pesimistas apostaban a un desarrollo rápido y pujante de la vieja Europa Occidental. Pero la economía capitalista tiene sus leyes que son inexorables y, entonces, tras el auge y la gran especulación –generalmente inmobiliaria-aparecen las sorpresas que ni sus más renombrados garúes podían imaginar.

Telón de fondo

“La caída del comercio fue un hecho histórico sin precedentes desde el fi nal de la Segunda Guerra Mundial, tanto por su celeridad como por su magnitud y por el alto grado de sincronización entre los países”, expresa el Informe Anual 2009 del Banco Central Europeo.

“El principal factor determinante del desplome del comercio fue la fuerte contracción de la demanda mundial. La actividad económica mundial sufrió una brusca caída, registrándose
descensos del nivel del producto del 1,2% en el cuarto trimestre de 2008 y del 1,4% en el primer trimestre de 2009. Sin embargo, los volúmenes de comercio se redujeron mucho más de lo previsto dada la magnitud de la contracción general de la demanda final, lo cual puede explicarse, en parte, por una serie de factores”, sostiene el Informe.

Ya, en el último trimestre de 2008, la quiebra del banco de inversiones, Lehman Brothers, arrastró a numerosos bancos europeos. Algunos fueron salvados por el Banco Central Europeo, otros se fusionaron, otros quebraron y otros fueron nacionalizados. Pero el derrumbe del dólar y la resistencia del Comité del BCE de acompañar a la Reserva Federal en la reducción de las tasas de interés, dotaron de mayor poder al euro. Muchos lo vieron como opción al dólar como moneda universal de reserva. El 15 de julio del 2008 llegó a cotizarse a 1,60 por dólar. En las últimas semanas, el debilitamiento del euro es notorio –su relación con el dólar está por debajo de 1,30 y, si las cosas siguen como están planteadas, le esperan días sombríos.

Grecia

En estos días la ventana de entrada del ventarrón violento de la crisis económica y financiera, que está provocando una explosión social, es Grecia. Este país está gobernado desde octubre por el Partido Socialista /PASOK), cuyo líder y Primer Ministro es Georges Papandreu, el tercero de una dinastía de políticos con ese apellido de la postguerra. Su consigna electoral fue que los trabajadores “no pagarían la crisis”.

La economía de este país, dentro de la Eurozona, constituida por 16 países, es muy pequeña: apenas un 2% de su Producto Interno Bruto. ¿Qué es lo que la hace, entonces, peligrosa? En primer lugar, los equilibrios macroeconómicos negativos de otros países, como Portugal, España, Irlanda, Bélgica e Italia y las “soluciones” que el capitalismo financiero parasitario que domina la economía mundial, ofrece para superarla.

Los datos gruesos de la situación económica de Grecia son: Un Producto Interno Bruto (PIB) de 250 mil millones de euros; un déficit fiscal del 14% del PIB, una deuda pública (300 mil millones de euros) equivalente a un 120% del PIB (en los dos últimos años ha crecido a una tasa anual del 10%) y un déficit de Cuenta Corriente (movimiento comercial y financiero externo) del 10% del PIB. Las causas de este panorama es la caída en el 2009 de su comercio exterior, el desempleo que le siguió y la abrupta reducción de la demanda. El desempleo fue muy marcado en la construcción y en la industria manufacturera. The Economist, de Londres, estima que en el 2014, la relación deuda/PIB será de un 150%. La población de Grecia es de 11 millones de habitantes y su Producto Per Cápita, 22.700 euros (29.300 dólares).

La “solución” que plantean el BCE y el FMI, es un programa económico contractivo (deflacionario) (reducción y congelación de salarios y jubilaciones; eliminación del aguinaldo, reducción del 50% del funcionariado municipal, elevación de la edad jubilatoria, aumento al 23% del IVA). Con estas medidas, el gobierno griego se compromete a reducir 11 puntos porcentuales el déficit presupuestal, en tres años, bajándolo a un 3%.

Decimos que es un programa deflacionario porque a cualquier país de la Zona Euro le está vedado el manejo de la moneda pues es una competencia del Banco Central Europeo, lo cual elimina cualquier posibilidad de una devaluación. A cambio del plan propuesto por Papandreu, el BCE y el Fondo Monetario Internacional, le prestan al gobierno griego 110 mil millones de euros, a un interés del 5% anual, para cumplir con sus obligaciones financieras. El 40% de la deuda es con bancos alemanes y franceses.

España

Los datos macroeconómicos varían en España, Portugal, Irlanda o Italia así como la participación interna y externa de los acreedores.

España tiene un PIB de 1 billón 300 mil millones de euros y un Producto Per Cápita de 22.480 euros. Es la quinta economía, en tamaño absoluto de la Eurozona. Su fuerza laboral activa es de 23 millones de trabajadores y tiene un 20% de esta fuerza (4 millones), desocupada. El 73% de sus exportaciones son a la Unión Europea y mantiene un déficit comercial total del 8%. Su deuda externa, pública y privada es de 1 billón 700 mil millones de euros y la relación con el PIB es del 131%. Un dato importante es que sólo el 20% de esta deuda es pública

Durante 18 años, España ha tenido, al igual que toda la zona euro, un largo período de prosperidad que se volvió negativo en la segunda mitad del 2008. Explotó, entonces, la enorme burbuja inmobiliaria –buena parte de estas inversiones especulativas con de origen alemán- paralizándose la construcción. En dos años, la desocupación obrera pasó del 9 al 20%. El déficit fiscal es del 11% del PIB. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento Económico de la Zona Euro, establece un límite máximo del 3% de este déficit.

El Gobierno ha aprobó el 29 de enero un Plan de Sostenibilidad de las cuentas públicas, que contempla un recorte del gasto de 50.000 millones de euros para el conjunto de las administraciones públicas entre 2010 y 2013. La reducción prevista para este año es el equivalente al 0,5% del PIB. Estos cortes afectarán los salarios, los servicios sociales. También se aumentará la edad para el retiro jubilatorio.

El sistema bancario español es relativamente sólido y el Banco de España ha obligado a aquellos a mantener una caja de seguridad para resistir una eventual fuga de capitales. El hecho de que la deuda pública externa sea manejable, favorece esas medidas de prevención. El gran tema es cómo reactivar la economía, sin inversiones privadas y con un déficit fiscal de la magnitud del señalado. La Bolsa de Valores está en caída libre, expresión de la falta de confianza de los inversores en el futuro del país.

Italia

Italia es, a su vez, la tercera economía de la Eurozona, según el Banco Mundial, con un Producto Interno Bruto de un billón y medio de euros. Su deuda externa es de 1 billón de dólares equivalente a un 52% del PIB. Su balanza comercial es positiva, su tasa de desocupados es de un 8.5% de la fuerza laboral activa: 27 millones de trabajadores. No obstante, la OCDE estima que la desocupación superará en el 2010, el 10% y la deuda pública externa llegará al 110% del PIB. En el 2009, el PIB cayó un 5.3%. El 65% de la fuerza laboral está en el sector servicios. El déficit fiscal alcanza al 6% del PIB.

Otros países europeos con elevados desequilibrios fiscales son: Irlanda, 14%; Noruega, 9.7%; Polonia, 7.5%; Reino Unido, 11.4%; Rumania, 8.3%; Portugal, 9.4%. Todos se aprestan a poner en marcha políticas contractivas realimentando un círculo vicioso de duros recortes presupuestales que pagarán los trabajadores con desocupación y reducción de los salarios y al mismo tiempo, la incapacidad del Estado de ponerse al frente de la inversión, por falta de recursos monetarios que solo poseen el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, así como del nivel del endeudamiento público alcanzado. De esta manera, la Unión Europea y el Reino Unido han entrado en un profundo período de recesión.

Alemania tiene la batuta

El liderazgo incuestionable de la Eurozona lo tiene Alemania. Su economía ocupa el primer lugar en la región y el cuarto en el mundo. En consecuencia, recae sobre ella el peso fundamental de las decisiones. Las encuestas revelaron que el 60% de los alemanes se oponen a concederle el préstamo que solicita Grecia, aconsejando a Papandreu que abamdone el euro- El gobierno alemán acompañaba este estado de opinión pero recibió intensas presiones de otros países de la Zona e incluso de Estados Unidos accediendo finalmente pero estableciendo severas condiciones y formulando advertencias sobre su posición futura frente a situaciones similares. Procuró y logró la participación del Fondo Monetario Internacional y que los préstamos a Grecia fueran contratos bilaterales entre varios países de la zona del Euro.

“Europa está mirando hacia Alemania, expresó la canciller, Ángela Merkel” en su intervención del 5 de mayo en el Parlamento. “Sin nosotros o contra nosotros no puede haber ninguna decisión que sea económicamente viable y que satisfaga los requerimientos tanto a nivel del derecho europeo como del derecho nacional”. Y agregó: “Un buen europeo no es necesariamente el que ayuda rápido, un buen europeo es quien está atento a los tratados europeos y al derecho nacional para que la estabilidad de la zona del euro no experimente daños. Aludía, evidentemente, a los Estados que no cumplen con las pautas macroeconómicas del Pacto de Estabilidad de Maastricht que son: 1) Inflación hasta un 1% por encima del promedio de los tres países con inflación más baja; 2) Deuda Pública no superior al 60% del PIB; 3) Déficit fiscal no superior al 3% del PIB.

Seguidamente advirtió: “Europa está en la encrucijada. Europa debe decidir si quiere seguir en el camino del pasado, aquel en que no se mencionó a los problemas por su nombre, no fueron abordados en forma consecuente y se esperó que las cosas se arreglaran de alguna manera y que todo seguiría su curso”.

Los próximos meses nos mostrarán las múltiples contradicciones que estallarán en la Unión Europea que, por la carencia de un centro político de decisiones, independiente de los Estados miembros, harán olvidar las dificultades que ha tenido y tiene Obama, con un Poder Ejecutivo fuerte, de imponer controles al todopoderoso sistema financiero dominante.

domingo, 25 de abril de 2010

ADAM SMITH: ÉTICA Y ECONOMÍA

El Manifiesto Economista

Amartya Sen*

23 de abril de 2010.

Si en el siglo XVIII el filósofo Adam Smith no ha sido el fundamentalista del mercado, su pensamiento sí lo ha sido. Por lo tanto, es el momento de examinar sus ideas hasta la crisis financiera actual.

“La Teoría de los sentimientos morales”, el primer libro de Adam Smith, fue publicado a principios de 1759. Smith, entonces un joven profesor de la Universidad de Glasgow, tenía cierta ansiedad comprensible sobre la recepción por el público del libro, que estaba basado en sus conferencias bastante progresistas. El 12 de abril, Smith escuchó de su amigo David Hume en Londres acerca de cómo el libro había sido recibido. Si Smith, Hume le dijo, estaba preparado para "lo peor", entonces ahora le debe dar "la triste noticia" que, lamentablemente, "el público parece dispuesto a aplaudir su libro entusiastamente". "Eran buscadas por en el tonto de personas con cierta impaciencia, y la multitud de literatos están empezando, ahora, a ser muy fuerte en sus alabanzas. Esta insinuación alegre del éxito inicial del primer libro de Smith fue seguida por la aclamación de la crítica seria del que es uno de los libros verdaderamente excepcionales en la historia intelectual del mundo.

Después de su éxito inmediato, “Los Sentimientos Morales” entró en una especie de eclipse desde el comienzo del siglo 19, y Smith se vio cada vez más casi exclusivamente como el autor de su segundo libro, “Una investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones”, publicado en 1776, que transformó el tema de la economía. El descuido de Los Sentimientos Morales, que se prolongaron a través de los siglos 19 y 20, han tenido dos efectos bastante desafortunados.

En primer lugar, a pesar de que Smith fue en muchos sentidos el primer analista de la necesidad de la imparcialidad y universalidad de la ética (Los Sentimientos Morales precedieron a la más conocida y mucho más influyente contribución de Immanuel Kant, quien se refiere a Smith con generosidad), ha sido completamente ignorada en la ética contemporánea y en la filosofía.

En segundo lugar, aunque las ideas presentadas en La Riqueza de las naciones han sido interpretadas en gran medida sin referencia al marco ya existente en Los Sentimientos Morales (en el que Smith se basa sustancialmente en el libro más tarde), el entendimiento típico de La Riqueza de las Naciones se ha visto limitado, en detrimento de la economía como un sujeto. El abandono se explica, entre otras cuestiones, a la a las exigencias de racionalidad, a la necesidad de reconocer la pluralidad de las motivaciones humanas, a las relaciones entre ética y economía, y la interdependencia entre las instituciones en general y en particular entre los mercados, en el funcionamiento de la economía.
Más allá del amor propio

Smith discutió que para explicar la motivación para el intercambio conómico en el mercado, no tiene que valerse de ningún otro objetivo que la búsqueda del interés propio. En el pasaje más ampliamente citado de La Riqueza de las Naciones, escribió: "No es de la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero que esperamos nuestra cena, sino de su relación con su propio interés. Nos dirigimos, no a su humanidad sino a su amor propio. " En la tradición de la interpretación de Smith como el gurú del egoísmo o el amor propio (como a menudo se le llama, no con gran admiración), la lectura de sus escritos no parece ir mucho más allá de las pocas líneas, a pesar de que la discusión se dirige sólo a una cuestión muy concreta, a saber, el intercambio (en lugar de la distribución o de la producción) y, en particular, la motivación subyacente de cambio. En el resto de los escritos de Smith, hay extensas discusiones sobre el papel de otras motivaciones que influyen en el comportamiento de las acciones humanas.

Más allá del amor propio, Smith discute cómo el funcionamiento del sistema económico en general y del mercado, en particular, pueden ser ayudados enormemente por otros motivos. Hay dos proposiciones distintas aquí. La primera es una de la epistemología, en relación con el hecho de que los seres humanos no se guían sólo por rl beneficio propio o incluso por la prudencia. El segundo es uno de la razón práctica, con la participación de la afirmación de que hay buenas razones éticas y prácticas para fomentar otros motivos que que no sea el interés, ya sea en la forma cruda del amor propio o en la forma refinada de la prudencia. De hecho, Smith sostiene que aunque la "prudencia" es "de todas las virtudes la más útil para la persona", "la humanidad, la justicia, la generosidad y el espíritu público, son las cualidades más útiles a los demás". Estos son dos puntos distintos, y, por desgracia, una gran parte de la economía moderna los tiene tan poco en cuenta, en la interpretación de Smith.

La naturaleza de la actual crisis económica demuestra muy claramente la necesidad de que las desviaciones de sean rápidamente corregidas a los efectos de lograr una sociedad decente.. Incluso John McCain, el candidato republicano en el 2008 en las elecciones presidenciales de EE.UU. se quejaba constantemente en sus discursos de campaña de "la codicia de Wall Street". Smith tenía un diagnóstico para esto. Llamó los promotores de tales riesgos excesivos en busca de ganancias "hijos pródigos y proyectores» - que, dicho sea de paso, es bastante una buena descripción de muchos de los empresarios de los vendedores de seguros e hipotecas subprime en el pasado reciente.

El término "proyector" es utilizado por Smith no en el sentido neutro “del que forma un" proyecto, pero en el sentido peyorativo, al parecer común a partir de 1616 (o al menos eso dicen el “Pequeño Diccionario de Oxford en Inglés)”, lo que significa, entre otras cosas ", un promotor de las empresas de burbujas; un especulador, un tramposo". De hecho, retrato poco favorecedor de Jonathan Swift el "proyector" en Los viajes de Gulliver, publicado en 1726 (50 años antes de La Riqueza de las Naciones), se corresponde estrechamente con lo que Smith parece haber tenido en mente. Confiar totalmente en una economía de mercado no regulada puede resultar en una terrible situación en la que, como Smith escribe: "una gran parte del capital del país" "es sacado de las manos que tenían más probabilidades de hacer un uso rentable y ventajoso de él , y arrojarlo en las manos de los que más probablemente lo destruyan y lo conviertan en basura. ".

Falsos diagnósticos

El intento de ver a Smith como un defensor del capitalismo puro, con completa confianza en el mecanismo de mercado guiado por motivos de rentabilidad pura, es totalmente desacertada. Smith nunca usó el término "capitalismo" (no he encontrado sin duda un ejemplo). Más importante aún, no estaba destinado a ser el gran campeón del mecanismo de mercado basado en las ganancias, ni se mencionan la importancia de otras instituciones económicas que no sean los mercados.

Smith estaba convencido de la necesidad de una economía de mercado que funcione bien, pero no de su suficiencia. Sostuvo con fuerza contra muchos falsos diagnósticos de la terrible "comisiones" de la economía de mercado, y sin embargo en ninguna parte se niega que los rendimientos de la economía de mercado presenta importantes "omisiones". Rechazó el mercado con exclusión de las intervenciones, pero no rl mercado-incluidas las intervenciones encaminadas a hacer las cosas importantes que el mercado no puede hacer.

Smith vio el objetivo de la economía política como la búsqueda de "dos objetos distintos": "en primer lugar, proporcionar unos ingresos abundantes o de subsistencia para el pueblo, o más correctamente para que puedan proporcionar dichos ingresos o de subsistencia para sí mismos y, segundo, proveer al Estado con unos ingresos suficientes para los servicios públicos ". Defendió servicios públicos como la educación gratuita y el alivio de la pobreza, al tiempo que exige una mayor libertad para los indigentes que recibe más apoyo que las que permitían las severas leyes punitivas de pobres de su tiempo. Más allá de su atención a los componentes y las responsabilidades de un sistema de mercado que funcione bien (como el papel de la rendición de cuentas y la confianza), que estaba profundamente preocupado por la desigualdad y la pobreza que pueden permanecer en una economía de mercado de otra manera exitosa. Incluso en el trato con las regulaciones que restringen los mercados, Smith, además, reconoció la importancia de las intervenciones en nombre de los pobres y los desvalidos de la sociedad. En un momento dado, da una fórmula simple: "Cuando la regulación, por lo tanto, está a favor de los trabajadores, siempre es justa y equitativa, pero a veces sucede lo contrario cuando está a favor de los maestros." Smith fue tanto un defensor de una estructura institucional plural y un defensor de los valores sociales que trascienden, em principioo, el afán de lucro, así como su alcance real.

Loa sentimientos personales de Smith también son relevantes aquí. Sostuvo que nuestro "primeras percepciones" del bien y del mal "no puede ser el objeto de la razón, sino del sentido inmediato del sentir". A pesar de que nuestras percepciones primero pueden cambiar en respuesta a un examen crítico (como Smith también señaló), estas percepciones aún nos pueden dar pistas interesantes sobre nuestras inclinaciones y predisposiciones emocionales.

De los rasgos sobresalientes de la personalidad de Smith es su inclinación a ser lo más inclusivo posible, no sólo localmente sino a nivel mundial. Él reconoce que es posible que tengamos obligaciones especiales a nuestros vecinos, pero el alcance de nuestra preocupación en última instancia, debe trascenderlo local. Con esto quiero significar que el entendimiento de que la cpmce`coón ética de Smith se corresponde con una fuerte inclinación a ver a la gente en todas partes, siendo esencialmente similares. Hay algo muy notable en la facilidad con la que cabalga Smith sobre las barreras de clase, género, raza y nacionalidad de los seres humanos con una presunta igualdad potencial, y sin ninguna diferencia innata de talentos y habilidades.

Hizo hincapié en el abandono de lod talentos humanos por la falta de educación y el carente desconocimiento de la obra de la naturaleza por muchos miembros de las clases trabajadoras a que se ven obligadas por las circunstancias económicas. Las divisiones de clase, Smith argumentó, reflejan esta desigualdad de oportunidades, en lugar de indicar las diferencias de talentos y habilidades innatas.

Alcance global

La presunción de la similitud de los talentos intrínsecos es aceptada por Smith no sólo dentro de las naciones, sino también a través de las fronteras de los estados y culturas, como se desprende de lo que dice, tanto en los sentimientos morales y La Riqueza de las Naciones. La suposición de que las personas de ciertas razas o regiones eran inferiores, que había bastante dominio sobre las mentes de muchos de sus contemporáneos, está totalmente ausente de los escritos de Smith. Y él no se ocupa de estos puntos sólo en abstracto. Por ejemplo, se discute por qué piensa que los productores chinos e indios no se diferencian en términos de capacidad productiva de los europeos, a pesar de que sus instituciones pueden se lo impidan.

Él se inclina a ver el relativo retraso del progreso económico de África en términos de las desventajas geográficas del continente - no tiene nada, como los golfos "de Arabia, Persia, India, Bengala, y Siam, en Asia" que proporcionan oportunidades para el comercio con otras personas . En un momento, Smith estalla en ira que no disimula: "No hay un negro de la costa de África que no posea en su alma un grado de magnanimidad que el alma de su amo a menudo demasiado sórdida es incapaz de concebir”. .

El alcance mundial del razonamiento moral y político de Smith es un buen elemento distintivo de su pensamiento, pero es fuertemente complementado por su creencia de que todos los seres humanos nacen con un potencial similar y, lo más importante para la formulación de políticas, es que las desigualdades que existen en el mundo son de origen social y no de orden natural. .

Hay aquí una opinión que tiene mucha actualidad. La pertinencia global de las ideas de Smith es bastante sorprendente, y es un tributo al poder de su mente reconocer que esta visión global haya sido enérgicamente elaborada por alguien que vivió, hace un cuarto de milenio, la mayor parte de su vida en reclusión considerable en un pequeño pueblo de las costas de Escocia. Las exploraciones del análisis de Smith son de vital importancia para cualquier sociedad en el mundo en que las cuestiones de la moral, la política y la economía reciban atención. La Teoría de los sentimientos morales es un manifiesto mundial de profundo significado para el mundo interdependiente en que vivimos.


* Amartya Sen, economista hindú ganador del Premio Nóbel de Economía 1998. Se especializa en economía del Desarrollo Humano y la Pobreza. Es profesor de economía y filosofía en la Universidad de Harvard Su último libro es “La Idea de Justicia”. Reeditó la obra de Adam Smith “Los sentimientos morales”.


Fuente: The New Statesman. Semanario londinense.

Traducción: RPF.