martes, 27 de noviembre de 2012

ISRAEL O LA GUERRA COMO ÚNICA ALTERNATIVA


Israel ha iniciado una guerra contra el pueblo palestino  de Gaza, después de una provocación criiiinal y una demostración de poderío militar aplicado sin la distinción de objetivos mlitares y civiles. Es una matanza sin misericordia que revela la verdadera naturaleza del sionismo cuyo objetivo es, aliado con Estados Unidos, alcanzar una hegemonía económica, militar y civilizatoria mundial.

Sin embargo, la tendencia de la Historia no lo favorece;  tampoco a sus aliados, como Inglaterra y Francia, que siguen soñando con sus fenecidos colonialismos.

El cinismo de las  autoridades de Israel y sus aliados, no  tiene límites. Ocupa los territorios palestinos  y las Alturas del Golán, de Siria, desde 1967, desconociendo Resoluciones de las Naciones Unidas, que le han intimado a entregar esos territorios a sus legítimos dueños   y acusan al pueblo oprimido de agresores que “alteran con sus  misiles la tranquilidad de Israel”.

La Israel sionista  ha olvidado su trágico pasado y ha convertido a los territorios palestinos en un gigantesco  campo de concentración donde no hay hornos crematorios pero si misiles “inteligentes” que asesinan sin piedad a civiles inocentes.
Los judíos fueron víctimas del genocidio nazi que los persiguió en nombre de la pureza  de la raza aria y ahora pretenden colonizar toda Palestina en nombre de la raza judía, cuando tras su dramática historia  debían ser un ejemplo de tolerancia y respeto de todos los derechos y no la expresión de una insaciable voracidad de poder que parece
revivir los pactos con Jehová, el “Dios de los Ejércitos” (Samuel 1:3)  de  “pueblo elegido entre todos los pueblos”  y una extensión de tierra para la nación(Génesis 13:14-15; Éxodo 19:5). La “tierra prometida”, a Abraham y ratificada por Jehová a Moisés en el Sinaí (desde el Mar Mediterráneo al Río Jordán) es la actual Israel más Gaza y Cisjordania.

Fiel a esta leyenda religiosa, el pueblo judío mantuvo su identidad etno- religiosa durante tres milenios mientras pasaba, en los países de Europa Occidental a controlar eslabones fundamentales del sistema económico de un mundo cambiante. Así, tuvo como enemigos al feudalismo y a las iglesias cristianas ortodoxa y católica, coautoras de sangrientos “pogroms”.

La Filosofía de las Luces y las revoluciones burguesas les otorgaron a los judíos los derechos civiles y políticos que les negaba el Antiguo Régimen, aunque subsistían resabios por el poder económico, especialmente en el sector bancario y petrolero, alcanzados en los países más desarrollados del capitalismo. Los apellidos Rothschid y Rockefeller son emblemáticos.

El reclamo de un Estado para los Judíos, formulado por el Congreso Sionista de 1899, responde al impacto del “Caso Dreyfus”, que tocó profundamente la sensibilidad de esta colectividad y de las fuerzas democráticas en Francia y en el mundo. Pero fue la estrategia imperialista de Gran Bretaña, en acuerdo con  el gran banquero y lord judeo-inglés, Lionel Wálter Rothschild, el que puso la idea en marcha, el 2 dre noviembre de 1917.

Los horrores del nazismo le dieron el impulso final al proyecto imperialista, sin tener en cuenta, como le dijo Gandhi, el “alma grande” de la India y forjador de su independencia, al sabio Albert Einstein (que le había pedido su apoyo al Estado Judío), que el pueblo árabe-palestino nunca renunciaría a sus tierras para contribuir a una presunta reparación histórica después de tres mil años.

La Organización de las  Naciones Unidas quiso conciliar ambas posiciones y resolvió dividir el territorio de Palestina para que se crearan dos Estados, uno judío y otro árabe-palestino.

Pero no todos los sionistas compartían esta solución  porque su proyecto era recuperar toda la Palestina del “Reino Unido de Israel”, tierra asignada, según la leyenda bíblica por Jehová, y Jerusalén, su capital, cuyas colinas sagradas  daban el nombre al movimiento para volver a su “antiguo hogar”. El presidente de la Agencia Judía Sionista local, representante del Congreso Mundial Judío, David Ben Gurión, y una circunstancial mayoría, aceptaron por razones tácticas (otra solución no era viable en la ONU), pero los grupos armados “Irgún” y “Stern”, que practicaban el terrorismo como estrategia de resistencia a los ingleses, la rechazaron.

El Estado Judío, con el nombre de “Israel” nació en estas condiciones artificiales, el 14 de mayo de 1948, y con él la guerra con los árabes. Luego la Guerra de los Seis Días de 1967, permitió a los sionistas, al ocupar toda Palestina, lograr su objetivo. Por estas razones, Israel no permitirá nunca un Estado Palestino independiente.

Israel está condenado a librar una guerra interminable mientras cuente con el apoyo económico y militar de Estados Unidos, cuyo “lobby” sionista maneja las herramientas fundamentales de poder de este país y de Europa, incluyendo a Rusia.

La solución en el futuro no puede ser un Estado definido por su raza sino laico y diverso religiosa y culturalmente en un territorio donde sus habitantes convivan pacíficamente.

Su papel de “cabecera de puente” de los intereses imperialistas en el Medio Oriente, que le asignó la diplomacia británica llegará a su fin cuando las dictaduras árabes, empotradas en los pozos petrolíferos que han entregado a los monopolios norteamericanos e ingleses, sean barridas por la insurrección popular. Los cambios en Egipto son una señal y es muy difícil que Morsi sea una reedición de Sadat y Mubarak, pese al pacto con Estados Unidos que lo llevó a la Presidencia de la República.
















jueves, 15 de noviembre de 2012

CHINA REALIZA UN BALANCE DE RESULTADOS Y RATIFICA SU MODELO SOCIO-ECONÓMICO


Durante una semana, el Partido Comunista Chino reunió su XVIII Congreso para renovar su dirección y la autoridad gubernamental y realizar un balance de la marcha del país en estos cinco años así como discutir la política que seguirá en el futuro.

El evento tiene una gran importancia para la República Popular de China y para todo el mundo. Para China porque por primera vez su política económica de “reforma y apertura”, iniciada en 1979, está siendo puesta a prueba por una crisis económico-financiera global de una magnitud sin precedentes; para el mundo, porque China es la segunda potencia económica con un mercado de 1.300 millones de consumidores.

En el período 1979´-2011, la economía creció a una tasa anual promedio de 8%. Este año, por la crisis existente, será de un 7’5%, después de haber caído, en julio, el promedio trimestral a un 7’4%.

Las autoridades chinas definen su modelo económico-social de “Socialismo con peculiaridades chinas”, por la restauración capitalista que han realizado y el mercado como motor de la actividad productiva.

                                      La teoría de Deng Xiaoping

El viraje histórico ocurrió  en 1978, al aprobar el Congreso las teorías de Deng Xiaoping, perteneciente a la segunda generación de comunistas chinos.

Ese año, China se encontraba al borde del colapso como consecuencia del fracaso del “Gran salto adelante”, un plan de Mao Tsé Tung que intentó convertir al país en una potencia industrial. Este fracaso generó una crisis de vastas proporciones en el seno del PCCH que Mao pretendió resolver con una purga masiva de dirigentes opuestos a su política a la que denominó la “Revolución Cultural”. Ambos acontecimientos se extendieron por 20 años (1958.1978). Mao murió en 1975 y sus partidarios, encabezados por la última esposa del fundador de la República Popular,  Jiang Qing, fueron derrotados,  En diciembre de 1978, durante la Tercera Sesión Plenaria del XI Congreso del Comité Central del Partido Comunista de China, Deng Xiaoping se hacía con las riendas del poder.

Deng, reconoció el papel de Mao como el forjador de la unidad de la nación china y sus aportes al marxismo pero calificó de erróneas sus teorías económicas.

Sostuvo que la victoria final del socialismo es inevitable y que constituye la tendencia principal de nuestra época pero su construcción depende de las características de cada país y del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en el momento de empezar su construcción. Éste es el problema central. Tampoco había que aislarse en un mundo globalizado donde los países más desarrollados estaban a la vanguardia de la revolución científico técnica que había convertido a la tecnología en una fuerza productiva directa. El programa para liberar las fuerzas productivas debía ser de reforma, flexibilizando la planificación centralizada e incorporando el mercado en lo interior y de apertura al exterior, atrayendo el capital extranjero y expandiendo el comercio.  funcionamiento del mercado para liberar a las fuerzas productivas. Afirmó que el mercado no era un principio socialista sino una herramienta de la política económica. Y para acabar con las teorías económicas maoístas, manifestó que “había que emancipar la mente” y que “la verdad solo está en los hechos”.  Insistió que el Socialismo no es el reparto igualitario sino la prosperidad para todos y que este objetivo debe cumplirse en tres etapas: la primera, proporcionar alimentación y ropa a todo el pueblo; la segunda, alcanzar una sociedad moderadamente acomodada y la tercera, la prosperidad para todo el pueblo, objetivo que se alcanzaría al celebrarse el centenario de la Revolución, en 2049.

                       El principio “Un país, dos sistemas”

Los hechos parecen haberle dado la razón –en el terreno económico y en la consolidación de la unidad del Estado chino. En 1997y 1999, fueron recuperadas, respectivamente, las colonias de Hong Kong y Macao y la doctrina aplicada –“un país, dos sistemas”- ha dejado abierta la puerta para la recuperación de Taiwán, lo que puede ocurrir, por imperativo de las leyes económicas, en las próximas décadas, a pesar de constituir una pieza estratégica del imperialismo norteamericano contra China.

Es indudable el interés teórico de las teorías de Deng Xiaoping después del derrumbe de la Unión Soviética y del Campo Socialista del este europeo.

Es útil, para esta reflexión, tomar el “Tableau Economique” que elaboró Marx y que le sirvió de modelo para explicar la circulación del capital en un país desarrollado (El médico de Louis XV, François Quesnay, fue el primero que explicó esta circulación cuando el capitalismo comercial penetraba en el campo y nacía la primera escuela de economistas, los fisiócratas): tiene dos ramas productivas; la I) la rama de alimentos y materias primas; la II) la rama industrial.

               Dos políticas diferentes: Rusia Soviética y China

Rusia, en 1917, era un país agrícola con un 90% de población campesina y su industria era muy débil y, en consecuencia, su clase trabajadora industrial. Esta situación provocó la crisis de 1921 y la Nueva Política Económica, lanzada por Lenin, basada en la creación de un mercado para los campesinos y el ingreso de capitales extranjeros, para liberar las fuerzas productivas. A esta política le puso fin Stalin en 1928.

La situación de China, en 1949, después de varias intervenciones extranjeras y la ocupación japonesa, era peor.

El nuevo gobierno revolucionario comenzó por la revolución agraria, creando las comunas populares pero no había industrias que pudieran intercambiar productos y aportar equipos modernos a estas comunes para que aumentaran su productividad. La cooperación cuando no va acompañada de productividad que sólo puede aportar la técnica, es seguramente la ruina.

A esto se agregaba lo siguiente: las inversiones debían proceder de las comunas a través de gravosos impuestos, ya que no había inversión externa ni la URSS podía proporcionarla (por razones económicas y políticas).

En nuestra opinión ésta es la causa del fracaso del “Gran Salto Adelante” de 1958.

Deng dijo en 1978: “Estamos en la ruina; no tenemos ahorro interno, los campesinos se están comiendo las raíces. Si no restablecemos el mercado y recurrimos a la inversión extranjera y ponemos en marcha la economía, el Partido perderá el poder porque un pueblo con hambre no respalda a ningún gobierno”.

                                  Las 4 modernizaciones

Deng sostuvo que había que iniciar de inmediato la modernización en 4 áreas: agricultura, industria, defensa y ciencia y tecnología.

Las reformas comenzaron por la tierra. El Estado suprimió las comunas y entregó las tierras a las familias de campesinos que, bajo contrato se comprometían a lograr determinados rendimientos y que el Estado vigilaba estrechamente. Los precios fueron liberados y el mercado se encargaba de regularlos. La producción aumentó y mejoraron las condiciones de vida de las familias campesinas.

En el sector de la industria manufacturera, se abrieron las puertas a la inversión privada china y extranjera. Surgieron diversas formas de propiedad. Junto a la estatal, la propiedad estatal-privada china, estatal-extranjera y extranjera. Los productos de estas empresas iban al mercado y los precios eran regulados por la competencia.

El paso más audaz fue la creación de cinco zonas territoriales especiales, en 1980 y cuatro años más tarde el gobierno declaró abiertas al exterior a 14 ciudades costeras. En los años siguientes se fueron ampliando las zonas a otras regiones, ciudades y ríos interiores. En 1995 fueron creadas cinco zonas libres de derechos aduaneros. En todas estas zonas y ciudades se radicaron poderosas empresas trasnacionales estadounidenses y japonesas. Luego fue penetrando el capital europeo.

A este ritmo sostenido de crecimiento de la economía, de un 8% anual, China viene duplicando su Producto Nacional Bruto cada diez años, sólo comparable a lo que fue el crecimiento económico de la URSS durante sus dos primeros planes quinquenales.

En 1991, el Estado chino tenía la fuerza suficiente para administrar la industria pesada como minas, centrales eléctricas, siderúrgicas, industria química, fabricación de ferrocarriles, puertos, automóviles, aviones y barcos. En síntesis, el Estado controla indirectamente la producción agraria y directamente la industria pesada, las comunicaciones y la banca. Su poder es inmenso. Las metas del crecimiento de estas áreas es fijada por los planes quinquenales.

                        El impacto de la crisis global

La estrategia trazada por Deng Xiaping ha sido continuada por las dos generaciones siguientes: la tercera, encabezada por Jiang Zemin y la actual, encabezada por el presidente Hu Jintao.

En estos momentos, la crisis global compromete la apertura de su economía cuando la expansión del consumo interior de bienes intermedios de alta tecnología solo llega a una tercera parte de su población y la construcción de las infraestructuras para la “conquista de su oeste”, lleva su tiempo y requiere grandes inversiones.

Esta encrucijada ha sido el tema principal del XVIII Congreso del PCCH que acaba de cerrarse.

El presidente del Banco Popular de China (Banco Central), Zhou Xiaochuan, expresó ante una comisión del Congreso que “esta año la situación económica está bajo control pero nadie puede pronosticar lo que ocurrirá el próximo año”, por el estancamiento de Estados Unidos y la profunda “crisis de deuda” de la Zona Euro, principales receptores de las exportaciones chinas. A ello hay que agregar que un tercio de las reservas monetarias chinas han sido invertidas en bonos del tesoro de Estados Unidos y que la política de expansión monetaria, sin controlar el déficit, afecta los valores de esos activos.

                             Declaración del Congreso

Al concluir sus sesiones, el Congreso ha emitido una declaración donde expresa que “ha formulado exigencias básicas para la conquista de nuevas victorias del socialismo con peculiaridades chinas; ha determinado las metas de la culminación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada y de la profundización en todos los aspectos de la reforma y la apertura; ha trazado una disposición general sobre la promoción de la causa del socialismo con peculiaridades chinas en condiciones de la nueva época; y ha planteado exigencias explícitas en cuanto a la elevación integral del nivel de la cientificidad en la construcción del Partido. El informe ha dibujado el grandioso plano de cómo consumar la edificación integral de una sociedad modestamente acomodada e impulsar con mayor celeridad la modernización socialista, lo que señala con claridad el rumbo que debemos seguir para desarrollar en mayor medida la causa del Partido y el Estado, al tiempo que representa una cristalización de la sabiduría de todo el Partido y el pueblo de las diversas etnias del país, una declaración política y programa de acción de nuestro Partido para unir y conducir al pueblo en la conquista de nuevas victorias del socialismo con peculiaridades chinas, así como un documento programátic ha formulado exigencias básicas para la conquista de nuevas victorias del socialismo con peculiaridades chinas; ha determinado las metas de la culminación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada y de la profundización en todos los aspectos de la reforma y la apertura; ha trazado una disposición general sobre la promoción de la causa del socialismo con peculiaridades chinas en condiciones de la nueva época; y ha planteado exigencias explícitas en cuanto a la elevación integral del nivel de la cientificidad en la construcción del Partido. El informe ha dibujado el grandioso plano de cómo consumar la edificación integral de una sociedad modestamente acomodada e impulsar con mayor celeridad la modernización socialista, lo que señala con claridad el rumbo que debemos seguir para desarrollar en mayor medida la causa del Partido y el Estado, al tiempo que representa una cristalización de la sabiduría de todo el Partido y el pueblo de las diversas etnias del país, una declaración política y programa de acción de nuestro Partido para unir y conducir al pueblo en la conquista de nuevas victorias del socialismo con peculiaridades chinas, así como un documento programático marxista”.

Más adelante, agrega: “El Congreso sostiene que, de acuerdo con la realidad del desarrollo económico y social del país, debemos esforzarnos por cumplir las siguientes nuevas exigencias sobre la base de la meta de la edificación integral de una sociedad modestamente acomodada establecida por el XVI y XVII Congresos: desarrollo sostenido y sano de la economía, ampliación ininterrumpida de la democracia popular, aumento notable de la cultura, elevación del nivel de vida del pueblo en todos los aspectos y avances sustanciales en la edificación de una sociedad economizadora de recursos y amigable con el medio ambiente. Para culminar la edificación integral de una sociedad modestamente acomodada, debemos, con mayor coraje político y sabiduría, profundizar sin pérdida de tiempo la reforma en las importantes áreas, deshacernos resueltamente de todas las ideas, conceptos y lacras de regímenes y mecanismos que estorben el desarrollo de carácter científico, y configurar un sistema institucional que sea completo, científico, reglamentado y de funcionamiento eficaz, para que los sistemas en los diversos dominios se vuelvan más maduros y estables”.

                            Un mensaje dirigido a Taiwán

(…) “El Congreso destaca que al ejecutar integral y acertadamente los principios de "un país con dos sistemas", "administración de Hong Kong por los honkoneses","administración de Macao por los macaenses" y alto grado de autonomía, debemos integrar orgánicamente la adhesión al principio de "un país" con el respeto a la diferencia entre "dos sistemas", la salvaguardia del Poder central con la garantía del alto grado de autonomía de las dos Regiones Administrativas Especiales, y la puesta en juego del papel de la parte continental del país como poderoso sostén con el aumento de la propia competitividad de Hong Kong y Macao. Hemos de insistir en la directriz de "reunificación pacífica y un país con dos sistemas", consolidar y profundizar la base política, económica, cultural y social del desarrollo pacífico de las relaciones interribereñas, abrir nuevas perspectivas para este desarrollo, y unirnos con los compatriotas taiwaneses para preservar y construir bien el hogar común de la nación china, a fin de crear condiciones más plenas para la reunificación pacífica”.  

El Congreso ratificó la política de paz, basada en los 5 principios de la coexistencia pacífica, y la cooperación económica con todos los países del mundo, basada en el beneficio mutuo.

                        Uno de los desafíos: la corrupción

Una preocupación fundamental fue la corrupción en el Partido. La declaración dice al respecto: “El Congreso destaca que combatir la corrupción y fomentar la política limpia constituye una posición política inequívoca que ha venido manteniendo el Partido, así como una cuestión política de capital importancia por la que se interesa el pueblo. Hemos de ocuparnos con perseverancia de la lucha contra la corrupción y por el fomento de la moralización administrativa, y permanecer siempre en estado de alerta contra la corrupción y la degeneración. Tenemos que insistir en llevar a cabo dicha lucha por el camino con peculiaridades chinas; persistir en la directriz de tratarla tanto paliativamente como de raíz, rectificar este fenómeno de modo integral y simultanear el castigo y la prevención con el acento puesto en esta última; e impulsar en todos los sentidos la implementación del sistema de sanción y prevención de la corrupción, con vistas a lograr que se mantengan íntegros los cuadros, honestos los gobiernos y limpia la política”.

                            El Partido es el conductor indiscutible

El documento destaca, finalmente, el papel rector del Partido en la construcción de la nueva sociedad “modestamente acomodada”: “El Congreso subraya que la centralización y unidad del Partido supone la base donde descansa su fuerza, así como la garantía fundamental para realizar el desarrollo económico y social, la cohesión y el progreso étnicos, y la paz y el orden duraderos del país. Cuanto más compleja sea la situación con que se enfrenta el Partido y más ardua la tarea que tiene sobre sí, tanto más necesitamos reforzar el fomento de su disciplina y salvaguardar su centralización y unidad, para formar así una potente fuerza que impulse a todo el Partido, de arriba abajo, a avanzar al mismo paso y con espíritu emprendedor”.

“El Congreso recalca que, frente a la confianza y el importante cometido del pueblo y a las nuevas condiciones y pruebas históricas, el Partido entero debe incrementar la concienciación sobre las adversidades eventuales, conducirse con modestia y prudencia y guardarse de la arrogancia y la precipitación, para mantener la mente constantemente lúcida; acrecentar la mentalidad innovadora, atenerse a la verdad y corregir los errores, para mantener siempre pujante el ánimo; reforzar la concienciación sobre su propósito fundamental, confiar y apoyarse en las masas populares, situándolas siempre en el lugar más importante de su corazón; e intensificar la concienciación sobre la misión, adoptar una actitud realista y pragmática, y fomentar el estilo de vida sencilla y lucha ardua, para preservar en todo momento la cualidad política propia de los comunistas”

                                         Las nuevas autoridades


En cumplimiento del Estatuto, en su última sesión, el 14 de noviembre, el Congreso designó el nuevo Comité Central todos ellos vinculados a la línea política desarrollada por Hu Jintao y su gobierno.

Hu Jintao fue designado Secretario General, por el Comité Central elegido por el XVII Confreso del PCCH, el 14 de noviembre de 2002. El mismo organismo designó el día 15, para sustituirlo a Xi Jinping, actualmente vicepresidente de la República, de 59 años de edad e Ingeniero Químico de profesión universitaria. Hu se alejará de la Presidencia de la República en marzo y la Asamblea Popular Nacional designará como nuevo titular a Jinping  por un período de diez años, quien también presidirá el Comité Militar.

Otros miembros del Comité Permanente del Buró Político del XVIII Comité Central del PCCh recién elegido son Li Keqiang, Zhang Dejiang, Yu Zhengsheng, Liu Yunshan, Wang Qishan, y Zhang Gaoli.












lunes, 5 de noviembre de 2012

DOS POLÍTICAS OPUESTAS ...(II)


Kichner, en su discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas, el 23 de setiembre de 2003, abordó el tema de la deuda en los siguientes términos: “Nos hacemos cargo como país de haber adoptado políticas ajenas para llegar a tal punto de endeudamiento, pero reclamamos que aquellos organismos internacionales que al imponer esas políticas contribuyeron, alentaron y favorecieron el crecimiento de esa deuda, también asuman su cuota de responsabilidad. Resulta casi una obviedad señalar que cuando
una deuda tiene tal magnitud la responsabilidad no es sólo del deudor sino
también del acreedor Es necesario entonces que se asuma el hecho cierto, verificable y en cierta medida de sentido común de la terrible dificultad que ofrece el pago de esa
deuda. Sin una concreta ayuda internacional que se encamine a permitir la
reconstitución de la solvencia económica de los países endeudados y con
ello su capacidad de pago, sin medidas que promuevan su crecimiento y
desarrollo sustentable favoreciendo concretamente su acceso a los
mercados y el crecimiento de sus exportaciones, el pago de la deuda se
torna verdadera quimera”. Reclamó la eliminación del proteccionismo de los países centrales y agregó: “En el desarrollo de exportaciones con valor agregado a los recursos
naturales que la mayoría de los países endeudados poseen, pueden
solventarse los primeros tramos del desarrollo sustentable, sin el cual sus
acreedores deberán asumir sus quebrantos sin otra opción realista. Nunca
se supo de nadie que pudiera cobrar deuda alguna de los que están
muertos”

En su discurso de asunción, el 25 de mayo de 2003, Kichner había trazado las líneas generales de su “proyecto”:

“En nuestro proyecto ubicamos en un lugar central la idea de reconstruir un capitalismo nacional que genere las alternativas que permitan reinstalar la movilidad social ascendente. No se trata de cerrarse al mundo, no es un problema de nacionalismo ultramontano, sino de inteligencia, observación y compromiso con la Nación”.

“Basta ver cómo los países más desarrollados protegen a sus trabajadores, a sus industrias y a sus productores. Se trata, entonces, de hacer nacer una Argentina con progreso social, donde los hijos puedan aspirar a vivir mejor que sus padres, sobre la base de su esfuerzo, capacidad y trabajo”.

“Para eso es preciso promover políticas activas que permitan el desarrollo y el crecimiento económico del país, la generación de nuevos puestos de trabajo y la mejor y más justa distribución del ingreso. Como se comprenderá el Estado cobra en eso un papel principal, en que la presencia o la ausencia del Estado constituye toda una actitud política”.

“Por supuesto no se trata de poner en marcha, una vez más, movimientos pendulares que vayan desde un Estado omnipresente y aplastante de la actividad privada a un Estado desertor y ausente, para retornar continuamente de extremo a extremo, en lo que parece ser una auténtica manía nacional que nos impide encontrar los justos, sensatos y necesarios equilibrios”.

“Se trata de tener lo necesario para nuestro desarrollo, en una reingeniería que nos permita contar con un Estado inteligente. Queremos recuperar los valores de la solidaridad y la justicia social que nos permitan cambiar nuestra realidad actual para avanzar hacia la construcción de una sociedad más equilibrada, más madura y más justa.  Sabemos que el mercado organiza económicamente, pero no articula socialmente, debemos hacer que el Estado ponga igualdad allí donde el mercado excluye y abandona”.

“Es el Estado el que debe actuar como el gran reparador de las desigualdades sociales en un trabajo permanente de inclusión y creando oportunidades a partir del fortalecimiento de la posibilidad de acceso a la educación, la salud y la vivienda, promoviendo el progreso social basado en el esfuerzo y el trabajo de cada uno. Es el Estado el que debe viabilizar los derechos constitucionales protegiendo a los sectores más vulnerables de la sociedad, es decir, los trabajadores, los jubilados, los pensionados, los usuarios y los consumidores. Actuaremos como lo que fuimos y seguiremos siendo siempre: hombres y mujeres comunes, que quieren estar a la altura de las circunstancias asumiendo con dedicación las grandes responsabilidades que en representación del pueblo nos confieren”.


Esta política, continuada por su esposa, condujo a una alianza entre la oligarquía y el imperialismo que veían retaceados sus privilegios, reivindicando el papel del mercado en términos absolutos.

No es un secreto para nadie, medianamente informado, que es la deuda pública la que alimenta al capital financiero. En nuestro país nació con la Guerra Grande (1839-1851) o quizás antes.

Todos los pronósticos agoreros –de los sectores argentinos interesados y de sus aliados externos- se han estrellado contra los hechos: el promedio de crecimiento económico, entre 2003 y 2011, es el más alto de América Latina; una caída en picada de la desocupación y de la franja de pobreza, un “colchón” de reservas monetarias internacionales genuinas que resistió en los últimos 5 años, fugas de capitales por 90 mil millones de dólares, y un cómodo superávit fiscal primario, que le permite cumplir con todas sus obligaciones internas y externas.

Sin embargo, la oposición política, apoyada por los principales medios que no ahorran descalificativos para la gestión gubernamental, ha llegado al borde de la desestabilización institucional, alentando conflictos en las fuerzas de seguridad, al que se agrega ahora, el secuestro de la Fragata “Libertad”, en Ghana, atribuída por el Canciller Timerman a los “fondos buitres” que tienen su guarida en las Islas Cayman y, por Lavagna, al gobierno de Londres. Ambas explicaciones no son contradictorias porque Ghana forma parte de la Comunidad Británica de Naciones y, es muy probable, que haya recibido presiones del primer ministro Cameron bien conocido por sus estrechos vínculos con los banqueros de la City, envueltos ahora en grandes escándalos financieros según el periódico Daily Mail.

¿Causas? Las medidas que ha adoptado el gobierno argentino para controlar la fuga de capitales que, en los hechos, es un “golpe financiero” contra el Estado, como el que obligó al entonces presidente, Raúl Alfonsín, a entregarle el gobierno en forma anticipada a Saúl Menem, que recién pudo “calmar a los mercados”, dos años después cuando designó a Domingo Cavallo, un servidor de las finanzas internacionales, Ministro de Economía y quien instrumentó de inmediato la conversión fija de un peso un dólar.

El ex ministro Lavagna, que se ha convertido hoy en un encarnizado opositor ha dicho estos días que el gobierno actual de su país “no debe durar ni un día menos ni un día más” pero que debe ser sustituido por otro que “ponga fin al caos”. Contrastan sus palabras con la de Ferrer cuando escribe:

“Es necesario apalancar el gasto con incrementos de los ingresos reales destinados al consumo y la inversión, movilizar plenamente el ahorro interno y mantener los niveles de deuda en límites manejables con la capacidad de pagos interna y externa”.

“El aumento de las exportaciones y el superávit del balance comercial pueden contribuir a la recuperación en el marco de políticas consistentes de equilibrio macroeconómico. La flotación del tipo de cambio y la fijación de la paridad por el mercado, somete los pagos internacionales a los movimientos de capitales especulativos y, en el caso, de las economías que descansan principalmente en la exportación de commoditiecs, a la apreciación persistente de la paridad, fenómeno conocido como la “enfermedad holandesa”.

“Es necesario mantener tipos de cambio administrados a una paridad competitiva para la totalidad de la producción sujeta a la competencia internacional y controlar el movimiento de capitales especulativos”.

“Asimismo, mantener niveles de reservas internacionales que permitan administrar los shocks externos, sin necesidad de recurrir a prestamistas de última instancia, cuyas condicionalidades agravan los problemas e implican severas cesiones de la capacidad de decidir la propia política económica”.

“La administración de la moneda por una autoridad independiente, desvinculada de la conducción de toda la política económica, genera una fractura en la administración de la economía y subordina la autoridad monetaria a los intereses de los mercados financieros”.

“La utilidad de ese aporte no se logra con la apertura indiscriminada a todo tipo de inversión extranjera, sino con la orientación de la misma hacia los objetivos fundamentales del desarrollo económico y social. Ejemplos importantes de este tipo de política selectiva, no indiscriminada, de incorporación de inversión extranjera, se encuentran en la República de Corea y otras economías exitosas de Asia.

“La presencia de la inversión extranjera es positiva cuando forma parte de un proceso profundo de industrialización, integración de las cadenas de valor, protagonismo del empresariado local y políticas públicas soberanas defensoras del desarrollo nacional”.

Y el insigne profesor remata con esta sentencia inapelable:

“El neoliberalismo promueve la desregulación y apertura indiscriminada de los mercados, la privatización también indiscriminada de empresas públicas y la reducción del Estado a simple garante de la seguridad y el libre funcionamiento de los mercados”.

“La experiencia argentina y en otros países de América latina y del resto del mundo, revela que esa visión es incompatible con el proceso de desarrollo y genera desequilibrios que culminan en crisis y grave deterioro de las condiciones sociales”(1).


(1) Diario Buenos Aires Económico, contratapa 04/08/2011.