jueves, 27 de septiembre de 2012

EL MODELO ECONÓMICO DE ARGENTINA

POR EL PROFESOR ALDO FERRER*


“Modelo” es la expresión que suele utilizarse en las ciencias sociales para caracterizar la gestión y el comportamiento de la economía de un país. Cuando el modelo se prolonga suficientemente en el tiempo, deja huellas profundas en el tejido económico y social e inserción internacional. Constituye, entonces, una etapa del desarrollo de ese país a través de su historia.

                                            Modelos y etapas.

En la Argentina pueden identificarse varios modelos y etapas de su desarrollo económico. Desde los tiempos iniciales de la conquista hasta finales del siglo XVIII, dentro del régimen del imperio español, prevalecieron las actividades de subsistencia, en regiones de bajo nivel de relaciones recíprocas entre sí y con el resto del mundo. Fue la etapa de las economías regionales de subsistencia. Hasta mediados del siglo XIX, la sucede un período de transición, en el cual comienza una progresiva vinculación con el mercado mundial, mientras se configura la organización nacional después de la Independencia.

A partir de esa época, la revolución industrial liderada por Gran Bretaña “descubre” a la región pampeana del territorio argentino. Por primera vez en su historia, el país surge como un importante centro productor de alimentos y materias primas, mercado para la importación de manufacturas y radicación de capitales. La atracción de corrientes inmigratorias, en un sistema caracterizado por la concentración en la propiedad de la tierra, configura la fragmentación social y liderazgos, económicos y políticos, asociados a la potencia hegemónica y a su estrategia de libre cambio. Fue el modelo liberal y la etapa de la economía primaria exportadora. Los límites de ese sistema para el desarrollo económico del país y el derrumbe del orden mundial con la crisis de 1930 abrieron un nuevo período. En el mismo, comenzó el demorado proceso de industrialización, en el contexto de la inestabilidad institucional. La transformación no alcanzó para conformar una economía avanzada ni logró consolidar los equilibrios macroeconómicos fundamentales. Fue el período de la “industrialización inconclusa”, que se cierra con el golpe de Estado de 1976.

A partir de entonces, la política económica se somete a las reglas de la especulación dentro de la financiarización del orden económico internacional, la desregulación del mercado y la extranjerización del patrimonio público. Esa etapa (1976-2001), de la “hegemonía neoliberal”, es la peor de la historia económica del país, que concluye con un deterioro profundo de su tejido económico y social, una deuda externa impagable y el descalabro del régimen económico y financiero.

                                                  La actualidad.

Desde la salida de la crisis de principios de este siglo XXI impera otro modelo. Que llegue a constituir una etapa de la historia económica del país depende de la consolidación de los factores que posibilitaron el cambio de rumbo. Entre los rasgos dominantes del modelo actual, se destacan el énfasis en el desarrollo industrial, la agregación de valor a la producción primaria, el protagonismo de la ciencia y la tecnología, la reestructuración de la deuda y la autonomía financiera, la redistribución progresiva del ingreso y la atención a los sectores vulnerables, la recuperación de instrumentales de acción del Estado nacional y el énfasis en la integración sudamericana.

Estos objetivos y políticas en ejecución definen un modelo con rasgos propios, distinto del primario exportador y del neoliberal y con algunas coincidencias con la etapa de la industrialización inconclusa. Como en los períodos y modelos anteriores, los acontecimientos internacionales ejercen mucha influencia y plantean desafíos. La perspectiva desde la cual se observa la realidad resulta así fundamental para el diseño de la estrategia de desarrollo e inserción en el orden global.

Las ideas. Una virtud fundacional del modelo actual es que no observa la globalización desde el canon neoliberal, es decir, desde el pensamiento céntrico promovido, como, en su tiempo, destacó Raúl Prebisch, por los países hegemónicos en el orden mundial. Desde la perspectiva del canon neoliberal y, aun, de un progresismo resignado, las fuerzas de la globalización son tan abrumadoras que han dejado de ser viables los proyectos nacionales de desarrollo. Sólo sería posible, en la actualidad, buscar nichos del mercado en donde acomodarse y esperar que los impulsos externos promuevan el desarrollo. Esta postura reproduce el subdesarrollo y la condición periférica.

Nuestra experiencia y la actual crisis de las economías avanzadas del Atlántico Norte revelan que el neoliberalismo produce malas respuestas a los desafíos y oportunidades de la globalización. En sentido contrario, el éxito de las economías emergentes de Asia se funda en la fortaleza de sus Estados nacionales e impulso al protagonismo, de la ciencia y la tecnología, en el desarrollo económico y la transformación social. Sobre estas bases, han construido un nuevo lugar, simétrico y no subordinado, en las relaciones internacionales.

En resumen, las buenas respuestas a la globalización consisten en movilizar el ahorro y los recursos propios, consolidar los equilibrios macroeconómicos y la gobernabilidad de la economía e impulsar el cambio técnico y la transformación productiva. Éstas son condiciones necesarias para la inclusión social y el reparto equitativo de los frutos del desarrollo. Para tales fines, es indispensable la presencia de un Estado capaz de ejecutar las políticas públicas necesarias.

La densidad nacional. Cuando los países cuentan con suficiente densidad nacional, la experiencia histórica demuestra la viabilidad del desarrollo nacional en un orden global. La densidad nacional incluye la cohesión social, la existencia de liderazgos privados y públicos impulsores del desarrollo, la estabilidad institucional y el pensamiento crítico. En definitiva, cada país tiene la globalización que se merece en virtud de la fortaleza de su densidad nacional. En tales condiciones es posible no transformar el mundo, pero sí cambiar cómo se está en ese mundo. En definitiva, el éxito de un modelo de desarrollo y proyecto de país radica siempre en su capacidad de fortalecer la densidad nacional.

Las cuestiones fundamentales que configuran la naturaleza de un modelo incluyen la estructura económica y la inserción internacional, las relaciones entre el crecimiento y la distribución y el papel del Estado y los liderazgos del desarrollo. Es oportuno observar estas cuestiones, entre otros motivos, para aclarar el actual debate sobre la política económica del país.
   

*Fuente: "Buenos Aires Económico".

12 de julio de 2012.

sábado, 15 de septiembre de 2012

EL PRESIDENTE MUJICA Y LA EDUCACIÓN


Confieso que escribo este artículo con pesar y dolor porque es un tema y una labor que me toca de muy cerca por mis 54 años dedicados a ella y porque pienso que el avance hacia el progreso de nuestro país depende del fortalecimiento del Frente Amplio que es una alianza social de las capas medias y la clase trabajadora. Los partidos de la oligarquía sólo quieren conservar las estructuras económicas arcaicas en una época en que las grandes masas reclaman a gritos mayor justicia social.

Creo que José Mujica es un hombre honrado que tiene claridad estratégica en política exterior, en la política de seguridad y prevención del delito. En la política carcelaria y la recuperación del INAU así como su preocupación, en una época de crisis global por el excesivo consumismo, pero que su pensamiento y sus acciones son muy confusas cuando se trata de temas como la educación o la forma de combatir las drogas que están minando a nuestra juventud.

Una cuestión de método, lo diría Perogrullo, exige en cualquier problema, la realización de un diagnóstico preciso para luego trazar la estrategia para resolverlo.

La educación forma parte de un contexto social (otra perogrullada), que la condiciona de manera diferente según la demografía y las peculiaridades regionales de un país.

Los problemas de Montevideo, donde se concentra casi la mitad de la población del país, son diferentes, por ejemplo, a los departamentos de Salto o Cerro Largo.

En Montevideo hay una media docena de barrios marginales que las crisis económicas y sus efectos sociales han inmerso en la miseria, la desintegración familiar y la droga, donde prolifera el delito.

Aquí es donde es más alta la deserción del sistema escolar y el fracaso y, en consecuencia, la imposibilidad de que los niños y los adolescentes reciban una educación para la vida.

Pienso que este es el problema fundamental que exige una batería de políticas integrales de mediano y largo plazo.

Los partidos oligárquicos ocultan este hecho y reclaman, como respuesta, la represión con “gatillo fácil” y la reducción de la edad de no imputabilidad penal de los menores.

Si no me equivoco, Mujica quiere resolver este problema, promoviendo la enseñanza de oficios que le proporcionen a esa niñez desvalida las herramientas para su inserción social.

Recordemos que la enseñanza industrial nació en la época de Latorre como una institución cuartelera para niños y adolescentes “incorregibles”, concepción que empezó a cambiar a finales del siglo XIX.

Las transformaciones económicas y estatales a comienzos del siglo XX, permitieron el crecimiento de las capas medias pero éstas desecharon los oficios manuales y buscaron el ascenso social en las profesiones liberales que ofrecía la Universidad de la República, en forma gratuita. Fueron vanos los esfuerzos de modificar esta tendencia y así lo reconoció el Dr. Antonio María Grompone en 1947. Los recursos del Estado le dieron prioridad a la extensión de la enseñanza secundaria como complemento de Primaria y camino hacia la Universidad, quedando la enseñanza industrial y agraria como “cenicienta” del sistema.

Sin embargo la Revolución Científico Técnica que hizo su aparición en la década de 1960, con la automatización y robotización de los procesos industriales con base en la electrónica, exigió la formación de un trabajador con conocimientos muy superiores, especialmente en matemáticas y física.

Ahora, determinadas máquinas eran capaces de realizar funciones que antes estaban reservadas al cerebro humano.

El entonces Rector de la Universidad, Oscar Maggiolo, decía en 1967, que mientras la técnica industrial de la primera mitad del siglo XX tenía una base empírica, la de la nueva técnica era científica. En consecuencia había que cambiar toda la concepción de la enseñanza industrial y agraria dotándola de los conocimientos científicos y tecnológicos más modernos.

Hasta ese momento, las currícula de la enseñanza inudstrial y agraria, era un círculo estrecho que le cerraba a los estudiantes la posibilidad de acceder a instancias superiores de conocimientos y graduación.

Maggiolo había expuesto las bases en su Plan de 1967 para todo el sistema educacional público y, después de 1985, se abrieron las compuertas y la creación del Bachillerato Técnico y los convenios bilaterales con la Universidad, dejaron expedito el camino hasta entonces bloqueado.

La “masa crítica” de ese conocimiento científico solo lo tiene la Universidad y está concentrado en Montevideo.

Por ello, la propuesta reformista del Presidente Mujica, tiene en mi opinión, dos errores: plantea una enseñanza politécnica de oficios de niveles académicos limitados, adaptada a exigencias productivas regionales, en una época en que la tecnología requiere una base altamente científica, cuando la masa crítica está en la capital y, en segundo lugar, el problema educacional fundamental está en los barrios marginales de Montevideo y en la alta “ratio” docente/alumno por insuficiencia de las infraestructuras.

Por otra parte, es contradictoria su posición de fortalecer institucionalmente la enseñanza técnica, llevando al CODICEN justamente a directivos de aquella enseñanza cuando este órgano central debe transferir competencias a los Consejos Desconcentrados.

Finalmente, el Presidente no puede continuar “quemando” a técnicos de elevada competencia para resolver problemas que le plantea la política menuda, agitada por la oposición. Ya son muchos los “decapitados” en la enseñanza y en otros lugares de la administración pública, cuyas causas reales son desconocidas y que no dejan bien parada la imagen del Primer Magistrado del Estado.

jueves, 6 de septiembre de 2012

DERROTA POLÍTICA DEL IMPERIALISMO EN TEHERAN


Entre los días 26 y 31 de agosto, se celebró en la capital de Irán, la XVI Conferencia del Movimiento de Países No Alineados, con la participación de 118 delegados ( representantes de los dos tercios de la membresía de la ONU y 55% de la población mundial), del más alto nivel de estos países.
El Movimiento se constituyó en 1961, en Belgrado, a iniciativa del Mariscal Josif Broz (Tito), Ahmed Sukarno y Gamal Abdel Nasser, presidentes de Yugoslavia, Indonesia y Egipto, respectivamente, así como del Primer Ministro de la India, Jawaharlal Nehru.

Se denominaron “No Alineados” por no pertenecer a ninguno de los dos bloques militares enfrentados, existentes en esa época, proponiéndose llevar en conjunto una activa política de coexistencia pacífica cuyos principios ya habían sido definidos en la Conferencia de Bandung de 1955, a saber: 1) respeto mutuo por la integridad territorial y la soberanía de los países; 2) no agresión mutua; 3) no interferencia en los asuntos internos de cada país; 4) igualdad y mutuo beneficio y 5) coexistencia pacífica.

Las acciones del bloque tuvieron sus altibajos, provocados por cambios en la situación interna de algunos países de importancia estratégica en su respectivas zonas. Una de estas regiones es el Medio Oriente. Nasser murió en 1970, sucediéndole Anuar El Sadat, que rompió el frente nacionalista árabe; en 1979, fue derrocado el Shah de Irán, asumiendo el poder la mayoría islámica chiita que fundó la República Islámica; en 1980 entraaron en guerra Iraq e Irán; en 1991, Estados Unidos organizó la Primera Guerra del Golfo contra Iraq; en el 2003, nuevamente Estados Unidos atacó a Iraq, invocando falsamente la posesión de armas de destrucción masiva, derrocando al gobierno encabezado por Saddam Hussein y ocupando militarmente el país. Anteriormente había atacado a Afganistán a quien responsabilizó de los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York en 2001. Los hechos mostraban, más allá de toda duda, que Estados Unidos, aprovechando la desintegración de la Unión Soviética, procuraba lograr un poder hegemónico mundial, calificando de “Estados basura” a los que se oponión a esos designios.

No obstante, subsistía el conflicto entre el pueblo palestino e Israel, en torno al cual se generaban las mayores tensiones en la región por los alineamientos hacia las partes que implicaba. Sadat fue asesinado en 1981 por un comando militar islámico egipcio, en 1981 y le sucedió Hosni Mubarak, que continuó su política gobernando a el país con mano de hierro hasta su derrocamiento por una insurrección popular, en febrero del año pasado y en las elecciones presidenciales de junio de este año, obtuvo la victoria, Mohamed Morsi, perteneciente a la Hermandad Musulmana, una organización islámica duramente perseguida por el régimen anterior.

              “Unidos por la necesidad y respetuosos de la diversidad racial
                                ideológica, cultural y religiosa
      

Dese hace tres años Egipto, presidido por Mubarak, ejercía la presidencia “pro tempore” de tres años del NAM, cargo que debía ser transferido, en las mismas condiciones, a Irán. Morsi asistió a la cumbre en Teherán y, pese a sus diferencias religiosas y políticas con Irán, fue recibido de una manera amistosa por sus anfitriones, respondiendo él de la misma forma. Irán había roto relaciones con Egipto en 1979, cuando Sadat firmó la paz con Israel.

La Conferencia se realizaba en un momento muy difícil en el Medio Oriente, por la amenaza permanente de Israel y Estados Unidos de atacar a Irán al que acusan de estar en vías de construir armas atómicas; la ocupación por Israel, desde 1967, del territorio palestino y su negativa a reconocer un Estado en el territorio que le asignó las Naciones Unidas en 1947 y, en este marco, la guerra civil, con un indisimulado apoyo económico y militar de Estados Unidos, Arabia Saudita, Turquía y Qatar a sectores de la Hermandad Musulmana de Siria.

Presidió el evento, el Presidente de la República Islámica de Irán, Mahmud Ahmadineyad.

La apertura de la Cumbre correspondió al Jefe Supremo, espiritual y político de la Revolución Islámica, el Ayatollah Alí Khamenei, quien fijó la posición de su país no eludiendo ninguno de los temas polémicos. Comenzó expresando: “Nuestros huéspedes, reunidos aquí, pertenecen a diferentes nacionalidades y razas con historias peculiares, pero como dijo Ahmed Sukarno en su famoso discurso en la Conferencia de Bandung, en 1955, las bases de este Movimiento de No Alineados no son geográficas, ideológicas o raciales y religiosas sino la unidad de las necesidades. En esta época, los Estados miembros del Movimiento de No Alineados tienen la necesidad de adoptar medidas que los protejan del autoritarismo arrogante e insaciable y hoy con el progreso de los instrumentos de hegemonía esa necesidad de unidad aun es mayor”. Estas palabras de tolerancia y respeto a la diversidad de los Estados miembros, generó el clima adecuado para un examen abierto y sincero de los temas de la agenda.

                 El presidente egipcio ataca a su homólogo de Siria

Así, el discurso de M. Morsi, recogido ampliamente por las cadenas de información occidentales que omitieron otros aspectos fundamentales de la reunión, fue muy crítico del régimen de Al Assad en Siria, si se considera que éste cuenta con un amplio respaldo de Irán.  Dijo que el gobierno de Bashar Al Assad “ha perdido legitimidad” y agregó: "El derramamiento de sangre en Siria es responsabilidad de todos nosotros y debemos saber que este derramamiento de sangre no se detendrá sin la interferencia activa de todos. La crisis siria está desangrando nuestros corazones". Sin embargo, como lo expresa la Declaración final de la Conferencia, la opinión de Morsi no tuvo el eco que buscó ya que la reunión condenó cualquier intervención extranjera de conformidad con la posición de principio del  Movimiento.

El tema central del debate fue la ocupación  de Israel de los territorios palestinos y la opresión a que somete a este pueblo. Khamenei en su discurso inaugural había calificado a Israel de “Estado usurpador” y propuso como solución al conflicto, la realización de un referéndum en la que participaran los dos pueblos para definir el futuro y alcanzar la paz. Esta iniciativa fue apoyada por Venezuela pero la Conferencia mantuvo la posición de las Naciones Unidas de 1947 que delimitó los territorios para dos Estados.

                                 El programa nuclear de Irán

Sobre la presunta amenaza del programa nuclear iraní, que está sirviendo de pretexto a Israel, Estados Unidos y la OTAN, para un ataque militar preventivo a la República Islámica, el apoyo de la Conferencia a su anfitrión fue absoluto, pese a la intervención del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que instó a Irán a adoptar medidas que eliminaran la “desconfianza” de algunos países.

La posición de Irán fue expuesta con claridad por el Ayatollah Alí Khamenei en su discurso de apertura. “Honorable audiencia, la paz y la seguridad internacionales son algunos de los temas críticos del mundo de hoy y la eliminación de las armas de destrucción en masa es una necesidad urgente y una demanda universal. En el mundo actual, la seguridad es una necesidad compartida donde no hay lugar para la discriminación. Los que almacenen estas armas anti-humanas en sus arsenales no tienen el derecho a declararse abanderados de la seguridad mundial. Sin duda, esto no traerá seguridad tampoco para ellos” (…) “Las armas nucleares no garantizan la seguridad, ni consolidan el poder político, sino que son una amenaza para la seguridad y el poder político. Los acontecimientos que tuvieron lugar en la década de 1990 mostró que la posesión de tales armas ni siquiera pudo proteger a un régimen como el de la Unión Soviética. Y hoy vemos que algunos países están expuestos a olas de inseguridad mortal a pesar de poseer bombas atómicas”.

“La República Islámica de Irán considera que el uso de armas nucleares y químicas constituye un gran pecado  imperdonable. Hemos propuesto la idea de "Oriente Medio libre de armas nucleares" y estamos comprometidos con ella. Esto no significa renunciar a nuestro derecho al uso pacífico de la energía nuclear y la producción de combustible nuclear. Sobre la base de las leyes internacionales, el uso pacífico de la energía nuclear es un derecho de todos los países. Todos deben ser capaces de emplear esta fuente saludable de energía para diferentes usos vitales para beneficio de su país y su gente, sin tener que depender de otros para el ejercicio de este derecho. Algunos países occidentales, sí que poseen armas nucleares y siendo los culpables de esta acción ilegal, quieren monopolizar la producción de combustible nuclear. Movimientos subrepticios están en marcha para consolidar un monopolio permanente sobre la producción y venta de combustible nuclear en centros que llevan una etiqueta internacional, pero de hecho están bajo el control de unos pocos países occidentales”.

“Una amarga ironía de nuestra época es que el gobierno de EE.UU., que posee las reservas más grandes y más letales de las armas nucleares y otras armas de destrucción en masa y el único culpable de su uso, empuña hoy la bandera de la oposición a la proliferación nuclear. Los EE.UU. y sus aliados occidentales han armado el régimen usurpador sionista con armas nucleares y ha creado una gran amenaza para esta sensible región. Sin embargo, el grupo utilizando mentiras no tolera el uso pacífico de la energía nuclear en los países independientes, e incluso se opone, con toda su fuerza, a la producción de combustible nuclear para los radiofármacos y otros fines pacíficos y humanitarios. Su pretexto es el temor a la producción de armas nucleares. En el caso de la República Islámica de Irán, ellos saben que están mintiendo, pero las mentiras son descubiertas por el tipo de política que está totalmente desprovista de la más mínima huella de espiritualidad. ¿Aquel que utiliza, en el siglo 21, la amenaza nuclear como instrumento de su política y no se siente avergonzado, se sentirá avergonzado de sus mentiras?”.

Con esta contundente respuesta el asunto de la amenaza para la paz del programa nuclear iraní, el tema quedó liquidado contando Irán con el respaldo de los dos tercios de las Naciones Unidas presentes en la Conferencia. No obstante, ninguna cadena de información y agencias occidentales mencionó ni este fragmento ni otros del discurso del líder iraní que constituyeron un vigoroso alegato a favor de la paz y la solidaridad del género humano.

                          La Carta de la ONU debe ser reformada

La Cumbre llamó a un cambio en la integración del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que refleje la actual configuración del mundo. Condenó el bloqueo económico a Cuba, apoyó la posición argentina sobre las Islas Malvinas, se solidarizó con Ecuador en su defensa del derecho de asilo, y condenó el golpe de estado constitucional en el Paraguay. Otros tópicos incluidos en la Declaración fueron la política de “dos reglas” del imperialismo para calificar al terrorismo, la seguridad alimenticia, la lucha contra la pobreza, el impacto de las pandemias y los fenómenos naturales en la economía de los países en vías de desarrollo.

El Documento insistió, por otra parte, en el papel que debe desempeñar la Organización de las Naciones Unidas en la solución pacífica de las disputas, la defensa de la paz global y el diálogo entre las civilizaciones, las diferentes religiones y la diversidad cultural.
Finalmente, la Conferencia seleccionó a Venezuela como organizadora de la 17º Conferencia en 2015 y la presidencia del Movimiento en los siguientes tres años.

                    La Cumbre fortaleció al Movimiento de los No Alineados

La realización de esta Cumbre en Teherán fue una gran victoria diplomática y política de la República Islámica de Irán, acosada por todo tipo de amenazas por parte de Israel, Estados Unidos y la OTAN. La asistencia de 118 delegaciones y 35 Jefes de Estado, así como las resoluciones adoptadas, muestran un importante renacimiento del Movimiento, en un cambio de época donde el histórico capitalismo occidental entra en una fase de declinación mientras el centro de la historia se desplaza al Oriente.

Muy significativo fue el papel de la India en esta Cumbre y los acuerdos de carácter estratégicos alcanzados con Paquistán e Irán. El primer ministro hindú, M. Singh declaró que había que fortalecer los lazos económicos y políticos con el occidente asiático, señalando que hasta ahora, el énfasis había sido puesto en el sudeste asiático. De acuerdo a este punto de vista la India, cuya economía está dando pasos de gigante, sería el pivot de esta integración regional que sale al cruce de los planes estratégicos en la región de Estados Unidos e Israel. Esto probaría que la India, repondiendo a la línea histórica de su política exterior, no está dispuesta a secundar las intrigas imperialistas de “divide e impera” para impedir la consolidación del bloque asiático del BRICS.