martes, 22 de diciembre de 2009

Tesis sobre la crisis económica actual

I. El capitalismo en su fase imperialista se vuelve progresivamente parasitario por el tamaño cada vez mayor del capital financiero.

II. Con el abandono del patrón de convertibilidad fija de Bretton Woods, en agosto de 1971, la FED pasó a controlar, a voluntad, la circulación mundial del dólar.

III. En la década de los 70’ la balanza comercial de Estados Unidos pasó a ser deficitaria, frente al Japón. A ello se agregó el “boom” de los precios del petróleo y las inversiones de las trasnacionales en los “Tigres” asiáticos.

IV. En los 90’ el volumen del capital financiero circulante en el mundo se agiganta con el desarrollo de las sociedades privadas de inversión y la privatización de los ahorros de las jubilaciones y las pensiones. Su volumen, en 1995, se situaba entre 80 y 100 billones de dólares, mientras el PIB mundial era de 32 billones de dólares.


V. Al imponer el imperialismo, luego del derrumbe de la URSS, en 1991, la liberación y fluctuación de los cambios, anulando o reduciendo el papel de los bancos centrales, el capital financiero, sin regulación de ningún tipo, se adueñó de la economía mundial.

VI. La apertura de China a las trasnacionales, ofreciendo la potencialidad de un enorme mercado interno y mano de obra instruida y barata, agudizó la debilidad de la balanza comercial norteamericana, receptora de la producción de sus trasnacionales en China.

VII. Al déficit comercial se agregó progresivamente, en Estados Unidos, el déficit fiscal, provocado por el gigantesco presupuesto militar y la reducción del impuesto a los ingresos de las corporaciones, decidida por el gobierno republicano. Hoy, los dos déficits –Cuenta Corriente y Fiscal- superan el billón de dólares.

VIII. China, cuyas reservas monetarias ascienden a un billón, trescientos mil millones de dólares, se ha convertido en el principal acreedor de Estados Unidos ya que posee el 25% de los bonos del tesoro y de otras deudas, por una cifra de 400 mil millones de dólares.

IX. La economía norteamericana se ha convertido en una “economía compradora”, (la tasa de inversión es cero) financiada por China, Japón y la Unión Europea que, a través de la adquisición de su deuda, sostienen al dólar y al presupuesto militar estadounidense y aseguran, al mismo tiempo la permanencia de la corriente comercial.

X. La demanda interna, que hace posible el crecimiento del PIB, se nutre de la especulación bursátil y de la oferta crediticia, estimuladas ambas por las sociedades financieras, la banca y las tasas interbancarias de interés próximas a cero, durante tres años (2001-2004) consecutivos dispuestos por el Banco de la Reserva Federal. Esta situación no podía durar y el aumento nuevamente de las tasas interbancarias llevó el endeudamiento hipotecario de millones de norteamericanos a casi el 50% de sus ingresos, provocando su insolvencia para cumplir con los pagos y, con ello, una reacción en cadena en todos los sectores del sistema financiero y de la economía.

XI. Para muchos economistas, el déficit comercial de Estados Unidos, de 800 mil millones de dólares, es insostenible a largo plazo. Este déficit y la inyección monetaria, sin respaldo real, a la que viene recurriendo el Banco de la Reserva Federal, que fomenta la especulación para sostener a la banca comercial que ha financiado la burbuja inmobiliaria, que ha explotado, ha agudizado la debilidad del dólar y la desconfianza de los inversores extranjeros en su estabilidad a largo plazo. Una retracción de estas inversiones puede provocar el colapso abrupto de la moneda norteamericana con consecuencias imprevisibles en la economía mundial.
Ruiz Pereyra Faget
Setiembre 2007


viernes, 18 de diciembre de 2009

EL DESPEGUE DE UN GIGANTE

Superficie: 9.596.960 km²

• Habitantes: 1.250.000

• PIB: U$S: 2:5 billones


Hoy, todos los ojos –aun los que piensan que prevalecerá por mucho tiempo un dominio hegemónico del imperialismo norteamericano- miran hacia la República Popular China. Es que la rapidez y continuidad del crecimiento de su economía, a un promedio de un 8-9% en los últimos 28 años, es un hecho solo comparable al de la Unión Soviética entre 1928 y 1940. Salvando las diferencias de ambos procesos, un hecho es evidente: la URSS, después de la derrota del nazi-fascismo, cambió las relaciones de fuerza de los Estados en el mundo y China, al ritmo actual de su desarrollo, va en el mismo camino.
En un discurso titulado “Asia: retos del siglo XXI”, pronunciado en Hong Kong, por la ex primer ministro británica, Margaret Thatcher, el 31 de octubre de 1994, expresó: “el gran crecimiento económico en la región Asia-Pacífico no tiene paralelo en alcance, ni siquiera con la Revolución Industrial de Gran Bretaña en el siglo XIX, o el ascenso de Estados Unidos en el siglo XX al liderazgo económico mundial, o la marcada recuperación de Japón después de la Segunda Guerra Mundial".

“China se ha convertido objetivamente en la más prometedora esperanza y el mejor ejemplo para todos los países del Tercer Mundo. No vacilo en afirmar que es ya el principal motor de la economía mundial. ¿En qué tiempo? En solo 83 años después de la fundación de su glorioso Partido Comunista y 55 años después de la fundación de la República Popular China” (Fidel Castro).

Los cuatro mil años de la historia de China tienen una riqueza que no admite comparaciones. Basta señalar que cuando el comerciante veneciano, Marco Polo, en el siglo XIII viajó al Extremo Oriente, atraído por el comercio de la seda y las especies, se encontró con una civilización que lo deslumbró.

Ya en el siglo XXI A.C. la comunidad primitiva dio paso al primer Estado Chino, esclavista, bajo dirección monárquica.

En el principio, la organización de los chinos estuvo basada en la agricultura pero posteriormente fueron creadas las industrias. Entre ellas pueden mencionarse la de la metalurgia, especialmente el bronce, ya que el hierro fue utilizado para la fabricación de armas en épocas muy cercanas a nuestra Era. Otras industrias importantes de esta cultura, fueron la porcelana y la seda. La originalidad de estos productos hizo que desde épocas muy remotas los chinos tuvieran un gran comercio, que llegó a prolongarse hasta el mundo mediterráneo.

La Monarquía

En el siglo 220 A.C., bajo la dinastía Qin, ya existía en China un sistema de producción feudal pero políticamente centralizado.

Se cita, habitualmente, como testimonio del poder de su organización económica y política, en este período, la Gran Muralla, con una extensión de 6.500 quilómetros y que tardó 50 años en realizarse.

Los cuatro grandes inventos - el papel, la imprenta, la pólvora y la brújula -, produjeron profunda influencia en la vida de la humanidad. Las ideas de grandes pensadores como Lao Tsé y Confucio (551-479 A.C.) influyeron no sólo en la cultura tradicional china sino en la mundial.

Las dinastías feudales Tang (618-907), Yuan (1271-1368), Ming (1368-1644) y Quin (1644-1911), afirmaron el poder del Estado Chino y el comercio con Japón, Rusia y Occidente; especialmente con Inglaterra, se intensificó.

Desde los años 1830, los colonialistas occidentales comenzaron a exportar opio en grandes cantidades a China. En 1839 el Gobierno del Emperador Jia Qing envió a Lin Zexu a Guangdong para prohibir el opio. En 1840, para proteger sus intereses creados por el opio, los colonialistas británicos desencadenaron la Guerra del Opio.

La destrucción de un cargamento de opio inglés en el puerto de Cantón, sirvió de pretexto a los ingleses para atacar a esa ciudad. Es la que se llamó “I Guerra del Opio” (1834-1843), en la que los atacantes, tras una fácil victoria, impusieron a los chinos el Tratado de Nanjing (el primero de los cuatro llamados Tratados Desiguales) por el cual el gobierno chino indemnizaba a los ingleses por el opio destruido y gastos de la guerra, cedía la isla de Hong Kong, y abría libremente a Inglaterra y otros países europeos, otros 5 puertos al comercio exterior, entre ellos Shanghai.
Qing fue la última dinastía feudal de China. Su mayor contribución consistió en consolidar y fortalecer la unidad del país multiétnico y dar por sentado en definitiva el territorio chino. No obstante, el poder de la burguesía crecía, al ritmo de la industrialización y los choques con la monarquía feudal por el control del Estado fueron en aumento.

La República

La Revolución nacionalista-burguesa de 1911 puso fin al régimen feudal que había perdurado más de dos mil años y el Doctor Sun Yat-sen fundó la República de China.

El líder republicano desarrolló una filosofía política basada en “los tres principios del pueblo”: nacionalismo, democracia y bienestar. Para alcanzar estos objetivos fundó el Kuo-Ming-Tang (Partido Nacionalista).

En 1921 se fundó el Partido Comunista de China (PCCh) en Shanghai. En 1924 el Kuo-Ming-Tang (KMT) y el PCCh acordaron la cooperación. En junio de 1926, el Gobierno Nacional nombró a Chiang Kai-shek Comandante en Jefe del Ejército Revolucionario Nacional y lanzó una ofensiva para conquistar el centro y norte de China. Chiang logró exitosamente la conquista del territorio, y en enero de 1927, el gobierno revolucionario del KMT se trasladó a Wuhan. Entonces, Chiang rompió su alianza con el PCCh y purgó de opositores a su propio Partido.

Después de crear sus propias fuerzas armadas, el PCCh dirigió al pueblo chino en la Guerra Revolucionaria Agraria (1927-1937), la Guerra de Resistencia a Japón (1937-1945) y la Guerra de Liberación (1945-1949) y logró derrotar finalmente al agresor japonés, derribar la dominación reaccionaria del gobierno del Kuo-Ming-Tang, encabezado por Chiang Kai-shek, y liberar todo el país excepto la provincia de Taiwan y algunas islas en el mar.

Durante estas guerras, se afirma en la dirección del Partido Comunista Chino, la figura de Mao Tsé-tung.

El 21 de enero de 1949, las fuerzas del Kuo-Min-Tang sufrieron una derrota masiva a manos del Ejército Popular de Liberación (EPL), y comenzaron a replegarse hacia el sur. El 1º de octubre de 1949, el EPL entró en Beijing y Mao proclamó el nacimiento de la República Popular China, convirtiéndose en su primer presidente.

Pero la lucha contra el KMT continuó. El 10 de diciembre de 1949, el EPL rodeó a las tropas del KMT en Chengdu, el último baluarte de las fuerzas nacionalistas. Chiang Kai-shek y su hijo Chiang Ching-kuo huyeron en avión a Taiwán, protegido por la VII Flota de Estados Unidos, donde conseguirían mantener el régimen de la República de China que ocupó, hasta 1978, por el veto de Estados Unidos a la República Popular, el sillón de las Naciones Unidas que le correspondía al ejercer la soberanía sobre todo el territorio continental.

La nueva China

A partir de octubre de 1949, el país fue aboliendo todos los tratados desiguales que habían sido impuestos por las potencias extranjeras a la vieja China, superando ampliamente las desigualdades sociales que trajo el colonialismo.

Luego del periodo de restablecimiento de la economía nacional de 1950 a 1953 y la transformación socialista de la agricultura, la artesanía, la industria y el comercio capitalista entre 1952 y 1956, la propiedad pública pasó a dominar los medios de producción en la economía nacional, trazando el camino al socialismo.

Cuando se proclamó la Nueva China, la producción de cereales en todo el país era tan solo de 1,035 kilogramos por hectárea y y su disponibilidad llegaba apenas a una media per cápita de 210 kilogramos. Fundada la República Popular China, el gobierno abolió la propiedad feudal de las tierras. El PCCh dirigió al pueblo que luchó ahincadamente por su prosperidad, apoyándose en sus propias fuerzas y dedicando grandes energías a la producción de cereales.

De 1957 a 1966, conocido como el “Gran Salto Adelante”, fue un período de enorme esfuerzo por una construcción socialista a gran escala. En conjunto, durante ese decenio se lograron importantes éxitos a pesar de serias fallas en la economía nacional. En comparación con 1956, el activo fijo industrial de todo el país aumentó cuatro veces a precios constantes; la renta nacional, un 58%; la producción de acero, carbón en bruto, petróleo crudo, electricidad, máquinas herramientas de corte metálico y demás artículos industriales mostraron incrementos de hasta varias decenas de veces. Nacieron nuevos sectores industriales como: la industria electrónica y petroquímica y se desarrollaron con bastante rapidez numerosas disciplinas de la ciencia y la tecnología, como energía nuclear, técnicas de retropropulsión, computadores, semiconductores y control automático.

No obstante, sectores mayoritarios del PCCh consideraron que ese esfuerzo fue desmedido, basado sólo en la fuerza moral revolucionaria sin tener en cuenta premisas materiales objetivas y fundamentales, constituyendo el inicio de un estancamiento en el desarrollo de la economía y la causa de un profunda escisión en las filas del Partido Comunista que daría paso, en 1966, a la llamada “Revolución Cultural”, dirigida por Mao Tsé-tung., con el apoyo de ls Juventudes Comunistas y del Ejército.

Los diez años de "revolución cultural", entre mayo de 1966 y octubre de 1976, trajeron al Estado y al pueblo los más graves tropiezos y pérdidas que se hayan visto desde la fundación de la República Popular China.

Mao fue el líder de este movimiento destinado, según él, a eliminar la desviación de derecha que predominaba en el Partido -bajo la influencia del Presidente de la República, Liu Shao-shi y el Secretario del Partido, Deng Xiao-ping- y cuya finalidad era la de acabar con los denominados “cuatro viejos”: las viejas costumbres, los viejos hábitos, la vieja cultura y los viejos modos de pensar.

Mao Tsé-tung murió el 9 de setiembre de 1976, en Beijing.

En octubre de 1976, el Partido Comunista de China aniquiló al grupo maoísta del Comité Central, encabezado por Jiang Qing –la esposa de Mao- poniendo fin a la Revolución Cultural. Deng Xiaoping fue rehabilitado, recuperando todos los cargos en el Partido y en el Estado, de los que había sido desplazado.

A finales de 1978, el PCCh celebró la III Sesión Plenaria de su XI Comité Central y, bajo el liderazgo de Deng Xiaoping, China comenzó la aplicación de la política de reforma y apertura, que ha caracterizado su desarrollo hasta la actualidad.

A partir de 1979 se aceleraron las reformas económicas de tipo capitalista. El sistema de comunas fue desmantelado progresivamente y los campesinos empezaron a tener más libertad para administrar las tierras que cultivaban y vender sus productos en los mercados. Al mismo tiempo, la economía china se abría al exterior.

El 1 de enero de ese mismo año, Estados Unidos pasaba a reconocer diplomáticamente a la República Popular China, abandonando a las autoridades de Taiwán. Anteriormente, la resolución 2758, adoptada por la ONU en 1971, estableció claramente que el gobierno de la República Popular de China "es el único representante legítimo de China ante la ONU y que la República Popular China es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU".

Los contactos comerciales entre China y Occidente empezaron a crecer. Ya a finales de 1978, la empresa aeronáutica Boeing había anunciado la venta de varios aviones 747 a las líneas aéreas de la República Popular China, y la empresa de bebidas Coca-Cola había hecho pública su intención de abrir una planta de producción en Shanghai.

Las empresas multinacionales comenzaron a establecer bases para el desarrollo de productos, servicios posteriores a la venta y capacitación de personal, mientras el campo de inversión se fue ampliado del sector de manufacturas hacia la banca, seguros, consultoría, transporte y otras industrias interrelacionadas.

Al morir Deng Xiaoping, el 19 de febrero de 1997, el Comité Central del Partido Comunista de China emitió una nota necrológica en la que definió su doctrina en la siguiente forma:

“En 1976, China se encontraba al borde del desastre provocado por la "Revolución Cultural", en la que perdió 20 años la construcción del socialismo. Ante la evolución de la situación mundial, China se vio en la necesidad de reconsiderar la manera de desarrollar su socialismo y de elaborar un nuevo plan para su avance futuro".

“En la III Reunión Plenaria del XI Comité Central del PCCH, en 1978, las ideas de Deng se pusieron en marcha. Se inició un nuevo período histórico para China destinado a concentrar fuerzas para modernizar el socialismo y Deng se convirtió en el líder indiscutible de la segunda generación de dirigentes”.

"Dos ideas fundamentales aportó Deng y que tienen influencia vital sobre el futuro y el destino del Partido y del país".

“Una, resumir toda la experiencia histórica del Partido desde su fundación hasta el establecimiento de la República Popular, la crítica de la "Revolución Cultural" y una correcta evaluación del papel desempeñado por Mao Tsé Tung y su pensamiento”.

“El otro aporte fue iniciar y desarrollar la "Teoría de la Construcción del Socialismo con Peculiaridades Chinas", la formulación de la línea fundamental del Partido de "Un objetivo, dos puntos básicos" en la primera etapa del socialismo, y el establecimiento de toda una serie de principios y políticas para el Partido en los campos de la economía, la política, la diplomacia, la educación, la ciencia y la tecnología, la cultura, las cuestiones militares, la reunificación de la Patria y la construcción del Partido, desarrollando así una nueva manera de lograr la modernización socialista por medio de las reformas y la apertura”.

"La teoría de Deng -sigue el mensaje del Comité Central del Partido Comunista Chino- es producto de la combinación de la teoría básica del marxismo y el leninismo con las características reales de la China contemporánea, la herencia y el desarrollo del pensamiento de Mao Tsé Tung, la cristalización de la experiencia colectiva de todo el Partido y del pueblo de toda la nación".

“Durante su gira de inspección por el sur de China, a principios de 1992, Deng Xiaoping respondió a muchas interrogantes teóricas derivadas de sus planteos, en especial la cuestión vinculada con la relación entre el socialismo y la economía de mercado”.

Allí Deng dijo: "La existencia de planeamiento o de mercado no establece la diferencia de naturaleza entre el socialismo y el capitalismo. Economía planificada no es sinónimo de socialismo, pues en el capitalismo también existe planeamiento; y economía de mercado tampoco es sinónimo de capitalismo, ya que en el socialismo también hay mercado. Tanto el planeamiento como el mercado no son más que mecanismos económicos. La esencia del socialismo radica en la emancipación de las fuerzas productivas, en el desarrollo de las mismas, en la eliminación de la explotación, en la erradicación de la bipolarización y en la consecución final de la prosperidad común. Justamente es necesario aclarar esta verdad a todo el mundo".

"Esta teoría -dice el comunicado necrológico- ha captado científicamente la esencia del socialismo y por primera vez respondió en forma bastante sistemática a una serie de preguntas básicas sobre cómo construir, consolidar y desarrollar el socialismo en un país como China con una economía y una cultura relativamente atrasadas".

“Siguiendo esta línea política, China ha alcanzado logros sin precedentes en los últimos 18 años (1979-1997). El nivel de vida del pueblo ha mejorado notablemente y las perspectivas del país ha sufrido profundos cambios, lo cual ha ganado el apoyo entusiasta del pueblo".

China es un país con una superficie total de 9,596,960 km² de la cual 9,326,410 km², son tierras cultivables. Su población es, actualmente de 1.250.000 habitantes. Al iniciarse el programa de “Reforma y apertura”, y cuando la población era de 1.100.000, el 80% estaba radicada en el campo. En la actualidad, el campesinado es el 60%, lo que significa que en todo este período de 27 años, ha habido una emigración masiva a las ciudades.

La política seguida por el PCCh, después de la muerte de Mao, ha sido: 1) El establecimiento de “zonas especiales”, en la región sureste, atrayendo inversiones extranjeras sobre la base de una mano de obra barata y calificada y la repatriación controlada de las ganancias; 2) Control demográfico, para estabilizar la población, en 50 años (1979-2029), en 1.500.000 habitantes; 3) Propiedad diversificada: estatal, colectiva y privada; 4) Planificación indicativa de la economía; 5) Mercado donde compiten las empresas públicas, colectivas y privadas; 6) El Estado sigue siendo el propietario de la tierra y los campesinos sus usufructuarios; 7) Monopolio del sistema financiero y de la moneda; 8) Reunificación del territorio perteneciente a China, incluyendo Taiwán, sobre la base del principio “un país dos sistemas”; 8) Política exterior definida en los 5 principios de la coexistencia pacífica.

“En 1979 –expresan Aurora Furlong y Raúl Netzahualcoyotzise*- crearon las Zonas Económicas Especiales (ZEE). Tres de éstos enclaves en la provincia de Guandong (Zhuhai cerca de Macao; Shenzhen cerca de Hong Kong y Shantou) y, posteriormente, otro más en la vecina Fujian (Xiamen, frente a Taiwan)”.

“Durante la década de los ochenta, numerosas ciudades (cerca de 24) , principalmente del litoral, con un abanico de facilidades se fueron abriendo a las inversiones extranjeras, con bajos impuestos, reducción de tarifas, moderna infraestructura, políticas de flexibilidad laboral, sin grandes trámites burocráticos”.

“Bajo el esquema de exportación de China, ingresan la séptima parte del capital externo. Este es el modelo clásico de zonas de procesamiento de exportación (maquiladoras) y zonas libres o francas”.

Los resultados obtenidos –dice Enrique Fanjul, autor del libro “El dragón en el huracán, retos y esperanzas de China ante el siglo XXI”- son: “una tasa de crecimiento cercana al 10 por 100 anual durante estos 27 años; más de 400.000 empresas extranjeras que se han establecido en el país; en el año 2003 China ya era la cuarta potencia comercial del mundo, después de Estados Unidos, Japón y Alemania; tiene cerca de 80 millones de usuarios de Internet y 250 millones de usuarios de teléfonos móviles; etc”. Su producto interno bruto se ha duplicado cada diez años y hoy asciende (a un cambio yuan-dólar que el FMI y el gobierno norteamericano consideran subvaluado) a 2,5 billones de dólares.

China: Participación de cada sector económico en el PIB, 1978 -2010
(porcentaje)

Año Estatal Colectivo No estatal

1978 56.0 43.0 1.0
1993 42.9 44.8 12.3
1995 41.5 43.9 14.6
2000 38.5 41.3 20.2
2010* 43.7 34.5 30.8

* Estimado.

Fuente: Ricky Tung, “Possible Development of Mainland China Private Enterprises” , Issues and Studies , Vol.33, num.6 , Pag. 7, 1997.

Dicen Aurora Furlong y Raúl Netzahualcoyotzi, de la “Benemérita Universidad Autónoma de Puebla”.Puebla, México:

“Para 1978, la base industrial descansaba en las empresas estatales, es decir, casi el 56 % de la producción. La reforma en este sector se inició promoviendo una política de descentralización, otorgando cierta autonomía y admitiendo nuevas formas de propiedad no estatal, casi inexistentes (1.0%) y cambiando el sistema laboral. Las nuevas formas de organización y de gestión tecnológica tienen que ver con un rápido crecimiento porcentual de este sector privado ligado principalmente al sector externo”.

“En un primer momento se separó la propiedad de la administración, de la gestión y
posteriormente se establecieron los nuevos convenios. Es decir, duración y porcentaje de las utilidades. Una parte del porcentaje, se destinó a la modernización de los equipos de tecnología soviética de los años cincuenta. Por otro lado se sustituyeron los subsidios por los créditos. Por lo tanto, la nueva premisa señalaba que la producción que superara el plan, podía ser comercializada directamente”.

“Una vez reduciéndose el peso estatal, la estrategia de los sectores industriales, fue localizar las ventajas comparativas por regiones y diseñar su traslado primordialmente a las zonas costeras, es decir, a partir de cuatro factores:

a) Acceso a materias primas;
b) Infraestructura;
c) Acceso de capitalización interna;
d) las corrientes de inversión extranjera.

“Todos éstos elementos van a coincidir con la demanda orientada al consumo externo vía Hong Kong (va a ser el espacio ideal para la introducción de la mayor parte de éstos factores) y la demanda interna”.

“La construcción de las zonas industriales, en las provincias mencionadas, generó ciertos espacios concentrados de productos con gran presencia competitiva, a nivel internacional. Por volumen de producción, la mayor concentración se da en: tejidos de lana, fibras
sintéticas, aparatos eléctricos, radios, relojes, es decir en industria ligera, reduciéndose la industria alimentaria y su distribución por provincias o regiones de China, destacándose, las provincias de Jiangsu, Shanghai y Guandong, esta última por su cercanía con Hong Kong”.

En 2004 China desplazó a Estados Unidos como el mayor exportador del mundo de computadoras, teléfonos móviles y otros dispositivos de tecnología de información y comunicación.

La batalla del textil librada ese año por la Unión Europea para intentar contener la oleada de productos de vestimenta que invaden Europa no sólo fue una misión imposible, sino que además se trató de un episodio menor en una guerra de dimensiones más profundas.

La OCDE ponía las cosas en su sitio. La presión de la fabricación china sobre los mercados europeos y mundiales no sólo se ejerce con productos textiles y de ‘todo a cien’.
En 2004 China exportó bienes de tecnologías de la información y la comunicación valorados en 180.000 millones de dólares (unos 152.000 millones de euros), y desplazó en el liderazgo de este ranking mundial, por primera vez en décadas, a las exportaciones de Estados Unidos, cuya cifra de ventas se situó en 149.000 millones de dólares.

Esta privilegiada posición del gigante asiático en el mundo de las tecnologías no se produjo en un clima de depresión de los mercados. Estados Unidos registró, ese año, un importante crecimiento en sus exportaciones de equipos de alto valor, ya que en 2003 vendió productos tecnológicos por 137.000 millones de dólares, lo que indica que su crecimiento en 2004 había superado el 8%.

Los hechos mencionados son altamente significativos. Por primera vez, un país del Tercer Mundo, o “periférico” del centro imperialista, deja de ser exportador de productos primarios, para convertirse en exportador de productos que están a la vanguardia de la revolución científico-técnica de esta época.

Esta producción tecnológica y el control severo monetario y financiero, explican los elevados volúmenes de sus excedentes comerciales que le ha permitido a China contar, actualmente, con reservas en moneda extranjera de 1 billón de dólares y ser uno de los principales financistas de los déficits fiscales y de cuenta corriente de Estados Unidos.

Hasta el momento, sólo un 25% de su población –aproximadamente 300 millones de habitantes-, que viven en las ciudades, tienen acceso en China a estos productos tecnológicos. Un 15% más se incorporarán en los próximos 20 años. Por falta de infraestructuras adecuadas, permanece al margen el resto de la población, situada en el occidente del país, en su mayoría campesinos. La etapa próxima, que el PCCh y el gobierno chino se proponen cumplir es “la marcha hacia el Oeste”, de modo que la economía moderna pueda cubrir la inmensidad de esas regiones. Cuando ello ocurra, el mercado de China será una verdadera “bomba de succión de la economía mundial”.
“A partir del año 2000 –expresa el economista Eduardo Regalado Florido*-, las autoridades chinas han expresado y asumido un cambio de dirección en la prioridad regional del desarrollo económico-social nacional. Con mayor énfasis, en el X Plan Quinquenal para el desarrollo económico y social (2001-2005) se le ha dado preferencia a «La estrategia de exploración a gran escala del Oeste», con el objetivo de acelerar su desarrollo, cumplir con las exigencias de una nueva etapa externa e interna que enfrenta la nación y, sobre todo, como condición necesaria para avanzar hacia la tercera etapa de la modernización del país”.
“Primeramente, hay que tener en cuenta que la asimetría del desarrollo regional actual, tiene un carácter histórico. Es decir, el proceso reformador heredó un determinado nivel de desigualdad regional, que se había gestado a través de la evolución económica y social de la nación china. La región del este, que representaba menos del 14% del territorio nacional, poseía más del 70% de las industrias, las líneas de ferrocarriles y las carreteras del país antes de la proclamación de la República Popular China en 1949. Por lo contrario, la parte occidental, mayoritaria en el país, apenas contaba con industrias modernas, especialmente, en las zonas habitadas por las minorías étnicas”.

“Por tal motivo, en varias ocasiones, las autoridades chinas acometieron acciones para acelerar el desarrollo de la zona occidental. En los años 50, un gran número de proyectos de relevante importancia que fueron concebidos en el I Plan quinquenal, se realizó en esta región. Posteriormente, en los años 60 y 70, se ejecutaron nuevas inversiones y, a la vez, se trasladaron gran número de fábricas de la región oriental, con el propósito de incrementar el desarrollo de aquella zona y con el interés de protegerse de la URSS (considerada principal enemigo en aquel entonces) y de los Estados Unidos, a lo que se le llamó: «período de construcción de la tercera línea». No obstante, la nueva etapa de reforma económica en China recibió la anterior disparidad, y aun más, la brecha ha ido aumentado de manera muy notoria con el avance de las transformaciones”.

“Del anterior hecho se impone –continúa Regalado-, que para comprender la naturaleza y tendencia del actual desnivel regional, haya que comenzar analizando las condiciones y la estrategia de partida que adoptaron las autoridades conducentes del proceso reestructurador”.
“Uno de los objetivos rectores que se ha propuesto el proceso de reforma, es el de la apertura al exterior. China se impuso, dentro de la estrategia económica, la atracción de capital y tecnología extranjera, con el objetivo de que contribuyesen a la modernización de la industria y a la creación de puestos de trabajo, así como al fomento de las exportaciones de manufacturas, para generar divisas y aprovechar las ventajas del crecimiento del comercio internacional”.
“Es necesario destacar que, en los años de inicio del proceso de reforma china, la región en que está situado el país, se clasificaba como «la más dinámica del planeta». En otras palabras, en el entorno de China se estaba experimentando un auge industrial y expansión económica que le posibilitaba utilizar los efectos positivos de la proximidad del foco japonés de exportación de capital y de los polos de desarrollo de Hong Kong, Taiwán y los chinos de ultramar, para su reanimación económica”.

“Es por eso que, para atraer los flujos de inversión al país, después de tantos años de haber estado cerrado al exterior, se comenzaron a realizar acciones que condujeran a motivar a los inversionistas extranjeros en las zonas que brindaban las mejores condiciones y fueran más atractivas para el capital foráneo”.

“En consecuencia, Deng Xiaoping propuso que las regiones costeras del este del país, debían aprovechar al máximo sus ventajas para acelerar la apertura al exterior y desarrollarse antes y más rápidamente que las demás regiones. Declaró, no obstante, que cuando en todo el país se alcanzara un nivel de vida moderadamente alto a finales de siglo, el Estado dedicaría mayores esfuerzos para ayudar a las regiones centrales y occidentales a acelerar su desarrollo, haciendo énfasis en la concesión de políticas preferentes similares a las aplicadas en la región oriental, en el momento adecuado”.

Este momento llegó en el año 2000 y el Xº Plan Quinquenal lo puso en marcha. En el esquema del Xº Plan Quinquenal (2001-2005), presentado por el entonces primer ministro Zhu Rondji, a la Asamblea Nacional del Pueblo, se expresa: “Hay que continuar llevando a la práctica la política del Partido para con las minorías étnicas, mantener con firmeza y perfeccionar el sistema de autonomía regional de las mismas y desarrollar las relaciones interétnicas socialistas de igualdad, unidad y ayuda mutua. Junto con la explotación a gran escala de las regiones occidentales del país, es imperativo acelerar en todos los aspectos el desarrollo económico y social de las minorías étnicas y de las regiones habitadas por ellas, así como promover la prosperidad y el progreso de todas las etnias”.

Durante la ejecución del Plan, se duplicó el Producto Bruto en las regiones occidentales, pero todavía la distancia del nivel económico-social entre el occidente y el oriente chino, es muy pronunciado y a su corrección apunta el XIº Plan Quinquenal (2006-2010), actualmente en ejecución.

La 6º meta de este plan, establece*:

“6. Se potenciará con diligencia la transferencia de pagos en promoción del desarrollo coordinado entre las regiones. Alcanzar la equiparación de los servicios públicos básicos y promover el desarrollo coordinado entre las diversas regiones constituye la meta de la hacienda pública y, con mayor razón, la exigencia de crear una sociedad armoniosa”.

“Primero: Más apoyo financiero a las zonas subdesarrolladas, con el fin de acelerar el desarrollo de las antiguas bases revolucionarias, las áreas habitadas por minorías étnicas, las zonas fronterizas y las regiones pobres. En 2006, los fondos de la hacienda central para la transferencia de pagos de carácter ordinario a las haciendas territoriales, en particular las de las regiones centrales y occidentales, totalizarán 135.900 millones de yuanes, lo que supone un incremento de 23.800 millones, el 21,2%, respecto a 2005, y los fondos para la transferencia de pagos destinados a las zonas de minorías étnicas sumarán 20.000 millones de yuanes, un aumento de 4.077 millones, el 25,6%”.

“Segundo: Más inversión en la ayuda a las zonas pobres mediante el desarrollo. En 2006 la hacienda central asignará para tal fin fondos de 13.700 millones de yuanes, 700 millones más que el año precedente. Estos fondos irán destinados prioritariamente a la construcción de infraestructuras rurales en las aldeas pobres para mejorar las condiciones de producción y vida de la población indigente; al desarrollo de la industrialización agrícola en las zonas pobres encaminada principalmente a mejorar las formas organizativas de la producción agrícola, aumentar la capacidad productiva de las masas pobres e incrementar sus ingresos, y a la capacitación de la mano de obra pobre rural para su desplazamiento”.

“Tercero: Aplicación concienzuda de las diversas políticas y medidas financieras y tributarias de la estrategia general de desarrollo regional. Se dará prioridad a la aplicación de las políticas financieras y tributarias preferenciales para el desarrollo a gran escala de las regiones occidentales y para la revigorización del Nordeste y otros antiguos centros industriales. Se estudiarán y elaborarán de manera dinámica políticas financieras y tributarias tendentes a propiciar el ascenso de las regiones centrales, y se apoyará a las regiones orientales a desarrollarse primero”.

El mismo documento, agrega: “Se brindó apoyo a un desarrollo a largo plazo de la agricultura y el campesinado. En 2005 la hacienda central asignó 81.278 millones de yuanes como inversión en construcciones básicas dentro de lo presupuestado y como fondo para proyectos financiados con deuda pública, en ambos casos destinados a la agricultura y a la construcción de infraestructuras rurales, de modo que lograron mejorar en mayor medida las condiciones de vida y producción en el campo. Asimismo, destinó 9.855 millones de yuanes a la explotación agrícola integral y dedicó el 76,6% de los fondos aumentados a la construcción de infraestructuras agrícolas para transformar las tierras labrantías de rendimiento bajo y mediano de las principales zonas cerealícolas. Al mismo tiempo, exploró y adoptó activamente formas como inversión, participación en el capital social y otorgamiento de préstamos con interés descontado para proyectos especiales, poniendo en juego con mayor eficacia el papel orientador, demostrador y activador de los fondos de explotación agrícola integral. La hacienda central concedió 400 millones de yuanes como fondo de subsidio, un 60% más que en 2004, en apoyo a la capacitación de 2.800.000 campesinos para el desplazamiento de la mano de obra rural; incrementó de continuo la inversión en la ayuda a las zonas pobres mediante el desarrollo, que alcanzó 13.000 millones de yuanes en 2005, y asignó 25.170 millones de yuanes como subsidio directo a los campesinos que habían devuelto sus tierras de cultivo a bosques. Se siguió dando enérgico respaldo a la popularización de la ciencia y la tecnología agrícolas, la industrialización agrícola, el desarrollo de cooperativas especializadas de los campesinos, la construcción de pequeñas obras hidráulicas para tierras de cultivo y el análisis de suelos y la aplicación proporcional de fertilizantes”.

Uno de los objetivos estratégicos de los planes de desarrollo de China, desde 1978, es convertirse en una potencia tecnológica de primera línea. “China confía en ser una de las potencias mundiales en innovación tecnológica en 2020, aunque le queda por delante un gran trabajo, destacó el ministro de Ciencia y Tecnología, Xu Guanhua”.

"En 2001, China se situó en el puesto 28 entre los 49 países principales en cuanto a la capacidad de innovación tecnológica y científica. Tenemos que avanzar diez puestos para entrar en el ranking de los 20 primeros países antes de que podamos declarar que hemos logrado nuestra meta", señaló Xu en una rueda de prensa en el marco de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional”****.

“Con los esfuerzos de las generaciones pasadas, China ha establecido un completo sistema científico y tecnológico con abundantes recursos humanos”.

“Según las estadísticas, 38,5 millones de personas trabajan en el sector científico y tecnológico de China, incluyendo a 1,09 millones que se dedican a la investigación y desarrollo, lo que sitúa al país en el primer y segundo puesto en el mundo en esta cuestión, respectivamente, afirmó Xu”.
El ministro señaló ante la prensa que China ha desarrollado un gran poder científico y tecnológico y una gran capacidad de investigación y desarrollo en sectores como la biología, la nanotecnología y la tecnología, en los que se ha situado en el nivel mundial más avanzado.

El despegue de China y las contradicciones geopolíticas

Las multinacionales de Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, lucran en China, controlan gran parte de su comercio exterior y poseen la tercera parte de la propiedad industrial. Podían estar muy satisfechas, pero sus Estados le temen. Una y mil veces, los estrategas norteamericanos hablan de la “amenaza china” lo que obliga a Beijing a desmentidos permanentes.

Estados Unidos y el Japón, su fiel aliado del sudeste asiático, apoyan a Taiwán. El primero, a pesar de haber reconocido, en tres comunicados conjuntos, desde 1972, que esta isla pertenece a China, la mantiene armada con las tecnologías militares más avanzadas y protegida por su VII Flota. Japón, por su parte, sigue sosteniendo en sus manuales escolares que la invasión y ocupación de China, en 1937, fue una “guerra de liberación”, se niega a reconocer las masacres que cometieron, entre ellas la de Nanking, donde sus militares ordenaron el asesinato de 200 mil personas y todos los años el gobierno visita el mausoleo donde está enterrado el general Hideki Tojo, líder del militarismo japonés y primer ministro durante la Segunda Guerra Mundial, y otros criminales de guerra.

Hasta el momento y, seguramente, durante algunos años, China y Estados Unidos se necesitan mutuamente. La política china de desarrollo económico requiere inversiones extranjeras por miles de millones de dólares anuales y un mercado norteamericano para sus productos, que gran parte son fabricados por compañías de este país. Estados Unidos, a su vez, necesita compradores para sus bonos de deuda. China, compró estos papeles, en el 2004, por un volumen de 200 mil millones de dólares y el año siguiente por casi 300 mil millones. En otras palabras, el excedente de dólares de su balanza comercial, China lo vuelca a la compra del déficit norteamericano.

El prestigioso economista, Paul Krugman, dice que la estabilidad del dólar depende de la voluntad china, pero de la estabilidad de la moneda norteamericana, depende también la estabilidad del comercio y de la economía china. El de Estados Unidos y China parece ser un “matrimonio de conveniencias” que, por la magnitud de los protagonistas, está preservando asimismo la estabilidad económica mundial, como lo mostró la crisis económico-financiera de 1997.

Por estas razones, el presidente chino, Hu Jintao, ha definido, recientemente, la política exterior de su país en “4 No”: “No al hegemonismo, no a la política de fuerza, no a una política de bloques, no a la carrera armamentista”.

La “paciencia china”, adquirida en cuatro milenios de historia, tiene como objetivo estratégico, en las próximas décadas, la elaboración de un mundo multipolar donde el país debe ocupar uno de los primeros lugares –y los datos parecen ser categóricos- “en el centro, no a la cabeza”, según la periodista Martine Bulard de “Le Monde-Diplomatique”. Para ello debe evitar la confrontación, cuyo punto más sensible es Taiwán.

Su decisiva participación en las negociaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte, sobre el tema nuclear, que ha arribado a una solución política, su firme posición, junto con Rusia, contra una intervención militar norteamericana en Irán y su discreta actitud en el conflicto palestino-israelí, se inscriben en los “No” al hegemonismo y a la política de fuerza, así como la “alianza estratégica” con Rusia, constituyen un freno a la expansión de la OTAN hacia el este europeo y la pretensión de Estados Unidos de controlar las grandes reservas petroleras, del Medio Oriente, el Mar Caspio y las ex republicas soviéticas centroasiáticas.

Por lo expresado, China considera “estratégica” sus buenas relaciones con Estados Unidos; no así este último.

China y América Latina

Según los datos oficiales, el volumen comercial entre China y América Latina ha pasado de los 200 millones de dólares USA de 1975 a una cifra récord de 40,000 millones en 2004. Las inversiones chinas en esta región totalizaron los 37,700 millones de dólares con el establecimiento de empresas mixtas o de fondos exclusivos chinos. Además, las inversiones mutuas y la cooperación tecnológica entre ambas partes han sido muy fructíferas.
En noviembre de 2004, el Presidente de China, Hu Jintao, realizó una visita a Brasil, Argentina, Chile y Cuba. Firmó 39 acuerdos comerciales. Las inversiones chinas solamente en Argentina totalizaron unos $20 mil millones de dólares. Los círculos imperialistas de Estados Unidos y Gran Bretaña, le prestaron gran interés a esta gira, así como los medios conservadores vernáculos, aliados del imperialismo.

La columnista de la BBC, Mariana Martínez, realizó, el 14 de noviembre, el siguiente comentario: “Hasta hace unos meses atrás, eran los mandatarios y empresarios latinoamericanos los que buscaban contra viento y marea fortalecer los lazos comerciales con China; pero ahora los papeles se han invertido y es la superpotencia la que ha salido a conquistar nuevos mercados en la región (,,,)Ante este giro de roles, usted seguramente se estará preguntando ¿qué es lo que busca China en América Latina? La respuesta es muy sencilla: materia prima. Según los cálculos de organismos internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), China se convertirá en la segunda economía a nivel mundial en nada menos que en los próximos cinco años, y en la más grande del mundo en 2050. ¿Cómo lo hará? Creciendo” (…) “Es evidente que Latinoamérica es una manzana jugosa para China. Sólo con Brasil, Argentina y Chile, China realizó transacciones comerciales por US$ 14,6 mil millones en 2003 y adquirió las materias primas que tanto necesitaba: soja, acero y diversos productos alimenticios”.

Por su parte, Roger F. Noriega, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, de Estados Unidos, declaró el 6 de abril ante la Subcomisión del Hemisferio Occidental, de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes de Estados Unidos: “China ha venido traduciendo su éxito económico (y su búsqueda de recursos para alimentar su desarrollo económico) en una mayor influencia en América Latina y el Caribe. Estados Unidos seguirá observando de cerca la estrategia china para llegar hasta América Latina, a fin de asegurarse de que esta actividad es compatible con "el duramente ganado progreso de la región hacia la democracia representativa". Noriega hizo notar que factores económicos y políticos, entre ellos la necesidad de asegurar fuentes confiables de materias primas y el deseo de aislar políticamente a Taiwán, dirigen el interés de China en América Latina”.

Pero Hu Jintao también estuvo en Venezuela y Cuba, y en estos lugares, no sólo las relaciones comerciales motivaron su interés, o el caso de Taiwán que tanto le preocupa a la Casa Blanca, sino, además, las relaciones políticas y el apoyo a gobiernos que Bush ha ubicado en el “eje del mal” y contra los que Estados Unidos complota permanentemente para derrocarlos.

El 12 de noviembre de 2004, Hu Jintao manifestó su voluntad de crear «una nueva perspectiva de amistad entre China y América Latina y el Caribe», para lo cual planteó tres objetivos: “En el plano político, nos apoyamos para ser amigos dignos de confianza (…) en el plano económico, fomentamos la complementación recíproca con nuestras respectivas ventajas, a partir de ser socios de cooperación en beneficio mutuo y sobre la base de un nuevo punto de partida (…) en lo cultural, estrechamos los intercambios para ser ejemplares en el diálogo dinámico entre las diferentes civilizaciones”.

Venezuela

El Presidente Hugo Chávez le asigna un carácter especial a las relaciones de Venezuela con la República Popular China. Ha realizado cinco visitas a ese país.

Las cifras oficiales de China, sobre las relaciones económicas son elocuentes: “Venezuela es el sexto mayor socio comercial de China en América Latina. En 2005, el comercio bilateral ascendió a 2.142 millones de dólares, un incremento del 60.6 por ciento, cuatro veces el valor de 2002. De esa cifra 908 millones correspondían a las exportaciones chinas, un incremento del 52.43 por ciento, y los restantes 1.234 millones fueron las exportaciones venezolanas, un crecimiento del 67.21 por ciento. China exporta a Venezuela maquinarias, productos eléctricos y electrónicos, computadoras y equipamientos de telecomunicaciones. Por su parte, importa desde el país suramericano petróleo crudo, mineral de hierro, orimulsión, aluminio oxigenado y laminados de acero. En los primeros seis meses de 2006, el comercio bilateral llegó a los 1.737 millones de dólares, de los cuales 647 millones correspondían a las exportaciones chinas y los restantes 1.09 millones a las exportaciones venezolanas, un aumento del 120.17 por ciento, 87 por ciento y 145.72 por ciento, respectivamente”.

Venezuela también es el principal receptor de inversiones chinas en América Latina. Actualmente en Venezuela hay más de 10 empresas u oficinas de representación chinas, las cuales han invertido 700 millones de dólares. Mientras tanto, hasta fines de 2005, las inversiones contratadas venezolanas en China sumaron los 108 millones de dólares, y las realizadas alcanzaron 18.62 millones de dólares”.

En agosto de 2006, Chávez viajó a Beijing y firmó 8 acuerdos con Hu Jintao que caracterizó de la siguiente manera: “El presidente chino nos dijo que respaldará a Venezuela en su aspiración a formar parte del Consejo de Seguridad y esto es muy importante desde el punto de vista político y moral. Es la consolidación de una relación en todos los frentes: político, geopolítico, económico, social, energético, tecnológico”. “Le agradecemos el gesto a Hintao porque estamos alineados con los mismos objetivos hacia un mundo de paz y respeto por las soberanías de los pueblos”.

“Por otro lado, Chávez señaló que su país proyecta convertirse en gran suministrador de petróleo de China e incrementar sus ventas a 500.000 barriles diarios para 2009 y 1 millón en la próxima década. Destacó que “solamente en petroquímica las inversiones chinas petroleras se elevarán a 2.000 millones de dólares en los próximos años”.

LOS ACUERDOS

Entre los pactos rubricados por ambos países –informó la Agencia EFE- se destaca la creación de una empresa conjunta entre la petrolera estatal venezolana PDVSA y la china CNPC, que desarrollarán un campo de petróleo en la franja del Orinoco, una de las mayores reservas mundiales de crudo pesado, en territorio del país latinoamericano.

Los acuerdos también incluyen la adquisición por parte de China de 12 taladros petroleros muy especializados y la creación de una empresa conjunta para fabricarlos. El gigante asiático también se comprometió a financiar la construcción de 20.000 viviendas sociales en la franja del Orinoco. Ambos países también rubricaron un principio de acuerdo para facilitar los viajes de grupos turísticos chinos al país sudamericano y se acordó además la creación de un Comité Empresarial Venezuela-China.

Cuba

En los asuntos internacionales, dice un documento oficial cubano, “China y Cuba se apoyan mutuamente y colaboran estrechamente. China siempre ha apoyado la lucha justa de Cuba por salvaguardar la soberanía nacional y contra el bloqueo estadounidense. Por su parte, Cuba apoya de manera activa el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los principios y la posición de nuestro país en lo referente a los problemas de derechos humanos, Taiwan y el Tíbet”.

En cuanto a las relaciones comerciales, agrega: “El comercio chino-cubano siempre se ha llevado a cabo a través de cartas de crédito. Las mercaderías de intercambio se determinan mediante la firma de acuerdos de comercio anuales. En 1996 se empezó a aplicar el comercio con divisas efectivas, y al mismo tiempo el comercio de cambio de mercancías entre algunas empresas. Las economías de los dos países son en cierta medida complementarias. China importa de Cuba azúcar crudo y poca cantidad de medicinas y exporta a Cuba arroz, porotos, productos mecánicos y eléctricos, equipos médicos y medicamentos, y artículos de industria ligera y textil”.

Para el corresponsal de la BBC en La Habana, Fernando Ravsberg, la visita a Cuba de Ju Hintao, “tiene una fuerte carga económica, con intereses muy marcados en áreas como las telecomunicaciones, la biotecnología, el petróleo y la minería, en particular el níquel”. “Por supuesto –agrega el periodista- que la reunión tendrá también su componente político tratándose de dos países comunistas con más de 40 años de relaciones bilaterales. De hecho Cuba fue el primer país de América Latina que reconoció a China”, en 1960.

“Sin duda, la pequeña isla caribeña no podrá absorber la misma cantidad de capitales chinos que los países antes visitados, Brasil, Argentina y Chile pero tampoco cabe dudas de que los lazos se van a intensificar”.

“Ya están en marcha varios proyectos conjuntos como la construcción de hoteles en China y Cuba, el desarrollo de medicinas contra el cáncer de invención cubana y la promoción del turismo hacia la isla”, concluye Ravsberg.

El diario del Partido Comunista de Cuba, “Granma”, no ocultó, en sus titulares, la importancia política de las relaciones entre Cuba y China: “China y Cuba: ejemplos de naciones que sostienen los ideales del socialismo”. Y el Presidente, Fidel Castro al condecorar a Hu Jintao con la “Orden José Martí”, dijo:

“Querido compañero Hu Jintao, Secretario General del Partido Comunista de China y Presidente de la hermana República Popular China”;

“Distinguidos miembros de la delegación china”;

“Estimados Invitados:

“No repetiré en tan breves minutos una palabra de lo que es conocido y muchas veces mencionado sobre la grandiosa historia del gran pueblo que usted representa”.

“Lo significativo, lo extraordinario para mí y para el mundo, es que la legendaria China, una de las primeras y más ricas civilizaciones y el país más poblado de la Tierra, hace menos de un siglo era un territorio ocupado y cruelmente explotado por las potencias imperiales de esa época. Millones de personas morían de hambre cada año; ríos de sangre china corrían por sus campos y ciudades. El expansionismo y la brutalidad imperialistas se ensañaban contra ese noble y generoso pueblo. Injusticias y desigualdades enraizadas durante miles de años parecían llamadas a perdurar para siempre”.

“El día 21 de julio de 1921 un grupo de visionarios creó el Partido Comunista de China. En un pueblo que era campesino en su inmensa mayoría, una vanguardia de obreros e intelectuales aportaron a todos los sectores pobres y oprimidos de China las ideas luminosas del socialismo, inspiradas por el genio de Marx, la audacia sin límites y el talento revolucionario de Lenin, forjador del Primer Estado Obrero en la historia de la Humanidad”.

“Aunque trágicas circunstancias determinaron el derrumbe de aquel Estado que tanto aportó a la lucha contra el nazifascismo, la más terrible amenaza que hasta entonces había conocido la Humanidad, ante los mortales peligros de ayer y los aún peores de hoy, el socialismo quedará definitivamente como la única esperanza real de paz y supervivencia de nuestra especie. Esto es precisamente lo que han demostrado de forma irrebatible el Partido Comunista y el pueblo de la República Popular China”.

“Demostraron a la vez, como lo han demostrado también Cuba y otros países hermanos, que cada pueblo debe adaptar su estrategia y sus objetivos revolucionarios a las condiciones concretas de su propio país, y que no existen dos procesos revolucionarios socialistas absolutamente iguales. De cada uno de ellos podrán tomarse las mejores experiencias y de cada uno aprender de sus más graves errores” (…).

“China se ha convertido objetivamente en la más prometedora esperanza y el mejor ejemplo para todos los países del Tercer Mundo. No vacilo en afirmar que es ya el principal motor de la economía mundial. ¿En qué tiempo? En solo 83 años después de la fundación de su glorioso Partido Comunista y 55 años después” de la fundación de la República Popular China” (,,,).

“Es un gran honor, compañero Hu, recibirlo hoy oficialmente en nuestro país en una visita que apreciamos mucho y que representa un nuevo gesto de entrañable confianza y hermandad”.

“Por ello…por su inquebrantable determinación de continuar luchando a favor del socialismo y del progreso de ese hermano país, y por la probada amistad y solidaridad que ha deparado a nuestro pueblo, el Consejo de Estado de la República de Cuba ha decidido otorgarle la más alta condecoración de nuestra Patria: la Orden que lleva el nombre de nuestro entrañable Héroe Nacional José Martí”, concluyo Fidel.

Uruguay

A comienzos de setiembre de 2006, visitó Montevideo el Presidente de la Asamblea Nacional Popular, Wu Bangguo. La Agencia Oficial Xinhua, al cubrir la visita señaló las etapas de las relaciones de Uruguay con la República Popular China. “Los contactos China-Uruguay datan de la década de los 50, pero se rompieron después del golpe militar de 1973 en Uruguay. El gobierno civil fue restablecido en marzo de 1985, cuando Julio María Sanguinetti, líder del Partido Colorado, llegó al poder. Sus relaciones diplomáticas se reanudaron el 3 de febrero de 1988”.

“Desde entonces, los dos países han mantenido contactos de alto nivel por medio del intercambio de visitas de líderes de ambas partes y han trabajado juntos en muchas áreas. China es el cuarto mayor socio comercial de Uruguay, después de Brasil, Argentina y Estados Unidos”.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo que los dos países han firmado más de 20 acuerdos en las áreas política, económica y cultural. El comercio entre los dos países se ha incrementado rápidamente. En 2005, su volumen de comercio bilateral llegó a un total de 455,9 millones de dólares USA, 42,5 por ciento más con respecto a 2004. Uruguay vendió a China productos por un valor de 282,57 millones de dólares en 2005, 34,8 por ciento más, e invirtió 173,33 millones de dólares en China, 57,1 por ciento más en comparación con 2004”.

“En los primeros seis meses de 2006, el volumen de comercio entre los dos pases superó los 271 millones de dólares, 46,33 por ciento más con respecto al mismo periodo de un año antes. China compró a Uruguay productos por un valor de 96,24 millones de dólares, 44,77 por ciento más con respecto al mismo periodo del año pasado, mientras que Uruguay compró a China productos por un valor de 174,77 millones de dólares, 44,2 por ciento más en comparación con el mismo periodo de 2005”.

El principal rubro exportable de Uruguay a China es la lana cuyo 35% se dirige a ese mercado.

En diciembre de 1993, ambos gobiernos firmaron un “Convenio de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones” en los sectores de las propiedades mueble e inmueble, créditos, acciones y cuotas societarias, la propiedad industrial, prospección y explotación de los recursos naturales y los derechos de autor.

En materia de derechos humanos, Uruguay se ha abstenido en las votaciones de condena a China en la Comisión respectiva de las Naciones Unidas en Ginebra, actitud contradictoria con la que sigue respecto a Cuba, en este tema.

Los presidentes Sanguinetti, Lacalle y Batlle han visitado China y el presidente chino, Jiang Zemin lo hizo en el 2001, en una gira por países latinoamericanos que realizó a pesar de un serio incidente entre su país y Estados Unidos, por la incursión de un avión espía norteamericano en su mar territorial.

El analista conservador argentino, Rosendo Fraga, decía en enero que América Latina y el Caribe y África estaban en el cuarto nivel de prioridades del gigante asiático, después de sus naciones vecinas organizadas en el ASEAN, de Estados Unidos, y de la Unión Europea y Medio Oriente aunque reconocía que la influencia económica y política estaba creciendo en la región. Tampoco le quedaban dudas que el resurgimiento de China, colocará a este país y a Asia, como el gran polo económico de atracción global del siglo XXI.

Para ello, daba la siguiente explicación: “El Banco Asiático, en sus estudios para reconstruir el pasado económico del continente, llega a la conclusión de que en 1820, a comienzos del siglo XIX, cuando Europa se precipita al proceso de industrialización, Asia era el 60% de la producción mundial. Algo de un siglo más tarde, después de la Segunda Guerra Mundial había pasado a ser sólo el 20% -con China, Japón y Corea desvastadas por la guerra- siendo hoy al promediar la primera década del siglo XXI, aproximadamente el 40% y proyectándose para 2040, que volverá a ser el 60%, como lo fuera casi dos siglos antes. Es así como la proyección de Goldman Sachs para dicho año, anticipa que China será la primera economía del mundo superando a EE.UU., con Japón y la India en tercero y cuarto lugar. Tres de las cuatro economías más grandes del mundo serán asiáticas antes de mediados del siglo XXI”.

“Ello implica que el Asia en realidad sólo vuelve a ser lo que fue durante la mayor parte de la era cristiana. De acuerdo al concepto del tiempo medido en milenios de los chinos y no en siglos de los occidentales, los siglos XIX y XX, han sido sólo un breve paréntesis de decadencia asiática dentro de un período mucho más largo de predominio de este continente”.

“Pero ¿Cuál fue la causa de la decadencia o estancamiento del Asia en estos dos siglos?”

“La causa –reconoce Fraga- fue entre 1836, cuando los británicos ocupan Hong Kong y 1975, cuando finaliza la revolución cultural de Mao. China sufrió una suerte de 140 años de guerra civil permanente”. Lo más exacto, en el primer caso, son las intervenciones extranjeras, encabezadas por Inglaterra.

Y concluye su juicio con esta afirmación: “En conclusión, quien visite China, podrá encontrar en las manifestaciones de su arte, historia y cultura, las claves que permiten comprender el verdadero significado del resurgimiento chino”.

Ruiz Pereyra Faget

Fuentes:

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• Agencia Xinhua, Beijing, 29 de setiembre de 2005. “10 términos cruciales describen a la China durante su "X Plan Quinquenal".
• Fernando Ravsberg. BBC, La Habana, “China mira hacia Cuba”. 22 de noviembre de 2004.
• Teijeiro, Mario, “Empujando a China al Keynesianismo”. CENTRO DE ESTUDIOS PÚBLICOS (CEP). Buenos Aires, 4 de Mayo del 2006.
• Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), “China adelantó a EEUU como exportador tecnológico en 2004”. Diciembre de 2004.
• “Diario del Pueblo”, “China duplicará PIB per cápita en región occidental en 2010”. Beijing, 2 de marzo de 2007.
• Agencia Xinhua, “Académico predice que industrialización de China necesitará 20 años”. Beijing, 28 de octubre de 2002.
• Fraga, Rosendo, “La historia como clave para entender a China”. Nueva Mayoría. Buenos Aires, 18 de enero de 2007.
• Martin Hart-Landsberg and Paul Burkett, “Thinking About China”. Monthly Review Press, 2005).
• José Luis León-Manríquez, “El desafío chino”. Universidad de Columbia. Octubre, 2005.
• www.china.org.cn – “Presidente chino visita seis países latinoamericanos” – “Relaciones China-Cuba”.
• John Chan, “China’s new five-year plan: a mixture of futile hopes and false promises”. WSWS.com 23 March 2006.
• Agencia Xinhua, “Impulsará visita de máximo legislador chino relaciones Uruguay-China”. Montevideo, 3 de setiembre de 2006.
• Agencias EFE, TELAM y AP, “Chávez sella con China una alianza estratégica”. “La Nación”, 25 de agosto de 2006. Buenos Aires.
• “Guía del Mundo” 2007, “China, datos básicos”. www.guiadelmundo.org.uy
• Regalado Florido, Eduardo. “Giro estratégico en el desarrollo económico-social de China”. “Sobre la estrategia de la República Popular China de exploración a gran escala hacia el Oeste”. El Catoblepas, Núm. 36, febrero 2005, p. 13. www.nodulo.org/ec/2005/n036p13.htm
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CHINA

sábado, 12 de diciembre de 2009

LA CRISIS DE LOS AÑOS '30 Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Por Aldo Ferrer*

10-12-2009

Aldo Ferrer Director Editorial

La gran crisis económica mundial de 1930 destruyó las reglas del juego del sistema global, incluyendo el patrón oro, el régimen multilateral de comercio y pagos y la desregulación del movimiento de capitales. Sin embargo, todavía en la década del ’30 el comercio internacional conservaba la composición establecida en el Segundo Orden Mundial (1800-1914): dos tercios correspondían a los productos primarios y el resto a las manufacturas. En el transcurso de la década del ’20, los excesos de oferta provocaron el desplome de las cotizaciones de productos primarios, anticipándose a la debacle financiera de 1929. Sobrevivía, en ese entonces, el viejo dominio imperial sobre una tercera parte de la humanidad radicada en las posesiones coloniales de Africa, Oriente Medio y Oriente Extremo. Pero los movimientos de independencia comenzaban también a estallar en las colonias, cuya liberación se consumaría en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial y la temprana posguerra.

La gran crisis económica mundial de la década del ’30, transformó radicalmente el contexto internacional, dentro del cual, se había desarrollado la economía argentina. Los mercados mundiales de alimentos y materias primas se desplomaron. Las corrientes de capitales cambiaron de dirección, cuando los países inversores, comenzaron a rescatar sus colocaciones en el resto del mundo.

La crisis provocó, además, el descrédito del paradigma liberal. Bajo el liderazgo intelectual de Keynes, Gran Bretaña sustituyó el credo librecambista por la intervención del Estado. En los Estados Unidos, el new deal del presidente Roosevelt abandonó el canon liberal e instaló a las políticas públicas en el centro del escenario político del país. Los regímenes autoritarios en Alemania e Italia, practicaban también un activo intervencionismo del Estado. La Unión Soviética, operaba con una economía totalmente estatizada y planificada, la cual parecía provocar el milagro del crecimiento en un mundo en recesión. Al final de la década, las tensiones internacionales culminaron en la Segunda Guerra Mundial. La “economía de guerra” implantó estrictos regímenes regulatorios de asignación de recursos y distribución del ingreso.Desde la crisis, los Estados Unidos sustituyeron a Gran Bretaña como núcleo central del sistema. Un país de gran dimensión, con una economía esencialmente autocentrada y un gran superávit comercial, sin disposición de ser prestamista de última instancia, no fue capaz, en esa época, de asumir el liderazgo que, bajo el patrón oro y el libre comercio, tan eficazmente había ejercido la vieja potencia hegemónica.

Respecto de los Estados Unidos, la Argentina guardaba una relación distinta que con Gran Bretaña. Con la economía británica, la Argentina era complementaria, asociada en una estrecha red de intercambios de productos primarios por manufacturas, inversiones y financiamiento público. Por el contrario, respecto de la economía norteamericana, la nuestra era competitiva en la exportación de productos primarios y deficitaria en la importación de manufacturas, inversiones y créditos. Se formó así la relación triangular de los superávits de las relaciones con Gran Bretaña, que financiaban el déficit con lo Estados Unidos, modelo que prevaleció en la etapa de la economía primario exportadora, la década del ’30 y la Segunda Guerra Mundial. Es comprensible que el cambio de centro hegemónico influyera en todas las relaciones internacionales de la Argentina y que con los Estados Unidos se plantearan conflictos inexistentes en la relación anterior con Gran Bretaña.

En 1930, a la Argentina, se le vinieron súbitamente abajo el mercado mundial, el centro hegemónico de referencia y la ideología dominante. El cambio de contexto y la debilidad del sistema político del país dieron vuelta la realidad en una fecha precisa. El fatídico 6 de septiembre de aquel año. A partir de allí, las fuerzas armadas quedaron instaladas como árbitro, de última instancia, de las tensiones que el sistema político no podía resolver. La densidad nacional siguió acumulando problemas. El desempleo y la caída del nivel de vida agravó la desigualdades y las tensiones del orden social. La oligarquía pretendió sostener la relación privilegiada con Gran Bretaña. Respondió a la política de preferencias imperiales del Convenio de Ottawa, con un tratado anglo-argentino de 1933, el Roca-Runciman, con concesiones adicionales, a cambio de mantener abierto el mercado británico a las exportaciones de carnes argentinas. Poco después, el Plan Pinedo intentó incorporar a los Estados Unidos como nuevo centro de referencia de la economía argentina. En cualquier caso, la estrategia oligárquica de retención y acumulación de poder siguió desplegándose en un modelo de subordinación periférica. Las instituciones democráticas colapsaron. El fraude y la alianza, entre expresiones políticas diversas, eran incapaces de administrar la acumulación de tensiones provenientes del resto del mundo y de la propia conflictualidad interior.

El paradigma liberal no resistió las consecuencias de la crisis mundial. Desde mediados de la década del ’30, el pragmatismo sustituyó la ideología. También la Argentina comenzó a crear instrumentos de intervención, como las juntas reguladoras, el control de cambios, el Banco Central y el Impuesto a las Ganancias. La política económica fue razonablemente eficaz en administrar la coyuntura. Es decir, el impacto de la crisis sobre la actividad económica interna y los pagos internacionales del país. Pero esto distaba de constituir una estrategia alternativa de transformación productiva e industrialización, es decir, de gestión del conocimiento. El régimen se limitó a sostener, con bastante eficacia, las bases del modelo anterior y dar lugar a un incipiente proceso industrial de sustitución de importaciones, impulsado por la insuficiencia de la capacidad de pagos externos para sostener los abastecimientos importados. La capacidad de mano de obra y gestión empresaria estaba disponible para abordar el rápido desarrollo de las industrias sencillas, “livianas”, como la textil y la mecánica ligera.

La estructura productiva se transformó considerablemente. La industria ganó participación en la generación del producto y del ingreso. Hacia 1945, ya superaba la posición relativa de la actividad agropecuaria, la cual, acotada por el colapso del mercado mundial y la guerra entró en un prolongado período de estancamiento tecnológico y, consecuentemente, productivo. La economía se volcó más hacia adentro. El mercado interno ganó posición como destino de la producción mientras disminuía la participación de las importaciones en el PBI. La presencia del capital extranjero quedó cristalizada en los moldes establecidos hasta la década del ’20 y cayeron las inversiones privadas directas y los créditos internacionales.

El país comenzó a vivir más con lo suyo, pero muy lejos aún de un sistema autocentrado realmente dinámico, con una inserción en el mundo simétrica y no subordinada. El despliegue de la actividad económica en el territorio reforzó el centralismo en torno del Puerto de Buenos Aires y la región pampeana, heredado de la etapa anterior. Las nuevas industrias y los servicios, tendieron a instalarse allí donde estaban el mercado y la fuente de abastecimientos de equipos e insumos importados, es decir, en el Puerto de Buenos Aires y su zona de influencia. La industrialización promovió el desplazamiento de población desde las zonas rurales hacia las ciudades. Al finalizar el período, la Argentina contaba con una sociedad esencialmente urbana.

Entre 1929 y 1945, comenzó a abrirse la brecha en el ingreso per cápita de la Argentina respecto de los otros dos “espacios abiertos” de referencia. El argentino permaneció estancado en el mismo nivel mientras el australiano aumentó 30% y el canadiense 40 por ciento. El aumento de la brecha ya era evidente antes del inicio de la guerra. Además, la escasez de abastecimientos de bienes de capital importados provocó, en la Argentina, la descapitalización en la infraestructura y restricciones al equipamiento industrial. Los otros dos países, integrantes de la alianza occidental, no experimentaron tales problemas. Sin embargo, el rezago argentino se explica, principalmente, por la debilidad relativa de su estructura productiva y, en definitiva, de su densidad nacional, respecto de Canadá y Australia.

A comienzos de la década del ’40 estaban dadas todas las condiciones para una nueva conmoción en la sociedad argentina. En 1943, otro golpe militar sustituyó al gobierno del régimen conservador. El nuevo gobierno imprimió a la tradicional neutralidad argentina en las guerras mundiales un sesgo de simpatía hacia las potencias del Eje, lo cual, complicó las relaciones con los Estados Unidos. Finalmente, el régimen cedió a las presiones y les declaró la guerra, pero quedó abierto un escenario de confrontación y desconfianza con la nueva potencia dominante.

La conflictualidad social, grupos dirigentes hegemónicos sin intereses vinculados con la transformación productiva y la gestión del conocimiento, el protagonismo de las fuerzas armadas en un sistema político incapaz de resolver los conflictos en democracia y los cambios mundiales inminentes de la posguerra anticipaban las dificultades que enfrentaría la Argentina. Las tensiones en la política exterior del país agravaron el cuadro de situación. La frágil densidad nacional argentina volvería a no estar a la altura del desafío. Éste incluía, nada menos, que resolver, definitivamente, si la Argentina volvía al pasado del régimen pastoril o se lanzaba a la construcción de una economía moderna industrializada, con una amplia base de recursos naturales y de producción de alimentos y materias primas. Es decir, una estructura productiva capaz de gestionar el conocimiento y acumular. Y resolver, también, un posicionamiento internacional compatible con la soberanía y el realismo, dentro del nuevo sistema internacional. Nada de esto era posible sin un sistema institucional estable y un régimen político capaz de tramitar, en paz y en democracia, las transformaciones en curso. Es decir, sin una densidad nacional suficientemente sólida. Aldo FerrerDirector Editorial de Buenos Aires Económico

* Fuente: http://www,elargentino.com

http://www.elargentino.com/Content.aspx?Id=69028


lunes, 7 de diciembre de 2009

ESTRUCTURA DE LAS FUERZAS MUNDIALES - SUS RELACIONES Y SU EVOLUCIÓN

1. SIGLO XIX – HEGEMONÍA DEL IMPERIALISMO BRITÁNICO.

· Guerra contra Napoleón 1805-1815;
· Independencia de América Latina (1810-1824); Doctrina Monroe (1823); Doctrina Canning (1824).
· Desarrollo desigual del capitalismo;
· Colonialismo en 3 Continentes;
· Guerra Civil en Estados Unidos (1861-1865).
· Las luchas sociales en Francia. Socialismo, Anarquismo y Marxismo.
· La Unidad Alemana. Proclamación del Imperio (1870),

2. SIGLO XX – LAS GUERRAS INTERIMPERIALISTAS Y LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE. DESPLAZAMIENTO DEL PODER HACIA ESTADOS UNIDOS. (1914-1991)

· Guerra Mundial interimperialista. 1914-1918.
· El Fascismo: la Guerra Civil en España.
· La Segunda Guerra Mundial. Democracia contra fascismo. Consolidación de la Revolución de Octubre.
· Hegemonía imperialista de Estados Unidos. La Guerra Fría.
· Estructura de fuerzas bipolar, socialmente antagónicas.
· Las guerras de liberación nacional
· Ruptura del bloque socialista: China.
· La Revolución Cubana.

3. 1991-2001 – HEGEMONÍA DEL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO.

· Desintegración del Campo Socialista y la URSS.
· Doctrina del Nuevo Orden Mundial o “Sueño Americano”.
· Expansión de la OTAN hacia el Este.
· Doctrina del “Choque de Civilizaciones”. Huntigton.
· Potencias emergentes: China e India;
· Resurgimiento del Estado Ruso.
· Victoria de Hugo Chávez en Venezuela. Inicio de la Revolución Bolivariana.
· Los atentados a las Torres Gemelas del 11 de Setiembre del 2001.
· Doctrina de la Guerra Preventiva contra los “Estados terroristas”.
· La guerra por el control de los recursos petroleros del Medio Oriente.

4. DIFICULTADES DEL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO PARA CONSERVAR LA HEGEMONÍA – 2001 HASTA EL PRESENTE.

· Atascamiento en Iraq y Afganistán. Derrocamiento de la dictadura títere de Paquistán (Musharraf).
· Conformación de un eje euroasiático estratégico China-Rusia.
· Derrota del ALCA en Mar del Plata;
· Los nuevos gobiernos antiimperialistas en A. Latina. El Proyecto Bolivariano.
· La crisis económica mundial y el debilitamiento del imperialismo norteamericano.

5. HACIA UNA ESTRUCTURA MULTIPOLAR CON INCLINACIÓN HACIA ORIENTE (CHINA).

· Nueva estructura política que recoja el equilibrio de fuerzas; Ingreso al Consejo de Seguridad de India, Brasil y Sudáfrica.
· Nuevo Orden Económico. Moneda independiente.
· Integración Latinoamericana. Rescate nacional de los recursos naturales. Control del Estado de las Áreas Estratégicas económicas y sociales.

LA ESTRUCTURA DEL MUNDO ACTUAL Y AMÉRICA LATINA

La idea del desarrollo material de las sociedades y las fuerzas motrices –contradictorias y opuestas según la lógica dialéctica- que lo impulsan en el devenir histórico, es una de las herramientas metodológicas más importantes que han aportado las Ciencias Sociales para desentrañar los problemas de una época. La contradicción fundamental es el motor de las luchas sociales interactuando con éstas las contradicciones de las clases dominantes del sistema social contemporáneo.

La crisis económica de consecuencias imprevisibles en que se encuentra el centro mismo del capitalismo mundial, de características cualitativamente distintas a la gran crisis de los años 30’, está anunciando un cambio de época que afectará a cada país y a cada región del planeta, como partes de la reestructuración del todo.

Los estrategas del capitalismo –y muchos de sus servidores que mantienen su pupila vigilante, como el economista hispano-uruguayo, Enrique Iglesias- hablan de por lo menos cinco grandes megatendencias: 1) Calentamiento del planeta, cambios climáticos, devastadoras pandemias y pobreza extrema, que afectarán los modos de vida de toda la población mundial; 2) El desplazamiento del eje motriz del desarrollo histórico de Occidente a Oriente; 3) La gigantesca demanda de recursos energéticos, agua, metales básicos y alimentos como consecuencia de la expansión de las economías de China, la India; Brasil y Sudáfrica; 4) El papel determinante en el equilibrio mundial de fuerzas de estos países “emergentes” y Rusia. y 5) Recuperación del Estado del papel de estabilizador automático del ciclo económico y supervisor de las “desviaciones” del mercado.

En este cuadro global, la historia universal y las historias regionales, pasan a primer plano: los bloques geográficos o geopolíticos procurarán asumir la función que durante cuatro siglos han tenido los Estados. A los países pequeños, si no se integran, sólo les queda el papel de servidores de los agrupamientos mayores, con pérdida de su soberanía real.

Éste será un período de transición pues el modo de producción capitalista ha probado en la práctica, de manera irrefutable, la validez de la teoría económica de Marx y no puede ser eterno. Los hechos actuales demuestran que es un tren de alta velocidad que se ha quedado sin frenos. Pero cualquier estimación del tiempo de esta carrera es pura especulación.

¿Qué papel le corresponde a América Latina en esta estructura mundial?

Nuestro continente tiene enormes recursos naturales y una historia política y cultural, en muchos aspectos integradora, producto de lo que fue su conquista y colonización. Las luchas por la independencia política, en la década de 1810, la conmovieron de norte a sur. Pero esta liberación sólo fue parcial, pues las oligarquías criollas heredaron las tierras y las riquezas que controlaba la Metrópoli. La alianza de estas oligarquías con otros imperios, mediatizó el desarrollo económico y social, con la excepción de los breves períodos de las guerras mundiales del siglo XX.

En los años 60’, la Revolución Cubana, llamó a una lucha general del continente por su segunda independencia mas el imperialismo norteamericano aplastó ese intento instalando feroces dictaduras militares a partir del golpe contra el Presidente Gulart, en 1964, en Brasil, al que siguieron los de Argentina en 1966, y Uruguay y Chile, en junio y setiembre de 1973, respectivamente.

Con la desintegración de la Unión Soviética en 1991, el imperialismo del norte, creyó que la historia universal les señalaba el destino de “romanizar” el mundo, imponiendo sus trasnacionales y su “way of life”. Este sueño se ha derrumbado en Medio Oriente y en Wall Street.

Em 1998, con la aplastante victoria de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de Venezuela, se inicia el tercer gran movimiento liberador de América Latina. Otras victorias de signo progresista, en Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Ecuador, a los que se agregan en Centroamérica, Nicaragua y El Salvador, marcan una tendencia caracterizada por el arrollador despertar de las masas oprimidas que, esta vez, han alcanzado el gobierno dentro de los propios marcos institucionales que impusieron las clases oligárquicas dominantes.

Ahora bien, para asegurar la voluntad popular, estas constituciones liberales, por su propia naturaleza, no servían y Venezuela dio ese segundo paso: constitucionalizar un programa económico y social, y un efectivo mecanismo de control popular directo de la gestión pública. Este camino ha sido seguido por Bolivia y Ecuador.

A estos cambios, el Presidente Chávez ha denominado el “Socialismo del Siglo XXI”. En lo económico, es un sistema mixto entre el Estado y el mercado, entre la propiedad estatal y la propiedad privada, reservándose el primero la explotación de las áreas estratégicas. La propiedad individual es respetada, con dos limitaciones: el latifundio y los monopolios privados. Ambos “son contrarios al interés social”. Se trata de una “Democracia Avanzada” cuyos fundamentos teóricos fueron desarrollados por Rodney Arismendi en 1962, en su obra “Problemas de una Revolución Continental”. El contexto mundial era diferente pero sus premisas tienen hoy plena actualidad.

A partir de la reorganización del Estado, el siguiente objetivo estratégico es la integración continental. Sus bases fueron definidas en La Habana, por los gobiernos de Venezuela y Cuba, el 14 de diciembre de 2004, al firmar el Acuerdo denominado “Alternativa Bolivariana para las Américas” (ALBA), opuesto al panamericanismo dirigido por Estados Unidos. El ALBA, dice el documento fundacional, “es un esquema de integración basado en principios de cooperación, solidaridad y complementariedad, que surge como una alternativa al modelo neoliberal, el cual no ha hecho más que profundizar las asimetrías estructurales y favorecer la acumulación de riquezas a minorías privilegiadas en detrimento del bienestar de los pueblos”. El sistema está formado por nueve países de América Latina, el Caribe y Centroamérica. Argentina, Brasil y Uruguay, hasta este momento, no lo integran.

Este proyecto de construir una economía, sin tutelajes externos y con una finalidad social continentalmente integradora, que excluya o limite las enormes ganancias de las empresas y bancos trasnacionales, está expuesto a grandes riesgos, pero la tendencia global a un equilibrio de fuerzas multipolar puede ser el marco adecuado para su éxito, sin olvidar que el control de América Latina, sigue siendo decisivo para el imperialismo norteamericano que, desde la época de Monroe (1823), la considera su “reserva estratégica”, o en términos más llanos, “su patio trasero”..

jueves, 3 de diciembre de 2009

EL FRENTE AMPLIO

El Frente Amplio es la expresión política de una alianza social de los trabajadores organizados en una Central Única, las capas medias y un sector de la burguesía industrial y comercial.

El elaborador teórico de esta alianza fue el Secretario General del Partido Comunista Uruguayo, Rodney Arismendi, cuando expuso la “Declaración Programática” de su Partido en el XVII Congreso, en 1958.

En 1954, el Uruguay entró en una crisis definida por los sectores políticos de izquierda, como “estructural”, al derrumbarse los precios internacionales de los productos del agro exportables, como consecuencia del armisticio en la Guerra de Corea, en julio de 1953. Era estructural porque el volumen de la producción no podía solventar el gasto social y la protección de la industria liviana, que se había expandido en los años de bonanza de las dos grandes guerras mundiales.

El nacional reformismo había ampliado la esfera del Estado a partir de la segunda presidencia de José Batlle y Ordóñez, en 1911, nacionalizando tres bancos y los servicios eléctricos y extendiendo la gratuidad de la enseñanza pública, en 1916, a la enseñanza secundaria y a la Universidad de la República. La enseñanza primaria estatal era gratuita, laica y obligatoria desde 1877.

Estas políticas provocaron un rápido crecimiento de la clase media y de la clase trabajadora y la fundación de los partidos de izquierda, el Socialista en 1910 y el Comunista, en 1920. El batllismo se arraigó fuertemente en la clase media y en los trabajadores del Estado; el Socialismo, en la intelectualidad universitaria y el Partido Comunista, en el proletariado industrial. El papel estratégico del Estado en la economía, los servicios públicos y la educación pasó a ser en las décadas siguientes algo así como un patrimonio ideológico y cultural de la sociedad uruguaya, hasta el punto que la Dictadura oligárquico-militar (1973-1985), pese a la influencia neoliberal no pudo privatizar la refinería de petróleo, ni restablecer el pago de la matrícula en la Universidad de la República, por la oposición de un sector militar.

"La contradicción principal de la estructura económico-social del Uruguay -dice la Declaración Programática del Partido Comunista- es la contradicción entre las fuerzas productivas que pugnan por desarrollarse y las relaciones de producción basadas en la dependencia del imperialismo y el monopolio de la propiedad privada de la tierra, que frenan ese desarrollo. Ella se expresa también en la contradicción entre el imperialismo, los latifundistas y los grandes capitalistas antinacionales, y todo el pueblo uruguayo, los obreros, agricultores y ganaderos pequeños y medios, los intelectuales y estudiantes, los empleados del Estado y privados, los jubilados y pensionistas, los artesanos y pequeños comerciantes, y la burguesía nacional..."

Arismendi agregaba: La Declaración incorpora una profesión de fe comunista, justamente en el párrafo que define el carácter de la revolución y su integración histórica en la revolución nacional-liberadora de América Latina y en la revolución socialista internacional. Caracteriza así la revolución agraria y antiimperialista, tomando en cuenta no sólo las tareas históricas y económico-sociales que debe llevar a cabo, sino considerando sus relaciones con la revolución socialista, con los ideales transformadores que son la razón de existencia de los comunistas. Este enfoque es dinámico, corresponde a la dialéctica del desarrollo social y supone el punto de vista del proletariado respecto a la revolución democrática de liberación nacional. Desde este ángulo, la revolución agraria y antiimperialista se define por su condición de "tramo inicial del camino que recorrerá el Uruguay hacia el socialismo, primera fase de la sociedad comunista, objetivo histórico de la emancipación del proletariado y meta final del Partido Comunista".

En la concepción de Arismendi, la fuerza social y política principal de este proceso debía ser la clase obrera y el Partido Comunista, respectivamente.

En 1958, fue derrotado el nacional reformismo batllista y el “voto castigo” llevó al gobierno al “Partido Blanco o Nacional” cuya base social principal eran los grandes terratenientes. Las políticas liberales –que desmantelaron toda la estructura proteccionista del batllismo- fueron respaldadas por la Asociación y Federación Rural, la Cámara de Comercio y la Asociación de Bancos. Estas políticas profundaron la crisis, contrayendo el gasto social y la estructura industrial, afectando con dureza a la clase trabajadora y a las capas medias.

Las condiciones objetivas estaban creadas para agrupar en una sola corriente a estos sectores sociales pero existían dificultades políticas para establecer un eje político Comunista-So ciclista, sobre el que debía construirse la nueva arquitectura política alternativa.

El triunfo de la Revolución Cubana en 1959 y, especialmente, la declaración de Fidel Castro de 1961, proclamando el rumbo socialista y marxista-leninista de la Revolución, dio un impulso fundamental a la concepción del PCU y provocó una crisis en el Partido Socialista que desplazó de la Secretaría General a su fundador, el Doctor Emilio Frugoni, que condenó la vía elegida por el gobierno revolucionario cubano, colocando en su lugar a un joven político marxista-leninista, Vivián Trías, representante de una corriente juvenil renovadora y revolucionaria de ese Partido.

No obstante, los prejuicios heredados de antiguas luchas ideológicas entre ambas colectividades de izquierda demoró, hasta 1971, la concreción de la unidad a la que se sumaron sectores de los Partidos Colorado, Blanco, militares y figuras independientes. Pero el Frente Amplio –que así se llamó esta nueva fuerza política- fue esencialmente una formación montevideana, con gran capacidad de movilización. Su solidaridad con la Revolución Cubana, el surgimiento de la guerrilla tupamara y el cuadro de la “Guerra Fría”, hizo que los partidos de la oligarquía y el imperialismo desataran una campaña de terror en el interior del país que bloqueó las posibilidades de una campaña electoral limpia en 1971, ya que el país estaba bajo “Estado de Sitio” y existía una organización parapolicial, con asesoramiento norteamericano, muy activa.

La guerrilla tupamara fue derrotada en 1972 pero la oligarquía y los militares de derecha preparaban un golpe, que se concretó en dos etapas –el 9 de febrero y el 27 de junio de 2973- ante la imposibilidad de los Partidos Colorado y Blanco de gobernar con la Constitución. Este golpe fue contra el Frente Amplio.

El FA emergió de la Dictadura, en 1985, con más fuerza que antes por el papel jugado en la resistencia al régimen de fuerza. Aunque sus principales dirigentes y cuadros fueron proscriptos en el Pacto del Club Naval de 1984, cinco años después obtuvo el gobierno del Departamento de Montevideo –el más importante del país- , mostrando que era una fuerza política cuyo ascenso al gobierno era irresistible.

Sin embargo, la estrategia del PCU de 1958 y el programa del FA de 1971, sufrieron un rudo golpe con la desintegración del Campo Socialista y la Unión Soviética entre 1989 y 1991.

El PCU, que era la primera fuerza del FA, sufrió, como la mayor parte de los Partidos Comunistas del mundo occidental, una profunda crisis que alcanzó a sus fundamentos ideológicos marxistas-leninistas. El revisionismo ideológico de Mijail Gorbachov que denominó “el nuevo raciocinio”, que significaba el abandono de la filosofía marxista y su sustitución por el idealismo kantiano y, en sociología, el retorno al organicismo spenceriano, sembró la confusión en la mayoría del Comité Central del PCU que proclamó la necesidad de una “nueva concepción societal”, que no se atrevió a defenderla en un congreso extraordinario, abandonando en masa al Partido.

Esta crisis afectó la relación de fuerzas en el seno del FA, pasando a dominar las concepciones revisionistas señaladas anteriormente que eran, por otra parte, la de las capas medias. Asimismo, el abrupto cambio en la relación de fuerzas mundiales, a favor del imperialismo, alejando cualquier otro punto de apoyo ajeno a éste, y la imposición de las políticas neoliberales del “Consenso de Washington”, redujeron objetivamente el campo de maniobra, para transformaciones radicales de liberación nacional como las propuestas en el programa de 1971. Predominaron en el FA las tendencias conciliadoras con el imperialismo e incluso el distanciamiento de la integración latinoamericana, invocando el “pragmatismo”. El punto clave de este proceso fue la salida de la crisis económico-financiera de 2002, acordada por los tres partidos, con el apoyo del gobierno norteamericano y el “respaldo institucional” al gobierno responsable de la crisis, presidido por Jorge Batlle.

A pesar de esta tendencia manifiesta en el seno del Frente Amplio, a partir de 1991, los partidos tradicionales de la oligarquía, quisieron asegurarse que el FA no llegara nunca al gobierno, proyectando una reforma constitucional, en 1996, que establecía un severo balotaje para la elección presidencial, confiando en que Colorados y Blancos, sumados, conservarían la Presidencia y la mayoría absoluta parlamentaria. Sorpresivamente, esta reforma fue apoyada por el líder del Frente Amplio, General Líber Seregni, y un sector minoritario de esta coalición. El rechazo del FA a la reforma, motivó el alejamiento de Seregni de la presidencia de la Organización.

La elección de Tabaré Vázquez, con mayoría absoluta parlamentaria, en la primera vuelta, en octubre de 2004 y la de José Mujica, también con mayoría absoluta parlamentaria y con una mayoría del 52,6% en el balotaje, con nueve puntos porcentuales sobre el candidato de la coalición oligárquica, en octubre y noviembre pasado, se inscribe en el cuadro de capas sociales y políticas de la interna del Frente Amplio y su programa, es una expresión objetiva de esa realidad.

Mientras la política macroeconómica no difiere sustancialmente de las políticas en este terreno de las puestas en marcha, por los partidos Colorado y Blanco, a partir de 1985, hay sí diferencias muy notorias en el campo fiscal y, principalmente, social (Salarios, jubilaciones, Salud, Educación, Cultura y emergencia social). Es este progreso social registrado desde el 2005 la causa del contundente triunfo de Mujica.

No obstante, este proyecto –que masivamente ha ratificado la ciudadanía- mp tiene fundamentos económicos suficientemente fuertes pues está basado, en sus dos terceras partes en la inversión extranjera y en el ingreso de capitales de corto plazo protegidos por el secreto bancario y la vigencia de la banca “offshore”. La dependencia del mercado externo de las grandes cadenas productivas y la falta de un mercado interno que actúe si no como alternativa, sí como un amortiguador de una crisis en esos mercados, hacen vulnerable la continuidad de esas justas políticas sociales.

Éste será el desafío principal que tendrá que enfrentar el presidente electo, José Mujica, para seguir profundizando el proyecto de “producción y equidad”, cuyas etapas iniciales ha cumplido el primer gobierno del FA, con la aprobación de una mayoría, al término de su mandato, que sólo tuvo Luis Batlle en 1951.

Montevideo.