Consolidación del liderazgo de Stalin
En el año
1922, el Partido Comunista Bolchevique, estaba dividido sobre dos puntos: 1) El
surgimiento de facciones que comprometían su unidad em un tiempo de profunda
crisis económica y social; 2) Una “oposición de izquierda” a la Nueva Política
Económica (NEP), considerada, por esta oposición, como un retroceso o una
traición al socialismo.
Ambos
problemas fueron analizados detalladamente por Lenin, en su artículo del 21 de
enero de 1922, publicado en “Pravda” (al que hice amplia referencia en mi
columna anterior).
José Stalin
fue designado Secretario General del Partido en abril de este año, para aliviar
el trabajo político de Lenin, que mostraba claros signos de extremo agotamiento
y el mes siguiente sufrió el “aneurisma cerebro vascular” que afectó su expresión
verbal y la movilidad de su brazo y pierna derecha. En los meses siguientes dio
signos positivos de recuperción pero en diciembre repitió el ataque, con
secuelas más graves.
En este
contexto aparecen sus notas al Comité Central siendo la última (calificada
luego como su “testamento político”), de fecha 23 de enero de 1923, cuando
había sido trasladado a su “dacha” de Gorki, a pocos quilómetros de Moscú, para
mejores cuidados porque había perdido el habla y la movilidad de sus miemhros
superiores e inferiores.
En sus
últimas notas, recogidas por su Secretaria y su esposa, Nadia Krúpskaia, Lenin
expresa profunda preocupación por la situación del Partido en Georgia y el
Cáucaso y aconseja que la mediación en ese conflicto interno del Partido no
esté a cargo de Stalin, que era georgiano, por su dudosa imparcialidad. El otro
problema, dada la precariedad de su salud, es la conducción del gobierno y del
Partido, expresando que había que tener “prudencia y flexibilidad”, atributos
que, según él, no tenía Stalin.
Pero a la
muerte de Lenin, Stalin da pasos firmes para consolidar su control del Partido
y del Gobierno, frente a poderosos rivales, que tenían esa aspiración, como
León Trotsky, Grigori Zinoviev, León Kámeneve y Nikolai Bujarin. ¿Quién era,
entonces, este rudo bolchevique georgiano, a quien se reconoce la construcción
de una poderosa Unión Soviética con una industria y tecnología de avanzada, y
la derrota del ejército hitleriano en la Segunda Guerra Mundial y al que se
acusa, también, de los crímenes más horrendos, no solo por la oposición
burguesa de todo el mundo sino por una corriente mayoritaria de su Partido que
borró su nombre de la historia de la URSS, a tres años de su muerte, en el XX
Congreso del PCUS, en 1956?
Stalin
(acero) es un pseudónimo revolucionario que adoptó, como todos los luchadores
clandestinos, en 1912, siendo su verdadero nombre, Iosif Vissarionovitch Jughasvili.
Nació en Gori, pequeña ciudad de 7 mil habitantes, de la región montañosa del
sur de Georgia, el 21 de diciembre de 1879, en el seno de una familia de
escasos medios económicos. Su padre era un zapatero alcohólico y su madre,
empleada doméstica. Ésta servía a un sacerdote ortodoxo que obtuvo una beca
para Iosif en la Escuela Primaria de Gori, regida por la Iglesia Ortodoxa. Su
escolaridad fue brillante y ello le permitió obtener otra beca para estudiar
Teología en el Monasterio Ortodoxo de Tiflis, la capital de Georgia.
Tenía gran
avidez por la lectura. Investigaciones recientres, de la Universidad de
Cambridge han destacado la importancia de Georgia, en el Cáucaso, como “una
sociedad de frontera entre Oriente y Occidente”, donde el intenso comercio
exterior también fue un vehículo de cultura. En esta forma, Iosif no solo leyó
las obras clásicas de la literatura georgiana y rusa –Pushkin, Gogol,
Lérmontov, Tolstoy-, sino obras como “El origen de las especies y su evolución
por la selección natural”, de Darwin que Stalin dirá más tarde, le permitió
romper con la religión, en la que se había educado.
A los 18
años abandonó el Monasterio y se vinculó a los “Círculos marxistas”, integrados
por jóvenes estudiantes, que se estaban creando en todo el Imperio Ruso, y que
leían ansiosamente los folletos sobre materialismo dialéctico que preparaba en
Suiza, Jorge Plejanov. A partir de 1900, comenzaron a llegar al Cáucaso los
números de “Iskra”, donde el joven Lenin, de 30 años, expone, por primera vez, la necesidad de crear
un Partido Revolucionario Central que unifique los círulos de todo el país, y
eduque y organice al proletariado pues en Rusia existen condiciones objetivas
para una revolución social.
Iosif obtuvo,
en 1901, un empleo de media jornada, en el Observatorio Geofísico de Tiflis, en
el que permaneció poco tiempo. Luego, en 1902, trabajó como obrero en la
refinería de petróleo de Batumi, sobre el Mar Negro. Aquí conoció las duras
condiciones de trabajo de los obreros, que confirmaron, en la práctica, las
tesis marxistas fundamentales. No vaciló y organizó a los trabajadores para
acciones callejeras de protesta que fueron duramente reprimidas por la policía.
Fue detenido y confinado en Siberia y tuvo el valor de escapar, regresando, en
1904, a Georgia. Este comportamiento, lo
convirtió en un líder indiscutido de los bolcheviques de Georgia.
Como
sabemos, el Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, reunido en
1903, en Londres, se dividió al considerar la estructura organizativa del
Partido, propuesta por Lenin, formándose dos facciones: bolcheviques (mayoría)
y mencheviques. En Georgia, predominaron los mencheviques, pero el joven
Jughasvili, optó dedicidamente por los bolcheviques.
Al estallar
la Revolución de 1905, Iosif Jughasvili, se convenció que los análisis de Lenin
eran certeros. Organizó la movilización no solo del pequeño grupo de bolcheviques sino de todos
aqurellos que anhelaban la caída del sanguinario Zar, Nicolás II-
Pero la
Revolución fracasó y, a finales de 1905, un Congreso de Bolcheviques se realizó
en Finlandia y Suecia. Iosif concurrió como delegado de su grupo de Georgia y
allí, en Estocolmo, conoció a Lenin. Éste quedó impresionado de su capqcidad
organizativa en las duras condiciones de la clandestinidad. Y a esta tarea se
dedicará, pero en el espacio de la Rusia Europea. Fue en esta época que adoptó
el pseudónimo de “Stalin”, recogiendo un concepto generalizado de sus
características personales entre los militantes bolcheviques.
Al mismo
tiempo, por indicación de Lenin, no dejaba de estudiar y reflexionar sobre el
problema de las nacionalidades. Años más tarde, ya en la cima del poder, dirá
que la URSS se apoyaba en dos principios: la unidad de los obreros y el
campesinado, y la unidad de las diferentes nacionalidades.
Stalin
integró, con Lenin y otros bolcheviques el primer equipo de editores del
periódico “Pravda”, en 1912. Pocos meses después fue detenido por la policía
secreta del Zar y confinado, nuevamente, en Siberia, donde permaneció hasta su
liberación por el Gobierno Provisional, en febrero de 1917. Asumió la Dirección
de Pravda y al formarse el primer Gobierno Revolucionario, en noviembre de
1917, fue designado “Comisario de las Nacionalidades”, por el Soviet de toda
Rusia.
Hemos dicho
que los principales dirigentes del Partido Comunista (b), en 1919, eran Lenin,
Rikov, Trotski, Zinoviev, Kámenev, Bujarin y Stalin. Pero había una diferencia,
en mi opinión, importante, entre los seis primeros y Stalin. Aquellos procedían
de una clase media e incluso, algunos, de una clase media alta, que recibieron
una formación intelectual sistemática, con la excepción de Zinoviev cuyos
estudios fueron privados. Lenin era abogado; Bujarin, hijo de prestigiosos
maestros, estudió en la Universidad de Moscú, filosofía y economía; Trotski,
hijo de un próspero agricultor judío de Ucrania, curso hasta la enseñanza media
pero bajo la influencia de un ambiente culto y cosmopolita, en Odesa; Kámenev
realizó estudios universitarios incompletos en Moscú; Rikov, en Saratov.
Tuvieron contacto con dirigentes socialistas europeos y dudaron de las tesis
radicales de Lenin, o trataron, como Trotski de mantener su propia
individualidad revolucionaria. La formación intelectual de Stalin, como ya se
describió, salvo la Primaria, no fue sistemática. En 1903, optó por el leninismo pero su vida
política estuvo caracterizada por la actividad revolucionaria “práctica”, manteniendo
distancia de las polémicas sobre el camino revolucionario correcto que
precedieron a la Revolución de Octubre y luego se intensificaron con los
efectos de la guerra civil, la Nueva Política Económica y el papel del Partido
y los Sindicatos en la condiucción del gobierno soviético.
Esta
hipótesis explicaría la desconfianza y rivalidad de la élite educada de la
“nomenclarura”, hacia este rudo georgiano que hablaba mal el ruso,
combatiéndolo, primero, desde la izquierda, y luego, desde la derecha de la
línea política que trazó desde 1924 hasta su muerte en 1953.
Su actividad
práctica en la clandestinidad, explica también que contara con amplio apoyo en
las bases del Partido, lo que le permitió alcanzar, sin oposición, en 1922, el
cargo de Secretario General y, a la muerte de Lenin, pese a las observaciones
de su “Testamento”, la conducción plena del Partido que se debatía en una lucha
de pequeñas facciones en torno a cada uno de sus “intelectuales”.
La
estructura política del sistema soviético que se formó, en febrero de 1924,
contempló esta situación: Stalin en la Secretaria General del Partido; Alexei
Rikov, en la Presidencia del Gobierno (“Consejo de Comisarios del Pueblo”), en
el cargo que ocupaba Lenin; Mijail Kalinin, Presidente del Soviet Central de
Toda Rusia; Feliks Dzerzhinski, Presidente del Consejo Superior de Economía;
Grigori Zinoviev, Presidente de la III Internacional; León Trotski, Comisario
de Guerra; Lev Kámenev, 2º Presidente
del Consejo de Trabajo y Defensa, y 2º
Comisario para el Comercio Interior y Exterior; Nikolai Bujarin, economista,
miembro del Politburó y entusiasta defensor de la Nueva Política Económica.
FUENTES:
Lenin: Complete Works.
https://www.marxists.org/archive/lenin/works/cw/index.htm