lunes, 1 de febrero de 2016

REFLEXIONES SOBRE EL MARXISMO (VIII)


Mientras en el occidente europeo se consolidaba el capitalismo industrial, en la Rusia Zarista la estructura económica dominada por las grandes propiedades nobiliarias rurales, trabajadas por siervos en una condición social de pobreza extrema, la economía no superaba la fase comercial de las regiones que permitían el flujo de productos del agro (especialmente cereales) a Occidente, como San Petersburgo, en el Báltico; Odesa y Sebastopol, en el Mar Negro y Kiev sobre eñ Río Dniepper, así como Kazán sobre el Volga y Rostov en las puertas del Cáucaso.

Facilitado por las guerras y el endeudamiento de la nobleza, los capitalistas comerciales y traficantes de dinero, fueron penetrando en el campo y una industria débil también se desarrollaba, para el mercado interno, en las ciudades.

En estas urbes populosas y Moscú que era la capital, habían centros de enseñanza media y superior, y una clase media y alta, constituida en una magnitud importante por judíos que a pesar de la hostilidad de la Iglesia Ortodoxa y del propio régimen, eran discriminados civil y políticamente. Buena parte de esa intelectualidad  -escritores, científicos, artistas-, eran partidarios de la Filosofía de las Luces, en los sectores altos y de corrientes revolucionarias, en los estratos sociales medios.

En este contexto se difundieron, clandestinamente, las concepciones liberales, anarquistas y marxistas. Las dos primeras, fueron llamadas “populistas” y estaban inspiradas en las ideas de escritores demócratas revolucionarios como AIexander Herzen, Visarion Belinski, N.G. Chernyshevski y Nikolái Dobroliubov que sostenían que en Rusia no había clase obrera y que “había que ir al campo” a convencer a los campesinos que ellos tenían que hacer la revolución. El “Ala anarquista”, inspirada en las ideas de Bakunin, defendía la acción violenta contra dignatarios y altos funcionarios del régimen absolutista. Los liberales “populistas” de la burguesía compartían la lucha agitativa por el derrocamiento del absolutismo zarista pero no apoyaban la táctica anarquista que, era vista, en general en los medios opuestos al régimen, con simpatía, por las brutalidades y crímenes de la policía zarista.

El Zar Alejandro II fue asesinado en 1881 y su hijo, Alejandro III que había promovido una sangrienta persecución de los judíos, fue víctima de otro atentado en 1887.  Los presuntos organizadores fueron juzgados rápidamente y ahorcados. Entre éstos se encontraba Alexander Ulianov, el hermano mayor de Vladimir Ilich e hijo del maestro de enseñanza primaria, Ilia Ulianov, ex Inspector de esta rama de la Enseñanza Imperial, en la Provincia de Simbirsk, sudeste de Rusia.

El régimen acusó a los judíos de estos atentados, lo que provocó una importante emigración de esta etnia cuyo destino fue, preferentemente los Estados Unidos.

En las ciudades mencionadas existían círculos clandestinos donde leían y discutían las obras de Marx y de los partidos socialdemócratas y el estudiantado se mostraba muy activo en la resistencia a la opresión del régimen zarista.

Vladimir Ilich Ulianov (más tarde Lenin), nació en Simbirsk, el 22 de abril de 1870 e ingresó a la Universidad de Kazan en 1888, el año siguiente al que ahorcaron a su hermano, para cursar Derecho. Pronto se vinculó al movimiento estudiantil que realizaba manifestaciones de protesta contra el Zar. Fue expulsado y durante tres años vivió con su madre y sus hermanos, en una localidad de la Provincia de Samara. Aquí, con 19 años de edad, comenzó a leer del alemán (su madre –María Blank-, era de ascendencia alemana), el tomo 1º de “El Capital” de Marx. El diría que esta lectura resultó fundamental para definir su posición ideológica.  Decidió, luego, dirigirse a San Petersburgo y terminar la carrera, mediante exámens libres, rendidos en la Universidad. En 1893, se graduó de abogado.

En los medios estudiantiles de San Petersburgo se seguía con mucho interés la polémica entre Georgi Plejanov, que estaba exiliado en Suza y los Bakuninistas. Él había pertenecido a este sector pero a finales de la década de 1870, se opuso a la acción violenta y se exiió en Suiza. Viajó Francia, donde conoció a Karl Liebknecht y Paul Lafargue (nacido en Santaigo de Cuba, yerno de Marx) y en Londres conoció a Federico Engels. Estudió el materialismo dialéctico y en el Primer Congreso de la II Internacional, en París, en 1889, pronunció un discurso en el que afirmó: “La revolución rusa triunfará como una revolución de la clase obrera o no triunfará”.

Plejanov y otros marxistas había fundado, en 1883, el Grupo Emancipación del Trabajo, dedicado a elaborar materiales de formación ideológica que entraban clandestinamente en San Petersburgo y eran leidos en “círculos marxistas”, creados ese año, de estudiantes y obreros.

Lenin se vínculo en esta ciudad a un círculo y en 1894, decidió viajar a Suiza para coordinar con Plejanov y su Grupo, el desarrollo del marxismo en Rusia. Regresó al año siguiente y fue detenido y confinado en Siberia. En esta época (1895-1899) escribió “El desarrollo del capitalismo en Rusia” cuyo objetivo es responder, con una documentación abundante, a la tesis de los ideólogos populistas que negaban la existencia de un capitalismo en Rusia.

En esta obra Lenin estudia el desarrollo del capitalismo en Rusia desde el punto de vista del mercado interior, posterior a las reformas de Alejandro II, en 1861 y a las provincias interiores rusas. Este Zar abolió la servidumbre y en 1884 estableció las comunidades campesinas o “Zemstvos”, con autogobierno. La tierra asignada era dividida en pequeñas parcelas de acuerdo al tamaño de la familia y el conjunto de ellas eran gobernadas por un Consejo Autónomo.

En el Capítulo I, el autor, expone las tesis básicas abstractas, señaladas por Marx, del desarrollo capitalista que, en los siguientes, documenta con datos cómo se ha producido ese proceso en Rusia. Estas tesis son:

“La base de la economía mercantil es la división social del trabajo. La industria transformativa se separa de la extractiva y cada una de ellas se subdivide en pequeñas clases y sub-clases que fabrican productos especiales en forma de mercancías y que los cambian con las industrias restantes. El desarrollo de la economía mercantil lleva, pues, al incremento del número de las ramas industriales separadas e independientes; la tendencia de ese desarrollo estriba en transformar en rama especial de la industria la producción de cada producto por separado e incluso la de cada una de las partes del producto; y no sólo la fabricación del producto, sino también las operaciones parciales encaminadas a preparar el producto para el consumo. Dentro de la economía natural, la sociedad estaba constituida por una masa de unidades económicas homogéneas (familias campesinas patriarcales, comunidades rurales primitivas, haciendas feudales), y cada una de esas unidades efectuaba todos los tipos de trabajos económicos, comenzando por la obtención de las diversas clases de materias primas y terminando por la preparación definitiva de las mismas para su consumo. Con la economía mercantil se constituyen unidades económicas heterogéneas, aumenta el número de las ramas de la economía y disminuye el de haciendas que cumplen idéntica función económica. Ese aumento progresivo de la división social del trabajo es el elemento fundamental en el proceso de creación del mercado interior para el capitalismo. “...En la producción mercantil y en su forma absoluta, la producción capitalista... -dice Marx-, los productos sólo son mercancías, es decir, valores de uso con valor de cambio realizable -convertible en dinero- por cuanto otras mercancías constituyen un equivalente para ellos, en cuanto se les oponen otros productos como mercancías y como valores; dicho con otras palabras, por cuanto estos productos no se obtienen como medios directos de subsistencia para quien los produce, sino como mercancías, como productos que sólo se transforman en valores de uso mediante su transformación en valores de cambio (dinero), mediante su enajenación. Para estas mercancías, el mercado se desarrolla como consecuencia de la división social del trabajo; la división de los trabajos productivos transforma mutuamente sus productos en mercancías, en equivalentes uno de otro, obligándoles a servir uno para otro de mercado” (Das Kapital, III, 2, 177-178. La trad. rusa 52619. La cursiva es nuestra, al igual que en todas las citas donde no se indique lo contrario)”.

Durante este período, Lenin se casó con Nadeszha Kruspkaia; fue liberado en 1900 y se dirigió al exilio en Ginebra (Suiza), donde junto con Plejanov, July Martov y otros marxistas, decidieron editar un periódico para la difusión de sus ideas en Rusia. Le titularon “Iskra” (“La Chispa”) y la Declaración de la Redacción el periódico, en su primer número, editado el mismo año, fue escrita por Lenin, de la cual escogemos algunos fragmentos:

“Al iniciar la publicación del periódico político ”Iskra” consideramos indispensable decir algunas palabras acerca de nuestros objetivos y de cómo comprendemos nuestras tareas”.

“Vivimos un momento importante en extremo de la historia del movimiento obrero y de la socialdemocracia de Rusia. Los últimos años se caracterizan por una difusión asombrosamente rápida de las ideas socialdemócratas entre nuestra intelectualidad. Al encuentro de esta corriente del pensamiento social marcha el movimiento, surgido independientemente, del proletariado industrial, que empieza a unirse y a luchar contra sus opresores, a tender ávidamente hacia el socialismo. Surgen por doquier círculos de obreros y de intelectuales socialdemócratas, se difunden hojas de agitación local, crece la demanda de publicaciones socialdemócratas, sobrepasando en mucho a la oferta, sin que las intensas persecuciones por parte del Gobierno sean capaces de contener ese movimiento. Las cárceles están repletas y los lugares de confinamiento atestados; casi todos los meses se oye hablar de descubrimiento de organizaciones en todos los confines de Rusia, captura de encomiendas, confiscación de publicaciones y de imprentas; pero el movimiento crece sin cesar, abarca zonas cada día más extensas, penetra cada vez más profundamente en la clase obrera y atrae más y más la atención de la sociedad. Y todo el desarrollo económico de Rusia, toda la historia del pensamiento social ruso y del movimiento revolucionario ruso garantizan que el movimiento obrero socialdemócrata crecerá, a despecho de todos los obstáculos, y terminará por vencerlos”.

“Sin embargo, de otra parte, el rasgo principal de nuestro movimiento, que salta a la vista de manera especial en los últimos tiempos, es su fraccionamiento, su carácter artesano, valga la expresión: los círculos locales surgen y actúan independientemente unos de otros e incluso (lo que tiene especial importancia) de los círculos que han actuado y actúan en los mismos centros. No hay ni tradición ni continuidad y las publicaciones locales reflejan en todo su volumen ese fraccionamiento, reflejan la falta de ligazón con lo creado ya por la socialdemocracia rusa”.

“La discordancia entre este fraccionamiento y las demandas originadas por la fuerza y la amplitud del movimiento crea, a nuestro juicio, un momento crítico en su desarrollo. En el propio movimiento se manifiesta con fuerza irresistible la necesidad de consolidarse, de darse una fisonomía y una organización bien definidas; sin embargo, entre los socialdemócratas dedicados a la actividad práctica no en todas partes se comprende la necesidad de ese paso a la forma superior del movimiento. Por el contrario, en sectores bastante amplios se observan vacilaciones del pensamiento, pasión por la moda de “criticar el marxismo” y por la “bernsteinada”, difusión de opiniones de la llamada tendencia “economicista” y el afán, indisolublemente ligado a todo eso, de detener el movimiento en su etapa inferior, el afán de relegar a segundo término la tarea de formar un partido revolucionario que libre la lucha al frente de todo el pueblo. Es un hecho que entre los socialdemócratas rusos se observan semejantes vacilaciones, que el practicismo estrecho, divorciado del esclarecimiento teórico del movimiento en su conjunto, amenaza con desviar el movimiento por un camino falso. Nadie que conozca de modo directo la situación existente en la mayoría de nuestras organizaciones puede dudarlo. Además, existen publicaciones que lo confirman: será suficiente mencionar el Credo -que ha suscitado ya una protesta completamente legítima—, el Suplemento Especial de “Rabóchaya Misl” (septiembre de 1899), que con tanto relieve expresa la tendencia que impregna por entero el periódico Rabóchaya Misl, o, por último, el manifiesto del Grupo de Autoemancipación de la Clase Obrera, de Petersburgo, redactado en el espíritu de ese mismo economismo”. Y es absolutamente falsa la afirmación de Rabóchee Delo (”La causa obrera”) de que el Credo no refleja más que la opinión de personas aisladas, de que la orientación de Rabóchaya Misl (“El pensamiento obrero”) expresa únicamente la confusión y la falta de comedimiento de su Redacción, y no una tendencia particular en el propio desarrollo del movimiento obrero ruso”.
(…)
“No queremos exagerar la gravedad de la situación, pero cerrar los ojos ante ella sería mucho más nocivo. Por eso aplaudimos de todo corazón que el grupo Emancipación del Trabajo haya acordado reanudar su actividad literaria y emprender una lucha sistemática contra los intentos de tergiversar y vulgarizar la socialdemocracia”.

La tendencia “economicista” continuaba con su doctrina de la “autoemancipación” de la clase obrera pero rechazaba la idea leninista de un partido revolucionario. Lenin decidió, apoyado por los círculos marxistas, dar un paso adelante. “Iskra” publicó en diciembre, en el número 12, el artículo de Lenin “Una conversación con los defensores del economismo” y comenzó a redactar el libro “¿Qué hacer?” que publicó en Stuttgart (Alemania), en marzo de 1902.

El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), había sido fundado en el Congreso de Minsk, en 1898, con la presencia de delegados de los “círculos marxistas” de San Petersburgo, Moscú y Kiev y la “Unión General de Trabajadores Judíos de Lituania, Polonia y Rusia. Lenin no estuvo presente pues estaba confinado en Siberia y el Comité Central que se formó fue detenido poco después por la policía zarista.

El periódico “Iskra”, bajo innegable influencia de Lenin, tuvo como objetivo la convocatoria de un Segundo Congreso y decidir la línea ideológica y política marxistas, contra la “influencia bernsteiniana”, predominante en los Partidos Socialdemócratas de Alemania y Francia.

El libro “¿Qué hacer?” era el segundo paso, en el camino trazado por “Iskra”.

En su Prefacio, Lenin expresa que su artículo publicado en “Iskra”  ( “¿Por dónde empezar?”, Nº 4, mayo de 1901) motivó muchas cartas con preguntas que debían un tratamiento más extenso del punto tratado, pero ésta se demoró  porque surgió la iniciativa de unificar las organizaciones socialdemócratas en el extranjero y agrega:

“Era natural que esperase los resultados de esta tentativa que, de haber tenido éxito, tal vez se hubiese requerido exponer las concepciones de Iskra en materia de organización desde un punto de vista algo distinto; en todo caso, este éxito prometía acabar muy pronto con la existencia de dos corrientes en la socialdemocracia rusa. El lector sabe que el intento fracasó y que, como procuramos demostrar a continuación, no podía terminar de otro modo después del nuevo viraje de Rabócheie Dielo ("La Causa Obrera", revista, órgano de la Unión de Socialdemócratas Rusos en el Extranjero), en su número 10, hacia el "economismo". Ha sido absolutamente necesario emprender una enérgica lucha contra esta tendencia imprecisa y poco definida, pero, en cambio, tanto más persistente y capaz de resurgir en formas diversas. De acuerdo con ello, ha cambiado y se ha ampliado en grado muy considerable el plan inicial del folleto”.

“Debían haber sido su tema principal los tres problemas planteados en el artículo ¿Por dónde empezar?, a saber: el carácter y el contenido principal de nuestra agitación política, nuestras tareas de organización y el plan de crear, simultáneamente y en distintas partes, una organización combativa de toda Rusia”.
(…..)

“El examen de los tres problemas indicados sigue constituyendo el tema principal del folleto. Pero he tenido que comenzar por dos problemas de carácter más general: ¿por qué la consigna de "libertad de crítica", tan "inocente" y "natural", es para nosotros una verdadera llamada al combate?; ¿por qué no podemos llegar a un acuerdo ni siquiera en el problema fundamental del papel de la socialdemocracia en relación al movimiento espontáneo de masas? Luego expongo las opiniones acerca del carácter y el contenido de la agitación política, exposición que se ha convertido en un esclarecimiento de la diferencia entre la política tradeunionista y la socialdemócrata, en tanto que la exposición de los puntos de vista sobre las tareas de organización se ha transformado en un esclarecimiento de la diferencia entre los métodos primitivos de trabajo, que satisfacen a los "economistas", y la organización de revolucionarios, que consideramos indispensable. Después insisto en el "plan" de un periódico político para toda Rusia, tanto más que las objeciones hechas contra él carecen de fundamento y que no se ha dado una respuesta a fondo a la pregunta hecha en ¿Por dónde empezar? De cómo podríamos emprender simultáneamente en todas partes la formación de la organización que necesitamos. Por último, en la parte final del folleto espero demostrar que hemos hecho cuanto dependía de nosotros para prevenir una ruptura decisiva con los "economistas", ruptura que, sin embargo, ha resultado inevitable; que Rabócheie Dielo ha adquirido una significación particular, y se quiere "histórica", por haber expresadºo de la manera más completa y con el mayor relieve no el "economismo" consecuente, sino más bien la dispersión y las vacilaciones que han constituido el rasgo distintivo de todo un período de la historia de la socialdemocracia rusa; que por eso adquiere también importancia la polémica, demasiado detallada a primera vista, con Rabócheie Dielo, pues no podemos avanzar sin superar definitivamente este período”.

En resumen, los 5 puntos de discrepancia con la corriente “economicista” de la socialdemocracia rusa, son:
1.           El csrácter y contenido de la agitación política;
2.           Las tareas de organización;
3.           La creación de una organización combativa para toda Rusia;
4.           La libertad (pública) de crítica entre los socialdemócratas;
5.           La creación de un periódico del POSDR, para toda Rusia.

Estos puntos serán los temas de debate en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que se realizará en Londres, el año siguiente.

              Mientras en el occidente europeo se consolidaba el capitalismo industrial, en la Rusia Zarista la estructura económica dominada por las grandes propiedades nobiliarias rurales, trabajadas por siervos en una condición social de pobreza extrema, la economía no superaba la fase comercial de las regiones que permitían el flujo de productos del agro (especialmente cereales) a Occidente, como San Petersburgo, en el Báltico; Odesa y Sebastopol, en el Mar Negro y Kiev sobre eñ Río Dniepper, así como Kazán sobre el Volga y Rostov en las puertas del Cáucaso.

Facilitado por las guerras y el endeudamiento de la nobleza, los capitalistas comerciales y traficantes de dinero, fueron penetrando en el campo y una industria débil también se desarrollaba, para el mercado interno, en las ciudades.

En estas urbes populosas y Moscú que era la capital, habían centros de enseñanza media y superior, y una clase media y alta, constituida en una magnitud importante por judíos que a pesar de la hostilidad de la Iglesia Ortodoxa y del propio régimen, eran discriminados civil y políticamente. Buena parte de esa intelectualidad  -escritores, científicos, artistas-, eran partidarios de la Filosofía de las Luces, en los sectores altos y de corrientes revolucionarias, en los estratos sociales medios.

En este contexto se difundieron, clandestinamente, las concepciones liberales, anarquistas y marxistas. Las dos primeras, fueron llamadas “populistas” y estaban inspiradas en las ideas de escritores demócratas revolucionarios como AIexander Herzen, Visarion Belinski, N.G. Chernyshevski y Nikolái Dobroliubov que sostenían que en Rusia no había clase obrera y que “había que ir al campo” a convencer a los campesinos que ellos tenían que hacer la revolución. El “Ala anarquista”, inspirada en las ideas de Bakunin, defendía la acción violenta contra dignatarios y altos funcionarios del régimen absolutista. Los liberales “populistas” de la burguesía compartían la lucha agitativa por el derrocamiento del absolutismo zarista pero no apoyaban la táctica anarquista que, era vista, en general en los medios opuestos al régimen, con simpatía, por las brutalidades y crímenes de la policía zarista.

El Zar Alejandro II fue asesinado en 1881 y su hijo, Alejandro III que había promovido una sangrienta persecución de los judíos, fue víctima de otro atentado en 1887.  Los presuntos organizadores fueron juzgados rápidamente y ahorcados. Entre éstos se encontraba Alexander Ulianov, el hermano mayor de Vladimir Ilich e hijo del maestro de enseñanza primaria, Ilia Ulianov, ex Inspector de esta rama de la Enseñanza Imperial, en la Provincia de Simbirsk, sudeste de Rusia.

El régimen acusó a los judíos de estos atentados, lo que provocó una importante emigración de esta etnia cuyo destino fue, preferentemente los Estados Unidos.

En las ciudades mencionadas existían círculos clandestinos donde leían y discutían las obras de Marx y de los partidos socialdemócratas y el estudiantado se mostraba muy activo en la resistencia a la opresión del régimen zarista.

Vladimir Ilich Ulianov (más tarde Lenin), nació en Simbirsk, el 22 de abril de 1870 e ingresó a la Universidad de Kazan en 1888, el año siguiente al que ahorcaron a su hermano, para cursar Derecho. Pronto se vinculó al movimiento estudiantil que realizaba manifestaciones de protesta contra el Zar. Fue expulsado y durante tres años vivió con su madre y sus hermanos, en una localidad de la Provincia de Samara. Aquí, con 19 años de edad, comenzó a leer del alemán (su madre –María Blank-, era de ascendencia alemana), el tomo 1º de “El Capital” de Marx. El diría que esta lectura resultó fundamental para definir su posición ideológica.  Decidió, luego, dirigirse a San Petersburgo y terminar la carrera, mediante exámens libres, rendidos en la Universidad. En 1893, se graduó de abogado.

En los medios estudiantiles de San Petersburgo se seguía con mucho interés la polémica entre Georgi Plejanov, que estaba exiliado en Suza y los Bakuninistas. Él había pertenecido a este sector pero a finales de la década de 1870, se opuso a la acción violenta y se exiió en Suiza. Viajó Francia, donde conoció a Karl Liebknecht y Paul Lafargue (nacido en Santaigo de Cuba, yerno de Marx) y en Londres conoció a Federico Engels. Estudió el materialismo dialéctico y en el Primer Congreso de la II Internacional, en París, en 1889, pronunció un discurso en el que afirmó: “La revolución rusa triunfará como una revolución de la clase obrera o no triunfará”.

Plejanov y otros marxistas había fundado, en 1883, el Grupo Emancipación del Trabajo, dedicado a elaborar materiales de formación ideológica que entraban clandestinamente en San Petersburgo y eran leidos en “círculos marxistas”, creados ese año, de estudiantes y obreros.

Lenin se vínculo en esta ciudad a un círculo y en 1894, decidió viajar a Suiza para coordinar con Plejanov y su Grupo, el desarrollo del marxismo en Rusia. Regresó al año siguiente y fue detenido y confinado en Siberia. En esta época (1895-1899) escribió “El desarrollo del capitalismo en Rusia” cuyo objetivo es responder, con una documentación abundante, a la tesis de los ideólogos populistas que negaban la existencia de un capitalismo en Rusia.

En esta obra Lenin estudia el desarrollo del capitalismo en Rusia desde el punto de vista del mercado interior, posterior a las reformas de Alejandro II, en 1861 y a las provincias interiores rusas. Este Zar abolió la servidumbre y en 1884 estableció las comunidades campesinas o “Zemstvos”, con autogobierno. La tierra asignada era dividida en pequeñas parcelas de acuerdo al tamaño de la familia y el conjunto de ellas eran gobernadas por un Consejo Autónomo.

En el Capítulo I, el autor, expone las tesis básicas abstractas, señaladas por Marx, del desarrollo capitalista que, en los siguientes, documenta con datos cómo se ha producido ese proceso en Rusia. Estas tesis son:

“La base de la economía mercantil es la división social del trabajo. La industria transformativa se separa de la extractiva y cada una de ellas se subdivide en pequeñas clases y sub-clases que fabrican productos especiales en forma de mercancías y que los cambian con las industrias restantes. El desarrollo de la economía mercantil lleva, pues, al incremento del número de las ramas industriales separadas e independientes; la tendencia de ese desarrollo estriba en transformar en rama especial de la industria la producción de cada producto por separado e incluso la de cada una de las partes del producto; y no sólo la fabricación del producto, sino también las operaciones parciales encaminadas a preparar el producto para el consumo. Dentro de la economía natural, la sociedad estaba constituida por una masa de unidades económicas homogéneas (familias campesinas patriarcales, comunidades rurales primitivas, haciendas feudales), y cada una de esas unidades efectuaba todos los tipos de trabajos económicos, comenzando por la obtención de las diversas clases de materias primas y terminando por la preparación definitiva de las mismas para su consumo. Con la economía mercantil se constituyen unidades económicas heterogéneas, aumenta el número de las ramas de la economía y disminuye el de haciendas que cumplen idéntica función económica. Ese aumento progresivo de la división social del trabajo es el elemento fundamental en el proceso de creación del mercado interior para el capitalismo. “...En la producción mercantil y en su forma absoluta, la producción capitalista... -dice Marx-, los productos sólo son mercancías, es decir, valores de uso con valor de cambio realizable -convertible en dinero- por cuanto otras mercancías constituyen un equivalente para ellos, en cuanto se les oponen otros productos como mercancías y como valores; dicho con otras palabras, por cuanto estos productos no se obtienen como medios directos de subsistencia para quien los produce, sino como mercancías, como productos que sólo se transforman en valores de uso mediante su transformación en valores de cambio (dinero), mediante su enajenación. Para estas mercancías, el mercado se desarrolla como consecuencia de la división social del trabajo; la división de los trabajos productivos transforma mutuamente sus productos en mercancías, en equivalentes uno de otro, obligándoles a servir uno para otro de mercado” (Das Kapital, III, 2, 177-178. La trad. rusa 52619. La cursiva es nuestra, al igual que en todas las citas donde no se indique lo contrario)”.

Durante este período, Lenin se casó con Nadeszha Kruspkaia; fue liberado en 1900 y se dirigió al exilio en Ginebra (Suiza), donde junto con Plejanov, July Martov y otros marxistas, decidieron editar un periódico para la difusión de sus ideas en Rusia. Le titularon “Iskra” (“La Chispa”) y la Declaración de la Redacción el periódico, en su primer número, editado el mismo año, fue escrita por Lenin, de la cual escogemos algunos fragmentos:

“Al iniciar la publicación del periódico político ”Iskra” consideramos indispensable decir algunas palabras acerca de nuestros objetivos y de cómo comprendemos nuestras tareas”.

“Vivimos un momento importante en extremo de la historia del movimiento obrero y de la socialdemocracia de Rusia. Los últimos años se caracterizan por una difusión asombrosamente rápida de las ideas socialdemócratas entre nuestra intelectualidad. Al encuentro de esta corriente del pensamiento social marcha el movimiento, surgido independientemente, del proletariado industrial, que empieza a unirse y a luchar contra sus opresores, a tender ávidamente hacia el socialismo. Surgen por doquier círculos de obreros y de intelectuales socialdemócratas, se difunden hojas de agitación local, crece la demanda de publicaciones socialdemócratas, sobrepasando en mucho a la oferta, sin que las intensas persecuciones por parte del Gobierno sean capaces de contener ese movimiento. Las cárceles están repletas y los lugares de confinamiento atestados; casi todos los meses se oye hablar de descubrimiento de organizaciones en todos los confines de Rusia, captura de encomiendas, confiscación de publicaciones y de imprentas; pero el movimiento crece sin cesar, abarca zonas cada día más extensas, penetra cada vez más profundamente en la clase obrera y atrae más y más la atención de la sociedad. Y todo el desarrollo económico de Rusia, toda la historia del pensamiento social ruso y del movimiento revolucionario ruso garantizan que el movimiento obrero socialdemócrata crecerá, a despecho de todos los obstáculos, y terminará por vencerlos”.

“Sin embargo, de otra parte, el rasgo principal de nuestro movimiento, que salta a la vista de manera especial en los últimos tiempos, es su fraccionamiento, su carácter artesano, valga la expresión: los círculos locales surgen y actúan independientemente unos de otros e incluso (lo que tiene especial importancia) de los círculos que han actuado y actúan en los mismos centros. No hay ni tradición ni continuidad y las publicaciones locales reflejan en todo su volumen ese fraccionamiento, reflejan la falta de ligazón con lo creado ya por la socialdemocracia rusa”.

“La discordancia entre este fraccionamiento y las demandas originadas por la fuerza y la amplitud del movimiento crea, a nuestro juicio, un momento crítico en su desarrollo. En el propio movimiento se manifiesta con fuerza irresistible la necesidad de consolidarse, de darse una fisonomía y una organización bien definidas; sin embargo, entre los socialdemócratas dedicados a la actividad práctica no en todas partes se comprende la necesidad de ese paso a la forma superior del movimiento. Por el contrario, en sectores bastante amplios se observan vacilaciones del pensamiento, pasión por la moda de “criticar el marxismo” y por la “bebernsteinada”, difusión de opiniones de la llamada tendencia “economicista” y el afán, indisolublemente ligado a todo eso, de detener el movimiento en su etapa inferior, el afán de relegar a segundo término la tarea de formar un partido revolucionario que libre la lucha al frente de todo el pueblo. Es un hecho que entre los socialdemócratas rusos se observan semejantes vacilaciones, que el practicismo estrecho, divorciado del esclarecimiento teórico del movimiento en su conjunto, amenaza con desviar el movimiento por un camino falso. Nadie que conozca de modo directo la situación existente en la mayoría de nuestras organizaciones puede dudarlo. Además, existen publicaciones que lo confirman: será suficiente mencionar el Credo -que ha suscitado ya una protesta completamente legítima—, el Suplemento Especial de “Rabóchaya Misl” (septiembre de 1899), que con tanto relieve expresa la tendencia que impregna por entero el periódico Rabóchaya Misl, o, por último, el manifiesto del Grupo de Autoemancipación de la Clase Obrera, de Petersburgo, redactado en el espíritu de ese mismo economismo”. Y es absolutamente falsa la afirmación de Rabóchee Delo (”La causa obrera”) de que el Credo no refleja más que la opinión de personas aisladas, de que la orientación de Rabóchaya Misl (“El pensamiento obrero”) expresa únicamente la confusión y la falta de comedimiento de su Redacción, y no una tendencia particular en el propio desarrollo del movimiento obrero ruso”.
(…)
“No queremos exagerar la gravedad de la situación, pero cerrar los ojos ante ella sería mucho más nocivo. Por eso aplaudimos de todo corazón que el grupo Emancipación del Trabajo haya acordado reanudar su actividad literaria y emprender una lucha sistemática contra los intentos de tergiversar y vulgarizar la socialdemocracia”.

La tendencia “economicista” continuaba con su doctrina de la “autoemancipación” de la clase obrera pero rechazaba la idea leninista de un partido revolucionario. Lenin decidió, apoyado por los círculos marxistas, dar un paso adelante. “Iskra” publicó en diciembre, en el número 12, el artículo de Lenin “Una conversación con los defensores del economismo” y comenzó a redactar el libro “¿Qué hacer?” que publicó en Stuttgart (Alemania), en marzo de 1902.

El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), había sido fundado en el Congreso de Minsk, en 1898, con la presencia de delegados de los “círculos marxistas” de San Petersburgo, Moscú y Kiev y la “Unión General de Trabajadores Judíos de Lituania, Polonia y Rusia. Lenin no estuvo presente pues estaba confinado en Siberia y el Comité Central que se formó fue detenido poco después por la policía zarista.

El periódico “Iskra”, bajo innegable influencia de Lenin, tuvo como objetivo la convocatoria de un Segundo Congreso y decidir la línea ideológica y política marxistas, contra la “influencia bernsteiniana”, predominante en los Partidos Socialdemócratas de Alemania y Francia.

El libro “¿Qué hacer?” era el segundo paso, en el camino trazado por “Iskra”.

En su Prefacio, Lenin expresa que su artículo publicado en “Iskra”  ( “¿Por dónde empezar?”, Nº 4, mayo de 1901) motivó muchas cartas con preguntas que debían un tratamiento más extenso del punto tratado, pero ésta se demoró  porque surgió la iniciativa de unificar las organizaciones socialdemócratas en el extranjero y agrega:

“Era natural que esperase los resultados de esta tentativa que, de haber tenido éxito, tal vez se hubiese requerido exponer las concepciones de Iskra en materia de organización desde un punto de vista algo distinto; en todo caso, este éxito prometía acabar muy pronto con la existencia de dos corrientes en la socialdemocracia rusa. El lector sabe que el intento fracasó y que, como procuramos demostrar a continuación, no podía terminar de otro modo después del nuevo viraje de Rabócheie Dielo ("La Causa Obrera", revista, órgano de la Unión de Socialdemócratas Rusos en el Extranjero), en su número 10, hacia el "economismo". Ha sido absolutamente necesario emprender una enérgica lucha contra esta tendencia imprecisa y poco definida, pero, en cambio, tanto más persistente y capaz de resurgir en formas diversas. De acuerdo con ello, ha cambiado y se ha ampliado en grado muy considerable el plan inicial del folleto”.

“Debían haber sido su tema principal los tres problemas planteados en el artículo ¿Por dónde empezar?, a saber: el carácter y el contenido principal de nuestra agitación política, nuestras tareas de organización y el plan de crear, simultáneamente y en distintas partes, una organización combativa de toda Rusia”.
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“El examen de los tres problemas indicados sigue constituyendo el tema principal del folleto. Pero he tenido que comenzar por dos problemas de carácter más general: ¿por qué la consigna de "libertad de crítica", tan "inocente" y "natural", es para nosotros una verdadera llamada al combate?; ¿por qué no podemos llegar a un acuerdo ni siquiera en el problema fundamental del papel de la socialdemocracia en relación al movimiento espontáneo de masas? Luego expongo las opiniones acerca del carácter y el contenido de la agitación política, exposición que se ha convertido en un esclarecimiento de la diferencia entre la política tradeunionista y la socialdemócrata, en tanto que la exposición de los puntos de vista sobre las tareas de organización se ha transformado en un esclarecimiento de la diferencia entre los métodos primitivos de trabajo, que satisfacen a los "economistas", y la organización de revolucionarios, que consideramos indispensable. Después insisto en el "plan" de un periódico político para toda Rusia, tanto más que las objeciones hechas contra él carecen de fundamento y que no se ha dado una respuesta a fondo a la pregunta hecha en ¿Por dónde empezar? De cómo podríamos emprender simultáneamente en todas partes la formación de la organización que necesitamos. Por último, en la parte final del folleto espero demostrar que hemos hecho cuanto dependía de nosotros para prevenir una ruptura decisiva con los "economistas", ruptura que, sin embargo, ha resultado inevitable; que Rabócheie Dielo ha adquirido una significación particular, y se quiere "histórica", por haber expresadºo de la manera más completa y con el mayor relieve no el "economismo" consecuente, sino más bien la dispersión y las vacilaciones que han constituido el rasgo distintivo de todo un período de la historia de la socialdemocracia rusa; que por eso adquiere también importancia la polémica, demasiado detallada a primera vista, con Rabócheie Dielo, pues no podemos avanzar sin superar definitivamente este período”.

En resumen, los 5 puntos de discrepancia con la corriente “economicista” de la socialdemocracia rusa, son:
1.           El csrácter y contenido de la agitación política;
2.           Las tareas de organización;
3.           La creación de una organización combativa para toda Rusia;
4.           La libertad (pública) de crítica entre los socialdemócratas;
5.           La creación de un periódico del POSDR, para toda Rusia.

Estos puntos serán los temas de debate en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que se realizará en Londres, el año siguiente.

Fuentes:

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1899/desarrollo/index.htm

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1900s/quehacer/


https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1899/desarrollo/el-desarrollo-del-capitalismo-en-rusia.pdf

https://referenciacomunista.wordpress.com/2014/07/08/declaracion-de-la-redaccion-de-iskra/

Fuentes:

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1899/desarrollo/index.htm

https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1900s/quehacer/


https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1899/desarrollo/el-desarrollo-del-capitalismo-en-rusia.pdf

https://referenciacomunista.wordpress.com/2014/07/08/declaracion-de-la-redaccion-de-iskra/