domingo, 29 de agosto de 2010

ESTADOS UNIDOS: "ESTA NO ES UNA RECUPERACIÓN"

Por Paul Krugman*

¿Cuál será el contenido del gran discurso que pronunciará el presidente de la FED, Ben Bernanke, el viernes en Jackson Hole , Wyoming ? ¿Va a mencionar nuevas medidas para impulsar la economía? Manténgase en sintonía.

Pero ya podemos, seguramente, predecir lo que él y otros funcionarios van a decir en dónde estamos en este momento: que la economía sigue recuperándose, aunque más lentamente de lo que quisieran. Por desgracia, eso no es verdad : esta recuperación no es , en ningún sentido lo que importa. Y los responsables políticos deberían estar haciendo todo lo posible para cambiar ese hecho.

El pequeño fragmento de la verdad en es el hecho de que el PIB sigue en aumento: ya no estamos en una recesión clásica, en la que todo se cae. Pero ¿y qué?

La pregunta importante es si el crecimiento es lo suficientemente rápido para reducir el desempleo que está por las nubes. Necesitamos un 2,5 por ciento sólo para evitar que aumente el desempleo y un crecimiento mucho más rápido para ponerlo bajar significativamente. Sin embargo, el crecimiento que se registra en algún lugar es entre el 1 y el 2 por ciento, con una buena probabilidad de que se desacelerará aún más en los próximos meses. ¿Puede realmente mejorar la economía con un PIB disminuyendo?¿A quién le importa? Si aumenta el desempleo para el resto de este año, lo cual parece probable, no importa si los números del PIB son ligeramente positivos o ligeramente negativos..

Todo esto es obvio. Sin embargo, los responsables políticos lo niegan. .

Después de su última reunión de la Reserva Federal, que consideró la política monetaria , la FED emitió un comunicado declarando que "prevé un regreso gradual a niveles más altos de utilización de los recursos" – Ninguna mención sobre el desempleo . Nada de lo que aportan los datos apoya ese tipo de optimismo. Mientras tanto, Tim Geithner, el secretario del Tesoro, dice que " estamos en el camino de la recuperación . " No, no lo estamos.

¿Por qué las personas que conocen mejor la realidad económica la endulzan? La respuesta me da pena decirlo, es que eluden asumir toda responsabilidad sobre la situación

En el caso de la FED, admitiendo que la economía no se está recuperando pondría a la institución bajo presión para que haga más. Y hasta ahora, al menos, la FED parece que tiene más miedo a la posible pérdida de su perfil si se trata de ayudar a la economía y por el mayor consumo del pueblo norteamericano no hace nada, conformándose con una recuperación que no es tal.

En el caso de la administración Obama, los funcionarios parecen poco dispuestos a admitir que el estímulo original era demasiado pequeño. Es cierto que fue suficiente para limitar la profundidad de la depresión - un análisis reciente de la Oficina de Presupuesto del Congreso dice que el desempleo probablemente haría alcanzado los dos dígitos sin el estímulo - pero no era lo suficientemente grande para reducir el desempleo de manera significativa.

Ahora, es discutible que incluso a principios de 2009, cuando el presidente Obama estaba en la cima de su popularidad, no podía haber conseguido un plan más grande en el Senado. Lo que es seguro es que ahora no podía lograr aprobar un estímulo suplementario. No obstante, los funcionarios podrían, con considerable justificación, jugar un papel preponderante argumentando la falta de recuperación al obstruccionismo republicano. Pero ellos han elegido, en cambio, mostrar caras sonrientes en un panorama sombrío , no convenciendo a nadie. Y el resultado probable , es que en noviembre – la victoria de los obstruccionistas - paralizará la política en los años venideros .

Entonces, ¿qué deberían estar haciendo los funcionarios , además de decir la verdad sobre la economía?

La FED tiene una serie de opciones. Puede no solo comprar más a largo plazo deuda pública y deuda privada , sino que puede bajar las tasas de interés a largo plazo , anunciando su intención de mantener los tipos bajos a corto plazo; asimismo puede elevar su objetivo a medio plazo para contener la inflación, lo que hace menos atractivo para las empresas retener su dinero sin invertir. Nadie puede estar seguro del éxito de estas medidas, pero es mejor intentar hacer algo que podría no funcionar, que invocar excusas mientras los trabajadores sufren.

La administración tiene menos libertad de acción, ya que no puede conseguir una legislación con el bloqueo republicano . Pero todavía tiene opciones. Puede renovar enérgicamente su infructuosa tentativa para ayudar a los deudores hipotecarios con problemas . Se puede utilizar Fannie Mae y Freddie Mac, que son prestamistas patrocinados por el gobierno , para diseñar la refinanciación de las hipotecas que ponga dinero en las manos de las familias estadounidenses - sí , aunque griten los republicanosporque de todos modos lo están haciendo. Por último, se puede tomar serio frente a China por su manipulación de la moneda : ¿cuántas veces han repetido los chinos la promesa de cambiar sus políticas, para a continuación, renegar . ¿No ha llegado el momento de que la administración actúe?

¿Cuál de estas opciones deben seguir los responsables políticos ? Si fuera por mí , todas ellas.

Sé lo que algunos apostadores tanto en la Reserva Federal, como en la administración que van a advertir sobre los riesgos de hacer algo poco convencional. Pero ya hemos visto las consecuencias de apostar a lo seguro, y esperar que las cosas ocurran por sí mismo y hemos caido en lo que parece cada vez más un estado permanente de estancamiento y desempleo elevado. Es hora de admitir que lo que tenemos ahora no es la recuperación , y hacer todo lo posible para cambiar esa situación .

*Fuente: The New York Times

Viernes, 27 de agosto de 2010.

Trad. RPF.

sábado, 14 de agosto de 2010

LA PRÓXIMA GUERRA

Con este título, el diario “The Washington Post”, en su edición del 16 de setiembre de 2007, publicó un comentario del General ® Wesley Clark, ex comandante norteamericano de la OTAN durante la agresión a Yugoslavia, en el que analiza las declaraciones, realizadas 6 días antes, por el General David Petraeus, jefe de las tropas norteamericanas en Iraq, ante el Comité de Defensa de la Cámara de Representantes de su país, en las que advirtió que la guerra se ganaría solo si se atacaba a Irán. El militar se situaba en esta forma en la línea sostenida por los halcones de la Casa Blanca, encabezados por el Vicepresidente, Dick Cheney, y el ex Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.

El General Ckark discrepaba con su colega argumentando que Estados Unidos seguía cometiendo el mismo error que en Vietnam, Iraq y Afganistán: confiar en su superioridad tecnológica sin considerar la capacidad de resistencia y las represalias de sus “enemigos”.”La guerra no se ganará con la destrucción de una docena de emplazamientos nucleares. Se necesitarán, por lo menos, 21 días de intensos ataques aeronavales y la destrucción de los puestos de comando, emplazamiento de de misiles, radares, aeropuertos y puertos, y aún así sin considerar las represalias de los grupos musulmanes organizados en distintos puntos del Medio Oriente, Europa e incluso en los Estados Unidos. Por otra parte, ¿cómo se podría controlar un vertiginoso aumento de los precios del petróleo?”

“Estados Unidos debe aprender las lecciones de V ietnam, de Iraq y Afganistán”, continuaba el General Clark. La principal es la seguridad de nuestros soldados. La opinión pública de Estados Unidos le retira el respaldo a sus líderes cuando aumenta el derramamiento de sangre de sus combatientes. Clark recogía los resultados de las elecciones legislativas de noviembre de 2006 donde la guerra en Iraq fue el tema principal de la campaña y el Partido Demócrata logró una amplia victoria pasando a controlar cómodamente la Cámara de Representantes al comprometerse, aus candidatos, a poner fin a la guerra de Iraq, promesa que no ha cumplido aún.

La derrota del Partido Republicano por 10 millones de votos, provocó la renuncia del “Halcón Nº 2”, el Secretario de Defensa, Rumsfeld, y su sustitución por Robert Gates, un senador republicano, partidario de las negociaciones diplomáticas con Irán y Siria para reducir la tensión en el Medio Oriente. Gates era autor, junto con el ex Secretario de Estado de Bush (padre) James Baker, de un documento en el que se oponían a la extensión de la guerra en esa región.

A estas opiniones debe agregarse la de Zbegnew Brezinski, uno de los más influyentes estrategas del imperialismo norteamericano, lo que mostraba que la estructura de poder dominante en Estados Unidos aparecía dividida. La victoria de Obana en las presidenciales de 2008, confirmaban aparentemente la tendencia opuesta a la guerra de Iraq y menos su extensión a Irán.

Sionismo y capitalismo

El Sionismo es el movimiento iniciado en el trasmontar del siglo XIX y XX, por la comunidad judía de Occidente, para refundar el Estado de Israel que había existido dos mil quinientos años antes y cuya independencia y la emigración de su pueblo había sido impuesta por las distintas dominaciones que controlaron Palestina. Este objetivo fue alcanzado cincuenta años después del Congreso fundacional de Basilea, realizado en agosto de 1897, a poco de finalizar la Segunda Guerra Mundial.

Es un hecho inédito en la historia sólo explicable por la existencia de poderosos intereses económicos y geopolíticos. El propio pueblo judío es un hecho excepcional en la historia porque de ello se trata cuando se comprueba que fueron capaces de mantener la identidad nacional durante siglos de peregrinaje por distintas tierras. No hay duda que la religión ha jugado un papel determinante en la conservación de esa identidad a la que se fue agregando el comercio de bienes y de dinero siendo fundamental su papel en la formación del capitalismo moderno. Este poder, que era importante en la Baja Edad Media y que Shakespeare inmortalizó en”El Mercader de Venecia”, se fue agigantando con la formación de los imperios coloniales de Holanda e Inglaterra. En la segunda mitad del siglo XIX, el imperialismo inglés impone su hegemonía en el mundo y banqueros como Rothschild no solo conquistaron la plenitud de derechos civiles y políticos sino, incluso títulos nobiliarios. En el otro lado del Atlántico otra figura emblemática del capitalismo monopolista norteamericano, John Rockefeller, será el pionero de la industria petrolera.

En 1914, al comenzar la Primera Guerra Mundial, la influencia de la banca judía era decisiva en Inglaterra y Estados Unidos, y por otras razones, su papel era muy importante en los cuadros revolucionarios del Partido Comunista Bolchevique que, en noviembre de 1917, puso en marcha en Rusia, la construcción de un Estado Socialista. En consecuencia, no es de extrañar que en 1947, hayan coincidido Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética en la creación del Estado de Israel, un proyecto de dominio geopolítico del Medio Oriente, que fue elaborado por el Sionismo, que tuvo en el Barón Lionel Walter Rothschild y en el Primer Ministro inglés, David Lloyd George, sus adalides principales, pese a la advertencia de Gandhi que, en carta a Albert Einstein le expresó que los árabes palestinos no aceptarían nunca abandonar tierras que trabajaban durante siglos para proporcionarle espacio a un Estado artificial. Y, lamentablemente, el Mahatma Gandhi tenía razón.

Si bien Israel aceptó la partición de Palestina, resuelta por las Naciones Unidas, en 1967 a raíz de su victoria en la Guerra de los Seis Días, ocupó el territorio asignado por la ONU a los palestinos y se ha negado a entregarlo, poniendo condiciones inaceptables que aquellos y la organización internacional han rechazado con ka excepción de Estados Unidos.

El capitalismo sionista es la estructura superior y más poderosa del capitalismo occidental. Sus centros nerviosos están en Nueva York y Londres, su organización coordinadora es el “Grupo de los 7” y sus instrumentos ejecutores el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que fueron creados en Bretton Woods, en 1944, por dos exponentes del sionismo –Henry Morgenthau y Harry White-, Secretario y Subsecretario del Tesoro de Estadis Unidos, respectivamente. De este modo, Estados Unidos, Inglaterra e Israel integran una férrea alianza estratégica –económica, financiera y política que ha dominado la política mundial en toda la segunda mitad del siglo XX y lo que va del siglo actual.

Objetivo central: el control del Medio Oriente

Dos grandes estrategas de esta política han sido el sionista alemáu, Henry Kissinger, y el sionista polaco, ya mencionado, Zbegnew Brzezinski, ambos nacionalizados norteamericanos.

Este último escribió un libro, en el 2001, que ilustra esta estrategia y que significativamente tituló “El Gran Tablero Mundial”.El autor considera que Estados Unidos tiene una oportunidad histórica excepcional: su primacía en todo el mundo y, para mantenerla, dependerá de su capacidad para controlar el gigante euroasiático constituido por cuatro zonas: Europa Occidental, Medio Oriente, Asia Central y Europa Oriental-Rusia. Para mantener su hegemonía en los próximos 30 años, Estados Unidos y Europa Occidental deberán controlar los inmensos recursos energéticos del Medio Oriente y Asia Central, impidiendo el acceso a ellos de China, cuyo poder mundial decisivo, en el largo plazo, es inevitable.

Sin embargo, esta estrategia es muy anterior a Brzezinski. La elaboró el imperialismo inglés a comienzos del siglo XX cuando aparecieron los primeros pozos petrolíferos en la región y la puso en marcha al obtener, en 1920, el “Mandato” de la Sociedad de las Naciones para “administrar Palestina durante 25 años” al desintegrarse el imperio turco a raíz de su derrota en la Primera Guerra Mundial. El imperio británico se extendió desde Egipto hasta el Indostan y Hong Kong, comprendiendo Palestina, la actual Jordania, Irak, Kuwait y el régimen títere de Irán a cuyo monarca había colocado en el trono en 1941. Tenía, además, el control del Mar Rojo y del Golfo Pérsico y las vías marítimas del Mediterráneo (Estrechos de Gibraltar y Canal de Surez) y el sur de África.

El despertar del nacionalismo árabe

La victoria de la Unión soviética sobre el nazifascismo en 1945, cambió la relación de fuerzas en el mundo. Los imperios coloniales de Gran Bretaña, Francia y Holanda, quedaron debilitados y permanecieron en pie dos grandes superpotencias con sistemas sociales antagónicos: la URSS y Estados Unidos. Los imperialistas ingleses fueron perdiendo progresivamente sus colonias: Palestina, India y Paquistán. A partir de 1952, estallaron rebeliones nacionalistas que fueron derribando a los gobiernos títeres de Egipto, Iraq e Irán que les habían entregado a Inglaterra las riquezas del subsuelo. La orientación de los nuevos gobiernos nacionalistas fue el rescate para la nación de esos recursos para posibilitar el desarrollo económico independiente con los propios medios que la geografía y la naturaleza les había proporcionado. En esta política fueron apoyados por la Unión Soviética.

Con la desintegración de esta última, en 1991, esa relación de fuerzas de equilibrio mundial se rompió dejando como única superpotencia, en el escenario mundial, a Estados Unidos. Es en esta nueva situación geopolítica que nace la teoría de Brzezinski de recolonizar el Medio Oriente y Asia Central, con el apoyo de la OTAN y con el papel activo de su cabecera de puente en la región: el Estado de Israel. Este plan lo inició Estados Unidos, con la Primera Guerra del Golfo contra Iraq (1990-91) después de su fracaso de derrocar al régimen musulmán de Irán que había derribado al Shah Mohammed Reza Pahlevi,, en 1979, servidor de los intereses petroleros ingleses y comparador del más sofisticado armamento norteamericano.

Otro sionista, el Profesor Samuel Huntington, que trabaja para la CIA, edulcoró esta política imperialista, con el nombre de “Teoría del Choque de Civilizaciones”. Para Huntington, la civilización occidental es heredera de las “luces” que ha proporcionado a la humanidad principios éticos y derechos universales. Mientras que los países “emergentes” (ex colonias o ex títeres) se han refugiado en sus religiones y culturas antiguas con valores arcaicos que consideran superiores y que desprecian esa universalidad laica ética y jurídica de la civilización occidental. Por lo tanto, el choque entre ambas concepciones es inevitable. El fundamentalismo islámico, cuyo portaestandarte es la República Islámica de Irán es, actualmente, el enemigo principal de la civilización occidental. “El terrorismo es su arma de combate” y Occidente debe defenderse”, es la conclusión de Huntington..

En estos términos plantea el imperialismo los conflictos actuales aunque su fragilidad es notoria. Por ello s las grandes cadenas monopólicas satelitales de información, y sus filiales locales, crean diariamente centros de atención diversionistas para mutilar o frenar el avance liberador de las conciencias políticas de los pueblos que aun continúan sojuzgados.

Y este avance las conciencias políticas y la resistencia de los pueblos a la opresión es la lección de Vietnam y de Iraq, lección que según algunos norteamericanos, los grupos de poder, incluyendo a los militares, no han aprendido.