jueves, 19 de noviembre de 2015

ARGENTINA: EL BALOTAJE DEL 22 DE NOVIEMBRE



La elección presidencial, en la República Argentina,  el próximo domingo, desborda ampliamente, el interés de los ciudadanos de ese país por su implicancia en las relaciones de fuerza actualmente en el mundo, ya que América Latina, que se esfuerza por romper su dependencia tradicional del imperio financiero norteño, podría salir fortalecida o debilitada.

El cambio que propone Mauricio Macri, es la vuelta a la política de Martínez de Hoz bajo la dictadura, y la de Domingo Cavallo, en el gobierno de Carlos Menem, que el ex Presidente, Raúl Alfonsín, denominó “la economía Casino”.

¿Em qué consiste esta política? Em abrir las fronteras al capital especulativo extranjero (“hot money”), sin ninguna limitación administrativa o impositiva, sobrevaluando la moneda nacional o eliminándola, creando la ilusión de que “somos un  país del Primer Mundo”. A la clase media, lamentablemente, le encanta el dólar barato, porque puede viajar sin restricciones de ningún tipo. Las consecuencias de esta política, son conocidas en todo el mundo y, en particular, en América Latina, por las crisis que ha acarreado: destrucción de la industria nacional y parálisis de las exportaciones de alimentos y materias primas, determinadas por la sobrevaluación de la moneda y el menor desarrollo tecnológico que anulan la competitividad en el mercado internacional.

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La Ley de Convertibilidad, de 1991., qie estableció el cambio de 1 peso x 1 dólar y que los argentinos eufóricos llamaron “la plata dulce”, diez años después había paralizado la economía. No quedaba otra alternativa  que devaluar con consecuencias catastróficas; en la actualidad, la situación cambiaria es diferente: existe un tipo de cambio, administrado por el Banco Central, de $A 9,50 que la autoridad monetaria corrige, aperiódicamente, de acuerdo a los precios de los productos agropecuarios exportables y de los precios internos, de modo de mantener el cambio real, asegurando el flujo del comercio exterior.

Desde el año pasado comenzaron a caer los precios de la soja y los cereales en el mercado mundial y este año la contracción se hizo general, incluyendo a la República Popular de China. Por otra parte, la inflación, en los últimos tres años ha sido constante por la política del gobierno –keynesiana-, de fortalecer permanentemente la demanda, y fortalecer la industria, el empleo y un activo mercado interno.

La economía argentina funciona, esencialmente, con recursos propios, Ek Banco Central defiende la moneda nacional con una mirada en la economía y no en la ganancia de las empresas extranjeras, como era el modelo Menem-Cavallo. Ello le ha permitido, junto con el sistema tributario, dirigir el crédito y la financiación de las pequeñas y medianas empresas, la recuperación por el Estado de las empresas y servicios sociales privatizados –incluyendo las jubilaciones y pensiones-, la universalización de las asignaciones familiares, la expansión de la investigación científico-tecnólogica y la creación de 40 universidades públicas.

Argentina no atraviesa una crisis económica. Tiene una tasa de desempleo del 6%, un presupuesto equilibrado,  una deuda externa del 40% del PIB, una balanza comercial favorable y reservas por 30 mil millones de dólares. La clase oligárquica tradicional, encabezada por la Sociedad Rural-, que ha ganado muchos dólares y los ha sacado del país por miles de millones, se queja porque han descendido sus ganancias y reclaman una macro devaluación ya que venden en dólares y pagan a sus peones con pesos devaluados y la eliminación de las retenciones que utiliza el gobierno para subsidiar el consumo y a las Pymes.

Este es el núcleo del programa de Macri. La macro devaluación de un 45% (15-16 pesos por dólar), llevará directamente a un abrupto aumento de los precios internos y la caída vertical de los salarios, echando por tierra los acuerdos de las paritarias. Para estabilizar el cambio flotante necesita un préstamo “Stand-by” del Fondo Monetario Internacional, sometiéndose -vía Carta de Intención-, a las políticas de ajuste que este impone para conceder sus créditos.

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Un país como Uruguay, con una economía más pequeña y más débil necesita, para exportar, mercados con monedas más fuertes. Cuamdo el “Real” de Brasil se devalúa, como está ocurriendo, nuestras exportaciones encuentran dificultades y el turismo también porque al brasilero de clase media le cuestan más nuestros productos. Lo mismo ocurre con Argentina a la que exportamos automóviles y motos encamblados aquí, con “kits” chinos y al turista de nivel medio le cuestan más caros nuestros balnearios. A ello se agregó la política argentina, impuesta por la fuga de capitales, de regular, administrativamente, las importaciones, para cuidar sus reservas monetarias, debilitadas por los golpes del mercado financiero.

Si Macri ganara el domingo y devalúa, llegando el precio del dólar de 9,50 a 15 o 16 pesos –cono le exige la Sociedad Rural-, Las dificultades para las exportaciones uruguayas y su turismo, serían aun mayores, obligando a nuestro gobierno a dejar subir el precio del dólar, sin intervención reguladora del Banco Central, de 30 pesos a más de 40.

Todo esto en un contexto internacional negativo donde se aprecian factores económicos y geopolíticos –el Medio Oriente y la rivalidad  agudizada entre Estados Unifdos y el bloque Rusia-China son un ejemplo-, pronosticando los especialistas un estancamiento de por lo menos dos años, y donde las maniobras monetarias estarám a la orden del día. Nuestra Asociación Rural estaría encantada, pero no así la Cámara Industrial y los trabajadores y jubilados con ingresos fijos.

Quiero ser claro cuando señalo “factores geopolíticos”. Hace una semana se reunió la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), en Riad, capital de Arabia Saudita, para discutir un acuerdo destinado a regular la producción, llevando el precio del barril de crudo a 70 dólares. Arabia Saudita se negó, quedando en evidencia que el precio actual, menor a 50 dólares, afecta gravemente la renta fiscal de países como Rusia y Venezuela.

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miércoles, 16 de septiembre de 2015

UNA MIRADA AL MUNDO DE HOY DESDE AMÉRICA LATINA

                                                          TESIS
 
    
1.      El desarrollo de la estructura social está condicionado por el desarrollo de la estructura económica;

2.      El desarrollo de la estructura económica depende del trabajo inteligente y de la permanente innovación científico-técnica;

3.      Existen dos modelos para impulsar este trabajo inteligente: el capiìtalismo basado en la propiedad privada y en el libre juego de las fuerzas privadas en el mercado, y el socialismo basado en la propiedad estatal, la propiedad social-cooperativa en la agricultura y la planificación económica centralizada;

4.      El Sistema Capitalista es cíclico; el Sistema Socialista no es cíclico. El Capitalismo es cíclico (con fases de crecimiento y fases de contracción y recesión) porque la explotación del trabajo no permite una distribución justa del ingreso; la lucha por el control del mercado y el abuso del crédito, lo convierten en un ámbito especulativo que, en determinado momento, estalla;

5.      El ingreso histórico de los países al modo de producción capitalista ha sido en tiempos distintos. Los que llegaron primero, impondrán sus condiciones comerciales y financieras a los que llegaron más tarde;

6.      En los países de capitalismo tardío, los dueños de la tierra se opusieron a la industrialización (“trabajo inteligente”);

7.      En estos países la industrialización fue posible por la dos Guerras Mundiales del Siglo XX entre los países capitalistas desarrollados;

8.      El papel de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial, le permitió alcanzar la paridad estratégica militar con Estados Unidos;

9.      Esta paridad estratégica fue ventajosa para los países de capitalismo tardío que tenían otra opción para su comercio, escapando a las condiciones que imponían los países capitalistas desarrollados;

10.   La desintegración de la Unión soviética y el Campo Socialista Europeo, en 1991, eliminó esta opción quedando los países menos desarrollados a merced del capitalismo financiero globalizado;

11.  .La República Popular de China, cuya economía se estancó en 1961 por el fracaso del Plan  “El Gran salto adelante” (1958) y agudizado  años después por la “Revolución Cultural”  (1966-1976) que desató un duro enfrentamiento entre Mao y la mayoría del Comité Central del PC de China, cambió 180º su concepción de desarrollo estratégico, a la muerte de Mao en 1976, abriendo su economía a las multinacionales extranjeras en 1979 que exportaban su producción de avanzada tecnología a sus países originarios, pero conservando el Estado áreas económicas fundamentales y la capacidad de éste de regular los desórdenes del mercado;

12.  . Hasta el 2014, el crecimiento económico de la R.P. China fue a razón de una tasa del 9-10%, desplazando a Japón, que se estancó, de la segunda posición por el tamaño de su Producto Bruto Interno.

13.  Rusia, por su parte, abandonó después de la crisis de 1998, la política de subordinación financiera a Occidente, del período de Yeltsin (1992-2000), estableciendo un capitalismo burgués-nacionalista, dispuesto a devolverle al país su potencial industrial y militar de otrora;

14.  El acercamiento de estos dos gigantescos polos emergentes, permitió a otros países menos desarrollados, como los de América Latina, dependientes del capital financiero occidental, reducir su deuda externa, fortalecer el Estado, reteniendo sectores económicos y de servicios estratégicos, distribuir mejor el ingreso y avanzar en el desarrollo de su industria financiado con los gravámenes del alto ingreso de sus exportaciones de materias primas a la R.P. de China;

15.  El modelo no es socialista; es un capitalismo regulado por un Estado fuerte que mitiga los efectos devastadores de un liberalismo económico absoluto pero que no evita las fases de recesión;

16.  Sin embargo, en América Latina queda, sin solución, un gran problema: el acaparamiento y extranjerización de la tierra por grandes grupos financieros, enmascarados en Sociedades Anónimas.

17.  Uruguay sigue un camino intermedio entre los dos modelos. Por un lado, fortalece las empresas del Estado, que son monopólicas, en sus áreas y fijan el precio de su productos y sus servicios, pero es escasa su regulación en los productos alimenticios y  no existe en los alquileres de las viviendas. Por otro lado, la dependencia del país de la inversión extranjera es absoluta y evita gravar a todo el sistema agro-exportador, que obtiene grandes ganancias; estos impuestos son necesarios para subsidiar a la pequeña y mediana empresa industrial que produce para el mercado interno y que tiene que luchar contra la competencia extranjera;

18.  . La creación del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), en el 2008, ha significado un desafío a la hegemonía del Nuevo Orden Mundial liderada por Estados Unidos, cuya economía dominada por las corporaciones financieras estalló en el 2008 y arrastró a la Unión Europea, mientras Japón permanecía estancado;

19.  .Estados Unidos inició una “guerra de divisas”, manipulando el valor del dólar en la extensa zona mundial en la que sirve como moneda de reserva, que intenta seguir, en estos días, con una “guerra comercial”, a través de acuerdos como la “Asociación Trans-Pacífico” (TPP), la “Asociación Transatlántica (TAA) y de servicios como el “Acuerdo de comercio de Servicios (TISA) que pretenden incluir a los países del Pacífico Oriental, Unión Europea y América Latina en un gran bloque que abarca dos océanos, para aislar al BRICS antes de que madure.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

MODELO ALTERNATIVO AL NUEVO ORDEN MUNDIAL


                      El modelo económico bolivariano

Hugo Chávez Frías, un Tdneinte Coronel del Cuerpo de Paracaidistas de Venezuela, intentó con otros compañeros, el derrocamiento, en 1982, del Presidente Carlos Andrés Pérez, responsable del “Caracazo”. El golpe fracasó, Chávez asumió públicamente su responsabilidad y fue condenado por un Tribunal Militar. El Presidente Rafael Caldera, del Partido COPEI, que sucedió a Pérez, lo indultó y Chávez se dedicó a organizar el Movimiento Quinta República que triunfó en las elecciones gen4rales de noviembre de 1998. Asumió el 24 de febrero d 1999 y convocó de inmediato a una Constitucyente que sancionó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que fue ratificada en un plebiscito por el 80% de los votos emitidos.

Las constituciones liberales, desde la estadounidense de 1787, establecen una cartelera de derechos civiles y políticos y luego la organización de los Poderes del Estado.

La originalidad de la nueva Constitución de Venezuela es que introduce un “modelo económico” que es la contracara del modelo aprobado por el “Consenso de Washington” para todo el mundo.

Se trata de un sistema mixto de “Estado y mercado” donde el peso mayor lo tiene el primero, al nacionalizar y explotar directamente los recursos del suelo y del subsuelo y los servicios estratégicos. La finalidad es poner la economía al servicio de los sectores más vulnerables de la población, potenciando el trabajo, la educación, la vivienda y la salud. La Constitución expresó, además, que “el latifundio es contrario al interés social” así como la concentración monopólica de la producción y los servicis privados.

El modelo liberal, desde Adam Smith (“De la riqueza de las naciones…”, 1776), en cambio, apuesta a la libertad total de los mercados y un Estado pequeño, encargado de la seguridad interior y exterior, y de dictar Justicia.

En la época del imperialismo, que dispone de un excedente de capital, de una potente industria y una tecnología avanzada, los países menos desarrollados por ingreso tardío al sistema, solo pueden ser proveedores de materias primas y alimentos. La diferencia entre el valor del producto industrial con tecnologíqas de vanguardia y el valor de las materias primas y alimentos, origina una brecha desfavorable para los países industrialmente menos desarrollados que se cubre con endeudamiento externo. Después de 1955, las rentas generadas por las deudas han sido uno de los principales rubros de enriquecimiento de las países capitalistas desarrollados y, al mismo tiempo, de empobrecimiento de los menos desarrollados.

En consecuencia, el “modelo venezolano” plasmado en la Constitución (para modificarlo se necesita un plebiscito), procura romper este círculo vicioso; objetivamente es antiimperialista y si fuera tomado por otros países de nuestro continente le quitaría a éste su carácter de “reserva estratégica” (“patio trasero”), de Estados Unidos.

Por esta razón, la oligarquía venezolana y el imperialismo se aliaron para derrocar a Chávez que fue desplazado y encarcelado por un Golpe de Estado Militar, el 11 de abril de 2002. El Presidente de la Fedecámaras, Pedro Francisco Carmona, asumió la Presidencia y su primer decreto fue la derogación de la Constitución. Este decreto dividió a los militares golpistas, a quienes Carmona había prometido conservar la Constitución, situación que fue aprovechada por la oficialidad joven, partidaria de Chávez. Al mismo tiempo una multitud receptora del nuevo modelo económico-social, se concentró ante el Palacio Mirafloes exigiendo la liberación del Presidente constitucional. Al cabo de 48 horas, Chávez fue liberado y reasumió la jefatura del Estado. Carmona se exilió en Colombia y fueron relevados los principales mandos de las Fuerzas Armadas, iniciando una profunda depuración que transformó la organización militar.

En diciembre del mismo año, la cúpula gerencial de PDVSA, que no había sido removida, organizó un paro petrolero que se extendió hasta febrero de 2003 y que fue quebrado por la ayuda de Brasil.

El funcionamiento de la economía era jaqueada por la fuga permanente de capitales y el acaparamiento de alimentos por los grandes almacenes, con la finalidad de provocar una reacción popular que nunca ocurrió.
La oposición perdió repetidamente elecciones y plebiscitos revocatorios, supervisados por observadores internacionales, denunciando fraudes y resolviendo boicotear las elecciones con el objeto de desligiimar al gobierno. Finalmente, tuvo que abandonar este recurso.
Todo este clima era distorsionado por la prensa escrita y audiovisual y las cadenas de información como la CNN, la BBC y la TV española. El golpe militar del 11 de abril fue apoyado por Estados Unidos y el primer ministro español, José María Aznar.

                                              La recuperación de Argentina

El ejemplo de Chávez no fue en vano. El 1º de enero de 2003, asumió la Presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y el 25 de mayo, del mismo año, Néstor Kichner en Argentina.

La política económica de estos dos países, con una importante estructura industrial, pero con un gran endeudamiento y desindustrialización, por las políticas seguidas en la década anterior por Fernando Henrique Cardoso (Plan Real) y Carlos Saúl Menem (Ley de Convertivbilidad fija 1 dólar x 1 peso), era reducir la deuda, fortalecer el mercado interno, elevando los salarios y programas sociales espèciales para los sectores más vulnerables. Era un enfoque neokeynesiano que no apuntaba, como punto de partida, a la inversión, sino a la creación de demanda.

Kichber, en su discurso de asunción, señaló la dirección principal del cambio al que convocaba a todos los argentinos:  “reconstruir un capitalismo nacional que permita reinstalar la movilidad social ascendente. (…) Hacer nacer una Argentina con progreso social, donde los hijos puedan aspirar a vivir mejor que sus padres, sobre la base de su esfuerzo, capacidad y trabajo”. “El objetivo básico de la política económica será –decía- el de asegurar un crecimiento estable, que permita una expansión de la actividad y del empleo constante… (…), una mayor distribución del ingreso, que fortalezca nuestra clase media y que saque de la pobreza extrema a todos los compatriotas”. Y destacaba: “No se puede recurrir al ajuste ni incrementar el endeudamiento. No se puede volver a pagar deuda a costa del hambre y la exclusión de los argentinos…”.

En setiembre, Kichner pronunció un discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas donde dijo: “El mundo transita tiempos de cambio en el marco de una globalización que crea oportunidades y riesgos sin precedentes”.

“El más grande riesgo es el ensanchamiento de la brecha existente entre ricos y pobres. Países centrales y países periféricos no son escalas de un ejercicio intelectual. Tampoco una cuestión de ideologías. Muy por el contrario, reflejan una realidad lacerante en términos de pobreza y exclusión social sin precedentes. Nuestra prioridad debe ser lograr que la globalización opere para todos y no para unos pocos”.

“Existe una aplastante y gigantesca deuda, tanto con organismos multilaterales de crédito como con acreedores privados”.

“Nos hacemos cargo como país de haber adoptado políticas ajenas para llegar a tal punto de endeudamiento. Pero reclamamos que aquellos organismos internacionales que -al imponer esas políticas- contribuyeron, alentaron y favorecieron el crecimiento de esa deuda, también asuman su cuota de responsabilidad. Resulta casi una obviedad señalar que cuando una deuda adquiere tal magnitud, la responsabilidad no es sólo del deudor sino también del acreedor.

“Es necesario entonces que se asuma el hecho cierto, verificable y, en cierta medida, de sentido común, de la terrible dificultad que ofrece el pago de esa deuda. Sin una concreta ayuda internacional que se encamine a permitir la reconstitución de la solvencia económica de los países endeudados y con ello su capacidad de pago. Sin medidas que promuevan su crecimiento y desarrollo sustentable, favoreciendo concretamente su acceso a los mercados y el crecimiento de sus exportaciones, el pago de la deuda se torna una verdadera quimera”.

“En el desarrollo de exportaciones con valor agregado a los recursos naturales que la mayoría de los países endeudados poseen, puede solventarse los primeros tramos del desarrollo sustentable, sin el cual sus acreedores deberán asumir sus quebrantos sin otra opción realista. Nunca se supo de nadie que pudiera cobrar deuda alguna a los que están muertos” (Subrayado de este redactor).

El llamado del presidente argentino no tuvo eco favorable en los organismos multilaterales de crédito.

Reducir la deuda externa y potenciar las exportaciones y el mercado interno, son las líneas generales de los gobiernos de Venezuela, Brasil y Argentina, en la década del 2000. Comenzó así un proceso de recuperación, estimulado por la demanda de materias primas de China y las bajas tasas de interés de la Reserva Federal. Se agregó a ello el tipo de cambio administrado y flexible que permitió la aplicación de políticas sociales que redujeron la pobreza y mejoraron las transacciones en el mercado interno.

                             Programa del gobierno de Tabaré Vázquez

El 1º de marzo de 2005, asumió la Presidencia de la República de Uruguay, el Dr. Tabaré Vázquez, líder del Frente Amplio.

En su discurso de apertura, señaló: “El gobierno que hoy asume funciones tiene señas de identidad bien definidas y por cierto que su accionar será coherente con los valores, los principios y las propuestas que lo inspiran pues, entre otras razones, tal es la voluntad ciudadana expresada el pasado 31 de octubre”.
“Pero, asimismo, este gobierno será el gobierno de todos los uruguayos”. “De todas las uruguayas y de todos los uruguayos por encima de raza, edad, lugar de residencia, identificación ideológica, credo religioso, filiación política o condición social”.

“En tal sentido, permítanme reiterar en esta oportunidad la especial trascendencia que adjudico a los acuerdos en materia económica, exterior y educativa entre el nuevo gobierno que hoy se inicia y los partidos políticos oficializados el pasado 16 de febrero en este edificio sede del Parlamento Nacional”. (…).

“No ignoro el contexto mundial, regional y nacional en el que asumo la responsabilidad de gobierno que la ciudadanía uruguaya me ha confiado”. (…).

“Sin embargo, por esta misma razón considero necesario que en una línea de continuidad con la declaración de fidelidad constitucional ya realizada, reitere mi compromiso de trabajo”.

“Mi compromiso de trabajar al extremo máximo de mis aptitudes, potestades y posibilidades en la construcción de un proyecto nacional de desarrollo productivo y sustentable”.

“Mi compromiso de trabajar incansablemente por el Uruguay Social, Productivo, Innovador, Democrático y Regionalmente Integrado que, como las caras de un poliedro, conforman una única estrategia de país para todos los uruguayos”. (…).

“Y en estrecha relación con lo anterior, mi compromiso de promover políticas educativas, científicas y tecnológicas que preparen a nuestros hombres y mujeres, y en especial a los más jóvenes, para ese trabajo decente que es, al fin y al cabo, la mejor política social y la mejor política económica que puede tener un país”.

Como puede observarse, no habló de ruptura con las políticas económicas de las dos décadas anteriores pero llamó a “trabajar todos juntos, sin distinción de partidos o ideologías”, por un futuro mejor.

Vázquez realizó, en la segunda mitad del año 2004, dos viajes a Estados Unidos y sendas entrevistas con el Directorio del Fondo Monetario Internacional. En la segunda, lo acompañó el Senador Contador Danilo Astori y a la salida del encuentro expresó que si resultaba electo en octubre, Astori sería su Ministro de Economía y Finanzas.

En febrero del 2005, la deuda externa de Uruguay ascendía al 112% del PIB y Uruguay se comprometió a “honrar” sus compromisos financieros.

El 8 de junio de 2005 el FMI le otorgó a Uruguay un préstamo de 1.113 millones de dólares, para estabilizar su balanza de pagos y el movimiento comercial. El alza de los precios de los alimentos en el mercado externo permitían un aumento de las reservas monetarias que junto a un control del gasto, creaban condiciones apropiadas para atraer a la inversión extranjera.

Como contrapartida al préstamo concedido, el gobierno se comprometió alcanzar los siguientes objetivos en los 4 años siguientes::

1)      Crecimiento de un 4% del Producto Bruto Interno (PIB) sobre la base de dos grandes proyectos de inversión; 2) Reducción de la inflación a razón de 1% anual hasta alcanzar el nivel de 3,5% en el 2008; 3) Crecimeinto de las exportaciones un 9% anual; 4) Aumento de 1.500 millones de dólares de las Reservas Internacionales Netas; 5) Superávit fiscal primario, en el mediano plazo, de un 4% del PIB; 6) Periódico ajuste de las tarifas públicas
    7) Reducción de la deuda externa a un 60% del PIB en el 2008 y a un     50% en el 2012; 8) Firme control del gasto; 9) Reforma tributaria;  10) Reforma de las Cajas de Jubilaciones especiales (Policial, Fuerzas Armadas y Bancaria) 11) La base monetaria (dinero en poder del público, cuentas corrientes t cajas de ahorro) será compatible con el Tipo de cambio flexible y los objetivos inflacionarios; 12) Fortalecer la autonomía del Banco Central, para asegurar el cumplimiento de la política monetaria; 13) Continuación de la reforma del sistema bancario consolidando el sector privado para que sea un factor del crecimiento; fortalecimiento rápido del Nuevo Banco Comercial; 14) prioritaria la reforma de los bancos públicos BROU y BHU; 14) Fomento del mercado de capitales abriendo al sector privado áreas que estaban reservadas al Estado; 15) Protección a la propiedad y a los derechos de los acreedores.

“Un objetivo fundamental del programa –dice la Declaración del FMI.- es el gradual acceso del Uruguay a los mercados internacionales de capital, necesarios para las perspectivas de crecimiento a largo plazo del país así como la prevista salida del apoyo financiero del FMI. (“A key program goal is to gradually re-establish Uruguay's access to international capital markets, instrumental to the country's longer-term growth prospects as well as the envisaged exit from IMF financial support”). (Fuente: FMI Press Release No. 05/136 - June 8, 2005).

La negociación con el FMI había comenzado en abril. A esos efectos viajaron a Washington, el Ministro de Economía, Danilo Astori, el Presidente del Banco Central, Wálter Cancela y el responsable de Macroeconomía del MEF, Fernando Lorenzo. Por el organismo internacional, intervino el jefe de misión del organismo Andrew Wolfe.

Em el 2005, el Parlamento aprobó tres documentos: Ley de Inversiones, la Rendición de Cuentas Especial de la crisis del 2002 y el Presupuesto Quinquenal 2005-2009. Por otra parte, en la Conferencia de Mar del Plata, realizada en diciembre, los Presidentes de Latinoamérica, con excepción de México, rechazaron la Alianza de Libre Comercio de las Américas (ALCA), propuesta por el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush Jr.

El 16 de julio, el Ministro Astori habló en la Cámara de Comercio Uruguayo Británica, donde expresó su preocupación por la demora en aprobar el Tratado de Inversiones con Estados Unidos que fue enviado al Poder Legislativo por el entonces Presidente Jorge Batlle un mes antes de transmitir el cargo a Vázquez.  “Estos  tratados –dijo- son los que proporcionan el marco adecuado para recibir inversiones, crédito y confianza “ y alertó sobre la conveniencia de que no se alteren los pasos y plazos de la recuperación económica del país.

Un capítulo importante de su discurso fue la enumeración de las “reformas estructurales” que el gobierno debe implementar, comenzando por la reforma de sistema financiero donde resaltó cambios en la estructura e independencia del Banco Central, reformas en los restantes bancos estatales poniendo especial énfasis en el Banco Hipotecario y en la venta del Nuevo Banco Comercial, reiterando que existen dos "interesados firmes".

Nuevamente hizo hincapié en la necesidad de desdolarizar la economía y aludió a la reforma tributaria confirmando que a principios de 2006 será puesta a consideración del Parlamento.

Otra de las reformas ratificadas refiere al sistema previsional priorizando las reformas de las caja Policial, Militar y Bancaria.

En relación a la reforma del Estado, el jerarca destacó el esfuerzo que se realiza a fin de lograr que las empresas públicas, a la brevedad, puedan estar en condiciones de competir y en relación a ello señaló que lo indicado parece ser el camino de las asociaciones. Se hace necesaria la "preparación de nuestras empresas públicas para la competencia. Competencia inexorable para todas ellas, por diferentes razones. Pero desde ya tienen que irse preparando y el gobierno tiene que asumir la responsabilidad de ayudar en este proceso de preparación que entre otras cosas supone buscar permanentemente, formas de asociación", afirmó.

Nuevamente hizo hincapié en la necesidad de desdolarizar la economía y aludió a la reforma tributaria confirmando que a principios de 2006 será puesta a consideración del Parlamento.

Otra de las reformas ratificadas refiere al sistema previsional priorizando las reformas de las caja Policial, Militar y Bancaria (Fuente: “La República”, 17 de julio de 2005).

 El 30 de junio, comenzó la Cámara de Senadores a considerar la Rendición de Cuentas y Balance Presupuestal del año 2004, del gobierno del Dr. Jorge Batlle. La peculiaridad de esta Rendición es que introdujo un “Egreso Extraordinario” que se refiere a la pérdida por el “auxilio” (de Jorge Batlle) a los bancos durante la crisis del 2002: 835 millones de dólares.

Esta Rendición de Cuentas fue aprobada, el 16 de agosto de 2005, con el voto afirmativo de los Diputados del Frente Amplio y del Partido Colorado. Votaron en contra el Partido Nacional y el Partido Independiente.

Mientras transcurría el debate de esta Rendición, el gobierno preparaba el Proyecto de Ley Presupuestal Quinquenal para el período 2006-2009.

El “Análisis de Coyuntura”, 2004-2005, del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, estimaba las siguientes perspectivas para el 2005: Crecimiento del PIB Mundial, 4,3%; PIB del Brasil: 3,7%; PIB de Argentina: 7 %. El mercado externo ofrecería precios en alza para los productos agropecuarios.

No obstante, indicaba como perspectivas negativas: Crecimiento de las tasas de interés de la Reserva Federal: 3% en mayo y, en los trimestres siguientes pasaría a un 4% y, en el largo plazo a un 5% y un 5,25%   (Desde el 2001 se mantenían a un 1.5%). Además, se mantendrán elevados los precios del petróleo que, en abril alcanzaron niveles record.

La deuda externa del Estado era de 15 mil millones de dólares y la deuda privada de 2000 millones de dólares. Las deudas incobrables del Banco República ascendían al 31 de diciembre de 2004 a 81 millones de dólares y la deuda del Estado con proveedores cifraba 100 millones de dólares.

Em este contexto debía elaborarse el Presupuesto Quinquenal. El  2 de agsoto, el Director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y Presidente de la Comisión de Programa del FA, Economista Carlos Viera, expresó, en conferencia de prensa, cuáles eran los criterios con los que se estaba trabajando. Destacó al acuerdo que se llegó con el Congreso de Intendentes, resaltando que se le va a entregar el 3,33% que es una cifra muy superior a la que daban los gobiernos anteriores; señaló la mejor distribución del gasto la que se centrará en Enseñanza, Salud y Vivienda.
Sobre la Vivienda Viera dijo, especialmente, que se va a verter lo que hasta ahora no se ejecutaba, del impuesto a los jubilados y a los trabajadores que va al Fondo Nacional de Vivienda. Ahora va a ir directamente a obras del Ministerio de Vivienda. Puso énfasis en los esfuerzos que se realizarán para mejorar las jubilaciones menores de los 4 mil pesos. Los trabajadores y jubilados aportan, mensualmente, el 1% del IVA. Estas primeras pautas de redistribución "se van a mejorar" al finalizar los dos primeros años, a través de las Rendiciones de Cuentas.  (Fuente: “La República”).

Ek día siguiente, se reunió en Pando el Consejo de Ministros y, en esta oportunidad, el Ministro de Economía, Contador Danilo Astori, se refirió a las características que tendrá el Presupuesto:

"Vamos a trabajar desde la ley de presupuesto para mejorar gestión pública, lo que significa cuatro grandes cambios del pasado".  Esos cambios serán: Utilizar la Rendición de Cuentas como oportunidades anuales para corregir errores, abatir poco a poco y en la medida de las posibilidades del sector público la deuda flotante del estado con los proveedores, mejor asignación de recursos humanos y revisión de condiciones -"No podemos tener reparticiones públicas en donde sobren funcionarios y no tenerlos en donde faltan" dijo-, premiar el ahorro y no el malgasto y mayor transparencia en el gasto del dinero público”.

El titular de Economía señaló que el "país tiene graves problemas de empleo: cuantitativo y cualitativo y esa es la principal polea de transmisión de pobreza, desigualdad y exclusión".

"Lo primero que necesita el país, es atacar la cantidad y la calidad del empleo. Esto se logra de una sola manera: la inversión productiva, capaz de producir el trabajo que cualitativa y cuantitativamente estamos necesitando" agregó.

"La izquierda hace un gobierno distinto a gobiernos anteriores. Tenemos presupuesto distinto", señaló Danilo Astori, quién se encargó de marcar las diferencias que según su opinión, habrá entre esta administración y las demás:

1) - Enfoque global.
2) - Plan de Emergencia, para el cual estamos asignando 200 millones de dólares.
3) - Contiene recuperación real de salarios y pasividades.
4) - Prioridades a salud, seguridad social, educación y las infraestructuras.
5) - Importancia a inversión pública.
6) - Importancia a disminución de endeudamiento del país.

" Y todo esto, sin ajuste fiscal", expresó el Secretario de Estado, quién reitero que este último punto, en los gobiernos anteriores es una historia repetida durante varias décadas.
Astori finalizó su discurso reiterando que se va a "evitar la “trilogía letal”: el atraso cambiario, déficit fiscal y deuda para financiar el déficit (Fuente: “La República”).

En la última semana de agosto de 2005 y a pocos días de expirar el plazo para elevar el Proyecto de Presupuesto al Poder Legislativo, estalló en el seno del gobierno una grave crisis política en la que el Ministro Astori amenazó con renunciar. La controversia se centró en torno a los fondos para la enseñanza, rubro al cual el presidente Tabaré Vázquez quería asignarle el 4,5% del PBI al final del quinquenio. Desde el Ministerio de Economía, se había especificado que, de acuerdo a los cálculos realizados por la cartera y teniendo en cuenta las restricciones fiscales, sólo se podía asegurar previamente que se llegaría al 3,5% del PBI.

En la reunión del Consejo de Ministros del lunes 29 de agosto, el Presidente Vázquez le solicitó al titular de Economía que “Revisara los cálculos” para alcanzar la meta del 4.5%. Astori le contestó que lo haría pero junto con esta revisión iba su renuncia. Esta respuesta provocó conmoción en el gobierno y ganó estado público. Intervinieron varios ministros y el Secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, para tratar de disuadir al Secretario de Estado y finalmente, el 31, tras arduas negociaciones, se llegó a esta fórmula, expresada por el Ministro de Educación y Cultura, Jorge Brovetto: “El objetivo del 4.5% estará atado a la evolución de la economía y los ingresos del Estado”.  Poco antes de la medianoche del 31 de agosto, el Proyecto fue remitido al Parlamento “con números que no comprometían los acuerdos alcanzados con el Fondo Monetario Internacional” (Fuente: “Radio “El Espectador”).

Esta emisora, al comentar la crisis el 1º de setiembre, la juzgó en la forma siguiente;  “Estoy más seguro que nunca en seguir al frente del Ministerio” dijo anoche el titular de Economía, Danilo Astori, poniéndole punto final a la mayor crisis política que ha sufrido hasta ahora el gobierno de Tabaré Vázquez”.

La política económica del Ministro de Economía tenía otros opositores, dentro del Frente Amplio, como los economistas Alberto Couriel y José Manuel Quijano.

En una entrevista que le realizó la periodista Sonia Breccia, el 25 de julio. en su programa radial “Primera voz” en AM 1410 LIBRE, expresó entre otros conceptos, acerca del trámite secreto de elaboración del Presupuesto:

“Los legisladores del Frente Amplio hemos solicitado una reunión con el equipo económico para ir definiendo ya los números, porque no hemos visto los números del Presupuesto. Lo que se pretende saber con este encuentro es cómo va a ser el nivel de inversión pública, el nivel del gasto total y del gasto social·.

"Esto no está todavía arriba de la mesa y estamos esperando tener una conversación con el equipo económico. Estoy partiendo de la base de que tenemos un acuerdo con el FMI que me está exigiendo un superávit primario de 3,5%, casi 4% del PBI, como una cosa permanente durante todo el período, un superávit primario que el Uruguay nunca alcanzó en su historia. Entonces la exigencia del Fondo Monetario es extraordinariamente elevada, el acuerdo que se hizo es elevado y esto limita por un lado el nivel de la inversión pública, y el nivel del gasto social”.  

José Manuel Quijano, a su vez, entrevistado el 19 de octubre por Eduardo Blasina en su programa radial “Tiempo de Cambio” sostuvo que con el presupuesto presentado por el gobierno " yo creo que tendríamos dificultades para que las exportaciones crecieran en el mediano plazo, ya que mi percepción es que las exportaciones se mueven muy inducidas por la demanda externa. Vamos a suponer, cuando los países vecinos se mueven dinámicamente, o sea, están creciendo, el país tiene condiciones de venta y vende. Cuando el mundo está creciendo, como en este momento lo está haciendo la economía internacional, las ventas se hacen posibles. Y el tipo de cambio es un elemento que, si persiste en esta política de rezago, termina afectándolas, termina haciendo más difícil el proceso exportador".

Varias consultoras opinaron que el “peso estaba sobrevaluado”, afirmación que, reiteradamente, fue rechazada por el Ministro de Economía.

Si bien en la “Cumbre de las Américas”, realizada los días 4 y 5 de noviembre, en la ciudad de Mar del Plata, el Presidente Tabaré Vázquez votó contra el ALCA, cuya “defunción” subrayó el Presidente de la República Bolivariama de Venezuela, Hugo Chávez, el gobierno uruguayo intentó luego firmar un Tratado Bilateral de Libre Comercio con Estados Unidos, defendido por el Presidente y el Ministro Astori pero al que se opuso la mayoría del Frente Amplio encabezada por el Ministro de Relaciones Exteriores, Reinaldo Gargano. Finalmente,el Tratado no se concretó. Para la mayoría del Frente Amplio era notorio que tanto el ALCA como los tratados bilaterales de libre comercio, obedecían a una estrategia de Estados Unidos de quebrar el proceso de integración latinoamericana que lideraban Venezuela, Brasil y Argentina. Y este punto constituía la esencia del programa del Frente Amplio en materia de política esterior y, en particular de sus sectores de izquierda, desde la década de los 60’.

viernes, 28 de agosto de 2015

EL NUEVO ORDEN MUNDIAL Y LA CRISIS DE URUGUAY DEL 2002


El 1989 marca el comienzo de una nueva fase en el desarrollo histórico del modo capitalista de producción, cuya vanguardia está en Wall Street. Ese año, con la unificación de Alemania, se inicia la desintegración del sistema social y geopolítico antagónico del este europeo que culmina el 8 de diciembre de 1991 con la disolución de la Unión Soviética.

                         NUEVO ORDEN MUNDIAL

El 20 de enero de 1989, George H. W. Bush, (ex Director de la CIA y socio en negocios petroleros y financieros de la Casa Real Saudita), sustituyó a Ronald Reagan en la Casa Blanca. El 11 de setiembre de 1991, en un discurso radiotelevisado, expresó: “Tenemos ante nosotros la mayor oportunidad de forjar para nosotros y las futuras generaciones, UN NUEVO ORDEN MUNDIAL, un mundo que sea gobernado por la Ley, no por la Ley de la Jungla, que gobierna la conducta de las naciones. Lo consignamos y lo vamos a conseguir. Tenemos una oportunidad para este Nuevo Orden Mundial, un Orden en el cual una confiable organización como las Naciones Unidas pueda desenvolver su rol para mantener la paz y cumplir la promesa y la visión de sus fundadores”.

                             NUEVO ORDEN ECONÓMICO

El Secretario del Tesoro (Ministro de Economía y Finanzas) de Bush durante todo su mandato (1989-1993), fue Nicholas F. Brady, que continuaba en ese cargo pues había sido designado por Ronald Reagan, cuatro meses antes de asumir el nuevo Presidente.

Brady fue senador republicano, estrechamente vinculado dl Gupo Rockefeller, desde que recibió su Licenciatura en Yale, en 1954, hasta que asumió como Secretario del Tesoro en setiembre de 1988. Sus vínculos con el mundo financiero es muy extenso: Presidente del Comité del Banco de Inversión “Dillon Read & Co. Inc.”; Presidente del Banco de Inversiones de Ultramar “Darby Overseas Investments, Ltd.”;  Presidente del “Fondo de Inversiones “Franklin Templeton Investment Funds”. Ha sido miembro del Consejo Directivo del Club de Economistas de Nueva York y del Consejo Directivo del “Grupo Bildelberg” que traza la estrategia del desarrollo del capitalismo en el mundo. Fue creado en 1954 y su sede está en Holanda. Está integrado por más de un centenar de políticos y empresarios de grandes monopolios internacionales estadounidenses, británicos y canadienses. Realizan conferencias anuales –cuyos contenidos no son difundidos-, para examinar la situación global del capitalismo y tiene como objetivo principal un mundo que sea gobernado por las mismas reglas económicas.

El endeudamiento y la amenaza de una cesación de pagos en cadena en importantes países de  América Latina siguiendo el ejemplo de México, significaba un peligro para la solidez de los bancos estadounidenses y para la estabilidad de las frágiles democracias que habían sustituido a las dictaduras militares.

Em 1985, el Secretariio del Tesoro, James A. Baker, había propuesto un plan para resolver la crisis de deuda del Tercer Mundo, a la que consideraba una “crisis de liquidez pero no de insolvencia”. La solución era formar un “pool” de instituciones financieras como el FMI, el Banco Mundial, los Bancos Comerciales y otras agencias financieras. Siguiendo este plan, varios países latinoamericanos realizaron refinanciaciones de sus deudas pero no lograron recuperar el crecimiento ni combatir la inflación.

El Plan Brady, anunciado el 20 de marzo de 1989, según The New York Times, era un paso adelante, pero todavía vago, al proponer distintas opciones a los bancos acreedores, incluyendo la reducción de la deuda y ofreciendo garantías del propio Tesoro de EE.UU. Su núcleo era la sustitución de los documentos bancarios por bonos denominados en dólares, que los bancos comerciales podían vender a una variedad de inversores individuales, en el mercado secundario. El Tesoro  añadía otra garantía al exigir al país deudor la compra de un “Bono Cupón Cero” emitido por esa Secretaría.

                               EL CONSENSO DE WASHINGTON

No obstante, los países deudores no recuperaban su soberanía. A comienzos de 1990, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos, alcanzaron en Washington un “Consenso” sobre las reglas de política económica que debían cumplir todos los países que solicitaran acceso a créditos externos. Era el complemento del discurso de George H. W. Bush del 11 de setiembre de 1991, sobre el Nuevo Orden Mundial.

El economista, John Williamson, resumió, en 1999, las diez reglas adoptadas por las instituciones nombradas, para los países asfixiados por la crisis: 1)  Disciplina fiscal; 2) Eliminación de subsidios; 3) Reforma tributaria que amplíe su base con Impuesto Progresivo a los Ingresos Personales o aumento de tarifas; 4) Tasas de interés determinadas por el mercado; 5)  Tipo de cambio determinado por la oferta y la demanda del mercado local; 6) Liberación del comercio; 7) Apertura a la inversión extranjera directa; 8) Privatización de las empresas del Estado; 9) Eliminación de trabas que distorsionen el funcionamiento del mercado, excepto aquellas que estén referidas a la seguridad; 10) Seguridad jurídica para los derechos de propiedad.

México fue el primer país que se acogió al Plan Brady, en 1989, luego que asumiera el Presidente Carlos Salinas de Gortari, el año anterior. Para William Rhodes, presidente del Citicorp, que incluye al Citibank, ese acuerdo era el modelo que debían seguir los otros países endeudados que se acogieran al Plan.

Em la negociación, los bancos acreedores le ofrecieron a México tres opciones: 1) El cambio de los documentos bancarios por bonos a 30 años, con un descuento del 35% y una tasa de interés del 13-16% por encima de la tasa Libor de Londres; 2) el cambio de los documentos bancarios por bonos a la par, a 30 años, con un interés de un punto porcentual por debajo de la tasa Libor (6,25%). Los bancos podrían proporcionar fondos frescos hasta un 25% por encima de la deuda negociada;  3) el banco acreedor podía negociar dentro de un rango flexible de reducción del capital y los intereses, con un piso en el 65% del capital y servicios de deuda más elevados, según fuere esa reducción.

En el acuerdo con México el 49% de la deuda fue convertida en bonos “dólar” con descuentos; el 41% con bonos a la par y un nuevo préstamo equivalente  al 10% del total de la deuda. Estos bonos, a su  vez, fueron garantizados por  bonos del Tesoro de Estados Unidos –Bonos Cupón Cero, comprados por los países deudores-,  y financiados por el FMI y el Banco Mundial.

Los países latinoamericanos que siguieron a México, fueron; Costa Rica (1989), Venezuela (1990), Uruguay (1991), Atgentina (1992) y Brasil (1992). Los gobiernos de estos países estaban presididos por Oscar Arias, Carlos Andrés Pérez, Luis Alberto Lacalle Herrera, Carlos Saúl Menem y Fernando Collor de Mello,  respectivamente que, para cumplir con lo acordado, aplicaron las políticas de “ajuste”, exigidas por el Consenso de Washington.

En todos estos gobiernos, el pago de la deuda fue la prioridad de sus presupuestos. Salinas de Gortari (1982-1987), en México, realizó una privatización masiva de empresas públicas, desnacionalizó la banca y firmó un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos; Carlos Andrés Pérez, para  realizar el “ajuste” del presupuesto, reprimió violentamente las protestas del pobrerío de Caracas, con una represión feroz que, según la Revista “Time”, dejó  más de 300 muertos en las calles de la capital (“Caracazo”, 27 de febrero - 8 de marzo de 1989); Carlos Menem, en Argentina, optó por la privatización masiva de las empresas del Estado y adoptó el “Plan Cavallo” de dolarización de la economía, volviendo a la fracasada política de Martínez de Hoz que creó una euforia durante cuatro años (1991-1995) y luego paralizó las exportaciones;  Fernando Collor de Mello (1990-1992), en Brasil, privatizó empresas públicas, redujo el gasto social, eliminó los subsidios y los controles de cambios y decretó masivos despidos de funcionarios de la administración estatal; Luis Alberto Lacalle (1990-1995), en Uruguay, aplicó una política fiscal de “shock”, que afectó los servicios básicos de educación, salud y los ingresos de los funcionarios del Estado. En su programa estaba la “revisión y reforma” de las empresas del Estado e intentó vender el servicio estatal de telecomunicaciojnes “ANTEL” que fue impedida por un plebiscito nacional. Lacalle formó un equipo económico con conocidos financistas y empresarios como los abogados Ignacio de Posadas y Ramón Díaz con estrechos vínculos con la banca internacional. Cuatro bancos privados que, para salvarlos de la quiebra en 1983, eran administrados por el Estado, se encontraban en una situación insostenible en 1989 y Lacalle entabló negociaciones, a través del Presidente del Banco Central, Contador Enrique Braga, para privatizarlos. La venta de los bancos Comercial y Pan de Azúcar, revelaron una trama de corrupción muy cercana a la cúpula de gobierno.

EL CITIBANK FIJA LA LÍNEA EOCNÓMICA DE AMÉRICA LATINA Y  EL, URUGUAY

Para la negociación del Plan Brady, Lacalle designó al abogado Nicolás Herrera, especialista en Derecho Comercial y Bancario, asesor en ese momento del Citibank que era uno de los bancos acreedores. El señor Herrera, a quien los medios de finanzas internacionales lo consideraban una “estrella” en materia de negocios bancarios, renunció al cargo de Subsecretario de Economía, luego que el Presidente Lacalle firmó el acuerdo con los bancos acreedores, representados por el Citibank de Nueva York.

Las estrechas relaciones del Presidente Lacalle con el sector financiero, que amplíó sus raíces en el Uruguay, tendrá catastróficos efectos diez años más tarde.

El Partido Colorado recuperó el gobierno en 1995, con un 32,35% de los votos emitidos; le siguió el Partido Nacional con el 31,21% y el Frente Amplio con el 30,61%. Era la segunda Presidencia del Dr. Julio María Sanguinetti (1995-2000) que continuó por el estrecho andarivel impuesto por el Plan Brady y el Consenso de Washington.

La alternancia de gobiernos de distintos colores pero de una misma política económica, estaba destinada a desgastarse y esto preocupaba a la oligarquía y la insaciable banca extranjera. La victoria del Frente Amplio en Montevideo, en las elecciones de 1989, reiterada en 1994, fue una luz roja en el tablero del “establishment” dominante.

Por ello, los partidos tradicionales apelaron a una reforma constitucional que impidiera la llegada del FA al gobierno naciomal, estableciendo  un severo “balotaje” que requería ek apoyo de la mitad más uno de los votos emitidos, a un candidato presidencial para ser electo. La reforma, aprobada en un plebiscito de noviembre de 1996, aumentaba, además, las competencias del poder central sobre los entes autónomos, en un proceso de concentración de ese poder que se había iniciado con la reforma constitucional de 1966.

Sanguinetti gobernó, en “coincidencia patriótica”, con el Partido Nacional que tuvo varios ministros y directores de entes autónomos. Privatizó parte de la Previsión social, creando las AFAP y liquidó el ferrocarril, con claro beneficio para los transportistas privados.

El Ministro de Economía, en este segundo gobierno del Dr. Sanguinetti, fue el economista Luis Mosca. Su preocupación, respondiendo a las directivas económicas de su jerarca, fue el control del gasto público. Todas las Rendiciones de Cuentas anuales tuvieron un solo artículo de “gasto cero”.

El sector bancario y la industria de la construcción, se beneficiaron del “modelo Cavallo”, de “1 peso = 1 dólar”, en Argentina que saturó nuestra plaza financiera con dinero negro, amparado por el secreto bancario. Las torres se multiplicaron en Punta del Este y el precio de los campos así como su extranjerización.

En Brasil, en julio de 1994,entró en vigencia el “Plan Real”, preparado por el equipo económico del Ministro de Hacienda, Fernando Henrique Cardoso y aprobado por el Presidente Itamar Franco. Este plan creó una nueva moneda –el “Real”-, que sustituyó al “Cruzeiro”, cuya cotización fue 1 Real = 1 dólar”. De este modo, las dos monedas –el peso argentino y Real brasilero-, estaban a la par del dólar. Ña diferencia entre ambos sistemas era jurícia: el “Plan Cavallo” se estableció por ley mientras el “Plan Cardoso”, lo fue por decreto lo que, en caso necesario, permitía al Banco Central, modificar el tipo cambiario.

El 17 de diciembre de 1994, Argentina, Brasil, Paragua y y Uruguay, firmaron el “Protocolo de Ouro Preto”, que puso en vigencia el Mercosur. El  alineamiento monetario de Argentina y Brasil, benefició a la economía uruguaya. No obstante, la crisis de los “Tigres Asiáticos” de 1997 y la crisis de Rusia de 1998, afectaron las exportaciones a esas regiones, desnivelando las balanzas comerciales y la estabilidad cambiaria, reapareciendo la inflación y la desocupación.

El 13 de enero de 1999, el Brasil abandonó la banda cambiaria y dejó librada la cotización del dólar a la ley de la oferta y la demanda. El Real se devaluó de inmediato un 60%, estabilizándose luego a un 40%. La economía argentina recibió un fuerte impacto que puso en la agenda una inevitable devaluación del peso y la convertibilidad fija 1 x 1, establecida por ley. El gobierno argentino estaba atado por esta ley y la dolarización de encajes y depósitos bancarios.

En consecuencia, estas “gangas” de monedas supervaluadas, en economías débiles, no podían durar eternamente y esos dos modelos que hicieron el gran festín de los banqueros, entraron en falencia el mismo año (los Presidentes eran Fernando H. Cardoso y Carlos Menm), arrastrando a la economía uruguaya a la recesión y también a otra inevitable devaluación. Brasil y Argentina habían privatizado gran parte de las empresas del Estado y dejaban, además, como saldo, una deuda interna y externa mucho mayor y una desocupación del 25% de la fuerza laboral activa.

        CRISIS ECONÓMICA Y BANCARIA EN URUGUAY

El endeudamiento externo y las reiteradas recesiones económicas, le impedían al país atender la deuda social Y sus infraestructuras envejecidas, que no fueron atendidas por las crisis y la succión de la renta nacional por el capital extranjero.

Em las elecciones generales de octubre de 1999, Jorge Batlle (Partido Colorado), obtuvo el 32,80% de los votos emitidos; Tabaré Vázquez (Frente Amplio), el 40,10% y Luis Alberto Lacalle (Partido Nacional), el 22,30%. Lacalle anunció su apoyo a Jorge Batlle en la segunda vuelta, alcanzando el candidato colorado el 54,13%. Vázquez obtuvo el 45,87%. El balaotaje inventado en 1966, dio resultado, pero las cifras indicaban que los dos partidos tradicionales estaban condenados.

El 1 de diciembre, Batlle y Lacalle viajaron a Buenos Aires para reunirse con el ex Presidente de Estados Unidos, George H. W. Bush (padre) el anfitrión, Carlos Saúl Menem y el recientemente electo sucesor, Fernando de la Rúa, en el domicilio del exclusivo barrio de La Recoleta, del banquero argentino, Carlos Rohm, propietario, junto con su hermano José, del Banco General de Negocios y el Banco de Santa Fe –ambos en Argentina-,  y del Banco Comercial de Uruguay. También estuvo presente, David Mulford, ex Subsecretario para Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro  de EE.UU., Vicepresidente del Credit-Suisse First Boston Bank, directivo de la Agencia Financiera de Arabia Saudita y socio del ex ministro de Economía argentino, Domingo Cavallo.

Mulford era el estratega financiero de una red de negocios bancarios internacionales, vinculados al lavado de dinero, fraudes fiscales y asesor de confianza de Bush, en cuyo gobierno había sido Subsecretario del Tesoro.

La reunión, que pretendió ser secreta, fue detectada por los periodistas locales que sorprendieron a Bush al salir de la misma, expresando que “había llegado a Argentina para pescar truchas en la Patagonia”.

Otros entrevistados en la ocasión se fueron por la tangente.

A Bush le preocupaba la política económica que seguirían los presidentes electos de Argentina y Uruguay, Fernando de la Rúa y Jorge Batlle y qué aporte podían cumplir los capitales que representaba para evitar una devaluación como la de Brasil. La presencia de Lacalle, ligado a la venta del Banco Comercial a los hermanos Carlos y José Rohm, y el papel que iba a cumplir en el gobierno de Batlle, era harto justificada. Por su parte, De la Rúa, que fue postulado por una Alianza de centro-izquierda, se había comprometido, durante la campaña electoral, a investigar el escándalo de coimas en el caso “IBM-Banco Nación”,  instrumentadas por Raúl Moneta, procesado y en la cárcel, y con estrechos vínculos de negocios financieros con Bush, Mulford, los hermanos Rohm. Moneta, era investigado, en esos momentos, por una Comisión del Congreso de Estados Unidos,  por lavado de dinero, utilizando una cuenta en las Islas Vírgenes (Paraíso fiscal).

De la Rúa no se atrevió a tocar la Ley de Convertibilidad de Menem-Cavallo, obteniendo un préstamo de 40 mil millones de dólares del FMI para “Blindar” la economía. Este dinero así como entró, se fugó, atribuyéndose estas maniobras a los hermanos Rohm y Moneta, dirigidos por Mulford.

El Presidente Argentino consiguió, un año después -2002 una refinanciación de la deuda (un “megacanfje”), que favoreció los negocios financieros del grupo mencionado anteriormente.

La economía argentina no reaccionaba por un tipo de cambio sobrevaluado, la debilidad de la moneda brasilera y porque todos los países emergentes que habían entrado en el “Plan Brady”, no se recuperaban, ya que el pago de la deuda era lo prioritario. El PIB, en Argentina había caído un 3.5%, la desocupación ascendía a un 15%, y el déficit fiscal a un 13%- A mediados del 2001, el FMI se negó a entregar la cuota para el “blindaje”.

Jorge Batlle asumió el 1 de marzo de 2000, con un país en recesión, la devaluación del “Real” y la eventualidad de una devaluación en Argentina.

Formó un equipo económico encabezado por el Contador Alberto Bensión , en la presidencia del Banco Central un primo suyo, César Rodríguez Batlle y en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, el Contador Ariel Davrieux, perteneciente al Foro Batllista.

Batlle es un abogado financista, admirador de Charlone y Végh Villegas. Conoció al ex Presdiente Bush, en Buenos Aires, en la reunión mencionada a donde fue acompañado de Lacalle, y su objetivo en el gobierno, fue asegurar el funcionamiento de Uruguay como Plaza Financiera, atrayendo capitales de cualquier naturaleza en la que los bancos privados, las consultoras y estudios jurídicos “especializados” en derecho comercial y bancario, obtendrían jugosas ganancias.

Pero los mercados regionales y mundiales, estancados o en recesión, no permitían un peso sobrevaluado. Y el “dinero caliente”, así como entra, se va si no se siente seguro.

De la Rúa, aislado económica y políticamente, renunció el 21 de diciembre de 2001.  El 2 de enero del 2002, la Asamblea Legislativa de la Nación, eligió Presidente a Eduardo Duhalde para completar el período de De la Rúa. Duhalde dijo, en el discurso de asunción, que la Argentina “estaba fundida” y expresó que la tarea principal era sacar al país de la recesión. Cuatro días después, el Congreso derogó la Ley de Convertibiidad, que alineaba a la par el peso con el dólar, y el gobierno fijó una cotización de 1.40 por dólar, que no pudo sostener y siguió cayendo.

Por las devaluaciones de Brasil y Argentina, la economía uruguaya tenía bloqueados esos mercados y, el 1º diciembre del 2001, cuando Argentina estableció el “Corralito” , sin plazo, de todos los depósitos bancarios, comenzó la fuga de capitales de extranjeros, en su mayoría argentinos, a los que se fue sumando, el de los depositantes locales. En seis meses “desaparecieron” el 44% de los depósitos.

Batlle se aferraba a la “defensa de la moneda” para preservar la salud del sistema financiero y, especialmente del Banco República” (Nota de “El Observador” del 23 de julio de 2002).

La economía uruguaya era monitoreada por el Sub Director Gerente del FMI, el chileno Eduardo Aninat, que aconsejaba la devaluación t la cesación de pagos de la deuda externa como en Argentina.. El 23 de julio, después de una interpelación, y bajo la presión del Frente Amplio, del Partido Nacional y sectores del Partido Colorado, renunció el Ministro de Economía, Alberto Bensión. Anteriormente habían renunciado César Rodríguez Batlle y Rosario Medero, integrantes del Directorio del Banco Central. Batlle designó al Dr. Alejandro Atchugarry como Ministro de Economía y al economista Julio de Brun como Presidente del Banco Central.

La moneda fue devaluada el 20 de junio y  el valor del dólar pasó de 13 pesos a 30-, y el 31 de julio, el gobierno decretó un feriado bancario “sine die”. Previamente, dispuso la suspensión del funcionamiento de cuatro bancos privados, cuya insolvencia era manifiesta.

Amplios sectores de la opinión pública –políticos, sindicales y esferas de negocios-, consideraban que la política de Batlle de asistir a bancos que estaban quebrados, era irresponsable y que debía renunciar.  El periodista, Claudio Paolillo publicó, en el 2004, el libro “Con los dias contados”, donde narra cómo, incluso dentro del Partido Colorado, se aguardaba la renuncia del Presidente.

El país estaba al borde de una crisis institucional como en Argentina y Batlle era consciente de ello. Pero tenía dos cartas en la manga que, si daban resultado, podían salvarlo: una, era su amistad con George H. W. Bush, padre del presidente, en ese momento, de Estados Unidos; la otra, era el éxito que pudiera tener el General Seregni en convencer a Tabaré Vázquez que “había que darle apoyo institucional al gobierno”.

Astori apoyaba esta salida pero el Partido Socialista y el Partido Comunista, no. Los senadores Reinaldo Gargano y José Korzeniak, tenían pronta la solicitud de juicio político a Batlle, pero el sector del gremio bancario, del mismo partido, no estaba de acuerdo. Por otra parte, el Partido Comunista exigía la renuncia de Batlle y la formación de un “Gobierno de Salvación Nacional”, encabezado por el Vicepresidente, Hierro López. Sin embargo, su Secretaria General, Marina Arismendi, apoyaba la línea de Seregni y Astori.

Estas dos cartas fueron exitosas: el Presidente George Bush le extendió un “crédito puente” a Batlle, de 1.500 millones de dólares, expresando que a Estados Unidos le interesaba la permanencia de Uruguay como plaza financiera. Con estos recursos, el gobierno levantó el 5 de agosto, el feriado bancario, habilitando el movimiento de cajas de ahorro y cuentas corrientes del Banco República, no así los plazos fijos que quedaron bajo un “corralito” que sería levantado.
 gradualmente.

Finalmente, en un plenario del Frente Amplio de noviembre de 2002. Tabaré Vázquez se pronunció sobre el “apoyo institucional” que le pedían Seregni y Astori, indicando que “el parlamento era un ámbito adecuado para concertar las políticas adecuadas para superar la crisis. Así fue. El nuevo Ministro de Economía, Alejandro Atchugarry, se convirtió en el articulador de estas políticas que tuvieron en el Contador Astori el principal protagonista del Frente Ampliio y de las políticas que se acordaron.

El Partido Nacional, integrante con cuatro ministros de la coalición de gobierno, resolvió retirar, el 13 de noviembre, a sus representantes, tratando de evitar cargar con la responsabilidad de la conducción gubernamental. Esta actitud, impulsada por Lacalle, molestó a Jorge Batlle.

El estado del país era desastroso con cuatro bancos fundidos por sus propietarios: Banco Montevideo (Peirano Facio), Banco Comercial (Hermanos Carlos y José Rohm), la Caja Obrera (Peirano Facio) y Banco de Crédito (Secta “Moon”); el Banco Hipotecario estaba al borde de la quiebra y el República pudo superar el difícil trance porque fue apuntalado por los dólares de Bush.

En la estructura social, los efectos de la crisis provocaron una desocupación del 20%, la caída vertical del salario real, el aumento de la pobreza, de los suicidios, el deterioro de la infraestructura de los servicios de educación y salud, factores que fueron la semilla de la marginación de los sectores más débiles de la sociedad y la violencia e inseguridad que hoy estamos padeciendo.



miércoles, 25 de marzo de 2015

EL IMPERIALISMO DEL DÓLAR


En 1909, el Secretario de Estado, Philander Knox, del gobierno del Presidente William Howard Taft, explicó cuál era la función del dólar: “El objetivo de la diplomacia es asegurar la estabilidad y el orden en el exterior para facilitar las oportunidades financieras y el capital privado para promover los intereses transoceánicos de Estados Unidos”.

Esta política había comenzado antes, después de la intervención de Estados Unidos en Cuba, en 1898, y la “Enmienda Platt” introducida en la Constituvción Cubana, en 1903, convirtiendo a la Isla en un “Protectorado”. A ello siguieron, de inmediato, las intervenciones militares en Centro América y Venezuela.

En esa época, donde la emisión de billetes estaba regulada por el stock de oro, el dólar era una moneda muy fuerte, fortalecida aun más por las dos guerras mundiales en las que Estados Unidos fue el gran abastecedor de armas, convirtiéndose en un poderoso acreedor.

Esta situación objetiva fue explotada en la Conferencia Monetaria de Bretton Woods, en julio de 1944, donde Washington impuso al dólar como moneda de reserva mundial –doblegando a la libra esterlina, emblema del Imperio Británico en el siglo XIX-, en condiciones igualitarias al oro.

Sin embargo, el 15 de agosto de 1971, en forma unilateral, Estados Unidos le retiró al dólar el respaldo del oro, quedando la emisión del billete verde a voluntad de su gobierno, acabando con el “Patrón Oro”. Los demás países,  que habían aceptado el Sistema Monetario –Gold-  Exchange Standard (cambio fijo de una onza de oro por 35 dólares), atados  por los vínculos comerciales y financieros, debieron aceptar Standard-, la nueva realidad que rige hasta hoy, con la excepción de la “Zona Euro” de la Unión Europea, creada en el año 2000.

En la tapa de la Revista “Time” (ver abajo) aparece la foto del banquero del “Grupo Rockefeller”, Paul Volcker –ex  Gerente General del Chase Manhattan Bank y Presidente de la Junta Ejecutiva de la Reserva Federal desde 1979 hasta 1987-, con el elocuente título: “Angusti por la tasa de interés” (Interest Rate Anguish).

Desde 1971, todo el mundo está pendiente de los manipuleos monetarios del Banco de la Reserva Federal. Las reuniones trimestrales del Comité de Política Monetaria de ese Banco Central y sus anuncios son aguardados con ansiosa expectativa por todos los gobiernos y empresas endeudadas, porque si bajan las tasas de interés, se fortalecen las monedas locales y la deuda se achica y si las suben ocurre lo contrario, las monedas locales se devalúan, huyen los capitales “calientes” atraídos por los altas tasas de los activos federales estadounidenses, dejando en los países dependientes una deuda más grande (en términos de pesos) y reducción del gasto social, porque la prioridad es el pago de una deuda más abultada, e incluso inflación de costos porque los ´productos importados valdrán más.

El 18 de este mes se reunió el Comité de Política Monetaria, en Nueva York, con creciente expectativa de que comenzaría a aumentar las tasas de interés, después de seis años de haberlas mantenido entre un 0 y un 0,25%. Las expectativas de los especuladores resultaron frustradas porque el Comité no hizo el esperado anuncio y, por el contrario señaló que las expectativas de crecimiento de la economía estadounidense son confusas. Si bien el desempleo es de un 5,5% y la inflación de 1,5%, el sector manufacturero (Detroit está paralizado) y la industria de la construcción “están muy débiles”, y ha caído el comercio exterior por contracción de la demanda.

La baja inflación es un indicador de esa debilidad, manteniéndose el diagnóstico de Krugman de que Estados Unidos se encuentra, desde 2008, en una “trampa de liquidez”, donde la abundancia de crédito no se refleja en la inversión productiva, porque el nivel de los precios por de bajo de su piso histórico no la estimula. Lo que hace es evitar una caída mayor. La actividad se realiza en sectores donde el empleo es de baja calidad e igualmente los salarios. Para Keynes – y el New Deal de Roosevelt de 1º32 lo demuestra-, la única manera de impulsar el crecimiento es un gigantesco plan de obras públicas que arrastra a todas las otras industrias y el consumo, pero el alto déficit fiscal que tiene actualmente Estados Unidos y el volumen de su deuda externa, se lo impide.

Para Uruguay, país con una deuda externa importante, la decisión del Comité es positiva porque la devaluación del Real -un 14%, de 2,80 a 3,20, en 5 meses-, virtualmente bloquea el comercio a ese país, que es el segundo socio ya que compra un 20% de nuestras exportaciones, y tiene preocupado a nuestro gobierno que no puede estabilizar el valor, en términos de dólares-, de nuestra moneda. En consecuencia, si la devaluación de nuestro peso fuera mayor –sumándose a las restricciones comerciales esternas un fortalecimiento del dólar-, Uruguay tendría que realizar un “ajuste del gasto social” ya que la prioridad es el pago de la deuda externa.

¡Por favor, que no llegue a esta situación!