martes, 8 de diciembre de 2015

REFLEXIONES SOBRE EL MARXISMO (II)



La Filosofía de las Luces o “Iluminismo”, ascendió en paralelo con la consolidación de la burguesía comercial francesa, que no había alcanzado, todavía el grado de “burguesía industrial manufacturera” como en Inglaterra.

La importancia de esta filosofía promotora de las ciencias Naturales y  las técnicas, llamó la atención de monarcas europeos, como Federico II de Prusia, Catalina II de Rusia, José II de Austria, Carlos III de España y José I de Portugal. La Masonería, sociedad secreta de intelectuales y empresarios, difusores del Iluminismo, proveyó a estos monarcas absolutos de ministros dispuestos a modernizar las economías de estos Reinos. Figuras como Voltaire y Diderot, tuvieron gran influencia en Prusia y en Rusia, llegando la lengua francesa a constituirse en la segunda, en esas Cortes.

En Francia, la Filosofía de las Luces fue más lejos. Elaboró las teorías burguesas del Estado, la Educación y la Economía, creando el aparato ideológico para el asalto del poder político en el momento oportuno, lo que ocurrió el 5 de mayo de  1789, cuando los Estados Generales (los tres estamentos sociales: Nobleza,Clero y Tercer Estado), convocados el año anterior por el Rey Luis XVI,  que estaba muy endeudado, solicitándole a los tres estamentos –Nobles, Clero y Burgueses-, la asistencia financiera,  negándose los burgueses a sostener financieramente al monarca y luego, el 17 de junio, reunidos los burgueses en un Frontón para la práctica de la pelota de mano, se transformaron en Asamblea Nacional hasta su conversión en Asamblea Nacional Constituuyente, el 9 de julio, en Versalles, con la incorporación de la Nobleza y el Clero.

En 1762, el ginebrino Juan Jacobo Rousseau, publicó “El Contrato Social”. En el Capítulo I, expresa: “El hombre ha nacido libre, y sin embargo, vive en todas partes entre cadenas. El mismo que se considera amo, no deja por eso de ser menos esclavo que los demás. ¿Cómo se ha operado esta transformación?  Lo ignoro. ¿Qué puede imprimirle el sello de legitimidad?”
“Creo poder resolver esta cuestión”.
“Si no atendiese más que a la fuerza y a los efectos que de ella se derivan, diría: «En tanto que un pueblo está obligado a obedecer y obedece, hace bien; tan pronto como puede sacudir el yugo, y lo sacude, obra mejor aún, pues recobrando su libertad con el mismo derecho con que le fue arrebatada, prueba que fue creado para disfrutar de ella. De lo contrario, no fue jamás digno de arrebatársela." Pero el orden social constituye un derecho sagrado que sirve de base a todos los demás. Sin embargo, este derecho no es un derecho natural: está fundado sobre convenciones. Trátase de saber cuáles son esas convenciones; pero antes de llegar a ese punto, debo fijar o determinar lo que acabo de afirmar”.


Dos años después, también en Ginebra, Voltaire publica “El Diccionario Filosófico”.
En el prólogo, Voltaire realiza una defensa encendida de la Enciclopedia que en su país ha encontrado el rechazo de los jesuitas y jansenitas (Movimiento católico antijesuita y galicano), mientras en otros países sus orientaciones fundamentales han sido adoptadas.

La obra es la reunión de extensos artículos –algunos escritos para la Enciclopedia-, con una finalidad pedagógica y propagandística de las ideas de la nueva filosofía,  que suman 350 páginas pero su centro es un cuestionamiento de las religiones. Un ejemplo, es el peffil que traza de  Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús” (1534). Es un artículo extenso, del cual he seleccionado un fragmento, ilustrativo de la posición ideológica y del estilo de Voltaire:

“¿Podéis decirme en conciencia si hubo jamás en el mundo otro hombre más digno de ser encerrado en un manicomio que san Ignacio,  o sea Íñigo el de Vizcaya, que era su verdadero nombre de pila? Le trastorna el juicio la lectura de la Leyenda Aurea, igual que más tarde trastornan a Don Quijote los libros de caballería. El bueno de Íñigo empieza por ser el caballero de la Virgen y vela sus armas en honor de su dama. Se le aparece la Santa Virgen y le acepta sus servicios, luego se le aparece otras veces llevando consigo a su Hijo”.

“Lucifer, que está en acecho y prevé todo el mal que los jesuitas le causarán un día, arma un zafarrancho mayúsculo dentro de la casa, rompiendo todos los cristales. Pero el paladín de la Virgen lo expulsa haciéndole el signo de la cruz; Lucifer huye a través de las paredes dejando en ellas una gran abertura, que cincuenta años después del hecho se enseña a los curiosos”.

“Su familia, al ver el trastorno de sus facultades mentales, piensa en encerrarle y ponerle a dieta, pero él hace fú a su familia igual que al diablo y huye de ella sin saber a dónde”.

“Encuentra a un moro y discute sobre la Inmaculada Concepción; el moro, que comprende su estado, le deja lo más pronto que puede. Íñigo no sabe qué hacer, si matar al moro o rezar a Dios por él; deja que decida esta cuestión su caballo, más cuerdo que él, y toma el camino de la cuadra”.

“Ignacio, después de esta aventura, resuelve ir en peregrinación a Belén, mendigando. Su locura aumenta en el camino, los dominicos del convento de Manresa se apiadan de él y lo retienen varios días, hasta que le dejan viendo que no conseguían curarle. Embarca en Barcelona y arriba a Venecia, de donde le expulsan; vuelve a Barcelona, siempre
mendigando, siempre teniendo éxtasis y viendo  con frecuencia a la Santa Virgen y a Jesucristo”.

“Al fin le hacen comprender que, para ir a Tierra Santa a convertir turcos, cristianos de la Iglesia griega, armenios y judíos, necesitaba estudiar algo de teología. Ignacio no deseaba otra cosa, mas para ser teólogo es indispensable saber gramática y conocer latín, pero esto
no le arredra. Va a la escuela a la edad de treinta y tres años a estudiar esas materias y allí se burlan de él y no aprende nada”.

“Desesperado de no poder ir a convertir infieles, le tiene lástima el diablo, se le aparece y jura bajo la fe de cristiano que si accede a entregarse a él lo convertirá en el hombre más sabio de la Iglesia de Dios. Ignacio no tiene inconveniente en someterse a la disciplina de
semejante maestro y vuelve a asistir a clase, donde le dan de latigazos algunas veces, pero no por eso llega a ser más sabio”.

Em el campo de la educación, la personalidad más destacada fue Nicolás Condorcet (1743-1794), un intelectual de vasta cultura: matemático, economista, historiador, filósofo, pedagogo. Militó en el Partido Girondino, liberal, expresión de la burguesía comercial del Departamento de La Gironda.

Durante la Revolución, integró las Asambleas Nacional y Constituyente y presentó el proyecto de Reforma Educativa de su partido, basado en los conceptos siguientes:

EDUCACIÓN
**La educación es un deber de la nación con respecto a si misma, es una manera de que ella se aplique a si misma voluntad y su poder soberano.

**Las finalidades de la educación reflejan su fe en el porvenir de una democracia capaz de asegurar la felicidad y el desarrollo de todos los individuos, así como el progreso indefinido del espíritu humano

**OBJETIVOS:

“Ofrecer a cada individuo la facilidad de desarrollar sus facultades naturales, de atender sus necesidades y de asegurar su bienestar, de conocer y de ejercer sus derechos, de comprender y cumplir sus deberes y de perfeccionar su capacidad productiva”.
“Establecer entre los ciudadanos una igualdad de hecho y dar realidad a la igualdad política reconocida por la ley”.
“Procurar por todos los medios, ilustrar a todos los ciudadanos que no han podido recibir una instrucción completa o que no la han aprovechado lo suficiente; se debe ofrecerles la facultad de adquirir a cualquier edad, los conocimientos que puedan serles útiles”.
**La educación es un instrumento idóneo para contribuir a la realización del progreso indefinido.

**Concibe una instrucción compartida por hombres y mujeres.

**PRINCIPIOS:

Pública
Democrática
Universal
Gratuita
Laica
Igualitaria
Liberadora.

DOCENCIA
Funciones del maestro:

a) Enseñar a leer y escribir a los niños.

b) Participar activamente en la organización de festividades cívicas.

c) Leer a los habitantes adultos el almanaque patriótico y el catecismo cívico para enriquecer el espíritu y el corazón.

d) Fortalecer la cohesión de la nación, única e indivisible.

e) Utilizar libros elementales.

f) Enseñar por medio de la razón y la experimentación

g) No basarse en creencias, religiones ni inculcar "culto jurídico o institucional".

h) Fomentar la imaginación infantil sin apoderarse de ella.

i) No presentar actitud discriminatoria e injuriosa contra el niño.

j) Perfeccionar sus métodos de enseñanza.

**La contratación de maestros será con base a los criterios de preparación según la materia que enseñen”.

Un médico cirujano de la Corte de Luis XV, François Quesnay, de vasta cultura, fue el fundador de la primera escuela de economistas, la Escuela Fisiocrática que integraron, entre otros, Jacques Turgot, Vicent Gournay y Pierre Pont de Nemours.

A mediados del siglo XVIII, el capitalismo comercial había penetrado en el campo invirtiendo, principalmente, en la producción de granos y el volumen alcanzado exigía un mercado nacional libre de obstáculos administrativos y fiscales. La política económica exigía derribar todas las barreras que interponía la estructura feudal subsistente.
En 1758, Quesnay publico el “Tableau Economique” que es el marco teórico de la Fisiocracia. Para el autor, solo la tierra es la productora de riqueza, explicando el funcionamiento de la economía de esta manera:

Los gastos de producción se emplean en la agricultura, prados, pastos, bosques, minas, pesca, etc., para perpetuar la riqueza en forma de granos, bebidas, madera, ganado, materias primas para la artesanía, etc.”

Los gastos estériles están hechos a productos de artesanía, vivienda, ropa, intereses sobre el dinero, los funcionarios, los gastos comerciales, materias primas extranjeras, etc.”

“La venta del producto neto que el cultivador ha producido durante el año anterior, por medio de los avances anuales de 600 libras empleados en la agricultura por el granjero, proporciona al propietario una renta de 600 libras”.

“Los anticipos anuales de 300 libras en gastos estériles se emplean para el capital y los gastos de comercio, para la compra de materias primas para la artesanía, y para la subsistencia y otras necesidades del artesano hasta que ha terminado y vendido su producto”.

Gournay proclamó y difundió la famosa consigna del liberalismo: “Laissez faire, lessez passer” (“Dejad hacer, dejad pasar”), pero fue Turgot (1727-1781) el más destacado exponente de la Escuela Fisiocrática. Llegó a ser Ministro de Marina primero y luego Inspector General de Finanzas, de Luis XVI, en un momento (1774), cuando la situación era desesperada y la mala cosecha, amenazaba con una hambruna a la población. Su política fue la de una drástica reducción de los gastos del Estado, sin subir los impuestos y se opuso, infructuosamente, a la participación francesa en apoyo a los independentistas de las  Colonias Británicas en América del Norte.

Intentó una reforma tributaria que consistía en sustituir los impuestos indirectos por el impuesto inmobiliario, pero también fracasó. No tuvo éxito tampoco su decreto de libre comercio, por el peso que tenía la nobleza en la Corte. No obstante, el mayor enemigo de su gestión fue la mala cosecha de granos de 1774 que provocó el acaparamiento y la elevación de los precios, estallando disturbios en distintas zonas de Francia. La represión fue violenta y, de acuerdo a su plan, propuso, en 1776, la eliminación de la “Corvea real” (Obligación de trabajar gratuitamente en las tierras de los nobles) y la supresión de todos los privilegios de la nobleza y el clero.  Su posición en el gobierno se hizo insostenible y el rey lo relevó en mayo de 1776, falleciendo cinco años después.

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