lunes, 25 de enero de 2010

CHINA SUPERA A ESTADOS UNIDOS COMO EXPORTADOR TECNOLÓGICO

En 2004 China ha desbancado a Estados Unidos como el mayor exportador del mundo de ordenadores, teléfonos móviles y otros dispositivos de tecnología de información y comunicación. En este camino sin retorno, sólo el otro gigante demográfico asiático, la India, podrá hacer sombra a los chinos en el inmediato futuro.

La batalla del textil librada este verano por la UE para intentar contener la oleada de productos de vestido que invaden Europa no sólo era una misión imposible, sino que además se trataba de un episodio menor en una guerra de dimensiones más profundas. El pasado lunes la OCDE ponía las cosas en su sitio. La presión de la fabricación china sobre los mercados europeos y mundiales no sólo se ejerce con productos textiles y de ‘todo a cien’.

En 2004 China exportó bienes de tecnologías de la información y la comunicación valorados en 180.000 millones de dólares (unos 152.000 millones de euros), y desbancó en el liderazgo de este ranking mundial, por primera vez en décadas, a las exportaciones de Estados Unidos, cuya cifra de ventas se situó en 149.000 millones de dólares.

La toma de posiciones de cabeza del gigante asiático en el mundo de las tecnologías no se produce en un clima de depresión de los mercados. Estados Unidos registró un importante crecimiento en sus exportaciones de equipos de alto valor, ya que en 2003 vendió productos tecnológicos por 137.000 millones de dólares, lo que indica que su crecimiento en 2004 había superado el 8%.

CHINA YA NO ES UN 'TODO A CIEN'...

El problema es que las exportaciones chinas, como todo en aquel país, viven un proceso revolucionario. Mientras en 2003 sus ventas exteriores de tecnologías fueron de 123.000 millones de dólares, en 2004 crecieron un 32% hasta situarse en los 180.000 millones de dólares apuntados.

Un portavoz de la OCDE aseguró que también en 2005 los chinos encabezarán esta clasificación con crecimientos espectaculares, aunque la agencia de libre mercado financiada por treinta países aún tardará meses en poder ofrecer datos precisos.

La ascensión de China al liderazgo absoluto en el mercado mundial de exportaciones también en productos de alta tecnología era una perspectiva tan inevitable como poco deseada por las economías occidentales. Durante los últimos años de consolidación de este fenómeno, en Europa y Estados Unidos se ha estado amasando la idea de que los chinos solo compiten en los mercados mundiales por lo extremadamente barata que les resulta su mano de obra.

Como consecuencia de ello se mantendrían alejados de la eficiencia tecnológica. Según estas tesis, China estaba condenada a seguir siendo durante muchos años un fabricante del “todo a cien”, mientras que la tecnología se mantendría como patrimonio de los países desarrollados de Occidente (entre los que se incluye a Japón).

LAS VENTAJAS COMPETITIVAS DE CHINA

Pero este dato y esta argumentación, que fueron válidos hace años, hoy han quedado perfectamente obsoletos. En primer lugar porque todas las marcas de alta tecnología de Occidente llevan años en un proceso acelerado de deslocalización de sus plantas de fabricación cuyo principal beneficiario es la propia China.

En segundo término, porque los componentes básicos de los aparatos tecnológicos de consumo masivo en el mundo, ordenadores portátiles, teléfonos móviles, televisores y otros dispositivos de tecnología de información y comunicación, se han convertido en una ‘commodity’ y su reducidísimo precio, siempre en evolución descendente, es un elemento sustancial que determina las posiciones de mercado.

Por último, la necesidad de disponer de mano de obra barata también afecta al segmento de trabajadores cualificados; esto es, a los ingenieros. China no sólo es hoy una máquina de fabricar productos, tecnológicos o no, baratos y de calidad. De sus universidades salen cada año ríos de jóvenes altamente cualificados y competitivos en cualquier disciplina cuyos sueldos medios no superan los 300 euros al mes.

HUAWEI, UN CASO PARADIGMÁTICO

Un ejemplo de la capacidad de desarrollo de tecnologías en China la encontramos en Huawei, la empresa líder del país en redes de telecomunicaciones.

Nació en 1988 como un simple distribuidor de equipos y hoy es una multinacional con presencia en 95 países y una plantilla de 35.000 trabajadores, de los que el 48% son ingenieros dedicados a I+D. Su facturación ha pasado de 1.933 millones de dólares en 2000, a 3.827 en 2004.

En el presente ejercicio su previsión de cifra de negocios se sitúa por encima de los 5.000 millones de dólares. Ha desplegado 50 redes celulares en todo el mundo y suministra componentes de infraestructuras fijas a otro medio centenar de operadores internacionales. Según datos de Dittberner y de Infonetics, Huawei es ya el líder entre los fabricantes mundiales en redes de conmutación y ADSL con cuotas de mercado superiores al 32%.

EL NUEVO COLOSO DE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

Un reciente estudio de la Fundación Auna titulado “China, el nuevo coloso de la Sociedad de la Información” pone números a la dimensión de la amenaza tecnológica que nos llega de oriente. En 1997 había en China 790 millones de teléfonos fijos, que suponían el 8,9% de los aparatos existentes en todo el mundo. En 2002 esa cifra se había elevado a 1.089 millones con una cuota global del 19,7%.

La perspectiva para 2007 es que el coloso tenga 1.411 millones de teléfonos fijos, o lo que es lo mismo, el 21,3% de los instalados todo el mundo. En el móvil la progresión es superior y pasará de los 214 millones de aparatos y el 6,2% de 1997, a 1.797 millones de teléfonos celulares y el 22,5% de cuota mundial en 2007.

China ha llegado al liderazgo mundial en la exportación de tecnología, y su intención es quedarse.

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