martes, 22 de diciembre de 2009

Tesis sobre la crisis económica actual

I. El capitalismo en su fase imperialista se vuelve progresivamente parasitario por el tamaño cada vez mayor del capital financiero.

II. Con el abandono del patrón de convertibilidad fija de Bretton Woods, en agosto de 1971, la FED pasó a controlar, a voluntad, la circulación mundial del dólar.

III. En la década de los 70’ la balanza comercial de Estados Unidos pasó a ser deficitaria, frente al Japón. A ello se agregó el “boom” de los precios del petróleo y las inversiones de las trasnacionales en los “Tigres” asiáticos.

IV. En los 90’ el volumen del capital financiero circulante en el mundo se agiganta con el desarrollo de las sociedades privadas de inversión y la privatización de los ahorros de las jubilaciones y las pensiones. Su volumen, en 1995, se situaba entre 80 y 100 billones de dólares, mientras el PIB mundial era de 32 billones de dólares.


V. Al imponer el imperialismo, luego del derrumbe de la URSS, en 1991, la liberación y fluctuación de los cambios, anulando o reduciendo el papel de los bancos centrales, el capital financiero, sin regulación de ningún tipo, se adueñó de la economía mundial.

VI. La apertura de China a las trasnacionales, ofreciendo la potencialidad de un enorme mercado interno y mano de obra instruida y barata, agudizó la debilidad de la balanza comercial norteamericana, receptora de la producción de sus trasnacionales en China.

VII. Al déficit comercial se agregó progresivamente, en Estados Unidos, el déficit fiscal, provocado por el gigantesco presupuesto militar y la reducción del impuesto a los ingresos de las corporaciones, decidida por el gobierno republicano. Hoy, los dos déficits –Cuenta Corriente y Fiscal- superan el billón de dólares.

VIII. China, cuyas reservas monetarias ascienden a un billón, trescientos mil millones de dólares, se ha convertido en el principal acreedor de Estados Unidos ya que posee el 25% de los bonos del tesoro y de otras deudas, por una cifra de 400 mil millones de dólares.

IX. La economía norteamericana se ha convertido en una “economía compradora”, (la tasa de inversión es cero) financiada por China, Japón y la Unión Europea que, a través de la adquisición de su deuda, sostienen al dólar y al presupuesto militar estadounidense y aseguran, al mismo tiempo la permanencia de la corriente comercial.

X. La demanda interna, que hace posible el crecimiento del PIB, se nutre de la especulación bursátil y de la oferta crediticia, estimuladas ambas por las sociedades financieras, la banca y las tasas interbancarias de interés próximas a cero, durante tres años (2001-2004) consecutivos dispuestos por el Banco de la Reserva Federal. Esta situación no podía durar y el aumento nuevamente de las tasas interbancarias llevó el endeudamiento hipotecario de millones de norteamericanos a casi el 50% de sus ingresos, provocando su insolvencia para cumplir con los pagos y, con ello, una reacción en cadena en todos los sectores del sistema financiero y de la economía.

XI. Para muchos economistas, el déficit comercial de Estados Unidos, de 800 mil millones de dólares, es insostenible a largo plazo. Este déficit y la inyección monetaria, sin respaldo real, a la que viene recurriendo el Banco de la Reserva Federal, que fomenta la especulación para sostener a la banca comercial que ha financiado la burbuja inmobiliaria, que ha explotado, ha agudizado la debilidad del dólar y la desconfianza de los inversores extranjeros en su estabilidad a largo plazo. Una retracción de estas inversiones puede provocar el colapso abrupto de la moneda norteamericana con consecuencias imprevisibles en la economía mundial.
Ruiz Pereyra Faget
Setiembre 2007


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