miércoles, 7 de septiembre de 2011

¿URUGUAY ESTÁ "VACUNADO" CONTRA LA CRISIS?

Ésta es la pregunta que se formulan los economistas y quienes siguen la marcha de la economía uruguaya. Reiteradamente los medios informan y comentan las declaraciones de especialistas extranjeros y domésticos que afirman que la economía uruguaya está funcionando muy bien y que los indicadores sociales negativos están retrocediendo. Todo dentro de un enfoque capitalista que mira al éxito de los negocios y se regocija agitando las banderas del neoliberalismo.

Uruguay es un país pequeño, que depende de sus exportaciones agropecuarias y del turismo. Son estos dos rubros los que le proporcionan la moneda extranjera –el dólar- para pagar sus importaciones de petróleo crudo, de bienes intermedios para el consumo, de automóviles y medios de transporte colectivo y carga y de máquinas para su modesta industria manufacturera y de autopartes.

Los altos precios de los productos del agro, sostenidos por el rápido crecimiento de la economía china, y la especulación que la acompaña en los mercados, han significado un cambio estructural en el mercado mundial donde los precios dependían de las economías de Estados Unidos y Europa. Ahora, la demanda pujante está en oriente, mientras el gran eje euro-norteamericano, al que se agrega el panorama sombrío de Japón, entra en una crisis sistémica, ahogado por el peso del sistema financiero, controlado por la banca privada multinacional.

No obstante, cuando se contrae semejante área que aporta más de la mitad del Producto Bruto Mundial, la actividad comercial se contraerá también, inevitablemente e incluso disminuirá el ritmo de crecimiento de China porque su opción, que es desarrollar el mercado interno es lento porque previamente, tiene que crear la infraestructura para realizar su “Conquista del Oeste” e incorporar al 60% de su población que aun permanece al margen de su impetuoso desarrollo económico.

La otra alternativa, para que Uruguay conserve su dinamismo comercial, es la integración sudamericana pero este proceso también es lento. Recién se ha creado la UNASUR para realizar esta tarea que tendrá como tareas gigantescas, la integración energética, comercial, financiera y monetaria –precedida de la infraestructura de comunicaciones-, y la creación de un sistema político y jurídico supranacional con potestades reguladoras. Lo que existe, es el MERCOSUR, pero con notorias carencias por antagonismos económicos y políticos, muy bien explotados por el imperialismo del norte.

¿Qué barreras de defensa tiene el Uruguay frente a este panorama? Es una situación macroeconómica, hasta hoy, positiva según las reglas neoliberales: equilbrio fiscal y comercial, liquidez monetaria, una deuda bruta externa del 52% del PIB y una deuda interna de las empresas y las familias de un 20% de sus ingresos, una tasa de crecimiento del 6% anual, una tasa de desocupación del 5’5%, una inflación del 7’5% y reservas internacionales bruta de 10 mil millones de dólares que le permiten “capear” en el corto plazo una contracción pasajera de su comercio exterior y pagar sus obligaciones financieras.
El ministro de Economía, Fernando Lorenzo, dijo el 19 de agosto en el Parlamento, que “no negamos que tendremos dificultades pero estamos mejor preparados que en el 2001, para enfrentar los acontecimientos cuando lleguen”. Dijo que el equilibrio fiscal era el “ancla” de toda la política macroeconómica, así como la “liquidez” que cuenta el país al que se suman créditos a su disposición de varios organismos multilaterales, y la estabilidad de los precios.

El Vicepresidente de la República y jefe del equipo económico, Danilo Astori, expresó que Uruguay ha procurado diversificar sus exportaciones que coloca en más de 100 países. Esto es cierto, pero también es verdad que 4 mercados –Brasil, China, Rusia y Argentina- concentran más del 50% de las compras, correspondiendo a Brasil el 20% del total.

Existe, además, otro problema; la devaluación del dólar ha provocado una sobrevaluación creciente del peso y la perspectiva de que la moneda norteamericana siga cayendo es notoria en virtud de la política expansiva que sigue la Reserva Federal. En este contexto, la competitividad de las exportaciones uruguayas se ha mantenido por los altos precios, pero si estos declinan, puede ser negativa y el Banco Central tiene sus herramientas agotadas para frenar la apreciación del peso, problema por el que está atravesando Brasil con la apreciación del real.

En resumen: las defensas que exhibe el gobierno en materia fiscal y financiera, son herramientas para una crisis de corto plazo pero la respuesta final lo dará la profundidad y duración de la contracción de la economía mundial de los países capitalistas desarrollados.

Ruiz Pereyra Faget

No hay comentarios:

Publicar un comentario