Entre los días 26 y 31 de agosto, se celebró en la capital
de Irán, la XVI
Conferencia del Movimiento de Países No Alineados, con la
participación de 118 delegados ( representantes de los dos tercios de la
membresía de la ONU y 55% de la población mundial), del más alto nivel de estos
países.
El Movimiento se constituyó en 1961, en Belgrado, a
iniciativa del Mariscal Josif Broz (Tito), Ahmed Sukarno y Gamal Abdel Nasser,
presidentes de Yugoslavia, Indonesia y Egipto, respectivamente, así como del
Primer Ministro de la India, Jawaharlal Nehru.
Se denominaron “No Alineados” por no pertenecer a ninguno de
los dos bloques militares enfrentados, existentes en esa época, proponiéndose
llevar en conjunto una activa política de coexistencia pacífica cuyos
principios ya habían sido definidos en la Conferencia de Bandung de 1955, a saber: 1) respeto
mutuo por la integridad territorial y la soberanía de los países; 2) no
agresión mutua; 3) no interferencia en los asuntos internos de cada país; 4)
igualdad y mutuo beneficio y 5) coexistencia pacífica.
Las acciones del bloque tuvieron sus altibajos, provocados
por cambios en la situación interna de algunos países de importancia
estratégica en su respectivas zonas. Una de estas regiones es el Medio Oriente.
Nasser murió en 1970, sucediéndole Anuar El Sadat, que rompió el frente
nacionalista árabe; en 1979, fue derrocado el Shah de Irán, asumiendo el poder
la mayoría islámica chiita que fundó la República Islámica; en 1980 entraaron
en guerra Iraq e Irán; en 1991, Estados Unidos organizó la Primera Guerra del
Golfo contra Iraq; en el 2003, nuevamente Estados Unidos atacó a Iraq, invocando
falsamente la posesión de armas de destrucción masiva, derrocando al gobierno
encabezado por Saddam Hussein y ocupando militarmente el país. Anteriormente
había atacado a Afganistán a quien responsabilizó de los atentados a las Torres
Gemelas de Nueva York en 2001. Los hechos mostraban, más allá de toda duda, que
Estados Unidos, aprovechando la desintegración de la Unión Soviética ,
procuraba lograr un poder hegemónico mundial, calificando de “Estados basura” a
los que se oponión a esos designios.
No obstante, subsistía el conflicto entre el pueblo
palestino e Israel, en torno al cual se generaban las mayores tensiones en la
región por los alineamientos hacia las partes que implicaba. Sadat fue
asesinado en 1981 por un comando militar islámico egipcio, en 1981 y le sucedió
Hosni Mubarak, que continuó su política gobernando a el país con mano de hierro
hasta su derrocamiento por una insurrección popular, en febrero del año pasado
y en las elecciones presidenciales de junio de este año, obtuvo la victoria,
Mohamed Morsi, perteneciente a la Hermandad Musulmana ,
una organización islámica duramente perseguida por el régimen anterior.
“Unidos por la necesidad y respetuosos de
la diversidad racial
ideológica,
cultural y religiosa
Dese hace tres años Egipto, presidido por Mubarak, ejercía
la presidencia “pro tempore” de tres años del NAM, cargo que debía ser
transferido, en las mismas condiciones, a Irán. Morsi asistió a la cumbre en
Teherán y, pese a sus diferencias religiosas y políticas con Irán, fue recibido
de una manera amistosa por sus anfitriones, respondiendo él de la misma forma.
Irán había roto relaciones con Egipto en 1979, cuando Sadat firmó la paz con
Israel.
La Conferencia se realizaba en un momento muy difícil en el
Medio Oriente, por la amenaza permanente de Israel y Estados Unidos de atacar a
Irán al que acusan de estar en vías de construir armas atómicas; la ocupación
por Israel, desde 1967, del territorio palestino y su negativa a reconocer un
Estado en el territorio que le asignó las Naciones Unidas en 1947 y, en este
marco, la guerra civil, con un indisimulado apoyo económico y militar de Estados
Unidos, Arabia Saudita, Turquía y Qatar a sectores de la Hermandad Musulmana
de Siria.
Presidió el evento, el Presidente de la República Islámica
de Irán, Mahmud Ahmadineyad.
La apertura de la Cumbre correspondió al Jefe Supremo,
espiritual y político de la Revolución Islámica , el Ayatollah Alí Khamenei,
quien fijó la posición de su país no eludiendo ninguno de los temas polémicos. Comenzó
expresando: “Nuestros huéspedes, reunidos aquí, pertenecen a diferentes
nacionalidades y razas con historias peculiares, pero como dijo Ahmed Sukarno
en su famoso discurso en la Conferencia de Bandung, en 1955, las bases de este
Movimiento de No Alineados no son geográficas, ideológicas o raciales y
religiosas sino la unidad de las necesidades. En esta época, los Estados
miembros del Movimiento de No Alineados tienen la necesidad de adoptar medidas
que los protejan del autoritarismo arrogante e insaciable y hoy con el progreso
de los instrumentos de hegemonía esa necesidad de unidad aun es mayor”. Estas
palabras de tolerancia y respeto a la diversidad de los Estados miembros,
generó el clima adecuado para un examen abierto y sincero de los temas de la
agenda.
El presidente egipcio ataca a su homólogo
de Siria
Así, el discurso de M. Morsi, recogido ampliamente por las
cadenas de información occidentales que omitieron otros aspectos fundamentales
de la reunión, fue muy crítico del régimen de Al Assad en Siria, si se
considera que éste cuenta con un amplio respaldo de Irán. Dijo que el gobierno de Bashar Al Assad “ha
perdido legitimidad” y agregó: "El derramamiento de sangre en Siria es
responsabilidad de todos nosotros y debemos saber que este derramamiento de
sangre no se detendrá sin la interferencia activa de todos. La crisis siria
está desangrando nuestros corazones". Sin embargo, como lo expresa la
Declaración final de la Conferencia, la opinión de Morsi no tuvo el eco que
buscó ya que la reunión condenó cualquier intervención extranjera de
conformidad con la posición de principio del Movimiento.
El tema central del debate fue la ocupación de Israel de los territorios palestinos y la
opresión a que somete a este pueblo. Khamenei en su discurso inaugural había
calificado a Israel de “Estado usurpador” y propuso como solución al conflicto,
la realización de un referéndum en la que participaran los dos pueblos para
definir el futuro y alcanzar la
paz. Esta iniciativa fue apoyada por Venezuela pero la
Conferencia mantuvo la posición de las Naciones Unidas de 1947 que delimitó los
territorios para dos Estados.
El programa nuclear de Irán
Sobre la presunta amenaza del programa nuclear iraní, que
está sirviendo de pretexto a Israel, Estados Unidos y la OTAN, para un ataque
militar preventivo a la República Islámica, el apoyo de la Conferencia a su
anfitrión fue absoluto, pese a la intervención del Secretario General de las
Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que instó a Irán a adoptar medidas que eliminaran
la “desconfianza” de algunos países.
La posición de Irán fue expuesta con claridad por el
Ayatollah Alí Khamenei en su discurso de apertura. “Honorable audiencia, la paz
y la seguridad internacionales son algunos de los temas críticos del mundo de
hoy y la eliminación de las armas de destrucción en masa es una necesidad
urgente y una demanda universal. En el mundo actual, la seguridad es una
necesidad compartida donde no hay lugar para la discriminación. Los
que almacenen estas armas anti-humanas en sus arsenales no tienen el derecho a
declararse abanderados de la seguridad mundial. Sin duda, esto no traerá
seguridad tampoco para ellos” (…) “Las armas nucleares no garantizan la
seguridad, ni consolidan el poder político, sino que son una amenaza para la
seguridad y el poder político. Los acontecimientos que tuvieron lugar en la
década de 1990 mostró que la posesión de tales armas ni siquiera pudo proteger a
un régimen como el de la
Unión Soviética. Y hoy vemos que algunos países están
expuestos a olas de inseguridad mortal a pesar de poseer bombas atómicas”.
“La República Islámica de Irán considera que el uso de armas
nucleares y químicas constituye un gran pecado
imperdonable. Hemos propuesto la idea de "Oriente Medio libre de
armas nucleares" y estamos comprometidos con ella. Esto no significa
renunciar a nuestro derecho al uso pacífico de la energía nuclear y la
producción de combustible nuclear. Sobre la base de las leyes internacionales,
el uso pacífico de la energía nuclear es un derecho de todos los países. Todos
deben ser capaces de emplear esta fuente saludable de energía para diferentes
usos vitales para beneficio de su país y su gente, sin tener que depender de
otros para el ejercicio de este derecho. Algunos países occidentales, sí que
poseen armas nucleares y siendo los culpables de esta acción ilegal, quieren
monopolizar la producción de combustible nuclear. Movimientos subrepticios
están en marcha para consolidar un monopolio permanente sobre la producción y
venta de combustible nuclear en centros que llevan una etiqueta internacional,
pero de hecho están bajo el control de unos pocos países occidentales”.
“Una amarga ironía de nuestra época es que el gobierno de
EE.UU., que posee las reservas más grandes y más letales de las armas nucleares
y otras armas de destrucción en masa y el único culpable de su uso, empuña hoy
la bandera de la oposición a la proliferación nuclear. Los EE.UU. y sus aliados
occidentales han armado el régimen usurpador sionista con armas nucleares y ha
creado una gran amenaza para esta sensible región. Sin embargo, el grupo utilizando
mentiras no tolera el uso pacífico de la energía nuclear en los países
independientes, e incluso se opone, con toda su fuerza, a la producción de
combustible nuclear para los radiofármacos y otros fines pacíficos y
humanitarios. Su pretexto es el temor a la producción de armas nucleares. En el
caso de la República Islámica de Irán, ellos saben que están mintiendo, pero
las mentiras son descubiertas por el tipo de política que está totalmente
desprovista de la más mínima huella de espiritualidad. ¿Aquel que utiliza, en
el siglo 21, la amenaza nuclear como instrumento de su política y no se siente
avergonzado, se sentirá avergonzado de sus mentiras?”.
Con esta contundente respuesta el asunto de la amenaza para
la paz del programa nuclear iraní, el tema quedó liquidado contando Irán con el
respaldo de los dos tercios de las Naciones Unidas presentes en la Conferencia. No
obstante, ninguna cadena de información y agencias occidentales mencionó ni
este fragmento ni otros del discurso del líder iraní que constituyeron un
vigoroso alegato a favor de la paz y la solidaridad del género humano.
La Carta de la ONU debe ser
reformada
La Cumbre llamó a un cambio en la integración del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas que refleje la actual configuración del mundo.
Condenó el bloqueo económico a Cuba, apoyó la posición argentina sobre las
Islas Malvinas, se solidarizó con Ecuador en su defensa del derecho de asilo, y
condenó el golpe de estado constitucional en el Paraguay. Otros tópicos
incluidos en la Declaración fueron la política de “dos reglas” del imperialismo
para calificar al terrorismo, la seguridad alimenticia, la lucha contra la
pobreza, el impacto de las pandemias y los fenómenos naturales en la economía
de los países en vías de desarrollo.
El Documento insistió, por otra parte, en el papel que debe
desempeñar la Organización de las Naciones Unidas en la solución pacífica de
las disputas, la defensa de la paz global y el diálogo entre las
civilizaciones, las diferentes religiones y la diversidad cultural.
Finalmente, la Conferencia seleccionó a Venezuela como
organizadora de la 17º Conferencia en 2015 y la presidencia del Movimiento en
los siguientes tres años.
La Cumbre fortaleció al
Movimiento de los No Alineados
La realización de esta Cumbre en Teherán fue una gran
victoria diplomática y política de la República Islámica de Irán, acosada por
todo tipo de amenazas por parte de Israel, Estados Unidos y la OTAN. La asistencia de 118
delegaciones y 35 Jefes de Estado, así como las resoluciones adoptadas,
muestran un importante renacimiento del Movimiento, en un cambio de época donde
el histórico capitalismo occidental entra en una fase de declinación mientras
el centro de la historia se desplaza al Oriente.
Muy significativo fue el papel de la India en esta Cumbre y
los acuerdos de carácter estratégicos alcanzados con Paquistán e Irán. El
primer ministro hindú, M. Singh declaró que había que fortalecer los lazos
económicos y políticos con el occidente asiático, señalando que hasta ahora, el
énfasis había sido puesto en el sudeste asiático. De acuerdo a este punto de
vista la India, cuya economía está dando pasos de gigante, sería el pivot de
esta integración regional que sale al cruce de los planes estratégicos en la
región de Estados Unidos e Israel. Esto probaría que la India, repondiendo a la
línea histórica de su política exterior, no está dispuesta a secundar las
intrigas imperialistas de “divide e impera” para impedir la consolidación del
bloque asiático del BRICS.
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