En un fulminante “juicio Político”, que violó los plazos
procesales, el Congreso Paraguayo destituyó al presidente Fernando Lugo, que había
sido electo el 20 de abril de 2008, por una coalición de partidos de centro
izquierda –la
Alianza Patriótica para el Cambio-, que desplazó del gobierno
al Partido Colorado, que había ejercido la dictadura o breves períodos
constitucionales durante 74 años.
Un
frágil respaldo parlamentario
La Cámara de
Diputados está integrada por 80 legisladores. 33 corresponden al Partido
Colorado; 29 al Partido Liberal Radical Auténtico; 12 a la Unión Nacional de
Ciudadanos Éticos y 6 a
partidos menores, entre los cuales el Frente Guasú, una coalición de izquierda,
formada en el 2010, que apoyaba al gobierno.
El Senado está
integrado por 46 senadores. Al Partido Colorado, corresponden 16, incluyendo a
Wasmosy que es senador vitalicio; 10 al Partido Liberal Radical Auténtico; 9 a la Unión Nacional de
Ciudadanos Éticos; 4 al Partido Patria Querida y los 5 restantes a partidos
menores.
La Cámara de
Diputados designó a 5 fiscales para presentar la acusación contra Lugo ante el
Senado que actuó como Tribunal. Ellos fueron: Oscar Luis Tuma (ANR-Capital),
Carlos Liseras (ANR-Central), Jorge Avalos Mariño (PLRA-Paraguarí), José López Chávez
(UNACE-Central) y Clemente Barrios Monges (ANR-Paraguarí). En otras palabra, 3
pertenecen al Partido Colorado (ANR), 1 al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA)
y 1 a la Unión Nacional de Ciudadanos
Éticos (UNACE). Tuvo también activa participación el Partido Patria Querida
(PPQ), sobretodo en el Senado donde su integrante, Marcelo Duarte, se encargó
de las propuestas de cambios al reglamento. La única defensa política del
Presidente Lugo en el Senado fue la del renunciante ministro del Interior,
Carlos Fillizzola y la jurídica, a cargo de los abogados Emilio Camacho, José
Enrique García y Adolfo Ferreiro.
Un juicio
con ridículo plazo procesal
Fillizzola señaló que se trataba de una maniobra política
urdida por el Partido Colorado y que muchos senadores habían cambiado de opinión
a último momento. En tanto el abogado Ferreiro dijo que el cuerpo no había
tenido en cuenta el artículo 17 de la Constitución que establece que se le debe
conceder a la defensa tiempo suficiente (sin fijar plazos) y que, en este caso,
para llenar el vacío se debe recurrir al Código de Procedimiento Civil que
tien4e “carácter supletorio”. El plazo que establece este cuerpo normativo es
de 18 días. Agregó que la defensa no podía responder al contenido de la
acusación, porque si se trataba de enjuiciar la gestión política del
Presidente, había que analizar sus casi cuatro años de gobierno. El Senado denegó
la solicitud de y pasó a evaluar las “pruebas” de la acusación. Alas 16
y 30, hora del Paraguay, el Senado declaró culpable al Presidente de la
República y tomó juramente de inmediato a Federico Franco. Lugo en un breve discurso
difundido por los medios electrónicos, se sometió al fallo, agradeció a todas
las fuerzas sociales y políticas que lo apoyaron en esta emergencia y pidió a
los manifestantes que se concentraron en las afueras del Congreso, que se
retiraran pacíficamente para evitar derramamientos de sangre.
La Presidencia de la Cámara fue ejercida por Víctor Alcides
Bogado, del Partido Colorado y la
del Senado por José Oviedo Mateo del Partido Unión Nacional
de Ciudadanos Éticos.
Opinión del
Frente Guasú
El Secretario General del Frente Guasú, Ricardo Canese, definió la crisis, en declaraciones a
Telesur, de la siguiente manera: “El plan para derrocar a Lugo se fraguó de
manera premeditada con el concierto del Congreso y el Poder judicial que en vez
de ponerse en favor del pueblo, actúan para favorecer a los ladrones de la
tierra, de la oligarquía, que posee al menos 8 millones de tierras mal
habidas".
Dijo que el juicio político, organizado a tambor batiente
viola la Constitución ya que le dieron solo dos horas al presidente
democráticamente electo para que se defienda.
"Eso sólo habla de la intención golpista de estos
sectores que, en lugar de respetar la Constitución, buscan prostituirla y decir
que esto es legal. Quieren introducir un Honduras en el corazón de América del
Sur", concluyó Canese.
Las causas reales
En nuestra opinión, una explicación de las causas reales de
este golpe institucional hay que buscarla en la situación social y política
interna de Paraguay y en los procesos políticos que se desarrollan en América
del Sur. No hay duda que la llegada de Fernando Lugo a la Presidencia, con el
respaldo de amplios sectores sociales que apoyaron su programa de reformas
económicas estructurales, sobretodo la Reforma Agraria y
su alianza electoral con el Partido Liberal, creaban de por sí una situación
contradictoria que obligaba a Lugo a un hábil juego político para no defraudar
a unos sin provocar la reacción conservadora de su principal aliado electoral.
Uno de los fiscales, el diputado colorado, Oscar Luis Tuma,
acusó a Lugo de “negligencia cómplice” con los movimientos sociales que
atentaban contra la propiedad, “estimulando la lucha de clases con la finalidad
de generar el caos y asumir la totalidad del poder e imponer un modelo de país
antidemocrático”.
La proximidad de las elecciones y la eventualidad de dar
forma a política a un amplio movimiento de masas, habría sido la razón
principal del Partido Colorado de anticipar el desplazamiento de Lugo, criterio
al que se sumó, en defensa de sus propios intereses políticos, el Partido
Liberal, haciendo jugar esa carta al Vicepresidente, Federico Franco que, con
el apoyo del Partido Colorado, gobernará hasta el 15 de agosto del año próximo,
usando el poder para intentar consolidar el dominio de la oligarquía
tradicional, presuntamente amenazada.
Un golpe importante recibe, con el derrocamiento de Lugo, la
Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), En esta crisis no hay que descartar
una activa participación del imperialismo norteamericano, que ha venido
perdiendo fuerza, en su “patio trasero”, como lo reveló la Conferencia de la
OEA, realizada recientemente en Colombia.
MERCOSUR y UNASUR
Por la situación política interna del Paraguay y la enconada
hostilidad del Congreso de este país hacia el Presidente Hugo Chávez, era el
punto ideal para una “clavada de alfil” en el tablero de la UNASUR, ya que los
intentos de desestabilizar al gobierno bolivariano, a Rafael Correa o a
Cristina Fernández, con sólidos respaldos ciudadanos y parlamentarios, no
resultaba posible. En estos casos, la estrategia imperial es otra.
La UNASUR tiene ahora un desafío muy grande. ¿Qué actitud
asumirá frente al nuevo gobierno paraguayo, que ha edulcorado su golpe con un
“paraguas constitucional”? Ya, algunas
declaraciones y decisiones indican que la reacción será enérgica. Argentina,
Brasil y Bolivia, que son sus vecinos más cercanos han condenado el golpe y le
han negado el reconocimiento al nuevo gobierno. No olvidemos que Paraguay es un
país mediterráneo que tiene la única salida al mar por el Río Paraná que es la
principal vía de agua argentina. Se anticipa que no será reconocido como
presidente pro tempore del MERCOSUR,
que ejercía Lugo, y Brasil ha propuesto su expulsión de la Organización No
obstante, Estados Unidos se va a mover, y no sería sorprendente una “solución a la
hondureña” que implique no tocar a Lugo y permitirle que pueda hacer campaña
política para las elecciones del 21 de abril. Federico Franco ha apelado a la
CNN para que le mejore la imagen de “demócrata convencido”, en in largo
reportaje en la noche del 23.
Pero estas, naturalmente, son especulaciones. Nadie puede
pronosticar el curso futuro de los acontecimientos, pero no creemos que el
señor Federico Franco pueda tener un gobierno tranquilo, cuando se ha prestado
a un acto que descalifica su autoridad moral y política.
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