EL ENIGMA
EGIPCIO
¿GOLPE DE LOS
JÓVENES OFICIALES O ARREGLO NEGOCIADO?
El domingo 12 de agosto, el pueblo egipcio y el mundo fueron
sorprendidos por la decisión del presidente de Egipto, Mohamed Morsi que descabezó
la cúpula militar que, en los hechos, gobernaba el país, ya que se había
arrogado facultades extraordinarias, legislativas y ejecutivas, que anulaban
las potestades constitucionales del Presidente, electo en junio de este año.
La decisión de Morsi ha dado lugar a todo tipo de
especulaciones, desde una victoria del poder civil sobre el poder militar,
hasta la que todo fue un arreglo
negociado entre Morsi y el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. La primera
interpretación es la que ofrece el diario cairota “Al Ahram”; la segunda, es la
del diario israelí, “Jerusalem Post”, un medio que cuenta con importantes
contactos con el gobierno de Netanyahu y el ejército. Este medio sostiene,
citando fuentes militares, que el sucesor del poderoso Comandante en Jefe de
las Fuerzas Armadas, Mariscal de Campo, Mohamed Hussein Tantawi, el general Abdel
Fatah el Sissi así como el nuevo Jefe de Estado Mayor, general Sobliv, que
sustituyó al general Sami Anan, “proceden del mismo lugar”, agregando que no
hay que olvidar que los militares egipcios han recibido y continúan recibiendo
miles de millones de dólares de Estados Unidos, situación que los nuevos jefes
no podrán cambiar. Asimismo, el portavoz de la Secretaría de Defensa de EE.UU. tampoco mostró preocupación, señalando que los
relevos ya habían sido resueltos tiempo antes.
No obstante, hubo una segunda sorpresa. El Presidente Morsi
derogó la enmienda constitucional que había impuesto el Consejo Supremo de las
Fuerzas Armadas por la cual se reservaba poderes legislativos y ejecutivos. Por
el nuevo decreto, Morsi recupera sus competencias y además ejercerá el poder
legiltivo hasta la elección de la nueva Asamblea del Pueblo.
Personalmente, me inclino por la interpretación del diario
israelí, porque por más desgaste y aislamiento que tuviera el Consejo Supremo
Militar, es una estructura muy poderosa que no ppuede derrumbarse en menos de
24 horas. Más, el día siguiente, Morsi puso en el pecho de los jefes
destituidos, las condecoraciones más altas que otorga el Estado egipcio y los
designó sus asesores. Esto avalaría la versión de que hubo negociaciones
durante todo este período a las que no ha sido ajeno el gobierno
norteamericano.
Es natural que a Washington le preocupara la inestabilidad
política de Egipto con una dualidad de poder que estaba originando un verdadero
caos y podía conducir a una situación que se le escapara de las manos.
En definitiva, serán los hechos futuros los que darán las
respuestas al enigma que rodea los sucesos.
Es un lugar común decir que Egipto, por su ubicación
geoestratégica y su historia, es la llave del Medio Oriente y que Estados
Unidos que ha entregado tanto dinero a
sus militares, desde que Sadat, acordó con Israel, la paz, en 1979, para
garantizar la seguridad de Israel y aislar al pueblo palestino, no puede
encogerse de hombros ante los cambios que se operen en la cúpula militar
egipcia.
Por otra parte, hay que observar las nuevas relaciones de
Estados Unidos con determinadas organizaciones musulmanas que responden a la
corriente islámica sunita como la
“Hermandad ”. El ex primer ministro ruso, Evguenny Primakov,
un experto en cuestiones del Medio Oriente, dijo hace unos meses que “Estados
Unidos y Al Qaeda están en el mismo barco”. Con el dinero de Arabia Saudita y
Qatar y las armas de Estados Unidos, los militantes musulmanes sunitas lograron
los cambios en Túnez, el apoyo de la OTAN para la guerra en Libia y actualmente
en Siria, no para fortalecer la democracia y el estado laico sino para
implantar una ley coránica “moderada”, ya que sus promotores –“Qatar, Arabia
Saudita- son monarquías absolutas sostenidas por las regalías de los pozos
petrolíferos que explotan los monopolios norteamericanos, a las que se agregan
las “hermandades” sunitas de Turquía, ahora Egipto y Jordania. Por ello, tienen
una alianza estratégica con el imperialismo contra Irán y toda concepción fundamentalista de la
religión que persiga la recuperación de los recursos naturales que pertenecen a
la nación.
En Afganistán, donde los países de la OTAN ya han anunciado
el retiro de sus tropas, el presidente títere, Hamid Karzai, está negociando
con un sector de los talibanes su ingreso al gobierno.
El 11 de agosto, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton,
se reunió en Estambul con gobernantes y militares turcos. La señora Clinton
expuso la postura de su gobierno sobre
la crisis siria en una rueda de prensa conjunta con su homólogo turco Ahmet
Davutoglu. Ante los periodistas expresó sin eufemismos, que el apoyo a la oposición tanto dentro como fuera de
Siria es ahora la prioridad de Estados Unidos y que coordinará sus pasos estrechamente con
Turquía. Aplicaba así una estocada mortal a los intentos de mediación de las
Naciones Unidas.
Brzezinski, en su libro “El gran tablero mundial: la
supremacía estadounidense y el imperativo geoestratégico”(“The Grand
Chessboard: American Primacy and its geostretegic imperatives”) (2003), aconsjaba este cambio de táctica ya que
Estados Unidos no puede enviar a sus “muchachos” a combatir en el extranjero
porque la sociedad se opone y, además, la alta tecnología militar con armas de
destrucción masiva, “hacen imposible utilizar la guerra como herramienta
política”. “ES necesaria la maniobra diplomática, la construcción de
coaliciones y un variado despliegue de acciones geoestratégicas en el tablero
euroasiático”, sostenía Brzezniski.
La misma doctrina fue sostenida en 2006 por la Comisión Bicameral
del Congreso de Estados Unidos, presidida por el ex Secretario de Estado, James
A. Baker y que integró el actual Secretario de Defensa, León Panetta y su
predecesor, Robert Gates. The Iraq Study
Group Report se oponía a la estrategia militsar del grupo de halcones que
rodeaba al Presidente Bush, personificados en el vicepresidente, Dick Cheney y
el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Hay que recordar que uno de los
militares de más prestigio en el Pentágono, General Colin Powell que, fue en
una primera etapa, Secretario de Estado del gobierno de Bush, también se oponía
a la guerra en Iraq y fue sustituido por Condoleezza Rice.
Este “Grupo de Estudio”, elaboró una estrategia para
asegurar la supremacía de Estados Unidos en el Medio Oriente, a la que se ha
ceñido Obama a través de sus ejecutores, los Secretarios de Defensa, Gates
primero y ahora León Panetta, así como la Secretaria de Estado, Hillary Clinton. Dice el Informe: “Cerca de 2.900
estadounidenses han perdido sus vidas sirviendo en Iraq. Otros 21.000 han sido
heridos, algunos con lesiones muy graves- Hasta la fecha (diciembre de 2006),
Estados Unidos ha gastado 400 mil millones de dólares y promedian 8 mil
millones por mes. Se estima que al finalizar la intervención de Estados Unidos
en Iraq, la cifra del costo total llegue a los 2 billones de dólares. A pesar
de este esfuerzo, la estabilidad de Iraq es incierta mientras la situación se
deteriora día a día…La salida de Estados Unidos de Iraq debe acelerarse”.
El documento del Grupo aconseja un cambio de política que
asegure la estabilidad de Iraq y la región. Para ello, Estados Unidos debe iniciar
una ofensiva diplomática para obtener un consenso de sus aliados en el cual la
Liga Árabe debe jugar un papel fundamental en el esfuerzo por reconciliar a las
facciones opuestas en Iraq, adoptar medidas conjuntas de setguridad en las
fronteras y aportar ayuda económica para la reconstrucción del país. El informe
subraya luego_ “Esta ofensiva diplo,ática no tendrá éxito si no participan
todos los países que temen la caida de Iraq en el caos. Pero cada país ve el
problema por el lente de sus intereses y así Turquía teme por un Kurdistán
independiente y Arabia Saudita y Jordania comparten la preocupación sunita por
el aumento de la influencia chiita (Irán e Iraq) en la región como un todo”.
“Ninguno de los países vecinos de Iraq como Egipto, Arabia Saudita e Israel ven
con buenos ojos un Iraq bajo la influencia determinante de Irán”. “Por otra
parte, ellos pueden dar pasos activos para limitar la influencia de Irán en la
región, pasos que podrían conducir a un conflicto intrarregional”.
Los hechos no han seguido el guión del Informe del Grupo
Bicameral pero surge a todas luces que la “ofensiva diplomática para alcanzar
un consenso con los países de la región, teniendo a la Liga Arabe como eje, ha
tenido como consecuencia la expansión del islamismo sunita, incluyendo a
Egipto, Libia y Túnez.
Las cadenas de información occidentales dicen que la “Hermandad Musulmana ”,
es una organización “moderada”. Mohammed Morsi (60) es Ingeniero, graduado en
la Universidad del Cairo y Doctor en Ingeniería, grado obtenido en la
Universidad de California del Sur donde luego fue profesor asistente
(1982-1985). Regresó a su pais, dedicándose a la enseñanza universitaria en su
especialidad, hasta el 2010.. Si bien fue presidente de la “Hermandad Musulmana ”,
para respaldar su candidatura a la Presidencia, fundó el Partido “Libertad y
Justicia”, una coalición que agrupó a la oposición al régimen militar. Este
Partido no presentó un programa y se manejó en la campaña electoral solo con
slogans. Al asumir la Presidencia, declaró que su gobierno respetaría todos los
compromisos asumidos por el país, entre ellos el “Acuerdo de Camp David con
Israel” de 1979, firmado por Anuar Ek Sadat y Menaghem Begin.
Con respecto a la oficialidad, todos sus integrantes han
hecho cursos especiales en academias norteamericanas, incluyendo a los nuevos
jefes.
De estas consideraciones podemos concluir que el poder
político del las Fuerzas Armadas Egipcias era incompatible con el nuevo curso
de los acontecimientos internos y externos. El detonante de la mal llamada
“Revolución Egipcia o Primavera Árabe”, fueron las concentraciones en la Plaza Tamir de El
Cairo de la intelectualidad juvenil, autoconvocada por las redes sociales pero
las elecciones le dieron la victoria a la coalición encabezada por la “Hermandad Musulmana ”.
Esta victoria islámica sunita fue saludada en forma entusiasta por las “hermandades”
dominantes en Arabia Saudita, Turquía y Jordania cuando ya habían iniciado la
intervención en Siria. Resta por ver si este cambio táctico de la política
exterior norteamericana que hasta hace poco había confiado en las corruptas
dictaduras militares y monarquías medievales le permitirá conservar, en el
mediano plazo, la supremacía económica y militar que hoy tiene en el Medio
Oriente.
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